Pearl Jam, c¨®mo sobrevivir al ¡®grunge¡¯ en 10 pasos
Hace 30 a?os se publicaba ¡®Ten¡¯, el debut de la banda de Eddie Vedder. Hoy, es uno de los discos de rock m¨¢s vendidos de todos los tiempos y son pr¨¢cticamente el ¨²nico grupo de su generaci¨®n vivo y en forma. Nos aventuramos a explicar las claves de esta longevidad

Hace justo 30 a?os, Pearl Jam era una banda todav¨ªa semidesconocida. En octubre de 1990 hab¨ªa ofrecido su primer concierto en un caf¨¦ de Seattle. Su prestigio en directo fue subiendo como la espuma en el circuito underground, los firm¨® el sello Epic y, en el mes de agosto, su primer ¨¢lbum, Ten, era publicado con escasa repercusi¨®n. En octubre de 1991, Red Hot Chili Peppers, que ya se hab¨ªan hecho muy populares, los invitaron como teloneros a su gira de pabellones por EE UU, junto a otros debutantes llamados Smashing Pumpkins. En las fechas finales, coincidiendo con las Navidades, Nirvana sustituy¨® a la banda de Billy Corgan. Obviamente, aquella es ahora recordada como una gira de ensue?o, y piedra fundacional del bum del rock alternativo, aunque por entonces ninguno de sus protagonistas preve¨ªa lo que iba a suceder. En enero de 1992, Nevermind sacaba a Michael Jackson del n¨²mero 1 en EE UU y, en verano de aquel a?o, Ten por fin se volv¨ªa un superventas mundial. El grunge era el estilo de moda, convirti¨¦ndose en el gran modelo de ¨¦xito y acaparando la hegemon¨ªa en el rock global, la legi¨®n de bandas que se apuntaban al carro no dejaba de crecer. Los managers y las discogr¨¢ficas empezaban a decirles a los grupos: ¡°Ten¨¦is que sonar m¨¢s Seattle¡±. Pero muy pocos sobrevivieron a aquello. El destino de Nirvana es bien conocido, pero su caso no fue el ¨²nico. Los l¨ªderes de Alice In Chains, Stone Temple Pilots y Soundgarden tambi¨¦n se perdieron por el camino, fallecidos por suicidio o sobredosis, y todos los dem¨¢s grupos de renombre se disolvieron. Pearl Jam fueron la gran excepci¨®n y, 30 a?os despu¨¦s, siguen haciendo honor al estribillo de su primer single, Alive: ¡°Todav¨ªa estoy vivo¡±. Estas son 10 claves que pueden ayudar a explicarlo
Su directo
En una encuesta entre sus lectores, la revista Rolling Stone situ¨® a Pearl Jam como la octava mejor banda en directo de todos los tiempos. Su solvencia en vivo fue su mayor carta desde el principio. El 15 de febrero de 1992, vinieron por primera vez a Espa?a, a la sala Revolver en Madrid. Acudieron 400 personas. Maite Diez, por entonces su jefa de producto en Espa?a, lo recuerda as¨ª: ¡°Fue uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida (?y han sido muchos!). Su sonido fue impecable y su actuaci¨®n fue de una potencia, intensidad y emoci¨®n que me impactaron de por vida. Pearl Jam ten¨ªan tablas, talento y calidad superlativas desde el principio¡±. Pero m¨¢s importante todav¨ªa es que esa energ¨ªa se ha mantenido intacta durante los a?os. En su regreso a la capital, en 2006, ante 15.000 personas en el Palacio de los Deportes, es este cronista quien lo recuerda como un concierto majestuoso e inolvidable, con la banda aprovechando el ya inmenso repertorio que ten¨ªa entonces y tocando a pleno rendimiento durante dos horas y media. No se recuerdan cr¨®nicas de un mal concierto de Pearl Jam.
Son una banda de rock cl¨¢sico, pero con personalidad
Frente a sus compa?eros de la generaci¨®n grunge, Pearl Jam ten¨ªan sus ra¨ªces en el rock cl¨¢sico y el hard rock, sin miedo a los solos de guitarra ni a los ganchos mel¨®dicos. Su sonido no incomodaba como otros que podr¨ªan acercarse m¨¢s al punk o al thrash metal, ¡°Esa combinaci¨®n de melod¨ªas comerciales con sonido rock les daba ese potencial para enamorar a las masas. Eran como la gran banda que faltaba¡±, afirma Maite D¨ªez.
