Cynthia Erivo, la orgullosa actriz negra, calva y bisexual convertida en la bruja malvada de ¡®Wicked¡¯, el gran musical del a?o
La int¨¦rprete brit¨¢nica, ganadora del Emmy, el Grammy, el Tony y nominada al Oscar, ha pasado en poco m¨¢s de un lustro de ser una desconocida a convertirse en uno de los rostros de 2024 gracias a su inesperado papel de Elphaba y su conexi¨®n con Ariana Grande
¡°Siempre bromeo con que, si escribiera la historia de mi vida, ser¨ªa como un cuento de hadas, o casi¡±. La frase la pronunci¨® la brit¨¢nica Cynthia Erivo, de 37 a?os, y podr¨ªa parecer de anteayer, pero es m¨¢s bien un or¨¢culo. La actriz, cantante y escritora la dijo en 2018 al medio especializado en cine The Hollywood Reporter. Por entonces, no era m¨¢s que una aspirante al ¨¦xito. S¨ª, iba encarrilada gracias a ser la Celie de El color p¨²rpura en Broadway, pero no hab¨ªa pisado un plat¨® y acababa de firmar sus dos primeras pel¨ªculas. Seis a?os despu¨¦s, su rostro y su nombre empapelan los cines del planeta tras convertirse en Elphaba, la malvada bruja del Oeste en contraposici¨®n de la rosa y burbujeante Glinda, interpretada por Ariana Grande. Ellas son las protagonistas de la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Wicked, uno de los musicales m¨¢s famosos y taquilleros del siglo, con 65 millones de espectadores y 6.000 millones de d¨®lares recaudados en todo el mundo, que lleg¨® este viernes a las salas. Su cuento de hadas, o de brujas, empieza a escribirse, pero llevaba a?os con la tinta preparada.
Hab¨ªa pistas. Erivo siempre tuvo claro que su lugar estaba en un escenario, mucho antes que frente una c¨¢mara. De hecho, decidi¨® abandonar la carrera de Psicolog¨ªa en la Universidad del Este de Londres e intentarlo en la Real Academia de Arte Dram¨¢tico: hoy es su vicepresidenta. Antes de graduarse en 2010, buscaba aulas y escondrijos con compa?eras para cantar y ensayar; recuerda y se aprendi¨® de memoria el libreto de Wicked sin haberla visto jam¨¢s. Fascinada, decidi¨® que ser¨ªa su autorregalo de cumplea?os cuando lleg¨® a los 25: se fue a verla ella sola y conect¨® poderosamente con la obra. Pero hasta convertirse en Elphaba pasaron muchas cosas: peque?os papeles, musicales, obras de teatro y, sobre todo, ese papel de Celie, primero en el Off West End de Londres, m¨¢s tarde en Nueva York. Se llev¨® el Tony, y despu¨¦s un Grammy y luego un Emmy. Y de ah¨ª, una buena primera base para esa fama global que llega ahora.
Puede parecer que Wicked ha tardado en completarse ¡ªy es la primera parte; la segunda llegar¨¢ el 21 de noviembre de 2025¡ª: ha sido un viaje de tres a?os desde que se anunci¨® su casting final. Y Hollywood llevaba detr¨¢s del proyecto m¨¢s de una d¨¦cada, buscando directores (sonaron J.J. Abrams, Ryan Murphy, Ron Marshall), un buen guion y, sobre todo, protagonistas. Ariana Grande fue a ver el espect¨¢culo de ni?a, y Kristin Chenoweth, la Glinda original de Broadway, es una de sus mentoras. La cantante estaba y encajaba en las (muchas) apuestas. Erivo no tanto. Hab¨ªa interpretado ya a la cantante Aretha Franklin, a la activista y abolicionista Harriet Tubman (con dos nominaciones al Oscar incluida, mejor actriz principal y mejor canci¨®n) y al Hada Azul de Pinocho, pero esto era otra cosa. Hab¨ªa muchas contrincantes, incluso la propia Grande, que se prepar¨® para ser y cantar como Elphaba.
La elecci¨®n de una mujer negra, bisexual y de cabeza rapada para convertirse en una joven bruja marginada por sus capacidades y su piel verde fue muy consciente por parte del director Jon M. Chu, como ¨¦l mismo ha contado. Le aportaba tambi¨¦n a la pel¨ªcula una consciencia, una intenci¨®n de romper con un musical quiz¨¢ considerado cursi. La propia Erivo ha hablado con frecuencia de ello durante la larga e intensa promoci¨®n del filme. Ya lo hizo en mayo en una gala LGTBI en Los ?ngeles, donde recogi¨® un premio por su labor. ¡°Ahora que estoy aqu¨ª ante vosotros, negra, calva, llena de piercings y queer, puedo decir una o dos cosas sobre sentirse diferente¡±, asegur¨®. ¡°La historia de Elphaba trata de c¨®mo una mujer llena de color, poderosa y m¨¢gica, a pesar de ser menospreciada, demonizada y discriminada, se convierte en una hero¨ªna. Wicked es una reivindicaci¨®n y una reimaginaci¨®n de las etiquetas usadas contra ella. Es la proclamaci¨®n de su derecho a existir con todo su poder. Si eso les resulta familiar a las personas m¨¢gicas y llenas de color de esta sala, as¨ª es como deber¨ªa ser¡±. Habl¨® del poder de la belleza y de la mezcla de voces, de la necesidad de la comunidad de verse reflejada, de que no hay l¨ªmites, de la importancia de ser ejemplo: ¡°El camino no es f¨¢cil, pero es profundamente satisfactorio¡±.
