De Finlandia a Segovia: seis obras maestras de la arquitectura contempor¨¢nea donde querr¨ªamos celebrar la Navidad
Para estas fechas proponemos entornos tradicionalmente navide?os como Nueva York o Budapest, pero tambi¨¦n lugares tan at¨ªpicos como el desierto californiano
La Navidad nos fuerza cada a?o a tomar una serie de decisiones cruciales en un tiempo r¨¦cord. El men¨² de la cena de Nochebuena, el vestuario para despedir el a?o y dar la bienvenida a uno nuevo en Nochevieja o los regalos en la ma?ana de Reyes son cuestiones que se pueden volver peligrosamente trascendentes. Salir airoso requiere imaginaci¨®n y, en ocasiones, un poquito de valent¨ªa.
Otro cl¨¢sico que suele levantar ampollas tiene que ver con el lugar de celebraci¨®n de estos d¨ªas se?alados. En ICON Design nos adelantamos a ese inc¨®modo ¡°?en tu casa o en la m¨ªa?¡± y les proponemos una selecci¨®n de seis obras maestras de la arquitectura contempor¨¢nea en los que ser¨ªa un aut¨¦ntico alucine celebrar la Navidad.
23 Beekman Place (Nueva York, 1977-1995), de Paul Rudolph
Patinar sobre hielo en la Rockefeller Plaza al cobijo del abeto m¨¢s famoso del mundo, quedar deslumbrado (literalmente) con los escaparates de Bloomingdale¡¯s y Macy¡¯s o con las luces con las que los vecinos de Dyker Heights decoran sus casas, escuchar villancicos en Washington Square o ver caer la bola la noche de A?o Nuevo en Times Square. No diga Navidad: diga Nueva York. Pero si vivir estas fiestas en el set de rodaje de Solo en casa 2 no es lo suyo, es posible que el impresionante ¨¢tico que el arquitecto Paul Rudolph se construy¨® en el exclusivo barrio de Turtle Bay sea el refugio que anda buscando.
Concebido como un banco de pruebas a escala real, Rudolph aprovech¨® las distintas etapas de proyecto y construcci¨®n de su vivienda para poner en pr¨¢ctica un particular ejercicio de investigaci¨®n formal y di¨¢logo con el paisaje urbano. Hacia el exterior, la obra se muestra como un abstracto entramado de vigas de acero negro y paneles de hormig¨®n que contrasta de manera radical con el edificio residencial de piedra de finales del siglo XIX sobre el que se asienta. El verdadero espect¨¢culo, sin embargo, se encuentra en su interior. Este cu¨¢druplex de casi doscientos metros cuadrados cuenta con estancias a doble altura, espejos en suelos, techos y paredes ¡ªaunque de estas hay muy pocas¡ª, grandes ventanales, escaleras sin barandillas y estanter¨ªas y mobiliario completamente transparentes. Este cat¨¢logo de recursos arquitect¨®nicos dota al proyecto de una complejidad espacial verdaderamente emocionante, a la vez que permite maximizar el disfrute de unas vistas de infarto del East River y Roosevelt Island. ¡°Es dif¨ªcil deprimirse aqu¨ª dentro¡±, dijo el arquitecto. Recomendado para los que en estas fechas les invade la nostalgia.
Hotel Gell¨¦rt (Budapest, 1912-1918), de ?rmin Heged?s, Art¨²r Sebesty¨¦n e Izidor Sterk
Por cuarta vez en los ¨²ltimos cinco a?os, el portal European Best Destinations ha seleccionado el Mercado de Adviento en la Bas¨ªlica de Budapest como el mejor mercadillo navide?o de Europa. Localizado frente a la bas¨ªlica de San Esteban, la feria ofrece m¨¢s de un centenar de puestos de artesan¨ªa y gastronom¨ªa locales que comparten espacio con un ¨¢rbol de doce metros profusamente decorado, iluminaci¨®n de todos los colores posibles, un bel¨¦n, una pista de hielo y hasta un trineo de realidad virtual.
Una vez se haya atracado de k¨¹rt?skal¨¢cs y vino caliente, es el momento de disfrutar del apabullante legado de arquitectura Art Nouveau con el que cuenta la capital h¨²ngara, representado por tesoros como el Museo de Artes Aplicadas, la Real Caja Postal de Ahorros, la sede del antiguo Banco T?r?k o la galer¨ªa comercial Parisi Udvar. Pero si de lo que se trata es de entrar en calor y relajarse despu¨¦s de tanto ajetreo navide?o, el balneario de aguas termales del Hotel Gell¨¦rt es, sin duda, la mejor elecci¨®n. Este edificio de aspecto palaciego se ubica en la margen derecha del r¨ªo Danubio, sobre la colina G¨¦llert, cuyos manantiales suministran aguas medicinales a unos ba?os famosos por sus mosaicos cer¨¢micos de azulejos elaborados en la prestigiosa f¨¢brica Zsolnay, vidrieras de colores, columnas de m¨¢rmol y estatuas. ?A qui¨¦n no le va a gustar pasar la Navidad a remojo en El Gran Hotel Budapest que inspir¨® a Wes Anderson?
