60 kil¨®metros de arte al aire libre: el espectacular estuario de Nantes reinventa el turismo cultural
Nombres como Jean Prouv¨¦ o Gilles Clement se encuentran entre los creadores de estas obras de arte que vinculan paisaje, arte y r¨ªo en la zona en la que el r¨ªo Loira se abre al Atl¨¢ntico
El proyecto art¨ªstico y paisaj¨ªstico conocido como Estuaire Nantes-Saint Nazaire, que ha logrado unir a trav¨¦s de 60 kil¨®metros del r¨ªo Loira estas dos ciudades del oeste de Francia por medio de un compendio de obras de arte, es una colecci¨®n al aire libre ¨²nica desde el centro de la ciudad de Nantes hasta las puertas del Atl¨¢ntico. 33 obras de arte y 33 escalas art¨ªsticas que configuran una nueva realidad vinculando paisaje, arte y r¨ªo. La colecci¨®n se puede visitar a pie, en bici, en coche o en barco. Cada medio de transporte permite disfrutar de una mirada distinta a las obras (una casa flotante en mitad del r¨ªo, un jard¨ªn que crece en un antiguo b¨²nker o una serpiente de hierro gigante que parece haber encallado en la playa) realizadas por artistas, dise?adores o arquitectos como Daniel Buren, Huan Yong Ping, Angela Bulloch, Lilian Bourgeat, Eva & Adele, Jean Prouv¨¦ (en este caso, recuperada) o Gilles Clement.
El ide¨®logo de semejante utop¨ªa fue el director art¨ªstico Jean Blaise, apasionado gestor e impulsor de una estructura de turismo que llam¨® Le Voyage a Nantes cuyo principal activo es la cultura, que siempre ha considerado la capacidad transformadora del arte, convencido de que su fuerza es poderosa y puede interferir en el desarrollo de las ciudades. ¡°La meta la marcaron los alcaldes de las dos localidades en los extremos de La Loire, Joel Batteux (Saint-Nazaire) y Jean-Marc Ayrault (Nantes); quer¨ªan mostrar que estos dos territorios tambi¨¦n ten¨ªan una identidad cultural¡±, explica Blaise. ¡°Nuestra idea era resaltar el territorio que une estas dos ciudades a trav¨¦s de la r¨ªa. F¨ªsicamente, la relaci¨®n entre las dos ciudades se hizo evidente gracias al Loira y a nosotros, que pedimos a grandes artistas internacionales que vinieran a interpretar este territorio a trav¨¦s de obras creadas in situ durante tres ediciones (2007, 2009 y 2012), adem¨¢s de otras obras que se a?adieron despu¨¦s como Pie, Pull-Over y Sistema digestivo, de Daniel Dewar y Gr¨¦gory Gicquel. Este enfoque art¨ªstico muestra hasta qu¨¦ punto las dos ciudades siguen siendo un territorio creativo vivo y compartido. Las obras son recibidas de manera diferente por por especialistas o visitantes que no est¨¢n acostumbrados a contemplar obras de arte, por ni?os o por adultos¡±.
Para el curador e historiador del arte Gianni Cudazzo, gran connaisseur del recorrido, ¡°lo real es una idea subjetiva y el arte es una puesta en escena, es una representaci¨®n que, sin embargo, contribuye a dar forma a lo real. Esto es a¨²n m¨¢s cierto en la uni¨®n entre Nantes y Saint-Nazaire, el arte permite establecer o actualizar la relaci¨®n entre el hombre y el entorno y, m¨¢s ampliamente, ajustar los v¨ªnculos con una realidad subjetiva de un territorio que cambia al ritmo de las olas del Loira y seg¨²n los tiempos, pues la historia de la r¨ªa evoca tantas historias de las dos ciudades conectadas que guarda las huellas de estos cambios¡±. En ese recorrido, elegimos unas cuantas de esas obras.
