¡°Nuestro miedo es morir de ¨¦xito¡±: la peque?a tienda espa?ola que se ha adelantado a la ¨²ltima gran tendencia de decoraci¨®n
El Biedermeier estuvo muy de moda y tambi¨¦n fue muy despreciado por ser un mueble burgu¨¦s. Claudio Alvargonz¨¢lez y Lucas Nierhaus buscan las mejores piezas y las restauran en su local de El Rastro
De todos los muebles que se pueden encontrar en un mercadillo o una tienda de antig¨¹edades, pocos sintonizan tan bien con el gusto moderno como los de la ¨¦poca Biedermeier. Y, sin embargo, pocos estilos decorativos son menos conocidos popularmente en estos tiempos que los de estos muebles de la Viena del siglo XIX.
As¨ª, cuando hace dos a?os Claudio Alvargonz¨¢lez y Lucas Nierhaus inauguraron una tienda especializada en este periodo en las Galer¨ªas Piquer del Rastro, ni los m¨¢s veteranos de este lugar entendieron del todo bien su propuesta. El vaticinio que recibieron los due?os de Kunstgalerie de su gremio no fue nada halag¨¹e?o. ¡°Nos dijeron que no durar¨ªamos m¨¢s de cuatro meses. Y la verdad, durante un tiempo pens¨¦ que iban a acertar¡±, recuerda Alvargonz¨¢lez. ¡°El problema es que el mobiliario Biedermeier tiene un aspecto tan moderno y sencillo en comparaci¨®n con otros estilos antiguos que a muchos les extra?an sus precios: al principio, los visitantes sol¨ªan marcharse de nuestra galer¨ªa en cuanto descubr¨ªan que lo que les parec¨ªa un mueble mid-century corriente costaba tanto como uno de aire versallesco. Hay gente que si no ve dorados¡¡±.
Tuvieron la suerte de que una de esas modas que de vez en cuando sacude los gustos pusiera al mercado de antig¨¹edades de su parte. El a?o pasado, revistas de decoraci¨®n como Architectural Digest comenzaron a incluir en sus reportajes sobre tendencias estos muebles y a contar c¨®mo una nueva generaci¨®n de dise?adores de interiores est¨¢n emple¨¢ndolos en sus proyectos. La creciente demanda se empez¨® a notar tambi¨¦n en los precios, bastante m¨¢s altos ahora que en los a?os previos a la apertura de Kunstgalerie. ¡°Sillas y c¨®modas que antes compr¨¢bamos por 200 o 300 euros ahora son muy dif¨ªciles de encontrar por menos de mil¡±, asegura Alvargonz¨¢lez. Hoy, su mayor dificultad ya no es encontrar clientes que aprecien este estilo, sino atender su demanda. ¡°Ahora nuestro miedo es morir de ¨¦xito, porque el Biedermeier disponible es escaso: conseguir muebles que vendemos en solo un momento suele llevarnos varias semanas de intensa b¨²squeda¡±.
Este empresario cartagenero y su novio y socio austriaco se conocieron en Berl¨ªn con la era Biedermeier de tel¨®n de fondo. Lucas Nierhaus ten¨ªa all¨ª un taller y trabajaba restaurando muebles de ese y otros periodos para instituciones como las residencias reales de Berl¨ªn y Dresde o el Parlamento alem¨¢n. Claudio Alvargonz¨¢lez se hab¨ªa mudado a la capital alemana para montar un negocio de hosteler¨ªa, pero pasaba mucho tiempo acompa?¨¢ndolo a los mercadillos de antig¨¹edades centroeuropeos, a la busca del que es el estilo preferido de Nierhaus desde sus a?os de estudiante de conservaci¨®n y restauraci¨®n en la Universidad de Postdam. ¡°Lleg¨® un momento en el que ten¨ªamos tantos muebles Biedermeier en casa que Lucas tuvo que ampliar su taller para guardarlos. En la pandemia, decidimos tra¨¦rnoslos a Madrid y montar una tienda en el Rastro¡±.
Uno de esos muebles hizo que tambi¨¦n ¨¦l empezara a cogerle afici¨®n a este estilo. Seg¨²n explica el empresario, la c¨®moda de caoba con la que Nierhaus le ense?¨® a apreciar el Biedermeier podr¨ªa venderse ahora por un buen dinero, pero la pareja no piensa deshacerse de ella jam¨¢s. Como en la ¨¦poca en la que viv¨ªan en Berl¨ªn, les gusta utilizarla para guardar sus toallas y manteles. ¡°Aunque est¨¢ hecho de una madera muy rica, su dise?o es tan sencillo que apetece usarla. Eso es lo que me encanta del Biedermeier en general. Cuando ves muebles de otros estilos como el imperio, lo ¨²ltimo en lo que piensas es en utilizarlos¡±.
Al final, ¨¦l tambi¨¦n se hizo un experto. Alvargonz¨¢lez ahora es capaz de explayarse sobre, por ejemplo, el verdadero origen del Biedermeier, un mobiliario que ni eman¨® de la floreciente burgues¨ªa vienesa del siglo XIX, ni debe sus formas sencillas a la necesidad de este estamento de unos muebles menos aparatosos y m¨¢s adecuados para sus apartamentos que las mir¨ªadas de esfinges, grifos y ¨¢guilas doradas propias del estilo imperio que se hab¨ªa propagado por Europa en tiempos de Napole¨®n. Al contrario de lo que se suele decir, el Biedermeier surgi¨® en los palacios del imperio austroh¨²ngaro y fue despu¨¦s cuando la alta burgues¨ªa comenz¨® a adoptarlo en sus hogares.
