Una novela policiaca convierte a Isabel II en una detective en Windsor
En su novela ¡®El nudo Windsor¡¯, la escritora S. J. Bennett hace que la reina m¨¢s famosa del mundo sea una resolutiva investigadora de cr¨ªmenes, en lo que tambi¨¦n es una semblanza de su personalidad, sus relaciones personales y del castillo brit¨¢nico
Como buena miembro del antiguo regio imperio brit¨¢nico, Sophia Bennett se atiene a las jerarqu¨ªas hasta en los nombramientos m¨¢s informales. Incluso para clasificarse a s¨ª misma. Por eso sonr¨ªe al o¨ªr el comentario de que es toda una experta en realeza, y prefiere dar un paso atr¨¢s: ¡°Soy m¨¢s bien una observadora de la realeza¡±, matiza. La larga conversaci¨®n ¡ªv¨ªa Zoom, al estar ella en su casa de Londres¡ª demuestra que peca de prudente. La autora acaba de lanzar un libro en el que Isabel II, la casa real brit¨¢nica y el castillo de Windsor son los protagonistas. Es mucho m¨¢s experta de lo que cree.
El nudo Windsor (Salamandra) es una historia h¨ªbrida: un adictivo relato de detectives, espionaje y aventuras, pero tambi¨¦n un retrato cercano y certero de la reina brit¨¢nica, que calca muchos de los gestos de la monarca en la vida real, porque bebe de fuentes cercanas a ella. En la novela, Isabel II se ver¨¢ abocada, con discreci¨®n y con la ayuda de su joven secretaria, a resolver un asesinato ocurrido en el castillo de Windsor. Esta es la primera obra editada en espa?ol de S. J. Bennett bajo ese nombre; hasta ahora, firmaba con su nombre de pila, Sophia, la decena de libros para ni?os, adolescentes y j¨®venes adultos que ha publicado. ¡°Hab¨ªa muchas razones¡± para este cambio, afirma. ¡°Esta es una persona distinta de la que firma esos libros. Adem¨¢s, las iniciales tienen un punto cl¨¢sico, como las de J. K. Rowling, por ejemplo. Y m¨¢s en las historias de detectives¡±, r¨ªe. ¡°As¨ª no se diferencia si quien escribe es hombre o mujer¡±. Esta primera obra adulta ya tiene una continuaci¨®n (por ahora solo en ingl¨¦s) que ha sido alabada por The New York Times y traducida a varios idiomas.
Sin conocerla m¨¢s que por escritos y retratos de ficci¨®n, esta reina detective se asemeja mucho a la aut¨¦ntica en sus costumbres p¨²blicamente conocidas, pero tambi¨¦n en sus comportamientos ¨ªntimos, reflejados por multitud de bi¨®grafos y personas cercanas a ella, como su antigua ni?era o su costurera, que han escrito libros sobre ella, as¨ª como por los detalles que sus ¨ªntimos han ido dejando escapar durante d¨¦cadas. La autora ha hablado con fuentes cercanas, algunas citadas en los agradecimientos (las menos), otras (la mayor¨ªa) ocultas. En la charla, prefiere esconder su identidad con discreci¨®n. ¡°Mucha gente es muy leal a la reina y me suplicaban que no pusiera sus nombres¡±, confiesa. La soberana de la ficci¨®n est¨¢ harta de que le digan lo mayor que es y de que la traten entre algodones, y tambi¨¦n se preocupa porque su generaci¨®n est¨¢ extingui¨¦ndose; es p¨ªcara, tremendamente observadora, y, por supuesto, amante de los perros y de una oportuna copita de ginebra. Tambi¨¦n queda capturado el esp¨ªritu de su matrimonio, con un Felipe de Edimburgo que la chincha y no siempre est¨¢ pendiente de ella, pero cuya presencia siempre sobrevuela sus necesidades y afectos. ¡°Es muy peligroso rodearse de gente que siempre dice que s¨ª, ¨¦l le recuerda que se puede equivocar¡±, reflexiona la autora. Para ella, la reina es ¡°list¨ªsima, sabe qui¨¦n es todo el mundo¡±, algo que le desvel¨® su padre cuando estuvo a su servicio y que ella ha comprobado con sus pesquisas.
Bennett es una apasionada de la familia real brit¨¢nica desde que era ni?a. Su padre form¨® parte de su escolta en el Jubileo de Plata, en 1977, as¨ª que ella la ha observado ¡°en la distancia, desde los 11 a?os¡±. Recuerda leer con fervor un libro de aquella ¨¦poca, The Queen¡¯s Clothes, ¡°sobre su ropa, c¨®mo era vestir en cenas de estado, todo aquello¡±. ¡°Me fascin¨®¡±, concede. ¡°A lo largo de los a?os he visto c¨®mo ha sobrevivido a la monta?a rusa de la vida p¨²blica, a veces de forma terrible, a veces fant¨¢stica. La admiro. Siempre acaba haci¨¦ndolo bien¡±, asegura. Por eso la convirti¨® en su hero¨ªna en esta historia datada hace solo cinco a?os. ¡°Quer¨ªa que el primer libro fuera cercano en el tiempo porque admiro c¨®mo ella ha podido, mejor que nadie, mantener esa imagen de estabilidad, de confianza, es extraordinario. Es algo que echamos de menos en ese pa¨ªs. Alguien que de verdad intente hacerlo bien, durante tiempo. Desde que era ni?a quiso hacerlo bien¡±, resume.
