Las leyes de Taylor Swift
Tras lanzar en 2020 dos discos calificados como obras maestras, la cantante ha logrado darle la vuelta a su imagen y gustar a casi todos en un a?o con escasas apariciones p¨²blicas
El a?o 2020 ha sido muy malo para todos. Tal vez un poco menos para Taylor Swift y para los fans del Corinthians, uno de los clubes m¨¢s grandes de la ciudad brasile?a de S?o Paulo. Entre sus seguidores existe una creencia llamada la ley de Taylor Swift. Esta dicta que cada vez que la de Pensilvania lanza un disco, el equipo no pierde ni el partido anterior ni el siguiente a la fecha de publicaci¨®n del mismo. Todo empez¨® el 22 de octubre de 2010, cuando dos d¨ªas antes de que Taylor sacara su hom¨®nimo disco de debut el equipo venci¨® 1 a 0 al Cruzeiro. Se termin¨® de confirmar el pasado 13 de diciembre, cuando un d¨ªa despu¨¦s de que Swift publicara su segundo disco de 2020, Evermore, el equipo derrot¨® al S?o Paulo. En total, 15 partidos invictos gracias a Taylor. Una pe?a de hinchas ha invitado a la autora de Folklore a desfilar en el pr¨®ximo carnaval.
No es la ¨²nica ley de Taylor Swift que existe. Gary Veynerchuk, un emprendedor de estos que han hecho fama predicando en redes sociales, tambi¨¦n ha establecido su propia ley de Taylor Swift, que es una algo complicada teor¨ªa alrededor de la empresa que concluye que si la manejas con los c¨®digos con los que Taylor ha definido su carrera, el ¨¦xito ser¨¢ siempre tuyo y tus empleados, adem¨¢s, te amar¨¢n.
Estos dos ejemplos tal vez no pasan de an¨¦cdota, sobre todo el segundo, pero en cierto modo explican la relevancia social que ha alcanzado desde que irrumpi¨® en el panorama musical Tayor Swift y que, en un a?o en que todas las estrellas del pop han menguado en poder y relevancia, sigue creciendo. Lo que ha descubierto ella en estos ¨²ltimos meses es que no necesita estar para ser. Y que siendo le va incluso mejor que estando.
La artista ha sido ubicua desde casi los inicios. Era aquella estrella del country que era fotog¨¦nica, pop y vendible m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito de un g¨¦nero tradicionalmente muy ligado a un territorio y a una forma de ver la vida muy concreta. Luego descubri¨® el pop, y sin apenas mirar atr¨¢s, entr¨® en la liga de gente como Rihanna o Katy Perry. Hab¨ªa pasado de ser una anomal¨ªa en Nashville a ser una anomal¨ªa en Los ?ngeles. En aquella ¨¦poca creci¨® y se desarroll¨® la Taylor ubicua. Ten¨ªa su propio s¨¦quito y las que eran expulsadas de aquel c¨ªrculo luego aparec¨ªan en los medios hablando de lo tirana que era ella, de lo mucho que todas las aspirantes y debutantes de la escena quer¨ªan entrar, lo complicado que era introducirse y lo f¨¢cil que resultaba ser expulsada. Tambi¨¦n fue el momento en que encaden¨® varias relaciones con famosos (Harry Styles, Jake Gyllenhaal, Calvin Harris, Eddie Redmayne, Zac Efron¡), alguno de los cuales termin¨® en grandes canciones de la ¨¦poca de la cantante.
Hasta aqu¨ª nada fuera de lo normal. Pero en la era previa al MeToo, Taylor Swift fue v¨ªctima de su naturalidad y su sinceridad y, por qu¨¦ no, de cierta ambici¨®n mal calibrada. En su contra jug¨® que ella es tan blanca y tan perfecta que a nadie se le pod¨ªa ocurrir que le pasara algo malo. Es curioso c¨®mo en la ¨¦poca en que por fin cuestionamos el privilegio blanco y de clase la estrella m¨¢s rutilante sea una blanca de clase media de la que era fan hasta Donald Trump. Pero Taylor Swift ha conseguido sobreponerse a la idea de que es una estrella que triunfa por unos c¨®digos que pertenecen al pasado y lograr ser aceptada entre la progres¨ªa, cuando blanco m¨¢s blanco y m¨¢s f¨¢cil que ella no existe.
Todo esto es ya parte del pasado. Swift ha declarado que no es de Trump y este ha dicho que ya no es fan de su m¨²sica, demostrando una vez m¨¢s que la edad, seg¨²n para qui¨¦n, es solo un n¨²mero. Lleva casi cuatro a?os de relaci¨®n con el modelo, actor y compositor ingl¨¦s Joe Alwyn. Pero, bueno, como si quiere salir con uno distinto cada noche, la verdad. La diferencia tal vez de esta relaci¨®n con las anteriores es que Taylor y Joe han formado un t¨¢ndem discreto y compenetrado. ?l, m¨¢s que buen pianista, ayud¨® a componer un par de temas de folklore, el largo que ella grab¨® a distancia durante el confinamiento y que ha sido celebrado como lo que es: una obra maestra.
Pero Joe aparec¨ªa bajo pseud¨®nimo. El mundo se preguntaba qui¨¦n era aquel misterioso William Bowery. Taylor confes¨® antes del lanzamiento de su segundo gran opus de este a?o, Evermore, que ese tipo era su novio. ¡°He aprendido que si hablo de mi pareja se entiende que mi pareja es un tema de conversaci¨®n. Y no lo es. Por eso he decidido dejar de hacerlo. Nuestra relaci¨®n no es tema de conversaci¨®n. Mi vida se ha vuelto algo mucho m¨¢s manejable gracias a esto¡±, confesaba en 2019 a The Guardian. Hay una nueva Taylor Swift, una que ha logrado lo que casi ninguna estrella del pop de su tama?o consigui¨® jam¨¢s: cambiar, y en ese tr¨¢nsito mantener a los que la amaban, ganarse a los que la odiaban e incluso llamar la atenci¨®n de los que, no se sabe c¨®mo, pero hasta el momento la ignoraban.
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