Station Prouv¨¦, de Jean Prouv¨¦
En pleno Parc des Chantiers esta estaci¨®n de servicio, proyectada y construida por Jean Prouv¨¦ en sus talleres de Maxeville a finales de los sesenta, da testimonio de la capacidad del Estuaire de tener en cuenta el patrimonio y de ponerlo en valor. Prouv¨¦, genio inventor autodidacta, herrero de formaci¨®n, desempe?¨® durante a?os la construcci¨®n de edificios de manera industrial a base de elementos estandarizados y modelables para paliar la ausencia de infraestructuras y de viviendas. La primera vida que tuvo esta joya arquitect¨®nica fue la de estaci¨®n de servicio, concebida para ser desplazada en funci¨®n de las variaciones del tr¨¢fico. Del centenar de gasolineras que construy¨® Prouv¨¦ por encargo de De Gaulle, es una de las pocas que se conservan en la actualidad. Este m¨®dulo, hallado cerca de Besan?on, fue incluido en el inventario complementario de monumentos hist¨®ricos. En 2002 la compr¨® un particular, que la ofreci¨® al equipo de Estuaire. Este testimonio del dise?o del siglo XX ha encontrado su lugar en uno de los enclaves m¨¢s transitados de Nantes y durante a?os ejerci¨® de oficina de turismo, lo que demuestra el formidable gusto de Jean Blaise.
Les Anneaux, de Daniel Buren y Patrick Bouchan
Estos dieciocho anillos de cuatro metros de di¨¢metro no por casualidad dispuestos a lo largo del muelle de las Antillas (ante la galer¨ªa de arte Hangar 21, m¨¢s conocido como Hangar ¨¤ bananes), ligeramente inclinados, encuadran y recortan como si fueran ventanas circulares el paisaje de Nantes y ya son un s¨ªmbolo de la ciudad, el reclamo que aparece en todas las fotograf¨ªas que buscan el mejor perfil de la vielle ville. Su alineaci¨®n tambi¨¦n se puede ver como un catalejo dirigido hacia el mar multiplicando las perspectivas. De noche, cuando se iluminan y se acoplan a la atm¨®sfera festiva de esta margen de r¨ªo, dan luz, color y una alegr¨ªa que no pasa desapercibida para nadie y que han revitalizado una zona que durante a?os estuvo en desuso. Adem¨¢s, y como contrapunto, estos anillos recuerdan un episodio del pasado m¨¢s triste de la ciudad, pues hacen eco del cercano memorial de la abolici¨®n de la esclavitud. Esta obra evoca las cadenas de los esclavos transportados en los barcos y es un homenaje a la luz del d¨ªa y la historia de una ciudad tan ligada al agua del r¨ªo.
Belv¨¦dere de l?Hermitage, de Tadashi Kawamata
En la margen opuesta, en lo alto del muro, junto al antiguo convento franciscano del siglo XVI (ah¨ª est¨¢ hoy el restaurante L¡¯ Atlantide 1874) sobresale lo que parece un nido gigante cuyas ramas de madera cubren y envuelven una pasarela que avanza y se ubica sobre la ruta que vincula la antigua Carri¨¨re Misery y sus muelles, en plena metamorfosis, a los pies de la colina Sainte-Anne. El artista japon¨¦s afincado en Par¨ªs Tawashi Kawamatta gusta de hacer puentes y pasarelas, de crear escondites, nidos y refugios con la madera como material esencial. As¨ª, los cuelga en lugares inhabituales (llamando la atenci¨®n de su presencia) siempre en funci¨®n de los aspectos, historia, geograf¨ªa y caracter¨ªsticas del lugar donde es invitado a crear.
Este mirador tiene adem¨¢s las mejores vistas de dos emblemas de Nantes, a la izquierda la famosa Gr¨²a Amarilla (s¨ªmbolo del pasado industrial), y enfrente, algo m¨¢s lejos, el perfil poderoso de la Maison Radieuse o Unit¨¦ d¡¯ habitation de Le Corbusier de Rez¨¦ (afueras de Nantes), paradigma de su visi¨®n de una arquitectura para el desarrollo humano. Se construy¨® en 1955, despu¨¦s de la de Marsella y antes de la de Berl¨ªn. Inspirado en el principio modular y en la proporci¨®n ¨¢urea, Le Corbusier desarroll¨® su sistema de construcci¨®n para edificar pisos dentro de un marco de postes y vigas de hormig¨®n armado, un principio revolucionario generalizado en las ¨²ltimas d¨¦cadas que dio como resultado una obra sobre pilotes con una fachada que juega con balcones y ventanas y con pisos siempre ventilados y abiertos a la luz.