El camino, efectivamente, no ha sido sencillo. Como contaba en una larga entrevista con Los Angeles Times, ensay¨® durante meses, tambi¨¦n vocal y f¨ªsicamente. Las actrices cantan en directo en el rodaje, y ella ha querido hacer todas sus escenas, sin dobles, lo que implica entonar con maquillaje, peluca, cors¨¦ y arn¨¦s, a veces volando sobre una escoba. Ella decidi¨® pintarse la cara y las manos de verde cada d¨ªa en sesiones de entre dos horas y media y cuatro horas de maquillaje cada ma?ana, ponerse lentillas para grabar 12 horas al d¨ªa y no usar efectos especiales. Y ensayar durante meses y meses con Ariana Grande, pero tambi¨¦n hacer algo m¨¢s juntas: crear, de la nada, una amistad.
Grande, estrella que ha crecido entre tablas, plat¨®s de Nickelodeon y escenarios musicales, ganadora de dos Grammy, seis a?os y medio menor que su coprotagonista, tambi¨¦n decidi¨® apostar por ello. Ha contado en Vanity Fair que, cuando la vio actuar en los Oscar en 2020, se convirti¨® en su ¡°voz favorita¡± y quiso cantar con ella. Cuando fueron escogidas para sus papeles, se juntaron en casa de la brit¨¢nica y se sentaron en el suelo a charlar durante horas y horas, para conocerse. Despu¨¦s, un d¨ªa, empezaron a cantar juntas. ¡°Es algo muy ¨ªntimo y vulnerable cantar con otra persona¡±, afirmaba Erivo en el diario angelino. ¡°Y creo que desde ese momento nuestra relaci¨®n ha crecido y crecido y hemos fomentado y permitido una relaci¨®n realmente honesta y afectuosa. Hablamos todos los d¨ªas, desde el momento en que est¨¢bamos haciendo la pel¨ªcula hasta hoy. Y creo que eso nos ha permitido cuidar la una de la otra en esta maravilloso y loco viaje, y conectar en la pel¨ªcula¡±.
Su qu¨ªmica es absoluta, no solo en la pantalla, sino fuera de ella. Su promoci¨®n, que ya dura meses ¡ªposaron juntas en la gala del Met el pasado mayo; acudieron a la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs en julio¡ª, se ha intensificado estas semanas ante el esperado estreno y se las ha visto desde pas¨¢ndose el detector de mentiras hasta comiendo alitas de pollo picantes, pero sobre todo cuchicheando, de la mano, llorando juntas, con sus atuendos complementarios y en el papel de sus vidas, dentro y fuera de la pantalla. Durante el rodaje, Grande se separ¨® de su marido mientras empezaba a salir con uno de sus coprotagonistas, tambi¨¦n casado. En los inicios de la promoci¨®n, Erivo se enfad¨® porque los fans replicaron para la pel¨ªcula el p¨®ster original del musical, tap¨¢ndole los ojos y parte de la cara, lo que calific¨® de ¡°profundamente doloroso¡±, ¡°lo m¨¢s ofensivo¡± y ¡°degradante¡± que hab¨ªa visto. En cada episodio, no sin grandes dosis de drama, la una se apoy¨® en la otra.
Las cr¨ªticas especializadas aseguran que Erivo es el alma de la pel¨ªcula. Que su voz, pero tambi¨¦n su fina interpretaci¨®n, expresiva en su mirada y cargada de detalles, le auguran un futuro brillante, pero tambi¨¦n una completa temporada de premios. Las quinielas le presagian nominaciones ¡ªaunque no victorias¡ª en los principales galardones, entre ellos los Oscar. Ser¨ªa apenas la segunda mujer negra, tras Viola Davis, en recibir dos nominaciones como mejor actriz principal; tambi¨¦n la segunda nominada por la actuaci¨®n de una mujer negra en un musical y primera en siete d¨¦cadas, despu¨¦s de Dorothy Dandridge por Carmen Jones en 1954. Y con la segunda parte de Wicked ya lista para el a?o que viene, podr¨ªa batir todav¨ªa m¨¢s r¨¦cords. El cuento de hadas se prev¨¦ largo.