El proyecto espa?ol para habitar Marte con un mill¨®n de personas a partir de 2050
Llamada N¨¹wa, la ciudad ha sido dise?ada por ingenieros, psic¨®logos, arquitectos y varias entidades cient¨ªficas en Espa?a. Sus ideas en urbanismo y sistema pol¨ªtico y social la han colocado como finalista del concurso de The Mars Society
N¨¹wa, medio humana, medio drag¨®n, es una figura de la mitolog¨ªa china, una diosa que, en su soledad, acaba siendo madre, creadora y protectora de los seres humanos, a los que moldea con el fango del r¨ªo Amarillo e insufla vida. Tambi¨¦n es un lugar muy solitario el planeta Marte, deshabitado en medio del cielo.
N¨¹wa tambi¨¦n es el nombre de un proyecto espa?ol que ha quedado finalista en un concurso de The Mars Society, una asociaci¨®n internacional cuyo fin es promover el establecimiento de bases humanas en el planeta vecino. Se trataba de dise?ar una ciudad que pueda albergar hasta un mill¨®n de personas. Hay mucha gente en la Tierra d¨¢ndole vueltas a esto, como constanta que al concurso se presentaron 175 proyectos, entre la ciencia, la ingenier¨ªa y la ciencia ficci¨®n. En N¨¹wa se consideran cinco ciudades diferentes, cada una de 200.000 habitantes, repartidas estrat¨¦gicamente por la superficie de Marte para llegar a la mayor cantidad y variedad de recursos posibles. Todas ellas son completamente sostenibles.
¡°Nuestro objetivo es el desarrollo sostenible de una econom¨ªa en el espacio¡±, se?ala el astrof¨ªsico especialista en exoplanetas Guillem Anglada, uno de los promotores de este proyecto en el que han participado investigadores de la red internacional SONet, el Instituto de Estudios Espaciales de Catalu?a (IEEC), la firma de arquitectura ABIBOO Studio, la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC) o el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB), entre otras entidades. Es importante pensar en estas cosas, aunque como se?ala Anglada, ¡°muchos cient¨ªficos creen que esto cae fuera de su ¨¢mbito y muchos ingenieros piensan que deben ocuparse en proyectos m¨¢s viables econ¨®micamente¡±.
Accesibilidad: entre 250 y 600 d¨ªas de viaje seg¨²n la alineaci¨®n con la Tierra
La aventura comenzar¨ªa en el a?o 2050 con el viaje desde este planeta nuestro de un millar de pioneros que fundar¨ªan la ciudad. El trayecto durar¨ªa unos 250 d¨ªas. ¡°Luego la poblaci¨®n aumentar¨ªa de forma exponencial hasta el a?o 2100. Se aprovechar¨ªan para enviar m¨¢s personas las ventanas de oportunidad abiertas por la posici¨®n relativa entre la Tierra y Marte¡±, dice Miquel Sureda, f¨ªsico, ingeniero aeron¨¢utico y profesor de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. Como la distancia entre la Tierra y Marte var¨ªa constantemente, la idea m¨¢s audaz que han tenido es mantener un asteroide a mitad de camino, la Earth Mars Station, que sirva para hacer una parada y luego continuar el camino hacia el planeta rojo, cuando las condiciones geom¨¦tricas sean ¨®ptimas. En este caso el viaje durar¨ªa hasta 600 d¨ªas.
La ciudad se establece en la base de un acantilado ubicado en la meseta de Tempe Mensa, de unos 1.000 metros de altura, al norte del ecuador marciano. Al estar hundido resulta m¨¢s f¨¢cil mantener una temperatura constante en la ciudad, como ocurre en el s¨®tano de una casa. Las temperaturas en Marte pueden oscilar en 100 grados entre el d¨ªa y la noche. Con esta ubicaci¨®n, tambi¨¦n se protege de los rayos c¨®smicos y el viento solar. Al estar escarbada en un acantilado orientado al sur, tambi¨¦n puede aprovechar, ayud¨¢ndose de unos espejos, la mayor cantidad de luz solar. Siempre es deseable tener un balc¨®n orientado al sur (si est¨¢ usted en el hemisferio norte terrestre) para tener sol todo el d¨ªa. Pues eso.
Energ¨ªa: un apag¨®n en N¨¹wa supondr¨ªa la muerte de toda la poblaci¨®n
¡°La energ¨ªa que utiliza la ciudad es fundamentalmente solar, aunque como suele haber fuertes tormentas de arena en Marte que pueden cubrir el planeta entero, quiz¨¢s haya que complementar con una central nuclear¡±, explica Sureda. La cuesti¨®n energ¨¦tica es muy importante: lo que en la Tierra puede ser un apag¨®n anecd¨®tico, en N¨¹wa puede significar la muerte de todos los habitantes.
