?Y si el mejor pabell¨®n de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2021 est¨¢ en el retrete?
¡®The Restroom Pavillion¡¯ se despliega dentro del ba?o p¨²blico de los Giardini y su objetivo es promover la reflexi¨®n acerca de c¨®mo los excusados constituyen arquitecturas que ponen de relieve muchos de nuestros conflictos y preocupaciones actuales
Dicen que lo que ocurre en el cuarto de ba?o nos da la medida exacta del esp¨ªritu de una fiesta. De su ¨¦xito, y de cu¨¢nto y c¨®mo se divierten los invitados. La d¨¦cimo s¨¦ptima Bienal de Arquitectura de Venecia, que acaba de inaugurarse con un a?o de retraso, es una fiesta extra?a por celebrarse en un momento pand¨¦mico. Y tambi¨¦n porque de entre todos los pabellones hay uno que no esper¨¢bamos, pero que concentra todo el esp¨ªritu del evento en un espacio muy reducido: el de sus ba?os p¨²blicos.
Quienes accedan a ellos, descubrir¨¢n en primer lugar que se ha eliminado de sus puertas la antigua distinci¨®n entre hombres y mujeres. Pero esto es solo una peque?a parte de lo que all¨ª sucede.
Todo parte de un proyecto conjunto de tres arquitectos e investigadores, la italiana Matilde Cassani y los espa?oles Ignacio G. Gal¨¢n e Iv¨¢n L¨®pez Munuera. The Restroom Pavillion (literalmente, el pabell¨®n del cuarto de ba?o), encuadrado en la secci¨®n oficial de la Biennale, tiene la particularidad de desplegarse dentro del retrete p¨²blico de los Giardini, ubicado entre los pabellones belga y holand¨¦s. Su objetivo es promover la reflexi¨®n acerca de c¨®mo los excusados constituyen arquitecturas que ponen de relieve muchos de nuestros conflictos y preocupaciones actuales. Por ejemplo, el modo en que gestionamos la compleja cuesti¨®n de los g¨¦neros. O la necesidad de una relaci¨®n m¨¢s equilibrada con el medio ambiente.
¡°Solemos creer que los cuartos de ba?o son instalaciones neutrales pero, sin que nos demos cuenta, en ellos tienen lugar muchos debates y confrontaciones de ideas¡±, avanza Iv¨¢n L¨®pez Munuera, que adem¨¢s participa este a?o con un texto para el pabell¨®n de Rusia. Como investigador est¨¢ a punto de obtener su segundo doctorado en Arquitectura en la Universidad de Princeton, y su labor acad¨¦mica se ha centrado especialmente en las arquitecturas del sida y el VIH.
No ha podido viajar a Venecia para el montaje del proyecto, pero en videoconferencia desde su domicilio de Nueva York detalla para ICON Design sus or¨ªgenes y desarrollo: ¡°Los tres comisarios hab¨ªamos incorporado previamente los cuartos de ba?o en nuestras respectivas investigaciones¡±, explica. ¡°En mi caso, apreci¨¦ que en los a?os ochenta, en los inicios de la crisis del sida, los ba?os de las discotecas reun¨ªan gente de lugares muy diversos y que pertenec¨ªan a la comunidad LGTB, lo que contribuy¨® a cohesionarlos. En algunos de ellos ya aparec¨ªa la idea de fluidez de g¨¦nero¡±. El tr¨ªo present¨® sus ideas a Hashim Sarkis, decano de la Escuela de Arquitectura del MIT y comisario de esta edici¨®n la Biennale, que les dio luz verde.
El lema elegido por Sarkis, ¡°?C¨®mo viviremos juntos?¡±, formula una pregunta que est¨¢ dando lugar a un sinf¨ªn de respuestas en la ciudad de los canales, desde el enfoque polif¨®nico del gabinete de curiosidades en el que se convierte el pabell¨®n espa?ol comisariado por los j¨®venes Domingo Gonz¨¢lez, Andrzej Gwizdala, Fernando Herrera y Sof¨ªa Pi?ero hasta los v¨ªdeos accesibles v¨ªa c¨®digo QR que componen un pabell¨®n alem¨¢n por lo dem¨¢s completamente vac¨ªo. El evento colateral de Catalonia in Venice, titulado air/aria/aire y centrado en los problemas de calidad del aire, da incluso un giro al interrogante para convertirlo en otro: ¡°?C¨®mo sobreviviremos juntos?¡±.
