Christian Dior y Crist¨®bal Balenciaga, dos gotas de agua que dialogan en una exposici¨®n en Nueva York
Una muestra en el FIT, el museo de dise?o de la ciudad, compara las creaciones de los modistos a la par que ense?a las sutiles diferencias entre sus vidas, dise?os y trayectorias empresariales
El 22 de mayo, al t¨¦rmino de una semana de infarto en la Bolsa, Balenciaga desembarc¨® en Wall Street para presentar su colecci¨®n de primavera 2023. Era el primer desfile de la marca fuera de Par¨ªs, un derroche de imaginaci¨®n zillennial por parte de Demna (que ha decidido prescindir de su apellido, Gvasalia), su director creativo. Fue un espect¨¢culo impactante, en el que prendas de l¨¢tex y cuero imprimieron a¨²n m¨¢s dramatismo al furioso parpadeo de las acciones. Diez d¨ªas despu¨¦s, el Balenciaga original, ep¨ªtome de la elegancia discreta, exhibe su clasicismo en una muestra del Fashion Institute of Technology (FIT), el museo de la moda de Nueva York, que enfrenta sus creaciones a las de otro grande: Christian Dior. La exposici¨®n, titulada Dior + Balenciaga: los reyes de la costura y sus legados, se inaugura este mi¨¦rcoles y podr¨¢ visitarse hasta el 6 de noviembre.
Balenciaga y Dior, su m¨¢s rendido admirador, entablan un di¨¢logo sobre sus respectivas obras. Es la primera vez que se yuxtaponen sus creaciones, unas 65 piezas pertenecientes a los fondos del museo, adem¨¢s de contribuciones de los sucesivos directores creativos ¡ªy continuadores¡ª de ambas firmas, desde Yves Saint Laurent (Dior) a Nicolas Ghesqui¨¨re (Balenciaga), entre otros. Con formato de d¨²os, los dise?os en ocasiones parecen dos gotas de agua. La similitud de l¨ªneas, vol¨²menes, incluso texturas, todo confirma su evoluci¨®n en el mismo contexto: el Par¨ªs de los a?os cuarenta y cincuenta, ansioso por recuperar su tradicional joie de vivre tras la guerra. ¡°Es cierto que a simple vista algunas piezas parecen casi id¨¦nticas, pero mi objetivo es mostrar las sutiles diferencias, para eso hay v¨ªdeos que muestran c¨®mo crea cada uno de ellos. Una vez que entrenas el ojo y miras con atenci¨®n, no se pueden confundir un dior y un balenciaga¡±, explica a EL PA?S Patricia Mears, subdirectora del FIT y comisaria de la exposici¨®n. ¡°Cuando entiendes los elementos de su obra, el ingenio de cada uno de ellos se revela en su plenitud. Ambos crearon de manera muy diferente¡±.
Los dise?adores se muestran al p¨²blico como lo que fueron y ser¨¢n, dos maestros. ¡°No solo fueron los modistas m¨¢s importantes e influyentes de su tiempo, tambi¨¦n son muy relevantes en la actualidad; tanto es as¨ª que los creadores contempor¨¢neos los buscan regularmente como inspiraci¨®n¡±. Balenciaga, subraya Mears, ¡°es el creador con may¨²sculas, incluso para los grandes de la alta costura francesa: Dior, Chanel, Ungaro¡ Todos ellos cre¨ªan que era realmente el maestro¡±.
La muestra, no obstante, establece un di¨¢logo entre iguales. Coet¨¢neos, aunque con distinto origen ¡ªsastre el vasco, galerista de la alta burgues¨ªa el franc¨¦s¡ª, ambos lanzaron sus colecciones hom¨®nimas en 1942. Tambi¨¦n vistieron a parecidas clientas, pocas veces las mismas, como por ejemplo la actriz Marlene Dietrich, que llevaba prendas de ambos. Los dos fueron m¨¢s couturiers, modistas o costureros, que dise?adores, al menos en la acepci¨®n moderna del t¨¦rmino. ¡°Ninguna otra palabra los describe mejor. Cada idea supon¨ªa la elaboraci¨®n de algo hermoso. Balenciaga utilizaba sus manos, sus ojos y su imaginaci¨®n. No hac¨ªa bocetos. No era un director creativo. Era un aut¨¦ntico costurero en todos los sentidos de la palabra¡±. Pero ¡°ambos eran verdaderos artesanos, artesanos de la alta costura¡±, subraya Mears.
¡°Balenciaga trabaja desde la materia, el tejido; sus bocetos son mucho m¨¢s t¨¦cnicos que los de Dior. Ten¨ªa una base t¨¦cnica como modista, conocimientos de sastrer¨ªa. Dior no, era m¨¢s dise?ador o ilustrador, como [Hubert de] Givenchy. Como sol¨ªa decir Dior: ¡®Balenciaga hace lo que quiere con los tejidos; nosotros, lo que podemos¡¯. ?l era el que marcaba las tendencias, Dior le segu¨ªa¡±, explica Igor Ur¨ªa, director de colecciones del Museo Balenciaga en Getaria. En definici¨®n de este experto, Balenciaga era exquisito y Dior, fastuoso. Uno casi invisible, por lo discreto; el otro, ejemplo del glamur m¨¢s evidente.
