Costillas de cerdo con apionabo y manzana

¡°Aqu¨ª est¨¢ otra vez el pesado este con el c¨¦leri¡±, pensar¨¢s. S¨ª, aqu¨ª estoy, hola. La raz¨®n por la que doy tanto la brasa con el c¨¦leri o apionabo es porque a) me parece un sabor maravilloso, y b) conozco a much¨ªsima gente que odia el apio, al que se parece tanto -aunque sea su versi¨®n sutil y sin fibras- a la que esta verdura le puede encantar. Me parece un ingrediente que encaja perfectamente en casi todos los platos que se me vienen a la cabeza: pescados a la brasa, ensaladas (tanto en el cuerpo de la ensalada como en una vinagreta para ali?arla), cremas -?te imaginas una vichyssoise con celeri en vez de parte de la patata? A lo loco, que dir¨ªa Ib¨¢n Yarza- o asados, entre otros.

El caso es que esta receta es mi versi¨®n -en estilo libre extremo, que casi no le toca ni las palmas porque he usado el nombre para dar rienda suelta a mi imaginaci¨®n y prepararlo como me sal¨ªa de las narices- de un plato maravilloso que sirven en La Esquina, donde te ponen por delante tres piezas de cerdo en tres cocciones diferentes, acompa?adas todas ellas de pur¨¦ de apionabo y manzana fresca cortada. Si no ten¨¦is apionabo a mano, a?adid un par de ramas de apio tiernas -esto es importante, las fibras os pueden escacharrar el asunto- al pur¨¦ de patata.

Como no quer¨ªa que esto se quedara en la an¨¦cdota de copiar el nombre y hacer lo que quisiera con la preparaci¨®n, me propuse darle una peque?a vuelta de tuerca que el cerdo fueran unas costillas especiadas y cocinadas a baja temperatura. Al menos, la baja temperatura que me permite el ser un aficionado a cocinero en chanclas y camiseta de Batman, con aspiraciones muy altas y sin m¨¢quina de envasar al vac¨ªo. Y as¨ª nos luce el pelo.

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