Juan Echanove: ¡°Hay un concepto err¨®neo: que el actor elige. Yo jam¨¢s he controlado el itinerario de mi carrera¡±
Por las ma?anas es un inspector en la serie ¡®Desaparecidos¡¯, por las tardes un dictador en la obra ¡®La fiesta del chivo¡¯. Y el resto del tiempo, cocinero. No est¨¢ mal para un actor que lleva cuarenta a?os en la profesi¨®n
Al parecer, la clave de la vida de Juan Echanove es un ¨²nico concepto: Madrugar. ¡°Hago dos trabajos a la vez porque me levanto pronto¡±, explica sentado en un trono en el escenario del teatro Infanta Isabel de Madrid, el lugar en el que se representa La fiesta del Chivo. ¡°Por ejemplo, el domingo ten¨ªa funci¨®n en el Teatro Campoamor de Oviedo. El lunes me levant¨¦ a las 4.00, cog¨ª mi coche y me fui para Madrid. As¨ª pude estar en el rodaje de Desaparecidos a las 9.00. Para otro ser¨ªa una condena, pero como a m¨ª me gusta madrugar, yo encantado de hacerlo ?eh?¡±.
As¨ª que por las ma?anas es el inspector jefe Santiago Abad y por las tardes el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Si tuviera que dejar una de las dos, la televisi¨®n o el teatro ?De cu¨¢l prescindir¨ªa? ¡°De ninguna, yo no puedo elegir. Hay un concepto err¨®neo: que el actor elige. No, no. Yo en teatro elijo lo que quiero hacer, pero a m¨ª la televisi¨®n me elige. Yo nunca en mi vida he sentido que estaba controlando el itinerario de mi carrera. Soy un profesional, vivo de esto. Y como los proyectos de teatro son algo que te puede ocupar, como es el caso, dos a?os, intento que tengan que ver con mi repertorio. Pero yo no podr¨ªa dejar Desaparecidos aunque quisiera. Y soy un privilegiado¡±.
Echanove va a pasar dos a?os siendo Rafael Leonidas Trujillo, el dictador dominicano, seg¨²n lo describi¨® Vargas Llosa en su novela La fiesta del Chivo (2000). La obra dirigida por Carlos Saura, se puede ver de nuevo en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, tras dar varias vueltas por Espa?a. ¡°Yo no me acerco a ¨¦l f¨ªsicamente ni tirando de hemeroteca sino de su forma de hacer las cosas: c¨®mo come, bebe, va en el coche, folla¡ bas¨¢ndome en la descripci¨®n de Vargas Llosa, que es tan precisa que incluso familiares de Trujillo que han visto la funci¨®n me han dicho: ¡®es acojonante, te pareces a ¨¦l¡±.
En su caracterizaci¨®n, Echanove ha prescindido incluso del ic¨®nico bigotito del dictador. Se trata de parecerse a su fondo. ¡°No me interesa qu¨¦ tomaba para desayunar, pero s¨ª c¨®mo desayunaba¡±, ejemplifica. ¡°Y entenderle. Por ejemplo, a ¨¦l no le corrompe el poder, ¨¦l es la corrupci¨®n. Franco era un dictador, pero no hac¨ªa la ostentaci¨®n que hac¨ªa Trujillo, que usaba cualquier motivo para hacer una demostraci¨®n de poder. Y, sobre todo, para hacer ostentaci¨®n de la humillaci¨®n p¨²blica a la que somet¨ªa a sus allegados, a los que ten¨ªa completamente caligulizados. La sociedad de Trujillo era parecida a la de Caligula. Ten¨ªa una corte a su alrededor con ministros t¨ªteres que se consagraban hasta a sus placeres. Y todo esto mientras masacraba a 30.000 haitianos¡±.
Trujillo, asesinado en 1961, est¨¢ enterrado en El Pardo, como Franco. Y aunque su mandato de d¨¦cadas le convirti¨® en el paradigma del dictador caribe?o, un d¨¦spota cruel, populista y grotesco, se lleg¨® a plantear la vuelta de sus restos a su pa¨ªs para que reposaran en el pante¨®n de los h¨¦roes nacionales. ¡°El populismo vive de sus buenos momentos¡±, justifica Echanove. ¡°Lo que se recuerda al final no es la masacre de haitianos sino que durante su mandato la gente com¨ªa. Pan y circo es la forma de sostener a una dictadura¡±.
