Ivanka Trump planea c¨®mo reinventarse para mantener poder y fortuna
La ¡®ex primera hija de EE UU¡¯ valora distintas opciones entre los negocios, la moda y la pol¨ªtica para retomar su carrera tras cuatro a?os en la Casa Blanca
La hoguera de vanidades que es la Quinta Avenida andaba el s¨¢bado pasado revolucionada. Miembros de la unidad antiterrorista de la polic¨ªa de Nueva York sellaban el contorno de la Torre Trump mientras una legi¨®n de servidores del magnate ¨Cseguridad, asistentes, criados, edecanes¨C formaba en perfecto estado de revista a la entrada del edificio, en el tramo m¨¢s fino de la avenida neoyorquina, el de las marcas de lujo y las cenas con ostras y champ¨¢n. Los principales medios del pa¨ªs hab¨ªan informado horas antes de la inminente salida de Ivanka Trump de la Casa Blanca, donde su padre, el derrotado presidente de EEUU, permanec¨ªa, y all¨ª sigue, encastillado en el Despacho Oval. Nadie sab¨ªa a ciencia cierta si la hij¨ªsima, su esposo y consejero ¨¢ulico de Trump, Jared Kushner, y sus tres hijos regresar¨ªan a Nueva York o recalar¨ªan en alguna otra posesi¨®n familiar, pero la sede del imperio familiar bull¨ªa de expectaci¨®n, mientras los locales disfrutaban de una tarde de asueto por la zona cegados por las luminarias del glamour.
Ha pasado una semana, y nada se sabe del futuro que aguarda a la pareja, cada vez m¨¢s inc¨®moda en su exclusivo c¨ªrculo. Seg¨²n medios locales, los Javanka ¨Ccontracci¨®n de Jared e Ivanka, por esa econom¨ªa del ingl¨¦s, como Brangelina¨C sacaron a sus tres hijos de la escuela jud¨ªa de las afueras de Washington a la que acud¨ªan, tras las cr¨ªticas de los padres de otros alumnos a su laxa actitud ante el coronavirus, una vez que la Casa Blanca ha demostrado ser un cl¨²ster may¨²sculo de casos. La retirada escolar ser¨ªa, seg¨²n algunas fuentes, la primera se?al de que el matrimonio ha soltado amarras, tras haber recomendado al republicano que deponga la pataleta y admita su derrota en las urnas, desbloqueando la transici¨®n a la futura Administraci¨®n dem¨®crata.
Pero la marcha de la Casa Blanca no implica solo una mudanza, sino la reinvenci¨®n personal y profesional de Ivanka, de 39 a?os, versi¨®n refinada y cosmopolita del nuevo rico que siempre ha sido su padre; intelectual incluso, con una fina capa de esmalte feminista milenial sobre su caparaz¨®n de tibur¨®n financiero. ?Qu¨¦ futuro le espera? ?A qu¨¦ se dedicar¨¢ quien ha ejercido pr¨¢cticamente de primera dama durante cuatro a?os, por delante de Melania? ?Retomar¨¢ su ef¨ªmera carrera de modelo, los negocios inmobiliarios de su padre; la empresa de moda y complementos que le hizo ganar 100 millones de d¨®lares al a?o, o, como algunos pronostican, se preparar¨¢ para concurrir a las elecciones presidenciales en 2024? Una experiencia en la telerrealidad fashion, al estilo de las Kardashian ¨Cy como su padre, que tuvo su propio reality¨C, podr¨ªa ser otra opci¨®n; tambi¨¦n el coleccionismo de arte.
Cierto que bazas no le faltan, pero la animadversi¨®n de su antiguo c¨ªrculo de amistades es el mayor h¨¢ndicap para aterrizar en la realidad tras cuatro a?os de poder omn¨ªmodo, en los que se pase¨® por el F¨®rum de Davos y ofici¨® de interlocutora en las visitas de importantes l¨ªderes extranjeros a la Casa Blanca. Amistades de anta?o se revuelven hoy contra la ex primera hija y la ponen a caldo, como algunos miembros de la alta sociedad neoyorquina, por temor a la fea mancha de aceite que hoy es Trump, o su amiga de juventud Lysandra Ohrstrom, que en un art¨ªculo publicado en Vanity Fair la presenta como una persona obsesionada con el estatus y desde?osa de todo lo inferior.
¡°?Por qu¨¦ me recomiendas un libro sobre jodidos pobres?¡±, respondi¨® Ivanka a su compa?era en el exclusivo colegio de chicas Chapin de Nueva York ¨Cal que tambi¨¦n acudi¨® Jackie Kennedy Onassis¨C cuando esta le recomend¨® una novela galardonada con el Pulitzer sobre trabajadores en una peque?a ciudad de Maine. Ohrstrom, que fue dama de honor en la boda de Ivanka con el principal consejero de Trump para Oriente Pr¨®ximo, por el que se convirti¨® al juda¨ªsmo, completa su relato con la coletilla de Ivanka: ¡°?Qu¨¦ parte de ti cree que podr¨ªa interesarme esa historia?¡±.
¡°Ten¨ªa el radar de Trump para el dinero, el estatus y el poder, y el instinto de su padre para arrojar a otros bajo las ruedas de un autob¨²s con tal de salvarse a s¨ª misma¡±, remata Ohrstrom, cuyos or¨ªgenes palestinos, e incluso una gargantilla con su nombre escrito en ¨¢rabe, acabaron distanci¨¢ndola de Ivanka. Sobre la pretendida influencia moderadora que podr¨ªa haber ejercido en su padre al llegar este a la Casa Blanca, la examiga no puede ser m¨¢s pesimista: la que ha endurecido sus posturas ha sido precisamente Ivanka. De ah¨ª que algunos republicanos acaricien la idea de ungirla como candidata a la presidencia dentro de cuatro a?os, ya que se define como ¡°trump-republicana, pragm¨¢tica en todo, provida sin sonrojo¡±. Fue entonces, al verla ense?orearse de la Casa Blanca, cuando Ohrstrom se dio cuenta de que la gr¨¢cil imagen mundana, entre fr¨ªvola y profesional, que Ivanka proyectaba se deshac¨ªa como arenisca.
Si a la presencia obligadamente luminiscente de Ivanka, a su brillo personal, social y familiar, se le suma la red de relaciones que Jared Kushner ha forjado durante estos cuatros a?os, sobre todo en Oriente Pr¨®ximo, donde ha sido mu?idor de la normalizaci¨®n de relaciones entre Israel y Bahr¨¦in y Emiratos ?rabes Unidos, as¨ª como del llamado acuerdo del siglo, hay Ivanka para rato. El capital pol¨ªtico de la pareja se mantiene, por m¨¢s que el patriarca del imperio deba abandonar la Casa Blanca cuando constate que el tiempo del recreo ha terminado, y ellos, expiar su ambici¨®n ante el Muro de las Lamentaciones.
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