Flan de naranja sin l¨¢cteos

El flan es uno de los postres m¨¢s f¨¢ciles y reconfortantes que existen, pero el pobre acarrea muchos traumas. Desde una inmerecida fama de simpl¨®n hasta diversos ultrajes perpetrados por el ni?o de Flan¨ªn o el mal¨¦volo Chino Mandar¨ªn. Los polvitos m¨¢gicos, tan modernos y desarrollados ellos, se aliaron con la mala fama de los huevos (cuando se viv¨ªa con miedo a comer m¨¢s de uno a la semana) para borrar el flan tradicional de la faz de la tierra.

Desterrado de los restaurantes finos, sobrevivi¨® como soldado de fortuna hecho de extranjis en cocinas que no cre¨ªan en los mitos hueveros del colesterol. A¨²n hoy en d¨ªa el flan es v¨ªctima del miedo a ese arcano m¨¦todo de cocci¨®n llamado ba?o Mar¨ªa, o a una fatal quemadura provocada por hacer caramelo a lo loco.

Desmontemos pues esos mitos y salgamos del armario flanero con unas cuantas indicaciones b¨¢sicas. El flan de huevo lleva por cada ¨ªdem unos 80 ml de leche o similar y unos 25 gramos de az¨²car. Estos n¨²meros 1 - 80 - 25 resuelven m¨¢s misterios que la sucesi¨®n de Fibonacci, y nos revelan que para un flan generoso con medio litro de l¨ªquido deber¨ªamos usar 6 huevos y 150 g de az¨²car. Tach¨¢n.

Los huevos pueden ser enteros, el doble si usamos s¨®lo yemas abusando de vacaburrismo o parte y parte. En cuanto al caramelo, no es necesario. Es verdad que est¨¢ asociado al flan desde el comienzo de los tiempos, pero es m¨¢s una relaci¨®n rutinaria que imprescindible. Perfectamente se puede hacer flan sin pizca de caramelo, como nos ense?¨® Mikel en esta versi¨®n.

Tan s¨®lo ser¨¢ un poco m¨¢s dif¨ªcil desmoldarlo, cuesti¨®n que podemos arreglar pasando un cuchillo fino por los bordes y metiendo el molde en un recipiente de agua caliente varios minutos antes de darle la vuelta. De cualquier modo, eludir completamente la probable pifia del flan al volcarlo es imposible. Lo importante es dejarlo reposar tras su paso por el horno y despu¨¦s enfriarlo en la nevera, idealmente 12 horas para intentar solventar el momento darle-la-vuelta-al-flan del mejor modo. El ba?o Mar¨ªa tampoco es dif¨ªcil ni vuestro enemigo mortal, pero s¨ª ten¨¦is que aseguraros de que el agua est¨¦ a punto de ebullici¨®n y de que el molde est¨¦ bien tapado para no salpicar su contenido ni formar condensaci¨®n dentro de ¨¦l.

Con las reglas b¨¢sicas controladas, podemos empezar a experimentar con el flan y enriquecerlo con distintos sabores. En este caso es de naranja al cubo, con zumo, ralladura y agua de azahar. La leche de vaca se ha sustituido por una de almendras, para variar y para que al¨¦rgicos a su prote¨ªna e intolerantes a la lactosa puedan apuntarse a la fiesta. Se puede usar una comprada, hacerla casera como explic¨¢bamos en el manjar blanco o sustituirla por cualquier otro tipo de leche vegetal o animal, como prefir¨¢is. Si no sois aficionados a utilizar agua de azahar en la cocina probad a echar s¨®lo unas gotas antes de veniros arriba, no sea que luego os sepa el flan a colonia de abuela. Tiene que oler, recordar y saber plena y completamente a naranja.

El tiempo de cocci¨®n depende del tama?o del molde, no es lo mismo usar una flanera alta que una fuente de gran di¨¢metro en la que el flan tendr¨¢ pocos cent¨ªmetros de espesor. Para recipientes individuales calculad unos 25 minutos de horno y para moldes m¨¢s grandes en torno a una hora, o hasta que una brocheta pinchada salga limpia.

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