Estaci¨®n de esqu¨ª Les Arcs (Saboya, Francia; 1967-1989), de Charlotte Perriand
Aprovechar las vacaciones de Navidad para practicar deportes de invierno en lugar de quedarse tirado en el sof¨¢ viendo por en¨¦sima vez Qu¨¦ bello es vivir es un plan m¨¢s que encomiable. Si practica el esqu¨ª y adem¨¢s le apasiona la arquitectura y el dise?o, debe saber que Charlotte Perriand dedic¨® m¨¢s de veinte a?os a dirigir el proyecto de una nueva ciudad de vacaciones construida en un terreno virgen a las faldas del Mont Blanc que en la actualidad ofrece 425 kil¨®metros de pistas esquiables.
Les Arcs es un complejo invernal compuesto por cuatro ¨¢reas, denominadas por su altitud aproximada: Arc 1600, Arc 1800, Arc 1950 y Arc 2000. Aunque Perriand particip¨® en la supervisi¨®n de todas ellas, es en las dos primeras donde trabaj¨® m¨¢s activamente y pudo plasmar su exploraci¨®n en los procesos de industrializaci¨®n y prefabricaci¨®n aplicados en la arquitectura. De entre todas las construcciones del conjunto, destaca La Cascade (1969), en el Arc 1600, un conjunto de 140 apartamentos distribuidos en siete bloques de cuatro plantas que se inclinan y escalonan en un gesto que acompa?a a la topograf¨ªa a la vez que permite captar la luz reflejada en la nieve; o la R¨¦sidence Belles Challes (1976), en el Arc 1800, que con sus 590 habitaciones repartidas en 17 plantas se alza como la m¨¢s grande de todo el conjunto. Aunque generosos en lo que se refiere a las vistas que ofrecen del paisaje alpino, los habit¨¢culos de este edificio son de un tama?o realmente reducido, un reto al que Perriand respondi¨® con una operaci¨®n de estandarizaci¨®n e ingenio que le permiti¨® casar funcionalidad y est¨¦tica de manera brillante. La arquitecta insisti¨® en que las cocinas fueran abiertas para que las mujeres, entonces relegadas a las tareas de preparaci¨®n de la comida, no se aislaran del resto de la familia durante las vacaciones. ?Incluso dio su n¨²mero de tel¨¦fono a los compradores que quer¨ªan cerrarlas para poder disuadirles personalmente!
Villa Mairea (Noormarkku, Finlandia; 1937-1939), de Alvar y Aino Aalto
La leyenda internacionalmente aceptada de que Pap¨¢ Noel reside en el Polo Norte le sirvi¨® a la ciudad finlandesa de Rovaniemi como coartada para construir Santa Claus Village, un parque tem¨¢tico de lo m¨¢s kitsch dedicado al esp¨ªritu navide?o. M¨¢s all¨¢ de elfos en un r¨¦gimen laboral cercano a la esclavitud, renos de narices coloradas y otros mitos, la verdadera historia de la capital lapona est¨¢ marcada por un suceso tr¨¢gico: su completa destrucci¨®n a cargo del ej¨¦rcito nazi en el oto?o de 1944. Su reconstrucci¨®n fue dirigida por Alvar Aalto, quien proyect¨® un plan urban¨ªstico con un sistema viario ramificado conocido como Cuerno de Reno, as¨ª como algunos edificios c¨ªvicos como el teatro y la biblioteca p¨²blica de la ciudad. No obstante, si estamos buscando el lugar ideal para refugiarnos en la glacial Navidad n¨®rdica, deber¨ªamos conducir nuestro trineo unos cuantos kil¨®metros m¨¢s al sur, a la diminuta localidad de Noormarkku, donde se encuentra la gran obra maestra residencial de Alvar y Aino Aalto: la Villa Mairea.
