Jean-Michel Jarre, el pionero de la m¨²sica electr¨®nica que enterr¨® a su padre en un ata¨²d de alquiler
Hijo del oscarizado compositor de bandas sonoras Maurice Jarre, actualmente es pareja de la actriz china Gong Li y estuvo casado con Charlotte Rampling
Jean-Michel Jarre tiene 71 a?os y un puesto entre los m¨²sicos de relevancia internacional por destacar en el campo de la m¨²sica electr¨®nica. Una forma diferente de entender esta rama del arte que le hizo famoso y logr¨® que sus conciertos celebrados al aire libre se convirtieran en citas multitudinarias en la d¨¦cada de los ochenta y noventa. Su m¨²sica ha continuado siendo objeto de culto a pesar de que de 2008 a 2014 pas¨® por a?os de sequ¨ªa art¨ªstica, aunque regres¨® con nuevos proyectos y giras que se han ido sucediendo desde 2017.
Sin embargo, de su vida se conoce poco aunque el m¨²sico franc¨¦s lo cont¨® casi todo en una especie de autobiograf¨ªa, M¨¦lancolique Rod¨¦o, que public¨® en octubre de 2019. Un texto construido alrededor de sus objetos fetiche en el que consigue crear un retrato ¨ªntimo de una vida de novela que comienza con una infancia que gir¨® alrededor de la m¨²sica desde que era muy peque?o. Cuando ¨¦l naci¨®, su padre, Maurice Jarre, era un desconocido compositor de bandas sonoras pero termin¨® siendo el autor de melod¨ªas m¨ªticas del cine que le hicieron ganar tres Oscar ¡ªLawrence de Arabia (1962), Doctor Zhivago (1965) y Pasaje a la India (1984)¡ª, adem¨¢s de varios Globos de Oro entre otros por la banda sonora de Un paseo por las nubes (1995) y Gorilas en la niebla (1988).
En cualquier caso, primero por trabajo y despu¨¦s por la separaci¨®n de sus padres, Jarre no estuvo tan influenciado por las ideas paternas como por su madre, France Pejot, enfermera de profesi¨®n era gran amante de la m¨²sica. Ella fue quien estuvo detr¨¢s de que empezara a dar clases de piano desde los cinco a?os o a llevarle con ella al club de jazz m¨¢s popular de Par¨ªs, Le Chat qui P¨ºche, donde conoci¨® al famoso trompetista Chet Baker.
Coleccionista de objetos, Jarre confiesa que recordar acontecimientos de su vida a trav¨¦s de ellos fue una forma de saltar del pasado al presente y realizar una conexi¨®n rom¨¢ntica entre su vida y su afici¨®n de ¡°cazador compulsivo de gangas¡±. Afirma que le ¡°debe todo" a su madre, una mujer que fue arrestada varias veces por los alemanes, deportada y que consigui¨® escapar siempre y le inculc¨® su ¡°incre¨ªble humor y alegr¨ªa de vivir¡±. ¡°Mi padre nos abandon¨® cuando yo ten¨ªa cinco a?os y me cri¨® sola con muy pocos medios. Ella es la desconocida de los tres y a quien le han llegado los honores de la posteridad¡±, afirm¨® en una entrevista en Paris Match con motivo de la publicaci¨®n del libro, en referencia a una calle a la que han puesto el nombre de su madre en la localidad francesa de Lyon.
En su vida existen otras dos mujeres cruciales y ambas son actrices: Charlotte Rampling, con quien estuvo casado y Gong Li, su actual pareja. Jarre y Rampling se conocieron en 1975 en una fiesta, cuando ¨¦l ya estaba considerado un genio de la m¨²sica electr¨®nica. Ella afirm¨® en una antigua entrevista que cuando se conocieron fue ¡°como un shock, no fue un cl¨¢sico flechazo sino como si dos personas se vieran despu¨¦s de una larga b¨²squeda¡±. Juntos tuvieron un hijo, David, que se sum¨® a ?milie, el hijo que Jarre tuvo de una anterior relaci¨®n y a Barnaby, hijo del primer matrimonio de Rampling. La actriz se centr¨® durante un tiempo en la felicidad que le proporcionaba su familia y el cuidado de sus hijos y lleg¨® a decir: "No desear¨ªa que el cine me robase la tranquilidad que disfruto¡±. Pero un d¨ªa se enter¨® de una infidelidad de su marido y lleg¨® el divorcio entre la pareja tras diez a?os de matrimonio.
