La India reclama a Carlos III el diamante Koh-i-Noor, la gran joya de la Corona de la reina Isabel
Renace una vieja disputa internacional entre el gigante asi¨¢tico y el Reino Unido por la propiedad de uno de los brillantes m¨¢s grandes del mundo, engarzado en la pieza que previsiblemente llevar¨¢ Camila en el acto de coronaci¨®n
Koh-i-Noor, uno de los diamantes m¨¢s grandes del mundo y que est¨¢ engarzado en la llamada Corona de la reina Isabel, vuelve a estar en el centro de la pol¨¦mica y a convertirse en una bomba de relojer¨ªa para el Reino Unido y, en concreto, para la familia real brit¨¢nica y sus relaciones diplom¨¢ticas con la India. ¡°La coronaci¨®n de Camila y el uso de la joya de la corona Koh-i-Noor trae dolorosos recuerdos del pasado colonial¡±, declaraba este mi¨¦rcoles un portavoz del partido del primer ministro indio, Narendra Modi, al diario brit¨¢nico The Telegraph.
El anuncio de la coronaci¨®n de Carlos III y la reina consorte Camila hace dos d¨ªas, que se oficiar¨¢ el pr¨®ximo 6 de mayo en la abad¨ªa de Westminster, ha sido la chispa que ha encendido esta vieja disputa internacional entre el gigante asi¨¢tico, las joyas de la Corona y su origen colonial. A pesar de que el palacio de Buckingham ha asegurado en un comunicado que el evento combinar¨¢ ¡°tradici¨®n y modernidad¡±, el anuncio ha sido motivo suficiente para que desde la India se haya sugerido que el uso de la joya Koh-i-Noor en la ceremonia podr¨ªa ¡°transportar¡± a algunos indios a ¡°los d¨ªas del Imperio Brit¨¢nico¡±, seg¨²n declaraciones de miembros del equipo de gobierno de la India al diario brit¨¢nico The Daily Mail.
Aunque Carlos III ha heredado las joyas de Isabel II, fallecida el pasado 8 de septiembre, no ser¨¢ la Corona de la reina Isabel la que le impondr¨¢n en el acto de coronaci¨®n. Seg¨²n la tradici¨®n establecida, el monarca brit¨¢nico recibir¨¢ la llamada Corona de San Eduardo, que los brit¨¢nicos consideran la m¨¢s importante y sagrada, adem¨¢s de que es una pieza que solo se utiliza para esta ceremonia.
En el evento, adem¨¢s, est¨¢ previsto que Camila tambi¨¦n sea coronada reina, pero en un acto mucho m¨¢s simple. En este caso, la nombrada reina consorte por la difunta Isabel II ser¨ªa la que tendr¨ªa que recibir la Corona de la reina Isabel, que es la pieza que lleva engarzada el pol¨¦mico diamante Koh-i-Noor.
La reina madre utiliz¨® esta joya en la ceremonia de apertura del Parlamento Brit¨¢nico durante el reinado de su marido, el rey Jorge VI, y tambi¨¦n la luci¨® durante la coronaci¨®n de su marido, en 1937, y de su hija, Isabel II, en 1953. Como ha ocurrido con la Corona del Imperio Real, que ha descansado en el f¨¦retro de Isabel II durante el velatorio y funeral de Estado, la Corona de la reina Isabel con el diamante Koh-i-Noor descans¨® sobre el ata¨²d de la reina madre en su funeral y velatorio, el 5 de abril de 2002.
Sin embargo, y precisamente a ra¨ªz de la pol¨¦mica en torno al diamante y su uso en los ritos de la monarqu¨ªa brit¨¢nica, fuentes cercanas a la familia real insistieron al diario The Telegraph que a¨²n no se hab¨ªa tomado una decisi¨®n sobre el uso o no de Koh-i-Noor en la ceremonia. Adem¨¢s, las mismas fuentes aseguraron que el rey y su equipo son ¡°muy conscientes¡± de que los tiempos han cambiado y se muestran muy sensibles y receptivos a preparar un acto pegado a la tradici¨®n, pero teniendo en cuenta los ¡°problemas actuales¡±.
El causante de toda esta pol¨¦mica, el diamante Koh-i-Noor ¡ªcuyo nombre significa la Monta?a de la Luz¡ª, perteneci¨® a monarcas hind¨²es, mongoles, persas y afganos. En 1855 pas¨® a manos de la familia real brit¨¢nica, cuando la reina Victoria fue nombrada emperatriz de la India y el ¨²ltimo emperador de los sijs, Duleep Singh, que contaba entonces con 10 a?os, se lo entreg¨®. Se cree que la piedra es originaria de las minas Golconda, en el Estado de Telangana, al sureste de la India, y carga con una fuerte maldici¨®n para aquellos varones que lo hayan pose¨ªdo. Seg¨²n un texto hind¨² del siglo XIV se explica que quien posea esta joya ¡°dominar¨¢ el mundo¡±, pero tambi¨¦n ¡°conocer¨¢ todas sus desgracias¡±: ¡°Solo Dios o una mujer pueden llevarlo con impunidad¡±.
El reclamo de la India para que regrese la pieza al pa¨ªs no es un asunto reciente, viene de lejos. En 2010, el entonces primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, abord¨® el tema en una entrevista en la televisi¨®n india con unas declaraciones que dieron la vuelta al mundo, por pol¨¦micas: ¡°Si accedi¨¦ramos a todas las peticiones, el Museo Brit¨¢nico se quedar¨ªa vac¨ªo¡±.
En su defensa, la India asegura que el diamante no fue un regalo ¡ªque antes de ser mandado a recortar por el pr¨ªncipe consorte Alberto, el esposo de la reina Victoria, pesaba 108 quilates (el equivalente a 21,6 gramos)¡ª, y que la pieza fue robada por la familia real brit¨¢nica. Estas mismas acusaciones que ahora preocupan a Carlos III y a la monarqu¨ªa brit¨¢nica se intensificaron d¨ªas despu¨¦s de anunciarse la muerte de Isabel II, cuando el nombre de la joya se convirti¨® en trending topic en redes sociales con un mensaje claro: ¡°Devuelvan la joya a la India¡±.
¡°En una Gran Breta?a moderna, pluralista, el exhibicionismo de este diamante y de esta manera solo puede servir para indignar y recordar a la sociedad la relaci¨®n usurera entre la India y el Reino Unido. Y esa relaci¨®n se opone a cualquier intento de la familia real de trazar una l¨ªnea entre ellos y el saqueo y la explotaci¨®n con el que el imperialismo se deleitaba¡±, explicaba al diario The Daily Mail Saurav Dutt, escritor ingl¨¦s de origen indio y comentarista pol¨ªtico. Sin que Buckingham haya hecho m¨¢s comentarios al respecto, habr¨¢ que esperar hasta el 6 de mayo, el d¨ªa de la coronaci¨®n de Carlos III, para saber si el diamante Koh-i-Noor volver¨¢ a lucir sobre la testa de una reina y o si, incluso, regresa a la India.
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