Gachas: el plato que reconforta a la humanidad desde hace m¨¢s de 3.500 a?os
Los platos espesos de textura amable est¨¢n grabados en la memoria de nuestra especie como s¨ªmbolo de cuidado. Rescatamos seis recetas de distintos pa¨ªses, de un porridge a una bissara
Escriben Flandrin y Montanari en su Historia de la alimentaci¨®n, que las gachas son el alimento m¨¢s com¨²n del mundo. Ll¨¢mese, farineta, talvina, polenta, asida, gofio escaldado, porridge, fuf¨², mazamorra, congee, canjica, maccu o m?za, pr¨¢cticamente cada pa¨ªs, cada regi¨®n y cada pueblo tiene su propia versi¨®n. Si nos asomamos a la historia, vemos que las personas y colectivos m¨¢s humildes de la sociedad, siempre numerosos, han subsistido a base de gachas.
Los carbohidratos ¨Calmidones, pectinas y f¨¦culas¨C contenidos en los vegetales tienen la cualidad de hincharse e interponerse en el camino del agua durante el hervido. Cuanto mejor distribuido est¨¦ el ingrediente, m¨¢s obstrucci¨®n causar¨¢ y mayor ser¨¢ su cualidad de espesar. Cuando el calor aplicado es lo bastante intenso como para evaporar el agua, las texturas se vuelven crujientes -es el caso de las patatas chips, resultantes de la fritura en aceite a alta temperatura, o de la corteza del pan horneado-. Pero la cocci¨®n de una semilla o ra¨ªz reducida a polvo en un l¨ªquido, provoca el espesamiento. La preparaci¨®n de gachas era el modo m¨¢s r¨¢pido, f¨¢cil, accesible y econ¨®mico en materia de tecnolog¨ªa, t¨¦cnica, tiempo y combustible, de obtener una comida agradable y energ¨¦tica.
La escritora Isabel Allende inici¨® su libro Afrodita (2003), un collage de cuentos y recetas sobre comida y sensualidad, evocando una vivencia tr¨¢gica; la de la enfermedad que le arrebat¨® a su hija Paula. Explicaba que, en aquellos momentos, la ¨²nica comida que le entraba era el arroz con leche: aquel postre blanco, denso y dulce le proporcionaba algo parecido al consuelo. Me llam¨® la atenci¨®n porque en mi familia, el alimento apetecido en d¨ªas de zozobra emocional es el pur¨¦ de patatas. Coincid¨ªamos en buscar consuelo en comidas pastosas, b¨¢sicas, reconfortantes; en cucharadas que, en ¨²ltima instancia, nos hacen juntar los labios en el movimiento exacto con el que los beb¨¦s dibujan sus primeras palabras: ¡°Mam¨¢¡±, ¡°pap¨¢¡±.
El apego a estas cucharadas espesas se ha consolidado a trav¨¦s de los miles de a?os que lleva la humanidad consumiendo cereales, legumbres y tub¨¦rculos. Las texturas amables resultantes, los sabores f¨¢ciles y las temperaturas tibias o calientes est¨¢n grabadas en la memoria de nuestra especie como s¨ªmbolo de cuidado, aunque algunos las rechazan de forma visceral. Un estudio publicado en Food Science & Nutrition en 2015, establec¨ªa una clasificaci¨®n de los consumidores en funci¨®n de su preferencia por unas texturas u otras. Seg¨²n sus conclusiones, nos dividimos en trituradores, masticadores, aplastadores y chupadores: m¨¢s all¨¢ del grupo con el que cada cual se identifique, las papillas de cereales figuran entre los primeros alimentos que se introducen en la dieta de los beb¨¦s, y los ¨²ltimos que consumen ancianos y enfermos.
Aunque con toda probabilidad el plato ser¨¢ mucho m¨¢s antiguo, los primeros testimonios de consumo se remontan a hace 3.500 a?os. Los fenicios las hacen de harina de trigo, cebada o escanda, o de legumbres como garbanzos, lentejas y habas. El t¨¦rmino ingl¨¦s pulses, legumbres, viene de la palabra latina para gachas, puls, de la que deriva tambi¨¦n ¡®polenta¡¯. El comedi¨®grafo latino Plauto se burlaba de los fenicios de Cartago llam¨¢ndolos ¡°devoradores de gachas¡±, pero lo cierto es que las clases populares de Roma tambi¨¦n se sosten¨ªan gracias a ellas. Cat¨®n el Viejo, defensor de la austeridad, reivindica la puls en su libro De agricultura, y da una receta enriquecida con queso, miel y huevos.
