Cena rom¨¢ntica para uno: c¨®mo encarar la soledad festejando la comida
El escritor Carles Armengol cambi¨® su manera de enfrentarse a la vida en solitario tras prepararse un cuidado men¨² compuesto de entrante, plato principal y postre. Quiz¨¢ su experiencia ayude a otros. O no.
Hay una frase que se repite a modo de mantra en mi hipot¨¢lamo como una especie de sentencia milenaria. Dice as¨ª: ¡°Yo no vivo solo, comparto piso conmigo mismo¡±. No recuerdo si la escuch¨¦ en un after o si la le¨ª en un papel arrugado reci¨¦n salido de una galleta de la fortuna que compr¨¦ durante la semana asi¨¢tica del Lidl, pero lo cierto es que esta premisa de autoayuda es muy necesaria en estos tiempos que corren. La soledad, incluso a pesar de convivir con familia o amigos, se ha convertido en un virus letal que ha venido para instalarse en nuestros cerebros y apoderarse de nuestros cuerpos.
Cuando me top¨¦ por primera vez con este lema, recuerdo que estaba viviendo solo en un piso de 35 metros cuadrados en la calle d¡¯Escipi¨®, situado estrat¨¦gicamente en la cima del barrio de Gracia y a los pies de Vallcarca, en Barcelona. Aquellos a?os que pas¨¦ resguardado dentro de esa caja de cerillas quedaron marcados por alguna que otra relaci¨®n sentimental que no acab¨® de cuajar y la mala decisi¨®n de pintar de verde fosforito los azulejos de la cocina. Todav¨ªa sigo sin entender por qu¨¦ opt¨¦ por ese tono verde nuclear que era de todo menos esperanzador. A¨²n me siento agredido cuando me visualizo sentado en el sof¨¢, a dos metros de la cocina, con esas baldosas insult¨¢ndome a grito pelado en la oreja. Pero si tengo que sintetizar aquel periodo de mi vida en un aspecto, sin duda lo resumir¨ªa como el lugar donde aflor¨® mi inter¨¦s por la cocina.
Carles un d¨ªa cualquiera en su piso. GIPHY
En una de esas tardes tontas que ca¨ªan en viernes y no ten¨ªa plan, un impulso tan absurdo como inconsciente me oblig¨® a escribir en el buscador ¡°CENA ROM?NTICA PARA UNO¡±. Tras ver lo que mis dedos acababan de teclear sin mi permiso, solt¨¦ una carcajada nerviosa y, autom¨¢ticamente, hice una captura de pantalla que mand¨¦ a mis amigas. La curiosidad entel¨® la rid¨ªcula atm¨®sfera de la situaci¨®n y me puse a mirar los resultados. Entre cientos de art¨ªculos con listados infinitos de recetas rom¨¢nticas para disfrutar en pareja, solo encontr¨¦ un enlace que se centrase en lo que yo andaba buscando. Empezaba as¨ª:
¡°Me pas¨¦ toda la vida esperando que alguien me quisiera y me cuidase.
Sab¨ªa quererlos a ellos, pero no a m¨ª misma.
Ten¨ªa con los dem¨¢s los detalles y cuidados que yo necesitaba.
Esperaba que hiciesen lo mismo conmigo, pero eso raras veces suced¨ªa.
Un d¨ªa entend¨ª que, si no me quiero yo, nadie lo har¨¢.
Y que cuidarme, y hasta mimarme, es responsabilidad m¨ªa¡±.
Despu¨¦s de derramar unas cuantas l¨¢grimas, me mir¨¦ en el espejo y repet¨ª aquel mantra varias veces: ¡°no vives solo, compartes piso contigo mismo. NO VIVES SOLO, COMPARTES PISO CONTIGO MISMO¡±. Me limpi¨¦ las l¨¢grimas con la manga de una sudadera con el jeto de Bart Simpson que usaba como pijama, cog¨ª un taco de p¨®sits y un boli, y me dispuse a hacer una lista para organizar una cena rom¨¢ntica de ensue?o para compartir conmigo mismo.
Carles, minutos antes de hacer la lista de la compra. GIPHY
El men¨² estuvo compuesto por:
Entrante
Corazones de palmito envueltos en salm¨®n ahumado con ralladura de lima, alcaparras y salsa rosa.
