Pitagol, chimos y peta zetas: el Parque Jur¨¢sico de las chucher¨ªas viejunas
?Alguien se acuerda del chupach¨²s Kojak, los caramelos de cuba libre o los chicles pintalabios? Nosotros, s¨ª, y por eso les rendimos homenaje en un art¨ªculo con varias toneladas de az¨²car libre.
En Espa?a hubo un tiempo en el que, siendo ni?o, pod¨ªas comerte un pintalabios, llevar Vampiros y cubalibres en el bolsillo, jugar a fumar cigarrillos de chocolate y masticar caramelos con suficiente capacidad de adherencia para arrancarte un premolar a la que te despistabas. Aunque la Real Food ya exist¨ªa desde hac¨ªa varios lustros por aqu¨ª ni estaba ni se le esperaba: estamos hablando de los ochenta, cuando el az¨²car se anunciaba en la tele -¡°son 16 calor¨ªas cada terr¨®n para aportarte energ¨ªa, come az¨²car, date el gusto y disfruta¡±, canturreaba un jingle de la ¨¦poca, y no fue el ¨²nico- mientras uno de cada diez dentistas recomendaba los chicles que lo llevaban (el ¨²nico que ten¨ªa visi¨®n de negocio, en realidad).
¡°Hay muchas chuches que marcaron aquellos a?os, desde el regaliz de palo -o palol¨²-, que era lo m¨¢s primitivo al tratarse de la ra¨ªz de un ¨¢rbol, a los Peta Zetas, que explotaban en tu boca y era lo m¨¢s sofisticado¡±, rememora Jorge D¨ªaz, 50% de esa m¨¢quina de los recuerdos que es Yo fui a EGB. ?A¨²n no te has trasladado a la ¨¦poca en la que llevabas Yumas? Ah¨ª van m¨¢s: ¡°Los Palotes, todas las marcas m¨ªticas de chicles, como Cheiw, Bang Bang o Boomer, los Sugus y los Chimos, con un agujero en medio, los flashes congelados¡±. Bum: seguramente acabas de desbloquear m¨¢s recuerdos que al escuchar ¡°del barco de Chanquete no nos mover¨¢n¡±.
Muchas de estas chucher¨ªas coinciden con las m¨¢s vendidas en Retrochuches, un kiosko virtual que ¡°te lleva tus recuerdos de la infancia a casa¡±. Silvia Su¨¢rez dirige el negocio, aunque destaca que por all¨ª han pasado otros familiares que han formado parte de la idea y siempre ser¨¢n miembros de honor. ¡°Todo surgi¨® a ra¨ªz de encontrar un Escalofr¨ªo en una m¨¢quina de bolas, aquello nos transport¨® instant¨¢neamente a nuestra infancia y comenzamos a hablar de todas las chuches y juguetes de aquellos a?os¡±. Entre risas empezaron a preguntarse si todos aquellos productos a¨²n exist¨ªan, y se llevaron una sorpresa al descubrir que -aunque algunos se hab¨ªan quedado por el camino- muchas de las golosinas de los ochenta y noventa se segu¨ªan produciendo. ?Qui¨¦n las compra? Los ni?os y adolescentes de la ¨¦poca -que quieren ense?arle a sus hijos que chuches com¨ªan cuando ten¨ªan su edad-, o los de ahora que quieren encontrar algo especial que regalar a sus padres. Los m¨¢s demandados son los chicles Cheiw y los Bang Bang, ¡°pero tambi¨¦n el Kojak de chocolate, el sugus de menta, los Bazooka redondos de los cincuenta, los Boomer cl¨¢sicos como el de Natillas, las Pizquillas, los Tates y tantos otros¡±.
