¡°La mayor¨ªa no vive as¨ª, pero acabas pensando que est¨¢s haciendo algo mal¡±: el da?ino pasatiempo de ver casas perfectas en Instagram
La redes sociales son una fuente de inspiraci¨®n a la hora de decorar pero tambi¨¦n producen insatisfacci¨®n y sentimientos de culpa derivados de la comparaci¨®n. Hablamos con tres expertas sobre c¨®mo nos afecta la aparente perfecci¨®n de estas publicaciones
Hojear una revista de decoraci¨®n ha sido durante d¨¦cadas una de las formas de inspiraci¨®n cl¨¢sicas, una fuente de ideas para incorporar al hogar o simple placer visual. Sabemos que las casas que aparecen en estas publicaciones pueden no ser reales del todo: los interiores son configurados para la foto, con frecuencia hay estancias hechas en colaboraci¨®n con una marca¡ Sin embargo, las fotos de interiores que comparten usuarios en Instagram nos influyen de distinta forma. Estas casas, al contrario que las que aparecen en las revistas, s¨ª pertenecen a gente aparentemente com¨²n y compararse es inevitable.
Seg¨²n los resultados de una encuesta realizada por Origin en 2018 entre 1500 propietarios de viviendas londinenses, las redes sociales son ¨²tiles para inspirarse y obtener consejos sobre decoraci¨®n. Pero tienen una cara B: m¨¢s de la mitad de los encuestados se sent¨ªan insatisfechos con sus casas tras ver las de otras personas en Instagram. De ellos, un 83% se sent¨ªa as¨ª una vez al mes, siempre tras haber usado la aplicaci¨®n. Uno de cada diez ten¨ªa esa sensaci¨®n varias veces al d¨ªa.
¡°En las redes sociales exponemos nuestros logros, victorias, mejores momentos, y, por ende, la mejor versi¨®n de lo que puede ser un hogar¡±, explica por correo electr¨®nico la psic¨®loga Noem¨ª L¨®pez, del centro Amparo Caland¨ªn Psic¨®logos. ¡°Vemos algo puntual, concreto y deliberado de la vida de la persona. No se tiene en cuenta la situaci¨®n a nivel global ni lo que ha podido ocurrir hace 10 minutos o incluso despu¨¦s de la publicaci¨®n. Este ejemplo se puede extrapolar a las publicaciones de casas, ya que visualizar una habitaci¨®n en concreto, en un momento determinado, no hace que su estado sea perdurable en el tiempo, ni est¨¢tico su orden ni su nivel de limpieza¡±, asegura Caland¨ªn. Aunque las redes sociales pueden tener ese elemento de inspiraci¨®n, la exposici¨®n constante de esta informaci¨®n nos lleva de la inspiraci¨®n a la comparaci¨®n. Es decir, acabamos comparando ¡°nuestra vida a nivel global con los mejores escenarios de los dem¨¢s¡±, se?ala.
Esa aparente perfecci¨®n de muchos de los interiores que aparecen en la red social se traduce en cierta culpabilidad al no ser capaces de tener nuestra casa tan ordenada, limpia o bonita. ¡°La gente tiene la idea de que es una situaci¨®n m¨¢s com¨²n de lo que es en realidad¡±, reflexiona Rachel Hoffman, autora del libro Unfuck Your Habitat: You¡¯re Better Than Your Mess (Deshazte de tu h¨¢bitat: eres mejor que tu desastre, en espa?ol) que surgi¨® a ra¨ªz de un blog en el que ofrec¨ªa consejos de limpieza y organizaci¨®n dom¨¦stica para personas con circunstancias vitales m¨¢s realistas que las que abordan sistemas como el de Marie Kondo.
¡°La mayor¨ªa de la gente no vive as¨ª. Pero es tan desproporcionado lo que ves en redes sociales que empiezas a pensar que eres t¨² quien est¨¢ haciendo algo mal. Es un ciclo muy da?ino¡±, apunta la autora en una videollamada. Para Hoffman, que defiende no compartir solo lo perfecto, detr¨¢s de muchas de esas publicaciones hay tambi¨¦n ¡°muchos temas de clase y de dinero¡± de los que no se habla. Como ejemplo, menciona las fotograf¨ªas de despensas en las que todo est¨¢ fuera de su embalaje original, en recipientes a juego y bien etiquetados. ¡°Es muy atractivo visualmente, pero el almacenamiento es extremadamente caro. Comprar todas esas cosas a juego no est¨¢ al alcance de mucha gente¡±, apunta.