Las cuestiones medioambientales y nuestra convivencia con otros seres humanos y no humanos figuran en el centro de muchas de estas propuestas, pero tambi¨¦n aparecen con recurrencia factores como g¨¦nero, religi¨®n, raza, capacidades, higiene y salud, y por supuesto los estrictamente econ¨®micos. Todos ellos se re¨²nen en el pabell¨®n de los cuartos de ba?o, comenzando por la declaraci¨®n de intenciones que supone el borrado de la divisi¨®n binarista en la se?al¨¦tica.
¡°Pero no se trata simplemente cambiar el letrero de los ba?os y que dejen de ser para hombre o para mujer¡±, advierte L¨®pez Munuera. ¡°A nosotros no nos interesa limitarnos a aportar una soluci¨®n, sino que queremos transmitir que la arquitectura puede ser un agente generador de cambio, y que la propia sociedad y los marcos gubernamentales tienen que abrazar esos cambios, ya sea dejando atr¨¢s esa idea de binarismo o contemplando otras geograf¨ªas, otros sujetos¡±.
La operaci¨®n de ¡°arquitectura blanda¡±, como la definen sus autores, contin¨²a con una instalaci¨®n de banderas en el exterior: ¡°Es un gui?o ir¨®nico a los pabellones nacionales, ese concepto en el que se basa la Bienal y que tambi¨¦n discutimos¡±. Asimismo, superpone al alicatado interior unos vinilos adhesivos de formas curvas que funcionan como ventanas a distintas realidades de la ciudad que se desarrollan, de manera m¨¢s o menos velada, en el escenario de sus cuartos de ba?o.
En ellos se habla por ejemplo de los gatoli, el sistema de alcantarillado veneciano, que desde el siglo XVI permite excluir los desechos del espacio de coexistencia humana a costa de contaminar las aguas de los canales y alterar su h¨¢bitat. O del trastorno que durante d¨¦cadas han supuesto para la Serenissima los gigantescos cruceros repletos de turistas: a la ciudad no solo han acudido millones de turistas humanos, sino tambi¨¦n un pasajero tan silencioso como activo, el alga Undaria pinnatifidia, nativa de Jap¨®n, que llegaba adherida en los cascos de los cruceros para reproducirse masivamente en su destino y colapsar las tuber¨ªas poniendo en peligro su correcto funcionamiento (un problema similar al que amenaza la pesca del at¨²n de almadraba en C¨¢diz.
Tambi¨¦n se hace referencia al caso de Alex Hai, aspirante transg¨¦nero a gondoliere que desafiaba las normas de las asociaciones profesionales, operativas desde la Edad Media, que solo permiten la concurrencia de candidatos masculinos. Tras se?alar el trato discriminatorio que por su condici¨®n sufri¨® al ser excluido de la selecci¨®n, actualmente trabaja como gondolero privado para un hotel.
Pero el proyecto a¨²n prosigue con una intervenci¨®n en el otro gran espacio de la Bienal, el Arsenale. Bajo el t¨ªtulo Your Restroom is a Battleground (tu cuarto de ba?o es un campo de batalla), los tres comisarios han concebido all¨ª un conjunto de dioramas (¡°una especie de casa de mu?ecas gigante¡±, en sus palabras) que ilustran distintos casos de estudio reales sobre c¨®mo los excusados se han convertido en lugares de protesta o activismo pol¨ªtico. As¨ª ocurri¨® en un Starbucks de Philadelphia cuando, en 2018, Donte Robinson y Rashon Nelson, dos clientes negros que manten¨ªan all¨ª una reuni¨®n profesional, fueron arrestados por pretender usar sus ba?os, a los que se les hab¨ªa denegado el acceso bajo el pretexto de que no hab¨ªan consumido nada servido por el establecimiento. Y con la intervenci¨®n de las Naciones Unidas tras el terremoto de Hait¨ª en 2010 que, debido a una ineficaz gesti¨®n de las aguas residuales, gener¨® una epidemia de c¨®lera que pon¨ªa sobre la mesa los fuertes desequilibrios del mapa geopol¨ªtico global. Como tambi¨¦n con el caso de la activista china Li Maizi, que inici¨® el movimiento Occupy Men¡¯s Room para solicitar que se modificaran los criterios de dise?o de los ba?os p¨²blicos con el fin de evitar las largas colas que se producen en los de mujeres.
Estos son solo algunos de los debates que abre la intervenci¨®n de Cassani, Gal¨¢n y L¨®pez Munuera utilizando los servicios p¨²blicos como escenario f¨ªsico y conceptual. ¡°Los ba?os definen qui¨¦n es el sujeto privilegiado de cierta arquitectura, porque en ellos todo el mundo tiene contacto¡±, concluyen. As¨ª que son tambi¨¦n un entorno en el que estamos abocados a vivir juntos, y por ello nos toca pensar c¨®mo hacerlo del modo m¨¢s justo posible¡±.
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