Misconceivable (o el barco blando) / Erwin Wurm
El artista austr¨ªaco Erwin Wurm (autor de la serie continua de esculturas de Viena One Minute Sculptures, en la que planteaba relaciones inesperadas con los objetos cotidianos a partir de una mirada humor¨ªstica de la escultura y de la vida) es partidario de perturbar el orden natural de las cosas. Entre Nantes y Saint Nazaire, siguiendo el curso del r¨ªo, en el pueblo de Pellerin, en la esclusa de la Martiniere, pone a los visitantes ante una situaci¨®n francamente inconcebible: un velero azul y blanco de nueve metros de largo que intenta escapar de las presas de piedra para llegar a las aguas del Loira, tan humanizado que se dobla hacia la superficie del agua como un nadador ol¨ªmpico.
No es el primer veh¨ªculo que modela Wurm fuera de contexto (son conocidos sus fat cars, y los trucks que remontan muros). Es un barco teatralizado que busca ser libre. Para Gianni Cudazzo, Misconceivable (el barco blando) de Erwin Wurm es un trabajo ¡°que evoca con elegante delicadeza, humor y un poco de sarcasmo una historia mar¨ªtima com¨²n a ambas ciudades, la construcci¨®n del canal Martini¨¨re y el destino de la navegaci¨®n y del puerto¡±, ya que este canal, construido en 1892, s¨®lo estuvo en funcionamiento diez a?os, una incongruencia ante la que sonr¨ªe Wurm.
Serpent d?Ocean, de Huan Yong Ping
Esta obra es la mejor recompensa del recorrido desde Nantes hasta Saint Nazaire, cuando la Loire definitivamente se extiende y se entrega al Atl¨¢ntico. A apenas diez kil¨®metros de la inmensidad del mar, para asombro de ni?os y adultos, se ve el esqueleto de un animal directamente salido de la mitolog¨ªa: la serpiente del oc¨¦ano. Con la marea baja, este gigante de 120 metros de largo y tres metros de altura yace manchado de algas totalmente descubierto, casi simp¨¢tico (rodeado de ni?os que se suben a ¨¦l). Sin embargo, con la marea alta, se deja atravesar por los movimientos de un agua que le dan vida y misterio, se ve poco, parece que flota, y asusta. La luz y el mar hacen que nunca se vea la misma obra. Es muy simb¨®lico respecto al paisaje que le rodea, pues evoca la silueta del puente que conecta con Saint Nazaire y marca la transici¨®n de estuario a oc¨¦ano.
Una vez m¨¢s, Huan Yong Ping se interroga por la relaci¨®n entre el hombre y el animal y deja una pregunta: ?para qu¨¦ ha llegado? ?cu¨¢l es su raz¨®n de ser y de estar? Este artista fund¨® el colectivo Ximen Dad¨¢, movimiento art¨ªsticos influido por Duchamp que confiaba en el arte como elemento contra los totalitarismos y que abandon¨® China para instalarse en Par¨ªs tras la tragedia de Tiananmen.
Le Jardin du Tiers-Paysage, de Gilles Clement
Desde ah¨ª no cuesta nada llegar al antiguo b¨²nker de Saint Nazaire que el paisajista y te¨®rico Gilles Clement ha llenado de semillas, plantando los conceptos que ha ido formulando durante a?os en libros y jardines para reinventar nuestra relaci¨®n con el medio ambiente. Hay que ver el jard¨ªn como un paisaje en movimiento y considerar los espacios abandonados como terceros paisajes; escapando a la urbanizaci¨®n estos lugares se ven como refugios de resistencia y biodiversidad. En su celebrado Manifiesto del Tercer Paisaje (seg¨²n ¨¦l, conjuntos de espacios residuales, m¨¢rgenes que re¨²nen una diversidad biol¨®gica que no se entienden como riqueza y reservas no explotadas), dice: ¡°El ejemplo m¨¢s reciente de aplicaci¨®n del Tercer Paisaje es la base submarina de Saint Nazaire. Con una superficie de tres hect¨¢reas, su imponente arquitectura incluye una losa de nueve metros de grosor sobre una d¨¢rsena donde se resguardaban los submarinos alemanes durante la II guerra mundial. La estructura estaba pensada para que los obuses, atrapados en ella, hicieran explosi¨®n en las c¨¢maras sin alcanzar la losa. El proyecto sigue el orden dictado por la arquitectura abandonada¡±.