As¨ª lo confirma por correo electr¨®nico la historiadora austriaca Eva Ottillinger, curadora del M?belmuseum (museo del mueble) de Viena: ¡°El Biedermeier se origin¨® en la corte de Francisco I de Austria (adversario de Napole¨®n) como un mobiliario mucho m¨¢s sencillo y acogedor que el de estilo imperio, por eso se recurr¨ªa a ¨¦l para decorar los aposentos menos formales de las residencias reales. En 1816, por ejemplo, la nueva emperatriz Carolina Augusta se hizo dise?ar su sala de audiencias en el estilo imperio, pero amuebl¨® con confortables muebles Biedermeier de caoba su dormitorio. Poco despu¨¦s, los ebanistas vieneses empezaron a adoptar este estilo y a inventar nuevas formas para la burgues¨ªa, aunque en nogal o cerezo en vez de caoba como los muebles de la corte y la nobleza¡±.
Menos desacertada es la idea de que el Biedermeier fue un estilo precursor del moderno, o, si se prefiere, el m¨¢s moderno de los estilos antiguos. As¨ª, a comienzos del siglo XX la sencillez formal y la funcionalidad propias del mobiliario Biedermeier tuvieron una influencia notable en el art d¨¦co y en figuras del movimiento moderno como Adolf Loos o Marcel Breuer. Su impacto dur¨® hasta finales de siglo, ya luego conquist¨® a los posmodernos: Ettore Sottsass, quien se inspir¨® en este estilo para crear varios de sus muebles, Robert Venturi, o Charles Jencks fueron algunos de los adoradores m¨¢s apasionados del Biedermeier. ¡°En el mundo de la decoraci¨®n de los a?os ochenta y de principios de los noventa, el Biedermeier se hizo muy popular y atrajo a unos cuantos coleccionistas¡±, explica el especialista portugu¨¦s Jo?o Magalh?es, jefe del departamento de mobiliario de la casa Sotheby¡¯s. ¡°El a?o pasado subastamos varios muebles de una de esas colecciones con resultados excelentes: la de Freddie Mercury¡±.
En Espa?a la situaci¨®n fue distinta. La Guerra de la Independencia impidi¨® que el Biedermeier llegara a tener demasiado predicamento entre los ebanistas del siglo XIX, y despu¨¦s tampoco lleg¨® a triunfar como antig¨¹edad. En la Barcelona de los ochenta tuvo cierto ¨¦xito, precisa Alvargonz¨¢lez, pero nunca ha alcanzado la popularidad que s¨ª tienen estilos franceses e ingleses como el georgiano, el regency, los Luis XIV, XV, XVI, o el estilo imperio.
Por ello, los due?os de Kunstgalerie suelen tener que viajar a Austria, Alemania y otros de los pa¨ªses del norte y centro de Europa en los que el Biedermeier tuvo su apogeo para nutrir su inventario. El proceso de b¨²squeda les lleva la mitad de su tiempo de trabajo y consiste en un concienzudo rastreo no solo de todos los anticuarios, mercadillos, y subastas posibles, sino de las plataformas de compraventa de productos de segunda mano como Wallapop y sus equivalentes en esos lugares. ¡°No hace mucho acabamos en un establo de un pueblo perdido de la frontera de Austria con Rep¨²blica Checa¡±, cuenta Alvargonz¨¢lez. ¡°Para los franceses, est¨¢ siendo una sorpresa que un estilo que no crearon ellos est¨¦ alcanzando unos precios tan altos¡±.
Una vez que los muebles llegan a Madrid, Lucas Nierhaus se encarga de restaurarlos, una fase que por lo general tambi¨¦n lleva mucho tiempo debido al uso que varias generaciones de alemanes, austriacos, checos o polacos han hecho de unos armarios, sillas y mesas que siempre se han resistido a ser meras piezas de museo. Las cosas son m¨¢s sencillas en cuanto los muebles est¨¢n listos para la venta, porque los clientes no tardan en aparecer. ¡°El comprador de Biedermeier suele tener entre 40 y 50 a?os. Busca piezas antiguas de mucha calidad pero sencillas, que no desentonen con las dem¨¢s piezas de sus casas¡±, detalla Alvargonz¨¢lez. ¡°En la ¨²ltima edici¨®n de la feria ARCO gente que solo trabaja con arte contempor¨¢neo aprovech¨® para venir a visitarnos¡±.
El caracter¨ªstico brillo de este tipo de muebles, a?ade el empresario, es perfecto para dar calidez a los espacios de paredes blancas t¨ªpicas de las viviendas actuales, y su discreto dise?o hace que se adapten mucho mejor que otros estilos cl¨¢sicos a casi cualquier otro objeto que tengan al lado. ¡°Los muebles Biedermeier suelen encajar mejor con una pintura u otras piezas de mobiliario del siglo XX que con las de estilos m¨¢s antiguos. Con los muebles barrocos o rococ¨®, por ejemplo, no funcionan demasiado bien. Al fin y al cabo, cuando la gente no conoce bien este estilo, suele echarles una antig¨¹edad de solo 70 a?os, en vez de los dos siglos que ya tienen¡±.
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