La psic¨®loga Aurora G¨®mez, de Corio Psicolog¨ªa, coincide: ¡°A m¨ª me encantar¨ªa que, igual que se dice que una publicaci¨®n ha sido patrocinada, se dijera ¡®esta persona tiene unos privilegios de base que no est¨¢s viendo¡±. La mayor parte de la poblaci¨®n espa?ola vive en pisos peque?os, con poca luz y mal aislados, como qued¨® patente durante el confinamiento. G¨®mez admite que ella sigue muchas cuentas de decoraci¨®n, pero se da cuenta de que son siempre casas grandes. ¡°Buena disposici¨®n, buena iluminaci¨®n, muchas plantas¡ Pero para las plantas, aunque no lo parezca, tienes que tener tiempo, dinero y luz¡±, opina. Las redes sociales contribuyen a configurar ¡°lo que es una casa ideal¡±. Nos comparamos no solo con los mejores momentos de otros, sino con los mejores momentos de las casas de personas con m¨¢s dinero.
Por qu¨¦ nos sentimos culpables de nuestro desorden
Existen estudios, como los documentos internos que se filtraron de Facebook, que concluyen que Instagram es la red social m¨¢s da?ina para la salud mental. Normalmente, el usuario de la red social no piensa en lo que significa ver cuerpos y caras perfectas o lo que le provoca verse a si mismo siempre con un filtro delante, pero el tema del hogar, m¨¢s all¨¢ de los aspectos socioecon¨®micos, tambi¨¦n genera culpa y malestar. Porque quiz¨¢ tener una casa grande y luminosa no est¨¦ al alcance de cualquiera, pero mantenerla limpia y ordenada parece que s¨ª deber¨ªa estarlo.
Rachel Hoffman empez¨® a trabajar en Unfuck Your Habitat porque notaba que la mayor¨ªa de las webs y libros con consejos para el hogar estaban dirigidos, sin decirlo, a ¡°personas con un estilo de vida muy particular, gente que se quedaba en casa, con una familia tradicional¡±, cuenta. Esos sistemas ignoran ¡°a la gente que a¨²n vive en casa de sus padres o que tiene compa?eros de piso o que trabaja a jornada completa o trabaja y estudia, o gente con discapacidades o enfermedades cr¨®nicas o mentales¡±. De ah¨ª que su idea fuera ofrecer un recurso m¨¢s amplio e inclusivo.
¡°Limpiar y mantener una casa limpia, eso son habilidades que se pueden aprender y para las que hay gente que tiene obst¨¢culos. Que tu casa sea o no un desastre no es un reflejo de qui¨¦n eres como persona¡±, afirma Hoffman. Un ejemplo de c¨®mo se ha asociado la limpieza con una cierta moralidad es c¨®mo muchas veces, al recibir a alguien en casa, el anfitri¨®n se disculpa por no tenerla perfecta. ¡°Creo que en general tenemos que dejar de disculparnos por c¨®mo vivimos. Hacerlo constantemente refuerza ese est¨¢ndar inalcanzable al que aspiramos y es da?ino¡±, subraya.
Aurora G¨®mez a?ade que en las casas se notan mucho los problemas de salud mental. La depresi¨®n o la ansiedad, explica, tienen entre sus caracter¨ªsticas la limitaci¨®n de la energ¨ªa, de la capacidad de atenci¨®n y de la capacidad ejecutiva. ¡°Todo esto se va sumando y hace que sea m¨¢s dif¨ªcil llevar a cabo las tareas del hogar¡±, matiza. Por otra parte, la psic¨®loga apunta que en c¨®mo est¨¢n nuestras casas puede haber un componente estacional que tampoco se ve en redes sociales, como ¨¦pocas de m¨¢s trabajo o en las que se tiene menos tiempo o energ¨ªa para ocuparse del hogar.
La conclusi¨®n no es que haya que dejar de limpiar o de intentar tener la casa habitable, sino que es importante ser consciente de las circunstancias e intentar adaptarse a ellas y no a est¨¢ndares inalcanzables. ¡°Primero tenemos que deshacernos de la idea de que tener una casa limpia te convierte en mejor persona. Tener una casa limpia significa tener una casa limpia y ya est¨¢¡±, argumenta Rachel Hoffman. ¡°Mi objetivo es que la gente diga ¡®vale, si soy un 80% desordenado, puedo llevarlo al 70%. Eso ya es una mejora y desde ah¨ª puedo ir avanzando¡¯. Sin embargo, al ver estas im¨¢genes casi de revista pensamos ¡®si no llego a esto, no vale la pena intentarlo¡¯. Para m¨ª, ser capaz de decir ¡®puedo hacer algo, no tiene por qu¨¦ ser todo¡¯ es muy importante. Perdemos muchos matices cuando vemos c¨®mo las cosas se presentan en Instagram porque es muy ¡®todo o nada¡¯ y no muestra c¨®mo vive de verdad la mayor¨ªa de la gente¡±.
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