Jarre se volvi¨® a casar con Anne Parillaud, una uni¨®n que dur¨® de 2005 a 2010, y en 2019 oficializ¨® su relaci¨®n con la actriz china Gong Li, de quien afirma: "Es la mujer del resto de mi vida¡±. En una larga entrevista en Journal du dimanche afirm¨® que cuando se separ¨® de Rampling pas¨® por un per¨ªodo de depresi¨®n de 10 a?os: ¡°Me estaba convirtiendo en lo que especialmente no quer¨ªa ser: mi padre. Encadenaba relaciones sin asumirlas¡±, afirm¨®. Enamorarse de Gong Li parece haberle anclado de nuevo al suelo: ¡°Ella me hizo comprender el v¨ªnculo misterioso que mantengo con China desde los conciertos que di en Beijing y Shanghai en 1981 despu¨¦s del per¨ªodo de Mao¡±, dijo Jarre.
La pareja se conoci¨® en Par¨ªs a trav¨¦s de un amigo com¨²n y, seg¨²n sus propias palabras, y como antes hab¨ªa ocurrido con Rampling ¡°tuvimos la extra?a impresi¨®n de conocernos desde hace mucho tiempo. Yo estaba en mitad de una gira y Li se uni¨® al equipo como si siempre hubiera sido parte de ¨¦l¡±, relat¨® en Paris Match. ¡°Gong Li es una leyenda en China", afirm¨® tambi¨¦n el m¨²sico, ¡°a trav¨¦s de ella el mundo se dio cuenta de la importancia del cine chino y encarna la independencia y libertad de las mujeres chinas modernas. Tengo mucha suerte de compartir mi vida con una mujer de la que admiro su amabilidad y que puede integrarse en todas partes a pesar de las barreras ling¨¹¨ªstica, sociales y culturales. Es muy raro una mente tan abierta y tanta serenidad".
Ahora viven a caballo entre Par¨ªs y China, pa¨ªs en el que pasan tiempo divididos entre las ciudades de Pek¨ªn y Shangh¨¢i. El m¨²sico afirma que llevan una vida simple, rodeados de amigos de confianza y que evitan todo lo que pueden los lugares p¨²blicos debido a ¡°la notoriedad de nuestra pareja¡±. Se comunican en ingl¨¦s y Jarre afirma que ¡°los asi¨¢ticos tambi¨¦n conocen el valor del silencio". "Con Li descubr¨ª que nos podemos entender sin pasar necesariamente por las palabras, lo cual es a¨²n m¨¢s precioso para alguien como yo centrado principalmente en m¨²sica sin palabras¡±, ha contado el compositor.
En su vida, ahora tranquila y feliz, queda sin embargo una herida que ya no hay posibilidad de cerrar: la ausencia de su padre. ¡°Nunca tuve oportunidad de hablar sobre m¨²sica con ¨¦l. Nunca asisti¨® a uno de mis conciertos. Seguir¨¢ siendo el gran enigma de mi vida. Y su ausencia, un vac¨ªo abisal¡±, cont¨® en la misma entrevista. A¨²n as¨ª asisti¨® a su entierro en 2009: ¡°Fue el d¨ªa m¨¢s surrealista de mi vida, no s¨¦ si llor¨¦ de risa o desesperaci¨®n. All¨ª estaba un hombre que tiene una estrella en Hollywood Boulevard con solo cuatro personas alrededor de su ata¨²d. Yo, mi hijo David, mi hermana St¨¦fanie y su ¨²ltima compa?era, que era quien lo hab¨ªa organizado. Y su cuerpo en un ata¨²d de alquiler, que en el momento de la cremaci¨®n se cambi¨® por una simple caja de embalaje. ?Solo cuatro frente a un ata¨²d de alquiler!".
El m¨²sico asegura que aunque no ha conseguido encontrar una explicaci¨®n a que su padre le olvidara, esta situaci¨®n s¨ª ha tenido consecuencias en su forma de ser: ¡°Durante toda mi vida intent¨¦ proteger a las mujeres, sin tener ¨¦xito, adem¨¢s. Y tambi¨¦n trat¨¦ de cumplir con mi papel de padre, con la esperanza de que nuestros tres hijos [los dos propios y el de Charlotte Rampling] supieran que siempre pod¨ªan contar conmigo¡±.
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