Supieron elegir bien a sus amigos

A mediados de los a?os noventa, la industria discogr¨¢fica se volvi¨® loca con el grunge, pero los componentes de Pearl Jam tuvieron la habilidad de dejarse aconsejar por bandas alternativas con fuertes convicciones, m¨¢s experiencia y los pies en el suelo. En el libro del periodista Pablo Gil El pop despu¨¦s del fin del pop (2004), Eddie Vedder le cuenta: ¡°Creo que hemos sido muy afortunados de haber podido conocer a personas m¨¢s inteligentes que nosotros y aprender de ellos. Gente como Sonic Youth, con los que compartimos una gran gira, o con Ian MacKaye, de Fugazi. Ese tipo de experiencias son las que han modelado lo que somos¡±. Aunque el m¨¢s fundamental de todos fue Neil Young, para quien llegaron a ejercer de banda de directo cuando estaban en la cima de su popularidad y con quien grabaron un ¨¢lbum conjunto, Mirror Ball, en 1995. Pearl Jam sigue cerrando muchos de sus conciertos con una versi¨®n de Rockin¡¯ In The Free World del m¨²sico canadiense.
Su unidad y fidelidad como banda.

La imagen de portada de Ten, con las manos de todos los componentes entrelazadas y alzadas hacia el cielo, es plenamente representativa de este aspecto. Es cierto que no tuvieron tanta suerte con los bater¨ªas (han contado hasta con cinco), pero su n¨²cleo duro, formado por Vedder (voz), Stone Gossard y Mike McCready (guitarras) y Jeff Ament (bajo) se ha mantenido s¨®lido e impert¨¦rrito. En El pop despu¨¦s del fin del pop, Vedder tambi¨¦n apuntaba: ¡°En cualquier relaci¨®n larga debes tener un alto nivel de comunicaci¨®n. Determinadas cosas que quedan sin hablar, las haces m¨¢s sencillas¡±. No se recuerdan tampoco conflictos de ego entre miembros del grupo e, incluso, los proyectos paralelos e incursiones en solitario, como las del vocalista, han sido de perfil bajo, sin amenazar la primac¨ªa de la banda.
Cre¨ªan en ello e iban a por todas
En el cap¨ªtulo dedicado al grunge en el libro Teen Spirit: De viaje por el pop independiente (2003), Steve Turner, del grupo de Seattle Mudhoney, contaba que los componentes de Pearl Jam eran ambiciosos desde siempre, y que estaban dispuestos a hacer todo aquello que les hiciera grandes. Lo sabe con fundamento, pues ya en 1984, Turner coincidi¨® en la seminal banda Green River con Gossard y Ament y los vio crecer como m¨²sicos. Maite D¨ªez confirma que ¡°desde el principio se ve¨ªa que quer¨ªan trascender. Su vida era este grupo, estas canciones. Inseguridad no percib¨ª en ning¨²n momento, sab¨ªan lo que hac¨ªan y lo hac¨ªan muy bien, desde muy j¨®venes todos eran grandes m¨²sicos. Adem¨¢s, conoc¨ªan bien los mimbres del negocio, sobre todo Stone Gossard, el m¨¢s ¡°relaciones p¨²blicas¡± del grupo, quien ten¨ªa el discurso m¨¢s elaborado con los medios¡±.
