Pedro Almod¨®var: ¡°Me aterra y horroriza el algoritmo¡±
El cineasta, que estrena este mi¨¦rcoles ¡®La voz humana¡¯, confiesa que le parece un milagro llegar a los cines con una pel¨ªcula-experimento en este momento de tantas dificultades y expresa muchas dudas sobre ese nuevo sistema en el que las historias est¨¢n escritas a gusto de lo que dicta el ¡®big data¡¯
Pedro Almod¨®var estrena este mi¨¦rcoles, en 111 cines y con un precio reducido, La voz humana, cortometraje de media hora inspirado en la obra hom¨®nima de Jean Cocteau. Rodado en ingl¨¦s y con la actriz Tilda Swinton como protagonista, el filme llega a las salas despu¨¦s de deslumbrar en el festival de Venecia pero en medio de una de las crisis m¨¢s profundas que recuerda el sector y cuando gigantes como Disney abandonan la exhibici¨®n tradicional por el streaming dom¨¦stico. En una entrevista que aparecer¨¢ en el n¨²mero de Noviembre en Icon, y de la que adelantamos parte de su contenido, el cineasta confiesa que le parece ¡°un milagro¡± llegar a los cines con una pel¨ªcula-experimento en este momento de tanta dificultades. ¡°Mi idea de exhibici¨®n en un principio era otra. Pero despu¨¦s de la proyecci¨®n en Venecia nos llamaron los distribuidores para estrenarla en salas en Espa?a y en el extranjero y solo puedo decir que es maravilloso que ocurra y m¨¢s en un momento as¨ª¡±.
No es la primera vez que Almod¨®var defiende el ritual colectivo ante una pantalla como parte sustancial de la experiencia cinematogr¨¢fica, pero la puntilla de la pandemia est¨¢ acelerando una mutaci¨®n del espectador que le alarma. Citando a Susan Sontag, evoca la intensidad que requiere ¡°entregarse a la pantalla, introducirse en ella¡±. ¡°A Sontag le preocupaba mucho la llegada de la pantalla dom¨¦stica porque se perd¨ªa ese arrebato que ella tan bien defin¨ªa¡±. ¡°Esa abrumadora presencia f¨ªsica de la imagen, para la que resulta imprescindible el hecho de `ir al cine¡±, escrib¨ªa la ensayista estadounidense, para quien el espacio dom¨¦stico ¡°se presta a unas condiciones absolutamente irrespetuosas¡±. ¡°Desde hace tiempo se estaba perdiendo la batalla del cine en las salas¡±, a?ade el cineasta, ¡°pero despu¨¦s de todo esto es una cat¨¢strofe¡±. ¡°A t¨ªtulo personal no puedo quejarme, soy el m¨¢s afortunado, pero la actividad cultural est¨¢ muy parada y de ella dependen miles de familias. Es lamentable que aqu¨ª la cultura no sea, como en Francia, una cuesti¨®n de Estado. El Gobierno ha preferido a un hombre de partido [el ministro Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes], que no conoce bien el alcance de los problemas. La gran paradoja es que en esta crisis se est¨¢ consumiendo m¨¢s ficci¨®n que nunca, que todo el mundo est¨¢ comprobando la capacidad de la ficci¨®n para acompa?arnos y consolarnos. Y alguien deber¨ªa repetir que esa evasi¨®n es cultura y detr¨¢s de ella hay t¨¦cnicos, actores y escritores de los que depende que la pantalla no se quede en blanco¡±.