?C¨®mo han conseguido estos dulces convertirse en un icono pop generacional que r¨ªete t¨² de Warhol y sus sopas Campbell? D¨ªaz teoriza: ¡°Los ni?os no ten¨ªamos las restricciones de hoy en d¨ªa y nos pas¨¢bamos el d¨ªa comiendo chuches; nadie se preocupaba de las cantidades de az¨²car ni de los n¨²meros de los colorantes utilizados¡±. Su socio egebero, Javier Ikaz, cree que tendemos a "mitificar las vivencias de la infancia, y las chuches fueron fundamentales¡±. ?Estamos recomendando el consumo de az¨²car y dulces con este art¨ªculo? No, para nada; de hecho ni siquiera es necesario volver a meterte uno en la boca para activar la memoria: solo hace falta pensar en ellos.
En el equipo Comidista -y tambi¨¦n algunos amigos y compa?eros que han accedido a hacerse un Karina y buscar con nosotros en el ba¨²l de los recuerdos (uuuhh)- todos empezamos a tener una edad, y qui¨¦n m¨¢s qui¨¦n menos se ha comido por error un caramelo de an¨ªs, ha chuperreteado un Fresquito o lamido los restos de pica pica de la palma de una mano que no pasar¨ªa ning¨²n control de Seguridad Alimentaria. Amparados por nuestra senectud, hoy nos ponemos en modo Abuelo Cebolleta y os contamos los dulces que nos gustaban cuando todas nuestras piezas dentales eran de origen.
Caramelos con pi?ones El Caser¨ªo de Tafalla
El gastr¨®nomo Jorge Guiti¨¢n empieza recordando un cl¨¢sico, los caramelos El Caser¨ªo, de Tafalla. ¡°Me volv¨ªan loco esos que son como un toffee, pero con pi?ones dentro: al riesgo de que se te pegaran las muelas le a?ad¨ªa aqu¨ª el extra de ir hurgando en ellos hasta conseguir llegar a los pi?ones evitando ese efecto Super Glue¡±. Se siguen elaborando con la misma t¨¦cnica e ingredientes -az¨²car, jarabe de glucosa, leche y pi?ones- que hace setenta a?os, y Guiti¨¢n los reivindica como ¡°un caramelo y un entretenimiento al mismo tiempo¡±.
El chupach¨²s Kojak fue el favorito de Mikel L¨®pez Iturriaga durante muchos a?os. ¡°Me gustaba la extravagante combinaci¨®n de exterior de caramelo e interior de chicle, que te hac¨ªa chuparlo con especial intensidad para llegar cuanto antes al ¨¦xtasis gomoso¡±. El envoltorio yey¨¦ y los anuncios de esta chucher¨ªa que hac¨ªa un doble de Telly Savalas -actor que interpretaba a Kojak en la serie- tambi¨¦n lo convert¨ªan en algo que molaba cantidubi al peque?o Amado L¨ªder Comidista.
¡°Por supuesto hablo del ¨²nico Kojak existente para los ni?os de los setenta, el de cereza, cuyo sabor se puede reproducir en cualquier postre cociendo a fuego unas picotas deshuesadas con az¨²car y un poco de agua hasta que se forme una especie de jarabe¡±, apunta L¨®pez Iturriaga. Ahora la gama se ha ampliado hasta un total de nueve, con sabores que van desde la sand¨ªa al guaran¨¢ pasando por el helado o la versi¨®n que cambia el az¨²car por edulcorantes.
Caramelos Vampiro (o Dr¨¢cula)
Nuestra compa?era Salom¨¦ Garc¨ªa corre maratones y escribe sobre salud, pero tiene un rinconcito en su coraz¨®n reservado a las calor¨ªas vac¨ªas. Sus favoritos eran los caramelos? Vampiro o Dr¨¢cula. ¡°Chiquitujos, yo creo que hab¨ªa m¨¢s envoltorio que caramelo: los compraba en una tienda de esas que venden caramelos a granel y siempre llevaba en el bolso¡±, cuenta mirando a la Salom¨¦ adolescente. ¡°Ten¨ªan ese sabor a fresa tan falso como solo saben hacer en los caramelos. Todav¨ªa me acuerdo del dibujo del envoltorio: un vampiro s¨²per cutre en negro y rojo¡±. Exactamente as¨ª se siguen vendiendo.