El actor, que tiene 63 a?os, es de esa generaci¨®n que pas¨® su infancia en el franquismo y que ha vivido los vaivenes de la democracia. ¡°El auge de los populismos es nuestra aut¨¦ntica pandemia. Si nos dejamos llevar nos encontraremos que arrastran a una sociedad que tiene tendencia a partirse en dos. Es nuestra esencia tel¨²rica. Deber¨ªamos haber demandado de nuestra clase pol¨ªtica que tendiera puentes de uni¨®n entre las dos sensibilidades. Ahora encontrar un puente es imposible y as¨ª no se puede vivir. No s¨¦ en qu¨¦ momento esta sociedad se dar¨¢ cuenta de que no se puede entender una Espa?a sin la otra. Yo no voy a entrar en ese juego, no me pienso situar en una u en otra, no me interesa¡±.
Echanove ha sobrevivido profesionalmente a la pandemia que ha arrasado el sector cultural ¡°Hemos perdido gente que eran puntales de nuestra vida. Y muchos compa?eros, t¨¦cnicos y actores, han visto durante demasiado tiempo suspendida su actividad y yo dudo mucho que puedan regresar. Es tremendo. Los efectos en nuestro oficio no se suelen ver porque nunca tenemos nada tangible. Desde que empezamos a trabajar sabemos que nuestro contrato se acaba y ese d¨ªa estamos en el paro. Somos trabajadores intermitentes. Algo que ni siquiera est¨¢ tipificado. La publicaci¨®n en el BOE del Estatuto del artista, que yo espero que llegue antes de final de a?o, puede contribuir a que se recupere al menos el 70% de lo que se ha perdido¡±.
El panorama que cuenta es realmente tremendo. Ha recorrido Espa?a actuando en teatros llenos, pero con un 30% de aforo. En aquellos lugares en los que las administraciones han echado una mano, relata, eso es sostenible de momento, pero en el resto la situaci¨®n es insostenible. ¡°Tenemos que remar todos en la misma direcci¨®n, pero si no nos ponemos de acuerdo ni en las vacunas de los futbolistas, c¨®mo lo vamos a hacer en lo dem¨¢s. El deporte ahora es la contienda pol¨ªtica. La pol¨ªtica se ha convertido en un reality que nadie quiere ver. Es un mundo grosero, un espect¨¢culo pesado y bochornoso. Y aparte de ser muy peligroso, es un co?azo¡±.
?l, puntualiza ¡°es un privilegiado¡±. Pero de todas formas, si se viera obligado a dejar la interpretaci¨®n tiene clar¨ªsima la alternativa. ¡°S¨¦ que trabajar¨ªa como cocinero. Me ha costado tanto esfuerzo ser buen cocinero como ser actor. Y como tengo un hijo que lo es y mi mujer tambi¨¦n se dedica a la gastronom¨ªa, estoy rodeado. Es mi pasi¨®n, no un hobby. Durante los meses previos a la pandemia, que tuve unas semanas de par¨®n, me fui a Alicante con mi mujer tres semanas y estuve trabajando en cocinas en BonAmb, dos estrellas Michel¨ªn, en una arrocer¨ªa, la Perla de Javea, y en Tula, una estrella Michel¨ªn. Tengo nivel para estar en un equipo de cocina exigente¡±.
No hay que tirarle de la lengua para que se ponga a describir con detalle recetas de eso que llama ¡°cocina tradicional que es cocina futura¡±, que dice que es la que m¨¢s le interesa. Pero ¨¦l mismo reconoce que es casi ficci¨®n que cambie definitivamente de mundo. Lleva en ¨¦l 40 a?os, desde que entr¨® en los hogares espa?oles por la televisi¨®n, como Cosme, Pedete L¨²cido, en la serie Turno de oficio, con dos viejos amigos ya fallecidos, Juan Luis Galiardo y Antonio Mercero. ¡°A Juan Luis le echo mucho de menos. A Mercero le afect¨® el alzheimer y cuando me enter¨¦ ya no reconoc¨ªa a nadie. Le debo tanto... Al elegirme me cambi¨® la vida¡±. ?Se ve¨ªa entonces actuando 40 a?os despu¨¦s? ¡°No lo pensaba, pero ahora que he llegado me noto distinto. Yo empiezo a disfrutar de este trabajo ahora.. Todos los d¨ªas, 20 minutos antes de que empiece la funci¨®n, con el tel¨®n bajado, me coloco aqu¨ª y escucho al p¨²blico en la sala. Y pienso: ¡®?Qu¨¦ maravilla, han venido!¡¯. Estoy pas¨¢ndolo bien y todav¨ªa me queda mucha plancha aqu¨ª¡±.
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