El ¨¦xito de p¨²blico de Dolor y Gloria (¡°que para m¨ª¡±, dice, ¡°ha sido una sorpresa, porque yo pensaba que hab¨ªa hecho una pel¨ªcula mucho mas minoritaria, para mis seguidores, pero ha funcionado muy bien en todo el mundo¡±), le hace sentirse a¨²n m¨¢s independiente frente a un mercado que cada vez le resulta m¨¢s extra?o. ¡°Siempre es imprevisible, pero lo cierto es que ahora, con el big data y el algoritmo, se llega tan directo a lo que quiere el espectador que solo puede dar mucho miedo. Me aterra la intromisi¨®n en nuestra intimidad, que simplemente por usar un m¨®vil se sepa todo. Nos acercamos a una distop¨ªa que me provoca zozobra porque vamos a la deshumanizaci¨®n absoluta¡±. ¡°El algoritmo¡±, a?ade, ¡°es el sue?o perfecto de todos los test, a los que siempre que he podido me he negado. Lo cierto es que adem¨¢s me llevo fatal con el algoritmo, de entrada porque me da mucha rabia no llamarlo algorritmo, que es lo que me pide el cuerpo, y porque adem¨¢s en mi caso nunca acierta con sus recomendaciones. Yo no soy el t¨ªpico espectador de series, aunque veo algunas, pero s¨¦ por otros compa?eros que las grandes plataformas controlan el ritmo de la dramaturgia con el dichoso algoritmo en la mano. Y aunque eso les funcione, a m¨ª es algo que me aterra y horroriza. Por eso esta pel¨ªcula se nutre precisamente de lo contrario, de la negaci¨®n de la f¨®rmula. Y en esa negaci¨®n me he sentido libre como una cabra montesa¡±.
En esa libertad, Almod¨®var ha conectado con la esencia del cine y del teatro a trav¨¦s de un corto donde ¡°lo ¨²nico que no es artificio¡± son los sentimientos de una mujer que en media hora pasa por todas las capas an¨ªmicas posibles. Una mujer que en los primeros minutos aparece perdida en un espacio abstracto que ahonda en su soledad y en su presencia ¡°fantasmag¨®rica¡±, para moverse despu¨¦s por un decorado que invoca la iconograf¨ªa del cineasta y en el que el espectador reconocer¨¢ espacios, objetos y colores recurrentes en su cine, como las cocinas o los rojos y verdes de prendas, muebles y paredes. Un concentrado almodovariano abierto a nuevas posibilidades, como el uso de un idioma diferente -¡°en gran medida he superado ese miedo, no del todo, pero s¨ª en un 70%. Y ademas me alegro de haber estado solo con Tilda, sin int¨¦rprete, y habernos entendido¡±-, o un inesperado canto al amor animal que no ocurr¨ªa desde Qu¨¦ hecho yo para merecer esto, en la que Chus Lampreave se paseaba acompa?ada de su querida lagartija Dinero. La voz humana es una historia de ¡°desconfinamiento y venganza¡± que condensa muchas de las obsesiones de Almod¨®var, del desgarro de la pasi¨®n a la incomunicaci¨®n o el encierro. Pero lo hace desde una lectura contempor¨¢nea, ¡°donde para una mujer ya no hay lugar para la sumisi¨®n¡±, y con una actriz ins¨®lita bajo esa piel dram¨¢tica: ¡°Solo puedo estar agradecido a la fe ciega y la entrega de Tilda. Se lo ha tomado como una gran aventura, lo ha disfrutado mucho y la verdad es que yo tambi¨¦n con ella¡±.
El cineasta habla de una experiencia libre en la que ten¨ªa muy claro que el protagonista era ¡°el artificio¡±. ¡°Y por eso para m¨ª ha sido tan placentero hacerlo. Ha sido un ejercicio muy saludable porque me ha permitido volver a sentir el esp¨ªritu de mis tiempos de S¨²per 8, pero 40 a?os despu¨¦s¡±. La experiencia le ha gustado tanto, que se plantea repetirla con alg¨²n otro cortometraje m¨¢s, siempre en espacios ¨²nicos y con pocos personajes. Mientras tanto prepara el rodaje para la pr¨®xima primavera de Madres paralelas, un guion que acab¨® durante las semanas del confinamiento de la pasada primavera. ¡°Con las dificultades para viajar que hay ahora en todo el mundo hemos tenido que aparcar el proyecto que ten¨ªamos con los relatos de Lucia Berlin para hacer una pel¨ªcula con menos desplazamientos y pocos personajes¡±.
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