Aretha Franklin: la reina desdichada
La serie ¡®Genius¡¯ de Disney+ se centra en la vida inestable y repleta de martirios de una de las grandes divas de la m¨²sica popular
Toda corona lleva una carga. Aretha Franklin, conocida popularmente como Reina del soul, cargaba con la suya desde mucho antes de ser proclamada con un t¨ªtulo que nunca perdi¨®. Incluso en sus ¨¦pocas de mayor hundimiento personal y art¨ªstico, conserv¨® un reconocimiento que parec¨ªa destinado para ella desde ni?a. Todav¨ªa hoy, tres a?os despu¨¦s de su muerte, lo mantiene indiscutiblemente. Al igual que ayud¨® a definir un g¨¦nero que marc¨® una ¨¦poca y consolid¨® el orgullo afroamericano ante las injusticias del sistema estadounidense, este t¨ªtulo le corresponde desde siempre y as¨ª parece que queda para la posteridad. Es quiz¨¢, por eso, que la nueva serie de Disney+ dedicada a esta diva de la m¨²sica popular arranque en la noche que recibi¨® tal coronaci¨®n ante el p¨²blico, en Chicago en 1967.
Aretha sonr¨ªe ante los aplausos y los flashes, pero, a partir de ah¨ª, su cabeza est¨¢ en otra parte, ese lugar donde la ansiedad, la competitividad y la presi¨®n marcaban su existencia. La nueva estrella, encarnada con acierto por la actriz y cantante Cynthia Erivo, lleva el dolor por dentro. Con una puesta en escena certera y minuciosa en detalles, que recrean con rigor hasta la forma moverse de Aretha al tocar el piano o sus gestos con el cigarrillo entre los dedos, la serie se adentra en la inestable biograf¨ªa de un icono que ocultaba el dolor hasta lo enfermizo, tapando pasajes cruciales, invent¨¢ndose otros o desquici¨¢ndose ante cualquier asunto que escapase de su control. Tanto es as¨ª que esta producci¨®n, que forma parte de la serie Genius: Aretha de National Geographic para Disney+, dif¨ªcilmente se podr¨ªa haber emitido si la cantante no hubiera muerto.
Ahora, sin embargo, este meticuloso biopic por cap¨ªtulos permite conocer mucho m¨¢s a la persona que a la estrella. Es su gran acierto. Si bien es verdad que se preocupa por mostrar personajes claves en su carrera como el productor Jerry Wexler, el cazatalentos John Hammond, el pianista Art Tatum o la cantante Dinah Washington y se adentra en la explicaci¨®n de momentos musicales importantes como la frustraci¨®n de Aretha en Columbia por no conseguir ning¨²n n¨²mero uno dentro de su perfil de cantante de jazz o como cuando grab¨® en Muscle Shoals para dar el salto definitivo al soul, la serie afronta sin cortapisas todos los claroscuros de su existencia. De estar viva, dir¨ªa que nada de lo que se ve pas¨® as¨ª, aunque todo fue bien documentado por el music¨®logo David Ritz, bi¨®grafo oficial de Aretha, que acab¨® por publicar una segunda biograf¨ªa no autorizada (editada el a?o pasado en castellano por Libros del Kultrum) con la que se gan¨® la enemistad de la estrella del soul.
Es evidente que la serie se sirve mucho de esta biograf¨ªa repleta de testimonios, la m¨¢s completa y demoledora. Sin embargo, su acierto radica en afrontar la existencia de Aretha Franklin desde una perspectiva m¨¢s humana. Se puede afirmar que desde otra perspectiva. Urg¨ªa ¡ªy todav¨ªa urge¨D, ver a la estrellona, una persona caprichosa, mala competidora e incapaz de reconocer fracasos en forma de disco, como una persona que vivi¨® condicionada y machacada por su entorno. Desde ni?a, cuando era una chica prodigio en el g¨®spel y su padre, el famoso predicador C.L. Franklin, dominaba su vida con pu?o de hierro.
La gran inc¨®gnita sin resolver
De esta forma, la serie, sin un desarrollo cronol¨®gico lineal y con acertados saltos en el tiempo, se mete en todos los jardines para explicar causas que siempre se pasaban por alto en su biograf¨ªa, con una prensa que se preocupaba m¨¢s de dar cuenta de los desmanes de la estrella que de los abusos que recibi¨® de ni?a, cuando fue madre de dos hijos a los 12 y 14 a?os. O tambi¨¦n de los maltratos de su padre o su primer marido, Ted White, un proxeneta metido a manager de su esposa. O sus giras de ni?a en el circuito del g¨®spel conviviendo con depredadores sexuales. Parte de culpa de este escaso ruido informativo la ten¨ªa la propia Aretha, que lo negaba, pero nunca dej¨® de ser una v¨ªctima de un patriarcado de hombres poderosos y h¨¢biles en aprovecharse de una mujer con m¨¢s talento que ellos y de quienes, desgraciadamente, aprendi¨® parte de su funcionamiento en la vida.
La serie se esfuerza en retratar este entorno, mostrando al padre predicador mujeriego y controlador, al marido chupatintas o los recelos entre hermanas. La escena en la que Martin Luther King visita la casa del padre es bien ilustrativa. Recrea una pelea de gallos entre padre y marido para decidir si Aretha puede cantar para apoyar el movimiento de los derechos civiles. Ella apenas abre la boca. Es interrumpida todo el rato. Sin embargo, la serie no despeja lo ¨²nico que todav¨ªa nadie ha respondido: ?Qui¨¦nes eran los padres o el padre de los dos hijos que Aretha tuvo con 12 y 14 a?os? Los rumores de incesto del predicador C.L. Franklin siempre estuvieron presentes, pero, si ese trauma siempre acompa?¨® a la reina del soul, la pregunta jam¨¢s fue respondida. Tal y como aconseja en la serie Dinah Washington a la Aretha ni?a: ¡°Al¨¦jate de los hijos de puta¡±. Pero la reina los tuvo demasiado cerca.
Puedes seguir EL PA?S TELEVISI?N en Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.