Muffins de calabaza

Dentro de la familia de reposter¨ªa hecha en moldes individuales y en forma de maceta, los muffins son mis preferidos. Tienen la esponjosidad de la magdalena y son igual de jugosos que un cupcake, pero sin todo el dulzor a?adido de los segundos; por no hablar de las cosas supuestamente est¨¦ticas que les hacen, que en realidad cuando se comen resultan bastante desagradables.

Pero, ?por qu¨¦ llamar muffins a lo que siempre han sido magdalenas? La diferencia est¨¢ en las proporciones de los ingredientes de la masa, que aportan esa jugosidad extra. Aunque como buen producto popular, no existe una concreta: las posibilidades de variar son enormes, y aprovechando las diferentes temporadas pueden entran en ellos todo tipo de frutas, vegetales o coberturas. Ahora es momento de calabazas, por eso la propuesta son estos esponjos¨ªsimos muffins bien especiados, rematados por un crumble crujiente y delicioso.

Estos bocados son semidulces, muy t¨ªpicos de la cultura anglosajona, y recordando los cl¨¢sicos pasteles de zanahoria o calabaza les hemos incorporado jengibre, pimienta negra, canela y curry, que aportan un punto extra de alegr¨ªa. Adem¨¢s, apostaremos por el aceite de oliva virgen extra en sustituci¨®n de la mantequilla. Aguantar¨¢n tres d¨ªas perfectamente, una vez horneados, si los conserv¨¢is bajo una tapa de pl¨¢stico con alg¨²n agujerito. Tambi¨¦n pod¨¦is optar por congelar: luego, con un toque m¨ªnimo de microondas, los tendr¨¦is como reci¨¦n hechos. Como consejo final, la calabaza -esa cucurbit¨¢cea que vale tanto para unas lentejas como para una tarta-, queda excepcional si la asamos en el horno media hora a 180? para sacarle todo el partido a sus az¨²cares naturales (mucho mejor que utilizar pur¨¦s enlatados).

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