Plato principal
Lomo de merluza a la L¨¦ku¨¦, bajo un nido de patatas y cebolla de Figueres con un toque c¨ªtrico.
Postre
Un cubo de medio kilo de helado de manzana asada con canela de DelaCrem.
Maridaje
Agua mineral con gas Perrier de cristal de 33cl con hielo y una rodaja de lima (la usada para rallar sobre el salm¨®n ahumado).
Aquella noche cambi¨® por completo mi forma de ver aquello del ¡°vivir solo¡±. La soledad dej¨® de pesar como una losa sobre mi espalda y empec¨¦ a convivir conmigo mismo. Las cenas entre semana se convirtieron en fiestas en las que yo era el ¨²nico invitado. Me pasaba el d¨ªa pensando en qu¨¦ me iba a cocinar esa noche, y, al acabar la jornada laboral, sal¨ªa disparado hac¨ªa mi zulo para hacer la compra en las tiendas de alrededor.
Carles haciendo la compra para su cena rom¨¢ntica. GIPHY
Cambi¨¦ el rollo de papel de cocina por las servilletas de tela; algo tan gratificante para la salud mental como el hecho de hacer la cama y ventilar la casa. Alg¨²n jueves beb¨ªa un poco de cava de una botella desbravada tras llevar varias semanas abierta en la nevera. Brut Nature, por supuesto.
Desde entonces, me he convertido en un predicador de las ventajas que tienen las cenas rom¨¢nticas para uno. Entre las que destaco:
- No hay que impresionar a nadie. Cada receta es un abrazo a tu autoestima, tanto si te ha salido como a Fina Puigdevall o como si parece un Le¨®n come gamba.
- Puedes comer por encima de tus posibilidades sin preocuparte de apariencias o de ocultar ardores.
- Nadie se escandaliza si sueltas alg¨²n pedo durante la cena. Bueno, quiz¨¢s tu gato.
- Si dejas el plato sin acabar para tirarte ¨Cotro pedo¨C en el sof¨¢, tampoco pasa nada.
- Esa noche sabes que te acostar¨¢s con alguien: contigo mismo o con tu acidez.
La organizaci¨®n es clave para optimizar al m¨¢ximo el tiempo que dedicas a comprar y cocinar. Para ello, estas recomendaciones pueden servirte de ayuda:
- Una buena despensa: ten en cuenta que ma?ana puede llegar la pandemia del hongo Cordyceps, as¨ª que una buena alacena repleta de latas y botes de cristal te solucionar¨ªa algunos problemillas. Legumbres, menestras de verduras, tomate natural triturado y frito, esp¨¢rragos, palmitos, at¨²n, sardinas, chucrut, pepinillos agridulces, salsa de soja, leche de coco, etc.
- Especias: p¨ªllate todas las especias que veas en el s¨²per. Son ideales para darle un toque de gracia a tu miserable vida. Las que no deben faltar son el ajo y la cebolla en polvo, or¨¦gano, tomillo, jengibre, piment¨®n dulce y picante, c¨²rcuma y curry.
- No dejes para cada d¨ªa lo que puedas hacer en una tarde: o lo que tambi¨¦n llaman batch cooking. Cocina varios ingredientes en grandes cantidades para que puedas combinarlos entre s¨ª, y con carnes y pescados. Por ejemplo, asa patatas al horno condimentadas con especias, hierve arroz o quinoa, cuece unos cuantos huevos, saltea verduras con soja, y gu¨¢rdalo todo por separado en la nevera. Parece mucho, pero en un par de horas puedes tenerlo listo, incluso con la cocina limpia.
- Compra a granel: aprovecha los botes de cristal de las conservas para rellenarlos con arroz, pasta, harina y otros ingredientes.
- El congelador. Tu gran aliado: esos cajones no son solamente para pizzas y hielo. Si te da pereza cocinar para una persona, hazlo para m¨¢s de dos; y congela por raciones en t¨¢pers.
En definitiva, reivindiquemos los desayunos, comidas y cenas rom¨¢nticas para uno mismo. Todo vale mientras sea placentero y reconfortante para ti. Y, recuerda, no hace falta pasar mucho tiempo en la cocina para que sea especial. Cuantas m¨¢s cosas de untar haya sobre la mesa, m¨¢s festivo ser¨¢ el momento.
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