La gelatina tiene una textura que no admite medias tintas: o la amas o la detestas. Yo soy de las primeras y con la misma alegr¨ªa con la que me zampo un guiso de tendones o unas manitas de cerdo chuperreteaba de peque?a las ca?itas de gelatina de fresa que vend¨ªan al lado del cole. Ten¨ªan la diversi¨®n a?adida de que la parte central no era f¨¢cil de sacar, as¨ª que pod¨ªas pasarte un buen rato intentando reba?ar al m¨¢ximo el pringoso n¨¦ctar. Otro bonus: si las pon¨ªas en una bolsa con otras chuches, los restos de pica pica y dem¨¢s se pegaban en las puntas, lo que les daba un bouquet muy interesante.
Jorge Guiti¨¢n se cri¨® en Vigo, as¨ª que cualquier cosa que saliera en una de las letras de Siniestro Total le parec¨ªa bien. ¡°Aquel "silbo rockabilly en mi Pita-Gol / el cielo azul, brilla el sol" de Rock en Samil (Rockaway Beach) convirti¨® el Pita-Gol en una de mis chucher¨ªas preferidas¡±. Luego le cambiaron el nombre a Melody Pops, que es m¨¢s complicado de rimar, y perdi¨® el inter¨¦s. Mi capacidad para recordar cosas absurdas me ha tra¨ªdo una cancioncilla que dec¨ªa ¡°Pencil Pops, chupa, pita, pinta¡± a la cabeza y Todocolecci¨®n me confirma que no me he vuelto cuc¨²: la versi¨®n pintora del Melody Pops existi¨®. Consumo de az¨²car indiscriminado e invitaci¨®n a la vida art¨ªstica; los ni?os de los 80 estamos vivos y funcionales de milagro.
El escritor, podcaster y agitador cultural Kiko Amat cuenta una historia no tan personal como de ¨¦pica ultrapueblista local. ¡°Los Peta Zetas son otra de esas cosas maravillosas que mi pueblo, Sant Boi de Llobregat, le di¨® al pa¨ªs, primero, y luego al mundo, como el rugby, Pau Gasol, Locom¨ªa o las novelas de Kiko Amat¡± cuenta el mismo Amat sin asomo de rubor. En efecto, los Peta Zetas empezaron en 1979 en una f¨¢brica de Sant Boi (luego se trasladaron a Rub¨ª), y luego se exportaron al resto del planeta (¡°no es broma; la patente es santboiana¡±, refuerza el autor de Revancha).
¡°Mucha gente que yo conoc¨ªa se iba a la f¨¢brica por la tarde, rajaban los sacos de masa de Peta Zetas puro que hab¨ªa almacenados cerca de una verja, y se llevaban ladrillacos del deseado material para zamp¨¢rselos¡±. Imagina comerte una tableta gigante de Peta Zetas. ¡°Es posible de que algunos de aquellos chavales murieran de indigesti¨®n o dispepsia o ulcerados perdidos, no tengo ni idea: yo no lo hice nunca, porque de ni?o a¨²n ten¨ªa reparos en cruzar la l¨ªnea de la criminalidad¡±, recalca poniendo cara de bueno.
Nuestro abogado y bodeguero honor¨ªfico, Alberto Garc¨ªa Moyano, dej¨® pronto las chuches dulces -como a los 11 o 12 a?os-, porque siempre ha sido del ramo del salado. Desde entonces ha comido pipas como para alimentar a un ej¨¦rcito de loros y alg¨²n que otro quintal de torreznos, pero a¨²n guarda muy buenos recuerdos del chicle pintalabios. ¡°Primero, porque pintaba, y segundo porque era sabros¨ªsimo, a la altura de los que ten¨ªan forma de mel¨®n, el primer bocado era una explosi¨®n¡±. El pica pica del relleno, que te pon¨ªa los mofletes al vac¨ªo, seguramente tiene algo que ver con ese efecto.