La propia Bennett estuvo a punto de formar parte del personal de Windsor. En su juventud, opt¨® a ese puesto de secretaria personal adjunta de la coprotagonista. ¡°Me lo sugirieron y lo intent¨¦, pero me dijeron que era muy joven, como Rozie en el libro¡±, explica. De ah¨ª que conozca bien la estructura mon¨¢rquica, que para la ficci¨®n ha decidido esquematizar, ¡°porque hay much¨ªsima gente y el libro ser¨ªa demasiado complicado¡±.
Al principio, Bennett pens¨® en una historia de detectives para dar vida a la hero¨ªna de sus novelas para adultos. Pero durante un retiro y mientras ve¨ªa The Crown se le ilumin¨® la bombilla: llevaba media vida siguiendo los pasos de su soberana, as¨ª que, ?por qu¨¦ no ella? ¡°Ella lo sabe todo, cuando hay algo raro, lo ve, lo observa. Sabe lo que no cuadra. No hay absolutamente nadie a quien no pueda llamar. Hay un mont¨®n de sitios: el castillo [Windsor], Balmoral, Buckingham... A partir de ah¨ª, mi cerebro no quer¨ªa escribir ninguna otra cosa. No pude dejarlo pasar¡±, sonr¨ªe. Adem¨¢s, se dio cuenta de que este no iba a ser solo un libro. La saga (en el Reino Unido ya ha visto la luz el segundo tomo, A three dog problem, y ella prepara un tercero) tendr¨¢ distintos escenarios y saltar¨¢ por diferentes momentos hist¨®ricos. Si Isabel II lleva casi 70 a?os de servicio p¨²blico, ten¨ªan que servirle para algo.
La autora r¨ªe al reconocer que ha investigado tanto sobre la reina que casi nada le sorprende ya de ella. Un dato, s¨ª: que una vez en unas carreras gan¨® como premio un cheque de 50 libras (poco menos de 60 euros) para gastar en un supermercado. Y que se volvi¨® loca de alegr¨ªa. La an¨¦cdota le gust¨® tanto que la incluy¨® en el libro. ¡°Me encant¨®, es competitiva, le gusta ganar¡±, afirma. ¡°Estoy segura de que de no ser reina¡±, especula, ¡°habr¨ªa sido una entrenadora internacional de perros. Es buen¨ªsima¡±.
La investigaci¨®n ha sido larga, tanto para conocer la personalidad de la monarca como del otro gran protagonista: el castillo de Windsor. ¡°Hay mucho que contar y mucha curiosidad sobre ¨¦l. Algunas de las historias son completamente verdaderas, otras inventadas, como la de las habitaciones privadas, la capilla, reconstruida tras el incendio de 1992, o su dormitorio. S¨ª, todo eso me lo invent¨¦¡±, reconoce. ¡°Es que no puedes llegar hasta ah¨ª. Pero los apartamentos de las visitas o las zonas donde son recibidas son completamente reales¡±.
Desde el momento en el que desarrolla la ficci¨®n, con aquella comentada visita de los Obama a Windsor de 2016, hasta ahora ha pasado un lustro. Y Bennett ve cambios en su monarqu¨ªa. ¡°Hace cinco a?os viv¨ªan un periodo de calma; ahora est¨¢n en las noticias todos los d¨ªas por algo. Creo que en el Reino Unido hay una especie de mayor¨ªa silenciosa que aprecia a la reina, pero tambi¨¦n hay republicanos en todas las familias¡±. Adem¨¢s, ve diferencias claras entre la reina y su heredero, que ¡°no tiene tanto cari?o [de la gente] como ella¡±. ¡°Fue reina muy joven, no pudo desarrollar su vida, y ¨¦l en cambio ha tenido d¨¦cadas para eso mientras no es rey¡±, reflexiona sobre lo distintos que son madre e hijo. A este ¨²ltimo, no duda en calificarlo de ¡°injustamente controvertido¡±. ¡°El efecto Diana siempre estar¨¢ ah¨ª. Pero es cierto que Camila es una buena persona, todos dicen que es encantadora. Ser¨¢ interesante ver c¨®mo ser¨¢ cuando la llamemos reina en vez de duquesa¡±, r¨ªe. Eso le dar¨¢, seguramente, para otra saga completa de libros.
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