La intenci¨®n de Clement era poner de relieve especies del tercer paisaje, en parte procedentes del estuario del Loira, disponi¨¦ndolas bajo la forma de un peque?o bosque (de ¨¢lamos temblones), de un tapiz vegetal (jard¨ªn de vermicularias), o dejando que se instalasen al azar. Fiel a su idea de hacer lo posible con la naturaleza y lo menos posible contra ella, Clement ha compuesto un jard¨ªn en tres partes adaptado a la arquitectura y a las condiciones extremas de un lugar muy representativo en la ciudad.
Villa Chemin¨¦e, de Tatzu Nishi
De regreso a Nantes por la margen opuesta destaca este brillante ejemplo de respeto por el paisaje y la memoria, de recuperaci¨®n y reivindicaci¨®n del pasado industrial y de un patrimonio al que no conviene en absoluto dejar de lado. Este observatorio es una chimenea roja y blanca de ocho metros de di¨¢metro id¨¦ntica a las de la vecina central t¨¦rmica de Cordemais, que ofrece una vista de 360 grados del r¨ªo y los pantanos de alrededor. En el techo, a 15 metros de altura, Tatzu Nishi, fan de Julio Verne y conocido por por intervenciones que transforman monumentos hist¨®ricos en espacio dom¨¦sticos, ha instalado una peque?a casa t¨ªpica de las construcciones de los a?os setenta que se mide con el gigantismo del complejo industrial. Con su presencia, esta construcci¨®n de lo m¨¢s com¨²n se convierte en una original casa en las alturas de un pedestal cuyas llaves se pueden obtener para dormir durante una noche que permite a sus ocupantes vivir otra realidad.
Maison dans la Loire, de Jean Luc Courcoult
Hablando de otras realidades no se debe obviar la Maison dans la Loire de Jean Luc Courcoult, muy conocido en Nantes por ser el cofundador de la compa?¨ªa Royal de Luxe que ha puesto en movimiento el famoso bestiario de m¨¢quinas de Nantes que tanto gusta a los ni?os. En mitad del cauce del r¨ªo ha anclado una casa que va a la deriva. Ejemplo de aprovechamiento del paisaje y de realismo m¨¢gico, pues la casa no se mueve sin la intervenci¨®n art¨ªstica. La visi¨®n de la escena desde las orillas de Cou?ron remite sin duda a un cuadro de Magritte, pues requiere de un proceso mental ¨¢gil y complejo. Con la casa, nuestro esp¨ªritu transita aguas abajo, pese a que sus cimientos est¨¦n medio hundidos en el barro.
Seg¨²n Jean Blase, que puso en marcha el proyecto en 2007, ¡°los resultados son bastante positivos. Muchos turistas llegaron al encontrar estas obras de diferentes maneras: a pie, en bicicleta, en barco o en coche. Es un proyecto que ayuda a desarrollar un tipo de turista cultural. Obviamente se trataba de crear atractivo para la ciudad, pero tambi¨¦n de iniciar a los nanteses en el arte contempor¨¢neo en el espacio p¨²blico¡±. Gianni Cudazzo, sensible a la conexi¨®n del arte y del territorio, remarca el hecho de que (salvo excepciones) las obras del Estuaire Nantes-Saint-Nazaire han sido dise?adas in situ en estricta relaci¨®n con los sitios donde se instalan. Reactivan y se reintroducen, con poes¨ªa, sensibilidad, humor, armon¨ªa e ingenio humano, en un paisaje fluvial que sigue siendo el verdadero protagonista de esta colecci¨®n al aire libre ¡°cuyo objetivo es reconectar con la identidad de los habitantes y con la subjetividad de quien quiera venir a observarla¡±.
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