Jackie Kennedy y el desnudo de los mil millones de d¨®lares: 50 a?os del primer caso de ¡®pornovenganza¡¯
En 1973, la revista ¡®Screw¡¯ public¨® unas fotograf¨ªas no autorizadas de la ex primera dama de Estados Unidos mientras tomaba el sol sin ropa en la isla griega de Skorpios. Detr¨¢s de la difusi¨®n de las im¨¢genes estaba su propio marido, el magnate griego Arist¨®teles Onassis
¡°Algunas veces tengo que desvestirme para ponerme el traje de ba?o. Mi mujer hace lo mismo¡±, coment¨® un impert¨¦rrito Arist¨®teles Onassis cuando los periodistas le ense?aron un ejemplar de la revista italiana Playmen en diciembre de 1972. En ese n¨²mero, su esposa, Jacqueline Kennedy Onassis, viuda del presidente John F. Kennedy, aparec¨ªa completamente desnuda durante sus vacaciones de verano en la isla privada de Skorpios (Grecia). El magnate griego no parec¨ªa estar sorprendido ni indignado por las im¨¢genes no autorizadas de Jackie, entonces de 43 a?os, como Dios la hab¨ªa tra¨ªdo al mundo: tomando el sol sin biquini, sin preocupaciones y sin perder su porte elegante de exalumna del internado Miss Porter.
La reacci¨®n de los estadounidenses no fue la misma. En Nueva York y Washington aparecieron copias pirata de Playmen. Las fotograf¨ªas de Jackie causaron revuelo e indignaci¨®n en la opini¨®n p¨²blica y un peque?o terremoto en las altas esferas pol¨ªticas. Unos meses despu¨¦s, en febrero de 1973, la revista Screw public¨® las im¨¢genes en Am¨¦rica. ¡°?Jackie Kennedy desnuda!¡±, fue el titular de portada que escogi¨® Al Goldstein, propietario y editor del panfleto pornogr¨¢fico. En el interior hab¨ªa una foto titulada ¡°Jackie Kennedy¡¯s Billion-Dollar Bush¡± (el matojo de los mil millones de d¨®lares, en espa?ol), un despectivo y mis¨®gino juego de palabras que hac¨ªa referencia al pubis de la ex primera dama de Estados Unidos y a la inmensa fortuna de su marido, en esa ¨¦poca estimada en 1.000 millones de d¨®lares (100.000 millones de d¨®lares de la actualidad, unos 91.000 millones de euros).
No era la primera vez que se publicaban fotograf¨ªas de una famosa de la talla de Jackie Kennedy sin ropa. Pero la ex primera dama no era cualquier famosa. Era la ¡°viuda de Am¨¦rica¡±, la mujer m¨¢s fotografiada del pa¨ªs, el santo grial de los paparazis. Al Goldstein vendi¨® 144.000 copias de Screw en la primera semana y m¨¢s de medio mill¨®n en las siguientes. Fue el ejemplar m¨¢s exitoso en la historia de la publicaci¨®n, que cerr¨® en 2003 al borde de la bancarrota y sin poder pagar el salario a sus empleados. Tambi¨¦n fue un primer e incipiente caso de pornovenganza, una pr¨¢ctica de hostigamiento sexual que consiste en difundir im¨¢genes ¨ªntimas sin consentimiento de quien las protagoniza. El contenido sexual privado de otra persona se comparte sin su aprobaci¨®n y con el prop¨®sito de provocar verg¨¹enza.
Seg¨²n el periodista estadounidense Christopher Andersen, exeditor de la revista People, Arist¨®teles Onassis estuvo detr¨¢s de la publicaci¨®n de las fotos con la intenci¨®n de perjudicar a su mujer. En su libro The Good Son: JFK Jr. and the Mother He Loved, Andersen narra que el naviero intimidaba a su esposa, se burlaba de ella y utilizaba sus contactos en la prensa para humillarla p¨²blicamente. Andersen asegura que el magnate griego, cansado de que ella le despreciara, orquest¨® la operaci¨®n facilitando a 10 fot¨®grafos mapas detallados y planes de tiempo de cu¨¢ndo estar¨ªa Jackie en la playa de Skorpios.