Tras la ca¨ªda del Imperio Romano, el mundo medieval contin¨²a comiendo harinas cocidas: el porridge, tan de moda, no se invent¨® ayer; la avena era el cereal b¨¢sico desde las islas brit¨¢nicas a los pa¨ªses escandinavos. En los pa¨ªses eslavos, las gachas se tornan gris¨¢ceas, porque se hacen de trigo sarraceno (se usa cualquier cereal o legumbre disponible, incluidas las casta?as en las zonas boscosas del Mediterr¨¢neo). En China y los pa¨ªses arroceros se muelen los granos rotos para hacer congee, y no hace tanto tiempo que las gachas eran nuestro sost¨¦n, de ah¨ª que haya supervivientes de ¨¦pocas de vacas flacas que no quieren ni verlas. Pero estamos predispuestos por la historia a disfrutarlas. En Am¨¦rica, los europeos descubren el ma¨ªz, un cereal rico y de rendimiento milagroso. En el siglo XVIII, la cornisa cant¨¢brica, el sureste de Francia y el norte de Italia ya consumen tortos y polentas de ma¨ªz: l¨¢stima que los conquistadores no aprendieran la nixtamalizaci¨®n, que hace el ma¨ªz m¨¢s digerible y nutritivo.
En 1730, se declar¨® en Asturias el primer brote de pelagra -que asol¨® Italia, Francia y los Balcanes-, enfermedad grave provocada por consumir ma¨ªz sin nixtamalizar como alimento casi ¨²nico. El hambre es fuente de enfermedades: en la Espa?a de secano, la subsistencia a base de harina de almortas, leguminosa cultivada para alimentaci¨®n del ganado, provoc¨® epidemias de latirismo tras la Guerra Civil. Hoy seguimos contemplando en la televisi¨®n c¨®mo ancianos, mujeres y ni?os en zonas azotadas por hambrunas hacen cola para conseguir raciones de ugali, gachas de harina de ma¨ªz omnipresentes en el ?frica subsahariana, que en los buenos tiempos acompa?an guisos de verduras, pescados o carnes.
Recogemos aqu¨ª algunas recetas de gachas para rendir homenaje a este alimento perfecto para d¨ªas nublados en el exterior o en nuestra alma. Que aproveche.
Escald¨®n de gofio con mojo verde
Tiempo: 5 minutos
Ingredientes
Para 4 personas
- 1 l de caldo (carne, pescado o vegetal)
- 250 g de gofio
- 1 cebolla
- 150 g de queso fresco
- Mojo verde
- 1 manojo de cilantro
- 2 ajos
- 200 ml de AOVE
- 30 ml de vinagre
- ? cucharadita de comino
- Sal
Instrucciones
Majar o triturar el ajo y el cilantro con el vinagre, el comino y la sal, e incorporar después el aceite sin dejar de remover. Reservar.
Pelar y picar la cebolla y trocear el queso fresco.
Para el escaldón, llevar el caldo al borde del hervor. Poner cuatro cucharadas de gofio en un bol y agregar caldo sin dejar de batir hasta que adquiera la consistencia de un puré denso. Repetir hasta terminar con el gofio y el caldo.
Servir con la cebolla y el queso por encima, acompañado de mojo.
Gachas con an¨ªs y arrope
Tiempo: 15 minutos
Ingredientes
Para 4 a 6 personas
- 3 cucharadas soperas de harina de trigo
- 40 ml de AOVE
- 500 ml de leche o agua
- La c¨¢scara de medio lim¨®n (solo la parte amarilla)
- 1 cucharadita de matalah¨²va
- 1 cucharada de an¨ªs
- 2-3 cucharadas soperas de az¨²car
- Arrope o miel de ca?a
Instrucciones
Calentar el aceite en una cacerola, añadir la cáscara de limón, las semillas de ajonjolí y la harina. Remover durante dos minutos para que la harina se tueste ligeramente.
Agregar, poco a poco y sin dejar de remover, la leche y el anís. Remover y cocer hasta que la gacha espese y esté fina (10 minutos).
Endulzar a gusto y servir caliente o fría, con arrope.