Las estructuras cil¨ªndricas de la ciudad se insertan en la ladera de Tempe Mensa. Ah¨ª dentro se encuentran los parques y las viviendas. Para trasladarse de un cilindro a otro se puede ir a pie o en ascensor, y hay algo que recuerda a tranv¨ªas o trenes ligeros para desplazarse a lo largo de los tubos (por supuesto, todo el transporte es p¨²blico). Los recursos minerales se extraer¨¢n del propio Marte y se crear¨¢n grandes invernaderos en los pisos superiores donde realizar cultivos. La alimentaci¨®n se basar¨¢ en vegetales y prote¨ªnas animales provenientes de insectos.
Organizaci¨®n: sin compromiso ciudadano no hay supervivencia
Los ciudadanos de N¨¹wa tendr¨¢n que dedicar, durante el desarrollo y crecimiento de la ciudad, la mitad de su tiempo a trabajar en el mantenimiento de la misma. Es importante el compromiso ciudadano para la supervivencia. Tambi¨¦n se considera la iniciativa privada. As¨ª, cuando surjan excedentes de producci¨®n se podr¨¢ emitir una propia moneda e iniciar una econom¨ªa local propiamente marciana. Los habitantes de N¨¹wa podr¨¢n realizar actividades de ocio, montar bares y restaurantes, asistir a conciertos¡ Hay espacios deportivos y culturales, o colegios, como en cualquier ciudad terr¨¢quea.
Tambi¨¦n se han tenido en cuenta los aspectos pol¨ªticos. El desarrollo de la entidad institucional de N¨¹wa tendr¨¢ tres fases. La primera, ¡°corporativa¡±, depender¨¢ de la empresa o instituci¨®n que la desarrolle. Luego vendr¨¢ una fase de gobierno semiaut¨®nomo y, finalmente, otra en que la poblaci¨®n, en gran parte ya nacida en Marte, optar¨¢ por la independencia pol¨ªtica de la Tierra. ¡°No tiene sentido que se tomen las decisiones a 50 millones de kil¨®metros¡±, observa Sureda. El sistema socioecon¨®mico no ser¨ªa una sociedad de mercado lib¨¦rrima ni tampoco un estado comunista. ¡°M¨¢s bien algo as¨ª como un pa¨ªs europeo basado en los principios del estado del bienestar¡±, dice Anglada. Piense en Dinamarca y a?ada tormentas de arena.
?Es posible llevar este dise?o a cabo con la tecnolog¨ªa disponible hoy en d¨ªa? ¡°S¨ª¡±, dice Anglada. ¡°Pero ser¨ªa necesaria una fuerte inversi¨®n. Poner la semilla de N¨¹wa no es barato, costar¨ªa entre 10.000 y 100.000 millones de euros. Para hacerse una idea: abrir el Canal de Panam¨¢ cost¨® 20.000¡±. El ¨²nico ¡°pero¡± tecnol¨®gico ser¨ªa disponer de cohetes que soportaran cargas de hasta 100 toneladas para transportar todos los materiales iniciales. La empresa SpaceX de Elon Musk ya est¨¢ trabajando en el asunto. La idea es que, tras plantar esa primera semilla, N¨¹wa sea autosuficiente.
Por qu¨¦: dise?ar ciudades extraterrestres nos hace reflexionar sobre c¨®mo vivimos
?Qu¨¦ se nos ha perdido en Marte? ?Cu¨¢l ser¨ªa nuestra motivaci¨®n para fundar una ciudad all¨ª? El esp¨ªritu de exploraci¨®n, se?alan ambos promotores, ser¨ªa una raz¨®n buena y suficiente. Al fin y al cabo, el ser humano ha explorado insistentemente todos los lugares de la Tierra e incluso ha llegado a la Luna. Es como si ese ¨ªmpetu estuviera grabado en nuestro ADN. Pero no solo eso: el desarrollo real de un proyecto como este dar¨ªa un fuerte empuj¨®n cient¨ªfico-tecnol¨®gico a la Humanidad. Generar¨ªa conciencia y conocimiento: conseguir una econom¨ªa circular y una mayor eficiencia energ¨¦tica tambi¨¦n son tareas prioritarias en el planeta Tierra.
De hecho, el mero hecho de proyectar ciudades extraterrestres nos hace reflexionar sobre c¨®mo vivimos y planificamos nuestra existencia. ¡°Es muy enriquecedor comenzar a dise?ar un sistema social, econ¨®mico y urbano desde cero¡±, se?ala Anglada. ¡°Te das cuenta, por ejemplo, de lo costoso que es producir alimentos y de lo agresiva que resulta, aunque no lo parezca, una actividad como la agricultura, la gran cantidad de espacio y energ¨ªa que consume¡±. Hay dos ense?anzas especialmente relevantes que tambi¨¦n se puede sacar de N¨¹wa: la importancia de la comunidad en la supervivencia dentro de una civilizaci¨®n donde el individualismo podr¨ªa llevar a la cat¨¢strofe, y la importancia de la sostenibilidad. No hace falta estar en Marte para darse cuenta.
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