Eso explicar¨ªa c¨®mo el fot¨®grafo Settimio Garritano logr¨® sortear la seguridad de Skorpios y estar en el sitio exacto, a la hora y el d¨ªa precisos, para cazar a Jackie descansando, leyendo, durmiendo la siesta, haciendo yoga, nadando, fumando y tomando el sol desnuda. ¡°Ella sab¨ªa que era fotografiada en Skorpios. ?Por qu¨¦ quer¨ªa mostrarse? Nunca pens¨¦ que ocurrir¨ªa¡±, dijo el paparazi italiano a?os despu¨¦s. El fotoreportero reconoci¨® p¨²blicamente que una empleada de Olympic Airways, la compa?¨ªa a¨¦rea de Onassis, fue quien le dio el soplo sobre la estancia de Kennedy en la isla, y que un trabajador de Skorpios le desvel¨® que a la se?ora le gustaba tomar el sol sin ropa.
Garritano nunca confirm¨® si fue el propio Onassis quien estuvo detr¨¢s de la filtraci¨®n, pero s¨ª admiti¨® que Alexander Onassis, hijo del naviero, estaba al tanto de la existencia del material fotogr¨¢fico. ¡°Le mencion¨¦ que exist¨ªan unas fotograf¨ªas de Jackie desnuda. Me dijo: ¡®?Quiero que se publiquen!¡¯. Jackie no le ca¨ªa bien, y tampoco a su hermana Christina. Me explic¨® que si se publicaban, Ari se pondr¨ªa furioso y con suerte se librar¨ªa de su nueva esposa¡±.
El scoop mancill¨® la intimidad de Jackie, quien no hab¨ªa dado su consentimiento a estos retratos. Pero no fue la ¨²nica v¨ªctima en este caso de abuso. Sus hijos, Caroline, de 15 a?os, y John, de 12, sufrieron acoso escolar por culpa de las fotos. Poco despu¨¦s de su publicaci¨®n, Ari Onassis empez¨® a planear su divorcio, pero el esc¨¢ndalo coincidi¨® con la tr¨¢gica muerte de su hijo Alexander, que falleci¨® en un accidente de avi¨®n en enero de 1973. El magnate cay¨® en una depresi¨®n y, seg¨²n publicaciones de la ¨¦poca, culp¨® a su mujer por el incidente. Los cronistas de sociedad publicaron que era supersticioso y que cre¨ªa que ella hab¨ªa tra¨ªdo consigo ¡°la tragedia del reino de Camelot¡±.
Larry Flynt, fundador de la revista pornogr¨¢fica Hustler, volvi¨® a publicar las fotograf¨ªas prohibidas de Jacqueline Kennedy en 1975. ¡°He hecho la inversi¨®n m¨¢s inteligente de mi vida al comprar los desnudos de Jackie Onassis que publiqu¨¦ en el n¨²mero de agosto del 75. Lo dem¨¢s es historia. Si el fot¨®grafo me hubiera pedido un mill¨®n de d¨®lares, se los hubiera pagado¡±, escribi¨® en su autobiograf¨ªa, Sexo, mentiras y pol¨ªtica.
Pero ni Flynt, ni Goldstein ni Onassis consiguieron hundir a Jackie. El millonario griego falleci¨® en 1975, sin llegar a firmar su divorcio de la ex primera dama. Le dej¨® una fortuna de 26 millones de d¨®lares. Tras la muerte del naviero, ella emiti¨® un comunicado en el que dec¨ªa: ¡°Arist¨®teles me rescat¨® en un momento en el que mi vida estaba envuelta en sombras... Vivimos muchas experiencias hermosas juntos... por las cuales estar¨¦ eternamente agradecida¡±. Viuda por segunda vez, empez¨® a trabajar como editora, publicando autobiograf¨ªas de celebridades como la bailarina Gelsey Kirkland, la cantante Carly Simon o el icono de la moda Diana Vreeland. Tambi¨¦n inici¨® un romance con Maurice Tempelsman, un comerciante de diamantes y financiero que se hizo cargo de gestionar su fortuna y cuadriplic¨® los 26 millones que Kennedy hab¨ªa heredado de Onassis.
Jackie O. se libr¨® de las intrigas de Ari Onassis, pero sigui¨® siendo el santo grial de los paparazis hasta su muerte, en 1994. Gan¨® varias batallas en esa guerra contra los medios de comunicaci¨®n, como la orden de alejamiento contra Ron Galella, el fot¨®grafo que se hizo famoso fotografi¨¢ndola y persigui¨¦ndola por todo el mundo en los a?os setenta y ochenta. Para un juez de Nueva York, la viuda del presidente Kennedy era v¨ªctima de acoso. Su caso visibiliz¨® por primera vez las fricciones entre la libertad de prensa y el derecho a la intimidad de las celebridades. Jackie consigui¨® sentar un precedente.
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