La muestra se completa con ejemplos de la actualizaci¨®n o revisi¨®n ¡ªcasi siempre a modo de homenaje¡ª de su obra a cargo de sus ep¨ªgonos. Yves Saint Laurent, Marc Bohan, John Galliano y Maria Grazia Chiuri al frente, sucesivamente, de Dior; y Nicolas Ghesqui¨¨re y Demna, sin olvidar el aliento de Givenchy, en la casa Balenciaga. La maison francesa ha sido una constante referencia de la moda como industria y como negocio; la marca Balenciaga se ha convertido en aspiracional: tal vez sin conocer su gran contribuci¨®n a la historia de la moda, los j¨®venes de la generaci¨®n Z suspiran hoy por unas deportivas o una sudadera suya, apunta Eloy Mart¨ªnez de la Pera, comisario de exposiciones de arte y moda: ¡°Hay que recordar que desde que cerr¨® Balenciaga en Par¨ªs, en 1968, la marca permaneci¨® invisible hasta que fue relanzada a principios de los a?os 2000. Dior, sin embargo, ha continuado sin interrupci¨®n¡±.
La presencia de los continuadores en la muestra neoyorquina es limitada, explica Mears. ¡°Solo hay unas pocas piezas porque ¨²nicamente podemos utilizar fondos de nuestra colecci¨®n permanente, nada prestado. As¨ª que mi objetivo es ilustrar con unos pocos ejemplos la forma en que Maria Grazia Chiuri mira a Dior desde el pasado y lo trae al presente. Y lo mismo con Ghesqui¨¨re y Demna¡±. En algunos casos, subraya, ¡°el dise?ador se ha alejado mucho del esp¨ªritu original; por ejemplo, John Galliano, que recre¨® la esencia de Dior durante los cincuenta, pero tambi¨¦n mir¨® a otros periodos, como los veinte o los treinta, muy lejanos de Dior. Creo, sin embargo, que los dise?adores m¨¢s contempor¨¢neos, los del siglo XXI, como Demna o Chiuri, se fijan en los fundamentos originales de la casa¡±. Ghesqui¨¨re, por ejemplo, cre¨® una colecci¨®n especial llamada Balenciaga Edition, ¡°en la que copi¨® l¨ªnea por l¨ªnea los dise?os originales, porque cre¨ªa de verdad en el futuro de Balenciaga, precisamente por su clasicismo¡±.
Una distinta concepci¨®n empresarial, m¨¢s constante y asertiva en el caso de Dior, multiplic¨® su papel como motor de la industria. ¡°Su obra tiene que ver con la cultura, pero tambi¨¦n con la econom¨ªa. Ambos tuvieron mucho ¨¦xito financiero. Beneficiaron a las econom¨ªas de Francia y Espa?a. En los a?os cincuenta, la moda, especialmente la alta costura, supon¨ªa m¨¢s del 5% del PIB de Francia. Y la casa Dior representaba el 55% de las exportaciones de alta costura en 1953¡å, explica Mears.
Ambos, entre otras tantas cosas que compartieron, fueron tambi¨¦n deudores de la pintura. ¡°Dior empez¨® como galerista, frecuent¨® a los mejores artistas del Par¨ªs de los treinta y cuarenta y el arte est¨¢ en su ADN. Balenciaga bebi¨® de los cl¨¢sicos del Museo del Prado, la sencillez de sus trajes de novia deriva de los h¨¢bitos monacales que pint¨® Zurbar¨¢n, casi minimalistas. La pintura es deudora de la moda, pero esta debe a la pintura su permanencia en el tiempo¡±, concluye Mart¨ªnez de la Pera. ¡°Los grandes creadores de alta costura lo han sido en gran parte porque su talento fue permeable a las fuentes de inspiraci¨®n procedentes de los diferentes lenguajes art¨ªsticos de todas las ¨¦pocas¡±. De los dos, recuerda Ur¨ªa, el m¨¢s artista era el vasco: ¡°?Nuevo? Yo siempre presento lo mismo, no hago cambios¡±, era una frase habitual de Balenciaga.
El FIT es tambi¨¦n escuela de moda, una dimensi¨®n que Mears subraya al hilo de la muestra. ¡°Su legado ¡ªabrieron sus ateliers en Par¨ªs a los 42 a?os¡ª es importante. No eran j¨®venes, se hab¨ªan dedicado en cuerpo y alma a su oficio. La idea de la moda r¨¢pida y desechable de hoy no es lo que ellos defend¨ªan, sino una evoluci¨®n reposada basada en la artesan¨ªa, en el oficio. Por lo tanto, estaban muy comprometidos con la sostenibilidad mucho antes de que la palabra cobrara importancia en el campo de la moda. Esto es un mensaje para los j¨®venes. La moda no es fr¨ªvola. La moda es importante. Si lo haces bien, puede ser muy relevante¡±. Por mucho que tiktokers e instagramers consuman cada creaci¨®n como polillas cegadas por la luz, nada queda si no hay poso, el que sustenta el legado colosal de los dos grandes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.