Gachas de pitos (almortas)
Ingredientes
- 90 g de harina de almortas
- 3-4 dientes de ajo
- 80 g de panceta
- 1 chorizo
- ? l de agua (aproximadamente)
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de piment¨®n dulce
- 1 guindilla
- Sal
Instrucciones
Pelar los ajos y picarlos.
Poner el aceite en una sartén honda o cazuela a fuego moderado y dorar los ajos. Retirar y reservar.
Picar la panceta y el chorizo, freírlos, retirar y reservar.
Agregar la harina y dar unas vueltas para que se impregne de grasa y empiece a tostarse.
Bajar el fuego, añadir el pimentón y empezar a verter agua, removiendo para evitar que se formen grumos. Remover hasta que la harina empiece a espesar (unos 10 minutos).
Probar y rectificar de sal. Añadir los tropezones (ajos, panceta, chorizo) y servir.
Porridge con leche de coco y fresas
Tiempo: 10 minutos
Ingredientes
Para 4 personas
- 200 g de fresas
- 1 cucharadita de az¨²car (opcional)
- Unas gotas de lim¨®n
- 400 ml de leche
- 400 ml de leche de coco
- 180 g de copos de avena
- 75 g de reques¨®n
- Ralladura de lim¨®n
- Az¨²car o endulzante a gusto
Instrucciones
Limpiar las fresas, trocearlas, agregar el azúcar y el limón, remover en un bol y macerar en frío.
Mientras, mezclar la leche con la leche de coco, poner a calentar y añadir los copos de avena. Cocinar a fuego suave removiendo durante cinco minutos hasta que la avena esté cocida.
Agregar el requesón y remover. Endulzar, repartir en cuencos y disponer por encima las fresas y la ralladura de limón.
Maccu di favi
Tiempo: 90 minutos
Ingredientes
Para 4 personas
- 300 g de habas secas peladas
- Un manojo de hinojo silvestre ¨Co no¨C fresco
- ? guindilla fresca picante entera o troceada (o al gusto)
- 5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal
Instrucciones
La noche antes, poner en remojo las habas en agua fría.
En el momento de empezar la preparación, las habas se escurren y se pasan a una cazuela con un litro de agua sin sal a punto de ebullición. Dejar cocer a fuego lento una hora, removiendo de tanto en tanto y agregando agua caliente si fuera necesario: la idea es que las habas se deshagan.
A mitad de cocinado, añadir el hinojo lavado y picado (únicamente las partes tiernas), y la guindilla, reservando un poco para la presentación (también guardamos unas hojas de hinojo).
Seguir removiendo y comprobar que la legumbre vaya quedando hecha una pasta densa, a la que añadiremos el aceite casi al final.
Salar en el último momento, verter el puré en un cuenco o plato hondo, decorar con hinojo, guindilla y un hilo de aceite, y servir acompañado de pan tostado.
Bissara
Tiempo: 60 minutos
Ingredientes
- 300 g de guisante seco pelado
- 1,5 litros de agua fr¨ªa
- 4 cucharadas de AOVE
- 1 cebolla pelada y picada
- 3-4 dientes de ajo machacados
- 1 cucharadita de semillas de comino enteras
- 1 pellizco de copos de chile
- Un pu?ado de cilantro fresco (se puede sustituir por hierbabuena)
- 1 cucharada sopera de aceite de arg¨¢n para cocinar (o aceite de s¨¦samo)
- Sal
Instrucciones
Una vez lavados, poner los guisantes con el agua fría en una cacerola y cocinar de 40 minutos a una hora, removiendo con frecuencia y agregando agua si es necesario para que no se peguen.
Mientras, en una sartén honda y amplia, tostar las semillas de cilantro durante unos tres minutos a fuego suave. Reservar.
En la misma sartén, poner el aceite de oliva y sofreír la cebolla con un poco de sal hasta que esté blanda y dorada.
Agregar el ajo y dejar tres minutos más. Añadir el comino y, fuera del fuego, los copos de chile.
Cuando los guisantes estén cocidos, añadir el sofrito y dar unas vueltas para romperlos y lograr un puré.
Salar al gusto y servir con un chorrito de aceite de argán (o sésamo, una gota, si no lo encuentra) y un puñado de hojas frescas.
Sigue a El Comidista en TikTok, Instagram, X, Facebook o Youtube.