?Est¨¢ de moda la ¡®performance¡¯? Museos y galer¨ªas abanderan la rebeli¨®n de los cuerpos
La colaboraci¨®n, el di¨¢logo entre disciplinas o la apuesta por lo local permiten entender el auge de lenguajes y proyectos que integran el lenguaje de las artes esc¨¦nicas en los templos del arte contempor¨¢neo
Un hombre joven y de cuerpo primorosamente esculpido, vestido solo con unos slips plateados, ejecuta un baile sobre un podio iluminado con bombillas. Lleva auriculares, as¨ª que solo ¨¦l puede escuchar la m¨²sica: ensimismado en ella, se presenta como un objeto ante la mirada del p¨²blico. Esto sucede cinco minutos al d¨ªa ¨Ccada vez en horario distinto- en la exposici¨®n F¨¦lix Gonzalez-Torres. Pol¨ªtica de la relaci¨®n, que el MACBA de Barcelona dedica al artista cubano-estadounidense fallecido en 1996 por complicaciones derivadas del SIDA. Aquella pandemia que sigue operativa mientras tampoco termina de erradicarse la de la covid-19.
Corren malos tiempos para los cuerpos. Y sin embargo, o quiz¨¢ precisamente por eso, el mundo del arte parece requerirlos m¨¢s que nunca. No es raro que museos y galer¨ªas sean escenario de espect¨¢culos de danza, mientras que performances como la pieza de Gonz¨¢lez-Torres ocupan un espacio cada vez mayor en sus programaciones. La bienal de arte de Venecia ha premiado en sus dos ¨²ltimas ediciones con el Le¨®n de Oro unos pabellones nacionales basados en esta disciplina (Anne Imhof en el de Alemania de 2017 y Lina Lapelyte, Vaiva Grainyte y Rugile Barzdziukaite en el de Lituania de 2019). Y el Guggenheim de Nueva York inauguraba hace poco Re/Projections, una exposici¨®n que interact¨²a con la arquitectura del edificio dise?ado por Frank Lloyd Wright.
Ante la relevancia que en los ¨²ltimos tiempos est¨¢n cobrando la performance y su mayor permeabilidad con artes esc¨¦nicas como la danza o el teatro, se ha extendido el t¨¦rmino ingl¨¦s live art, que al traducirse al espa?ol como ¡°artes vivas¡± adquiere connotaciones distintas. Pero, en realidad, la performance y el arte como acci¨®n llevan tiempo entre nosotros. En la segunda d¨¦cada del siglo XX, los dada¨ªstas de Zurich, por ejemplo, llevaron sus exc¨¦ntricas acciones al escenario del Cabaret Voltaire.
En los a?os sesenta y setenta estas pr¨¢cticas alcanzaron un auge relacionado con el esp¨ªritu del momento -contracultura, movimiento hippy, mayo del 68- que desmaterializaba el arte para reaccionar contra su mercantilizaci¨®n, mientras buscaba una vivencia m¨¢s intensa de la experiencia est¨¦tica. El norteamericano Allan Kaprow fue uno de los pioneros (¨¦l desarroll¨® el t¨¦rmino happening que hace referencia a una manifestaci¨®n art¨ªstica multidisciplinaria), junto a Joseph Beuys, Niki de Saint Phalle o Yoko Ono. En nuestro pa¨ªs destacaron colectivos como Zaj o la Cooperativa de Producci¨®n Art¨ªstica y Artesana (C.P.A.A.). Del mismo modo, core¨®grafos como Merce Cunningham o Paul Taylor han concebido piezas que interactuaban con la obra de artistas pl¨¢sticos, y con ambos colabor¨® el artista Robert Rauschenberg dise?ando luces, escenograf¨ªa y vestuario.
Hoy la historia contin¨²a. Por ejemplo, la galer¨ªa madrile?a NF / Nieves Fern¨¢ndez decidi¨® hace unos meses complementar su oferta expositiva con acciones en vivo. As¨ª surgi¨® Camping, iniciativa concebida como punto de encuentro entre creadores y p¨²blico acampado en su espacio, entre las obras de arte. El proyecto lo han desarrollado a seis manos las galeristas Nerea e Idoia Fern¨¢ndez y la abogada especializada en derechos de autor Blanca Cort¨¦s, todas ellas aficionadas a las artes esc¨¦nicas en general y a la danza en particular. Nerea Fern¨¢ndez cree que estas pr¨¢cticas son especialmente importantes en los tiempos actuales: ¡°Quiz¨¢ la pandemia haya acentuado su necesidad, porque estamos muertos de miedo y el cuerpo ha tenido que aislarse, no podemos dejarlo fluir. La danza te hace entender, entre otras cosas, el peso del cuerpo¡±.
