Roberto Polo: fil¨¢ntropo, coleccionista de arte y expresidiario
Amigo de Andy Warhol y de Grace Jones, gestiona un patrimonio art¨ªstico valorado en 400 millones con una vida discreta en Toledo
A¨²n por tel¨¦fono y confinado, el coleccionista y fil¨¢ntropo Roberto Polo (La Habana, 1951) no pierde el sentido del espect¨¢culo. ¡°Yo nac¨ª as¨ª, siempre he sabido lo que quiero, es mi personalidad¡±. Se mud¨® hace un a?o a Toledo desde Bruselas junto a su colecci¨®n de arte moderno y contempor¨¢neo para abrir un museo con dos sedes: Toledo y Cuenca, gracias a un acuerdo de cesi¨®n por 15 a?os prorrogables que firm¨® con la Junta de Castilla La Mancha. En Toledo lleva una vida sencilla donde acude a un gimnasio que le cuesta 19 euros al mes. "Es la primera vez que no vivo en el centro de una gran ciudad, pero me gusta ver el cielo, el campo y sobre todo, me gusta estar cerca del museo. Imagina que Peggy Guggenheim cuando abri¨® su museo en Venecia en 1951 se hubiera ido a Nueva York o a Par¨ªs. Eso no es posible, uno tiene que vivir donde est¨¢ su museo¡±, cuenta.
¡°Si las cosas marchan bien acabar¨¦ donando mi colecci¨®n a Espa?a¡±, dijo en 2018 a El Pa¨ªs Semanal. Ahora asegura que las obras van a buen ritmo. ¡°Todo lo que el Gobierno ha prometido se ha hecho. La colecci¨®n est¨¢ valorada en 400 millones de euros y yo le cuesto a la Junta alrededor de 60.000. Imag¨ªnate si yo hubiera liquidado las obras y tuviera ese dinero en el banco ... vivir¨ªa muy bien pero para m¨ª lo importante es el legado¡±.
Polo atesora, entre otras piezas, una escultura de Oskar Schlemmer, el artista de la Bauhaus, un cuadro de Kandinsky y obra de Lazlo Moholy-Nagy, Max Ernest, Kurt Schiwitters, Marthe Donas, Larry Poons, Martin Kline y Ed Moses. Aunque parece cultivar un perfil bajo, su lista de conocidos, clientes, amigos y enemigos impresiona. De ni?o conoci¨® a Marlene Dietrich, luego fue amigo de Andy Warhol, de Robert Motherwell, de Joan Fontaine, de Grace Jones, y de David Hockney. Sin dudas, un peso pesado del ostentoso Nueva York de los 80
A los 35 a?os ya era rico y famoso. Viajaba en el Concorde, siempre acompa?ado de amigos porque no le gustaba estar solo, y era el anfitri¨®n de sonadas cenas ben¨¦ficas en aquel Nueva York obnubilado por el dinero y el ¨¦xito. En el comedor de su casa ten¨ªa un Botero y una pintura de Mary Cassat que luego subastar¨ªa en Christie¡¯s por un mill¨®n de d¨®lares.
Su s¨®lida formaci¨®n en Historia del Arte y Filosof¨ªa la debe a la prestigiosa Corcoran School de Washington y a la Universidad de Columbia, un cuerpo te¨®rico que le permiti¨® adelantarse a todas las tendencias y cultivar un buen gusto que le reconocen hasta sus enemigos m¨¢s ac¨¦rrimos. Lleg¨® a poseer junto a otros socios el 51% de las acciones de Sotheby¡¯s, mont¨® la empresa PAMG (Private Asset Management Group) que manejaba las finanzas de un grupo importante de inversores, se hizo experto en Artes Decorativas y en Gemolog¨ªa, trabaj¨® en Rizzoli, escribi¨® en Intervi¨², la revista de Warhol, don¨® obras al MET, al Victoria & Albert y al Louvre. Pas¨® casi cuatro a?os en la c¨¢rcel acusado por varios clientes de presunta apropiaci¨®n indebida de 124 millones de d¨®lares. ?l siempre ha negado los cargos. Al salir fue recibido en Par¨ªs como un iluminado. Le Figaro empez¨® a llamarlo entonces El Ojo por su buen tino para comprar arte justo en el momento exacto.¡°El ¨²ltimo d¨ªa del juicio, cuando fui liberado regres¨¦ a Par¨ªs y me di cuenta de que durante mi ausencia me hab¨ªa convertido en una leyenda, todas las obras de arte que yo hab¨ªa tocado se estaban subastando a precios incre¨ªblemente altos. Fui recibido como un h¨¦roe que regresaba de la guerra¡±, apunta Roberto.
¡°La mayor¨ªa de los coleccionistas hoy en d¨ªa son nuevos ricos, y que conste, a m¨ª me encantan los nuevos ricos porque adoro a la gente hecha a s¨ª misma, pero compran arte para demostrar estatus, y c¨®mo no saben, compran lo que est¨¢ de moda. No creo que los Jeff Koons y los Damien Hirst de este mundo se vayan a conservar en los museos en los pr¨®ximos siglos. Es un tipo de arte de consumo r¨¢pido, es como el Burger King y el Mc Donalds del mundo del arte¡±.
El gobierno franc¨¦s le otorg¨® la Orden de las Artes y Las letras por haber donado al Louvre el cuadro La adoraci¨®n de los pastores de Fragonard y una corona de oro, esmeraldas y diamantes que hab¨ªa pertenecido a la emperatriz Eugenia. Sobre los 44 meses que pas¨® en prisi¨®n, Polo admite que fue ¡°una experiencia enriquecedora¡±. "Encuentro felicidad en todo lo que Dios me ponga por el camino¡±. Su vida, a punto de cumplir 69, ha sido una sucesi¨®n de resurrecciones. Una de ellas le lleg¨® en 2016, en un c¨®ctel en Madrid, cuando le ofrecieron abrir un museo con su nombre para una colecci¨®n de arte moderno y contempor¨¢neo cuyo valor algunos han puesto en entredicho. ¡°En ruedas de prensa muchos periodistas me preguntan cu¨¢nto vale mi colecci¨®n, sabiendo la mentalidad cretina de hoy en d¨ªa s¨¦ que me est¨¢n preguntado por su valor monetario, algo que a m¨ª no me interesa. Si en 1951 alguien le hubiera preguntado a Peggy Guggenheim el valor de la suya hubiera tenido que citar una cifra insignificante. En mi colecci¨®n hay obras muy importantes que valen mucho pero eso no quiere decir que yo haya pagado mucho dinero por ellas, solo significa que las supe comprar a tiempo¡±.
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