Esta chucher¨ªa empez¨® a venderse en las farmacias como bebida efervescente -que se obten¨ªa al mezclarla con agua-, pero era cuesti¨®n de tiempo que alguien avispado se metiera un poquito en la boca y se montara una fiesta (tal vez por eso en catal¨¢n ¡®sidral¡¯ es una manera de decir algarab¨ªa o alboroto). El de Bragulat ya se anunciaba en 1912 como Limonada Granulada Espumol Bragulat, y en Barcelona hab¨ªa un kiosko donde serv¨ªan esta bebida con unos dispensadores de cristal bien bonitos que a¨²n se pueden encontrar en mercados de antig¨¹edades. Mi abuelo materno me cont¨® que alguna vez lo hab¨ªa probado de peque?o, y le tengo cari?o -adem¨¢s de por lo de la espumita, claro- porque me recuerda a ¨¦l.
Chimos/Live Savers
El divulgador panarra Ib¨¢n Yarza, autor de libros como Pan casero -que lleva 19 ediciones de nada, una cosa peque?ita-, recuerda con especial cari?o los Chimos: ¡°Yo creo que -aparte de los anuncios con canciones parchisoides, o tal vez las hac¨ªa Parch¨ªs, vayaust¨¦asaber-, molaban por esa atracci¨®n por lo misterioso: un caramelo con un agujero dentro¡±. Aqu¨ª ya no se fabrican, pero en Retrochuches los importan desde EEUU con el nombre de Life Savers por su semejanza con un flotador en miniatura.
¡°Cada vez que pruebo uno me teletransportan a cuando mi abuela los sacaba del caj¨®n de su armario a escondidas para darme uno: son recuerdos hechos caramelos¡±, afirma Silvia Su¨¢rez. Ib¨¢n Yarza tambi¨¦n reconoce que de peque?o le fascinaba que a los adultos le gustaran (pero ahora puede comerse una bolsa en una ma?ana). Este tipo de caramelos duros y peque?os, que se llamaban tambi¨¦n ¡®confites¡¯, ten¨ªan una versi¨®n bien curiosa: unos min¨²sculos en forma de bolita, bien rebozados de az¨²car que te sol¨ªan regalar en la farmacia en bolsas con el lema ¡°Conf¨ªe en su farmac¨¦utico¡±. Al dentista disidente del anuncio de Trident le gustaba bastante esta iniciativa.
A nuestra Community Manager Patricia Tablado le gusta el dulce y guarda buen recuerdo de las chuches en general, pero si tuviera que quedarse con una, solo con una, ser¨ªa con los caramelos de cubalibre. ¡°Eran muy peque?os, y creo que costaban una peseta: ten¨ªan un nombre peligroso porque sonaba a bebida de mayores y encima cuando me acercaba a mi abuelo, siempre me sacaba uno de la oreja¡±. Definitivamente, lo ten¨ªan todo, pero como jugada de la industria del alcohol no acab¨® de funcionar: los caramelos sab¨ªan m¨¢s bien a Ponche Caballero con Coca Cola y Patricia es pr¨¢cticamente abstemia.
Chicles de sand¨ªa con pica-pica
Los chicles de sand¨ªa, con la forma y el aspecto de la fruta en miniatura y con un hueco interior relleno de pica-pica volv¨ªan loco a Jorge Guiti¨¢n. ¡°Pod¨ªa recorrerme la ciudad de quiosco en quiosco hasta dar con ellos¡±, asegura. Reconoce que todav¨ªa hoy, si va a un cumplea?os de un sobrino o de alg¨²n hijo de alg¨²n pariente y los hay entre las chucher¨ªas, pierde un poco la dignidad con ellos.
