La cocinera malague?a que huy¨® del estr¨¦s de los grandes restaurantes, para triunfar con un obrador de pastas frescas
Alba de Luca ha convertido su peque?o restaurante, con taller incluido, en una escondida calle de San Pedro de Alc¨¢ntara (Marbella), en parada obligada para los amantes de este tipo de recetas italianas, a precios comedidos
A diario, la cocinera Alba de Luca, de 28 a?os, se enfrenta al reto de superar el nivel que ya ha alcanzado con sus excelentes pastas frescas al huevo. En el obrador contiguo a su restaurantito, DeLuca, situado en una agitada calle de San Pedro de Alc¨¢ntara (Marbella), en la zona industrial de La Campana, elabora y moldea cada ma?ana tagliatelle, linguine, pappardelle, bucatini y rigatoni, adem¨¢s de gnocchi, tortellini, ravioli de calabaza, y de queso con espinacas. Una apuesta radical por la pasta hecha en casa, base de recetas suculentas que elabora al momento. Las mismas, cuyos enunciados muestra en hojas de papel, que, a modo de humilde carta, reparte entre sus comensales.
¡°Cada d¨ªa, a partir de las 18,30 horas, nuestro comedor se llena con clientes extranjeros, la mayor¨ªa residentes que nos recomiendan unos a otros. Desde las 21 horas recibimos al p¨²blico local en el segundo turno. Nunca abrimos a mediod¨ªa¡±, asegura. Despu¨¦s de probar sus platos, sent¨ªa tanto inter¨¦s por conocer el secreto de sus pastas artesanales que me propuse visitar su obrador a media ma?ana.
?C¨®mo consigues la textura de seda de tus pastas?, le pregunt¨¦ al poco de reencontrarla. ¡°No son las cl¨¢sicas de harina y huevo. Las preparo con harina de trigo 00 y s¨¦mola rimacinata de trigo duro, muy fina, que le prestan el cuerpo, la jugosidad y el color que voy buscando. Ambas son italianas, marca 5 Stagioni. Consigo masas que se moldean como la plastilina. Aparte, utilizo huevos frescos gallegos de la granja Campomayor a los que a?ado algunas yemas sueltas. Para el amasado me ayudo de peque?as m¨¢quinas. El resto, todo a mano¡±.
?C¨®mo has llegado hasta aqu¨ª? ¡°Me form¨¦ en la escuela de hosteler¨ªa de Benhavis (M¨¢laga) y trabaj¨¦ mes y medio en la antigua Moraga, de Dani Garc¨ªa. Mis primeras experiencias no fueron buenas, me sent¨ªa explotada. Envi¨¦ una solicitud de pr¨¢cticas a Mugaritz, y me admitieron. Corr¨ªa 2015. Result¨® apasionante, pero al cabo de tres meses abandon¨¦ aquel santuario. Regres¨¦ a Marbella para trabajar en las cocinas de Puente Romano y al inaugurarse el glamuroso Nobu me llamaron. Estuve dos a?os. Aprend¨ª lo que no est¨¢ escrito en sus diferentes partidas, todas muy bien organizadas. D¨¢bamos 400 cubiertos diarios. Tampoco aquel ritmo me convenc¨ªa¡±.
Su sue?o era todo lo contrario: gestionar un restaurante tranquilo. ¡°Busqu¨¦ alternativas e inici¨¦ un voluntariado en Monsampietro Morico, granja en el centro de Italia, cerca de la Toscana, donde se alojaba un restaurante rural que daba servicio al entorno. Cocin¨¢bamos lo que nos daba la tierra, un lugar donde la filosof¨ªa del kil¨®metro 0 y el respeto a las temporadas eran pautas obligadas. Fue entonces cuando me atrap¨® la cocina italiana, en parte acentuada por mis or¨ªgenes, desciendo de padre italoargentino y madre malague?a. Cuidaba animales, me ense?aron a hacer el compost y a plantar hortalizas¡±. Se sent¨ªa diferente. Regres¨® a M¨¢laga, viaj¨® a Londres y comenz¨® a trabajar en Sexy Fish, un restaurante japon¨¦s, en Mayfair. ¡°De locura. Nunca he visto un restaurante mejor organizado. Luego pas¨¦ al italiano Bancone, donde acrecent¨¦ mi afici¨®n por las pastas. A finales de 2021, abr¨ª De Luca en este local de mis padres. Me siento feliz. No puedo quejarme¡±.
Una vez en su obrador, con el desparpajo y la precisi¨®n t¨¦cnica de los mejores pasteleros, Alba empieza a pesar las harinas y a batir los huevos que va introduciendo en una amasadora que gira a ritmo pausado. ¡°Voy a preparar una bola de masa que dejar¨¦ reposar durante cinco minutos antes de moldearla. Es important¨ªsimo no acelerar los procesos¡±, asegura. Mientras tanto, para mi sorpresa, se decidi¨® a elaborar pastas cortadas al bronce, requisito propio de las pastas secas, tan solo con harina y agua. ¡°Las m¨ªas no son secas, no dejo que se sequen. Las corto con cuchillas de bronce y consigo unas pastas frescas, como los rigatoni, lasagnette y mafaldini, ideales para los intolerantes al huevo¡±.
Enseguida, regresa al rinc¨®n de las pastas frescas. Al pasar por la laminadora, la bola comienza a estirarse mientras se ondula en el aire entre sus manos, igual que un vaporoso pa?uelo de seda. Una y otra vez aquella s¨¢bana dorada crece incontrolable, cada vez m¨¢s flexible y desmesurada. Cuando detiene el proceso, la cocinera corta los primeros papardelle a cuchillo sobre la mesa, anchos, aunque de grosor fino, y m¨¢s tarde los linguini, estrechos y algo m¨¢s gruesos, con una cortadora mec¨¢nica. Sin detenerse pasa a elaborar dos de sus pastas rellenas, los raviolis de calabaza asada y mascarpone, y los de ricota y espinacas, con los que concluyen sus preparativos para esa noche.
La base de platos excelentes que me encontr¨¦ poco despu¨¦s en la carta del d¨ªa: papardelle con rag¨² de costilla de vaca; tagliolini con almejas y aceite de ajo confitado; rigatoni al pesto de pistacho, y bucatini a la amatriciana con salsa de tomates San Marzano y guanciale. Especialidades que calificar¨ªa con un notable alto y que se cotizan entre 15 y 18 euros cada una. Un mini fest¨ªn sin ning¨²n boato en DeLuca, cuyas facturas por comensal rara vez superan los 35-45 euros.
DeLuca
- Dirección: Av. Miguel de Cervantes, 26, Marbella.
- Teléfono: 676 30 25 61
- Horario: De 18.30 a 23 horas. Los lunes, cerrado.
- Precio: A partir de 35 euros.