La casa combina una apuesta experimental deudora de las corrientes de renovaci¨®n arquitect¨®nica del panorama internacional con una sensibilidad hacia la cultura material e idiosincrasia locales. Esta dicotom¨ªa es perfectamente visible en su configuraci¨®n exterior, donde se conjugan vol¨²menes puros de color blanco, propios del racionalismo centroeuropeo, con formas blandas forradas con listones de madera de teca y pino rojo que armonizan con el paisaje donde se asienta. Dise?ada para una familia de magnates de la industria maderera finlandesa, el interior del espacio principal de la vivienda, que unifica el sal¨®n, la biblioteca y el invernadero, se concibi¨® como una abstracci¨®n del bosque finland¨¦s ¡ªlos pilares de acero negro envueltos en rat¨¢n pretend¨ªan recordar a pinos con la corteza pelada¡ª, que se cuela en la estancia a trav¨¦s de amplios ventanales. Sumergirse en las g¨¦lidas aguas de su piscina, cuya forma org¨¢nica representa los lagos finlandeses, es una parada obligatoria despu¨¦s de la sauna, ubicada justo a su lado. Hyv?? Joulua!
Parador Nacional de Segovia (1973), de Joaqu¨ªn Pall¨¢s
S¨ª, es verdad: cualquiera de los hoteles pertenecientes a la red nacional de Paradores es un lugar fant¨¢stico los 365 d¨ªas del a?o. Pero si en la ecuaci¨®n incluimos las variables de destino con encanto invernal y la calidad arquitect¨®nica, el de Segovia es uno de los m¨¢s interesantes para disfrutar de una estancia navide?a. Situado en las afueras de la ciudad sobre un monte que ofrece unas vistas privilegiadas de un perfil hist¨®rico que bien le vale su declaraci¨®n como Patrimonio de la Humanidad ¡ªen un solo vistazo capturamos el acueducto, la catedral y el alc¨¢zar¡ª, el Parador Nacional de Segovia fue de los primeros que se construyeron de nueva planta y no como reforma de un edificio existente.
El arquitecto Joaqu¨ªn Pall¨¢s separ¨® claramente la zona de habitaciones, perfectamente modulada, de la zona p¨²blica, abierta en abanico, dando lugar a una de las plantas m¨¢s bonitas de la arquitectura patria. Construido en ladrillo y teja t¨ªpicos segovianos, el Parador se muestra como una fortaleza castellana de aspecto medieval cuya geometr¨ªa est¨¢ acentuada por un conjunto de canalones y bajantes pintados de color granate con el fin de mantener la armon¨ªa crom¨¢tica. Este alarde de contenci¨®n exterior contrasta con un interior exuberante en el que nos encontramos grandes vigas de hormig¨®n visto que describen techos inclinados ocasionalmente perforados por lucernarios triangulares, suelos de pizarra a distintos niveles, sof¨¢s de obra tapizados en colores ocres y salm¨®n, una chimenea troncopiramidal de acero corten que parece flotar sobre el fuego y una exquisita exposici¨®n permanente de arte abstracto ¡ªhay obras de Pablo Palazuelo, Jos¨¦ Luis G¨®mez Perales, Jos¨¦ Mar¨ªa Yturralde y Jorge Teixidor, entre otros¡ª sobre sus paredes.
Loewy House (Palm Springs, 1946-1947), de Albert Frey
?Qui¨¦n dijo que la Navidad era para permanecer al calor de una chimenea con un chocolate calentito y un jersey decorado con renos y copos de nieve en lugar de hacerlo en ba?ador dentro de una piscina con un Martini seco en la mano? Eso debieron preguntarse una ¨¦lite de estrellas de Hollywood, pol¨ªticos y empresarios de Estados Unidos cuando, a mediados del siglo pasado, decidieron transformar Palm Springs, entonces un pueblecito perdido en el desierto del valle de Coachella, en un complejo tur¨ªstico de lujo y en un centro de experimentaci¨®n arquitect¨®nica de prestigio internacional.
El omnipresente del dise?o Raymond Loewy ¡ªconocido popularmente como ¡°El hombre que dio forma a Estados Unidos¡± y autor de las m¨¢quinas expendedoras de Coca-Cola, los paquetes de cigarrillos de Lucky Strike, los autobuses Greyhound y los logotipos de empresas como Shell, Exxon, TWA o BP¡ª prefer¨ªa pasar los fr¨ªos meses de invierno en albornoz, as¨ª que acudi¨® al primer arquitecto en establecer su estudio en Palm Springs de forma permanente, el suizo Albert Frey. El encargo se concret¨® en una vivienda sencilla y peque?a, de una sola planta, en la que los l¨ªmites entre el interior y el exterior parec¨ªan desaparecer. Muros de vidrio funden la casa con el desierto y la Sierra de San Jacinto, mientras que una p¨¦rgola de madera enmarca un patio con un jard¨ªn de rocas y cactus. La piscina en forma de ri?¨®n, que se introduce en el interior del sal¨®n, completa el oasis privado de Loewy. ¡°Adoro el desierto¡±, confesaba Frey en una carta dirigida a su mentor y amigo Le Corbusier, ¡°el sol, el aire puro y las formas sencillas del paisaje crean unas condiciones perfectas para la vida y la arquitectura moderna¡±.
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