Por el momento han sido tres los eventos que han organizado bajo la marca Camping: sendas piezas de danza a cargo de Juli¨¢n Lazzaro y Natalia Fernandes, y la performance Anatom¨ªa y estrategia, de Carlos Mat¨¦ y Elena Urucatu. El pr¨®ximo tendr¨¢ lugar en junio, y ser¨¢ una obra conjunta del artista pl¨¢stico Pipo Hern¨¢ndez y la core¨®grafa Poliana Lima. ¡°Un buen ejemplo de ese cruce de disciplinas, que adem¨¢s contar¨¢ con la participaci¨®n del p¨²blico¡±, anuncia la galerista.
Para asistir a las sesiones de Camping es necesario inscribirse a trav¨¦s de la web de la galer¨ªa y abonar los cinco euros de la entrada. La recaudaci¨®n se destina ¨ªntegramente al artista, por lo que la galer¨ªa no obtiene beneficio econ¨®mico. ¡°Nuestro prop¨®sito tiene tambi¨¦n algo de activista¡±, explica Fern¨¢ndez. ¡°Quer¨ªamos dar un apoyo a estos creadores. Y del mismo modo que invitamos artistas de esc¨¦nicas a nuestra galer¨ªa, nos gustar¨ªa que sucediera al rev¨¦s. A?oro los tiempos de la Bauhaus, cuyos creadores realizaban trabajos para teatro o ballet. Ojal¨¢ eso sucediera tambi¨¦n gracias a Camping¡±.
Ya el pasado septiembre, gracias a un acuerdo con los Teatros del Canal que promovi¨® NF, se cont¨® con un programa de artes vivas en los espacios de Apertura, el evento de inauguraci¨®n de la temporada en las galer¨ªas madrile?as. La intervenci¨®n de la compa?¨ªa de Bego?a Qui?ones y Ver¨®nica Garz¨®n en la galer¨ªa Jos¨¦ de la Mano, ante una imponente escultura textil de Aur¨¨lia Mu?oz, se se?al¨® como uno de los mejores momentos de aquella apertura pand¨¦mica.
Y eso que no siempre resulta sencillo poner en relaci¨®n danza y artes visuales. Existe el riesgo de incurrir en lo arbitrario, cuando no directamente en el kistch. ¡°Es una cuesti¨®n muy fr¨¢gil¡±, admite Eduardo Rivero, productor ejecutivo y fundador de la empresa de producciones culturales ELAMOR. ¡°Puede ser pura poes¨ªa, pero otras veces resulta dif¨ªcil de digerir¡±.
Entre las actividades de ELAMOR, la danza y en general las artes vivas poseen un peso fundamental. Han organizado performances de danza en lugares como el real Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid o el Museo del Prado. Tras un par¨®n forzado por la pandemia, ahora trabajan al mismo tiempo en varios proyectos. Para despu¨¦s del verano est¨¢ previsto que estrenen una pel¨ªcula sobre una pieza que realizaron el pasado diciembre con el core¨®grafo Antonio Ruz. A finales de este a?o o principios de 2022 presentar¨¢n Intercambio Vortex, un programa de performances que originalmente estaba previsto como un circuito por galer¨ªas de arte, pero al que ahora han decidido dotar de un alcance m¨¢s amplio que a¨²n est¨¢n perfilando.
Rivero cree que el inter¨¦s actual del mundo art¨ªstico por las artes esc¨¦nicas tiene que ver sobre todo con que, en tiempos en los que viajar se hace m¨¢s complicado, la atenci¨®n se centra en la escena m¨¢s local: ¡°No asistir a ferias o exposiciones internacionales te hace estar m¨¢s atento a las acciones y artistas de tu alrededor, incluyendo los que pertenecen a otras disciplinas. S¨ª que veo una peque?a eclosi¨®n de todo esto, como si el cuerpo estuviera de moda, pero creo que se relaciona con esta vuelta a lo local¡±.
Lo cierto es que cada vez estamos m¨¢s acostumbrados a encontrar performances en los centros de arte de nuestro pa¨ªs. O en las calles. Est¨¢, por ejemplo, el caso del festival de artes performativas Plataforma, en Santiago de Compostela, cuya segunda edici¨®n se celebra este a?o entre el 26 de mayo y de 5 de junio, que incluye artistas como Pilar Albarrac¨ªn (que cerrar¨¢ con una performance su exposici¨®n actual en el CGAC), La Ribot (artista que en su trabajo encarna la fusi¨®n entre danza y artes visuales), Carlos Garaicoa o Vasco Ara¨²jo.
Y tambi¨¦n hay que citar exposiciones recientes como Acci¨®n. Una historia provisional de los 90 y Fina Miralles. Soy todas las que he sido en el MACBA, Coleccci¨®n XIX. Performance en el CA2M o las de Mar¨ªa Teresa Hincapi¨¦ en la galer¨ªa 1 Mira Madrid, Dora Garc¨ªa en Juana de Aizpuru y Miss Beige en Ponce + Robles. En marzo comenzaba We Dance, You Mean, colectiva sobre el movimiento del cuerpo en Cerquone Gallery Madrid. Y otra galer¨ªa, The Ryder, destaca por la atenci¨®n que todo su programa ha prestado a la performance desde su misma apertura en Madrid hace a?o y medio.