Al autor del magn¨ªfico libro Collado, la maldici¨®n de una casa de comidas Carles Armengol lo que le vuelve loco desde cr¨ªo son los ma¨ªces fritos y salados -m¨¢s conocidos como quicos o kikos-, y no los de cualquier marca. ¡°Soy fiel a Churruca desde que me salieron los dientes de leche; odio a muerte a Mr. Corn por ser demasiado aceitosos y blandos¡±. ?Sus motivos? Cree que Churruca sigue manteniendo un tostado crujiente y salado inmejorable; y el se?or con sombrero y bigotillo afrancesado de sus bolsas siempre le ha ca¨ªdo bien. Ambas cosas nos parecen motivos de peso.
Pastillas caf¨¦ y leche de El Avi¨®n
El otro caramelo que marc¨® la infancia de Mikel L¨®pez Iturriaga es todav¨ªa son las pastillas caf¨¦ y leche de El Avi¨®n. ¡°De peque?o verane¨¢bamos en Logro?o -excentricidades de mi riojano padre-, y comprar esta especie de caramelos de toffee que se fabricaban all¨ª era una de nuestras liturgias estivales¡±. Lo que m¨¢s le gustaba de las pastis era que se ablandaban y se te pegaban en las muelas, como formando empastes. ¡°Supongo que aumentaron el gasto familiar en dentistas, pero qu¨¦ placer daba su lograd¨ªsimo sabor a caf¨¦ con leche con ocho cucharaditas de az¨²car¡±.
Alberto Garc¨ªa Moyano sigue apostando por las chuches ¨¢cidas en su selecci¨®n. ¡°Ese rebozado de az¨²car con qu¨¦ s¨¦ yo, que te da ese puntito de acidez y de ¡®mmm pica¡¯ me parec¨ªa muy rico¡±. Los ladrillos picantes le gustaban, pero las tiras tienen un rinconcito reservado en su coraz¨®n por su pegajosidad. ¡°Acababas de comerte una y estabas enguarrad¨ªsimo, que creo que tambi¨¦n es un objetivo importante de lo que viene siendo la gominola: que te sientas engominolado¡±. Objetivo cumplido (aunque no todas las marcas tienen la misma textura, ojo).
Cigarritos / l¨¢pices / varitas / barritas de chocolate
Los cigarritos de chocolate eran los favoritos de la Silvia Su¨¢rez versi¨®n infante, pero hoy en d¨ªa le parece ¡°impensable que estos existieran, ?la publicidad del tabaco en ni?os ser¨ªa una locura!¡± Por eso hoy son l¨¢pices, varitas o barritas de chocolate ¡°y tienen dise?os diferentes pero el producto sigue siendo el mismo¡±. Ojo porque estos no eran caramelos de diario, eran m¨¢s bien los que ca¨ªan entre los juguetes de Reyes, los surtidos deluxe o los que te compraba tu abuelo cuando te llevaba a pasear con sus amigos.
?Tienes alguna chuche de infancia favorita? Cu¨¦ntalo en los comentarios y celebremos juntos que tenemos m¨¢s a?os que la pana.
Si te dicen que ca¨ª: las chuches extinguidas
Hay joyas de la chucher¨ªa que ya no se pueden saborear. "En los ¨²ltimos meses hemos perdido a fabricantes tan cl¨¢sicos como Caramelos la Asturiana. que han tenido que cerrar sus puertas y por tanto dejar de fabricar todas sus especialidades¡±, asegura Silvia Su¨¢rez, de la tienda online Retrochuches.
Desde Yo fui a EGB lamentan la p¨¦rdida del Cheiw de fresa ¨¢cida, que a¨²n les hace la boca agua, y los caramelos masticables de fresa y nata Barriletes, que se quedaban pegados en todos los dientes. ¡°Tambi¨¦n me encantar¨ªa volver a comer un chicle Cosmos de aquellos de color negro, con un sabor a regaliz que amabas u odiabas, no hab¨ªa punto intermedio: ojal¨¢ alguna marca nos oiga y vuelva a relanzar todas estas chuches¡±, reza Jorge D¨ªaz.
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