La exposici¨®n inaugural de Geumhyung Jeong fue en esto representativa de su trayectoria posterior. En enero cerraba otra con obra de William Mackrell cuyo eje central era una performance musical en vivo, y la muestra actual (Noli me tangere) es una colectiva en la que casi todos los trabajos tienen un mayor o menor elemento performativo: muy especialmente las fotos y el v¨ªdeo de Miguel Benlloch (impulsor del Frente de Liberaci¨®n Homosexual de Andaluc¨ªa) en las que ofrece su visi¨®n sobre la identidad m¨¢s all¨¢ del binarismo sexual, o unas piezas textiles de Anna Perach concebidas para ser activadas como -seg¨²n la definici¨®n de la artista- wearable sculptures (esculturas para vestir). En abril inaugurar¨¢ otra exposici¨®n de Antoni Herv¨¢s, con dibujos, esculturas y v¨ªdeo, todos de car¨¢cter escenogr¨¢fico y performativo.
La propietaria de The Ryder, Patricia Lara, tambi¨¦n aduce motivaciones militantes para este apoyo a una pr¨¢ctica art¨ªstica por lo general poco conocida, y que en la situaci¨®n actual resulta m¨¢s vulnerable. ¡°El momento que ahora vivimos es cuando m¨¢s hay que apoyar a estos artistas¡±, afirma. ¡°Yo no expongo perfomance para venderla, sino por amor al arte. Pero si se piensa que como galerista no tiene sentido hacer esto porque solo hay costes y no ingresos, puedo decir que en las dos primeras ediciones de ARCO que particip¨¦ presentamos dos performances, una de William Mackrell y otra de Andrea Galvani, y ambos a?os vend¨ª todo el stand¡±.
De modo que, desafiando los principios idealistas de aquellos autores de hace medio siglo, el mercado ha sido capaz de convertir la performance en objeto de compraventa. De esta manera sus artistas pueden obtener un rendimiento econ¨®mico m¨¢s all¨¢ del aqu¨ª y el ahora del momento de la representaci¨®n. As¨ª, la propia The Ryder vendi¨® recientemente al CA2M de M¨®stoles Bab¨¢ Baroque, una performance de la artista Nora Bar¨®n ¨Ccuya personalidad no se desvela en p¨²blico y queda oculta tras sus int¨¦rpretes- en la que distintos personajes camuflados entre el p¨²blico realizan acciones ligeramente extra?as durante una inauguraci¨®n, generando un clima de desconcierto entre los asistentes. ¡°En este caso entregamos al museo un guion con instrucciones para representarla, m¨¢s una documentaci¨®n fotogr¨¢fica de la representaci¨®n en nuestra galer¨ªa y la indumentaria que deben llevar los personajes, adem¨¢s de una serie de piezas que pueden mostrarse como parte de la representaci¨®n, o de manera separada¡±, explica Patricia Lara.
El Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M, M¨®stoles, Madrid) es otra instituci¨®n que se ha caracterizado por su apoyo a esta disciplina. Es un elemento que aparece de manera recurrente en su programaci¨®n, empezando por la citada Colecci¨®n XIX, muestra con obras de performance de las colecciones CA2M y Fundaci¨®n ARCO. Talleres espec¨ªficos, las Picnic Sessions de su terraza o las actividades del festival Autoplacer tambi¨¦n han participado de este esp¨ªritu. Recientemente ha inaugurado una muestra sobre Javier Utray (¡°arquitecto, escritor, pintor, artista pl¨¢stico, m¨²sico y compositor, performer y, esencialmente, un agitador cultural de primer orden¡±, lo define el programa), que incluye la reconstrucci¨®n de Pante¨®n pentamarceliano, una obra que el propio artista destruy¨® durante una performance el d¨ªa de su inauguraci¨®n, en 1977.
Sobre esto, Manuel Segade, director del museo, realiza una declaraci¨®n de intenciones: ¡°Un museo como el nuestro no se dirige al ojo, sino a la totalidad del cuerpo del visitante. Y no es que el CA2M tenga un inter¨¦s especial en la performance, sino que la performatividad, la implicaci¨®n del cuerpo entero, est¨¢ en la naturaleza del arte contempor¨¢neo, que naci¨® en el cambio de mentalidades de mediados de los a?os 60 que coincidi¨® con revoluciones sociales de clase (mayo del 68), g¨¦nero (Stonewall) y etnicidad (el fin de los imperios coloniales europeos). Ahora se produce una eclosi¨®n de m¨²ltiples movimientos por la igualdad y paridad de g¨¦neros, clases sociales y etnicidades, que necesariamente pone al cuerpo en el centro, como espacio de batalla social. La primera rebeli¨®n ocurre en el cuerpo, como el primer frente de batalla siempre es lo cultural¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.