Supieron hasta d¨®nde pod¨ªan llegar en su compromiso social
Hay un chiste que dice: ¡°?Cu¨¢ntos componentes de Pearl Jam hacen falta para cambiar una bombilla?¡±. Ellos responden: ¡°?Cambiar? ?Nosotros nunca vamos a cambiar!¡±. Como muchos de sus compa?eros de generaci¨®n, siempre tuvieron una actitud de desconfianza hacia la gran industria pero, al mismo tiempo, supieron nadar dentro de ella guardando la ropa para no autoboicotear su crecimiento como banda. Ya con Ten, Vedder se opuso a la voluntad de su discogr¨¢fica de lanzar en single el tema Black porque lo consideraba demasiado personal y no quer¨ªa que aquel tipo de exposici¨®n lo pervirtiera; tambi¨¦n se neg¨® a hacer videoclips durante un tiempo y a una promoci¨®n descontrolada; reivindicaban el vinilo cuando nadie lo hac¨ªa... Pero su momento de mayor confrontaci¨®n fue cuando, en 1994, pusieron una demanda contra la multinacional de venta de entradas Ticketmaster por actividades monopolistas y porque no permit¨ªa a la banda controlar el precio de las entradas, que no quer¨ªan que se elevase por encima de los 20 d¨®lares. Eso dificult¨® much¨ªsimo el desarrollo de sus siguientes giras, ya que Ticketmaster ten¨ªa contratos de exclusividad con la mayor¨ªa de grandes recintos de EE UU, y sus fans se pusieron nerviosos porque era muy dif¨ªcil acceder a sus conciertos. Perdieron la batalla judicial e, incluso, su futuro como banda comenz¨® a peligrar. En 1998, claudicaron en su lucha y volvieron a trabajar con la empresa. No obstante, y a trav¨¦s de la fundaci¨®n Vitalogy, siguen muy comprometidos con aspectos como el cambio clim¨¢tico, el apoyo a las personas sin hogar y las comunidades ind¨ªgenas.
El trato a sus fans
El periodista Bruno Galindo, que trabaj¨® como jefe de producto de Pearl Jam en Epic entre 1991 y 1992, poco antes que Maite D¨ªez, afirma que su pol¨ªtica de proximidad con el p¨²blico ha sido uno de los factores b¨¢sicos para obtener esta longevidad. Adem¨¢s de la ya comentada acci¨®n para vigilar los precios de las entradas, siguen manteniendo desde 1990 el Ten Club, un club de fans como los de antes para los que ha grabado singles exclusivos, edita un fanzine, permite descargar conciertos completos y ofrece acceso prioritario a la venta de entradas. Igualmente importante en su supervivencia fue c¨®mo afrontaron la tragedia del festival de Roskilde, en Dinamarca, en el verano del 2000. Mientras Pearl Jam actuaba, una avalancha humana y un fallo de seguridad provoc¨® la muerte de nueve personas. Cuando se dieron cuenta, ellos pararon el concierto para evitar una cat¨¢strofe mayor, y cancelaron todas sus fechas siguientes, estando un tiempo retirados.
Una discograf¨ªa con pocos altibajos
Es cierto que los cinco ¨¢lbumes que publicaron en los a?os noventa (a Ten siguieron Vs en 1993, Vitalogy en 1994, No Code en 1996 y Yield en 1998) brillan con much¨ªsima m¨¢s intensidad que su discograf¨ªa posterior, pero la banda lo ha suplido sin bajar demasiado el perfil y potenciando su valor en directo. Galindo ve un plus en que hayan mantenido ¡°un sonido homog¨¦neo sin grandes saltos ni cambios en el tiempo¡±. Maite D¨ªez, que sigui¨® trabajando con Pearl Jam hasta que estos abandonaron Sony, en 2002, califica su trayectoria como ¡°mod¨¦lica¡±. ¡°Han sabido adaptarse al ¨¦xito, que siempre resulta perturbador, a la presi¨®n de componer un ¨¢lbum tras otro, y permanecer en la cresta de la ola en todo ese proceso sin concesiones hacia un pop rock m¨¢s suave¡±, dice D¨ªez. Ese car¨¢cter lo han seguido manteniendo a lo largo de los a?os, sin recurrir tampoco a experimentos que pudiesen defraudar a su p¨²blico.
Eddie Vedder

El cantante y l¨ªder indiscutible fue quien marc¨® la diferencia cuando lleg¨® de San Diego a Seattle y cant¨® en las primeras maquetas, improvisando sobre la m¨²sica previamente compuesta por la banda. Su fuerza, empat¨ªa y poder de comunicaci¨®n emocional lo han convertido en uno de los vocalistas m¨¢s carism¨¢ticos ¨De imitados¨D del rock contempor¨¢neo, pero tambi¨¦n cierto halo de misterio y el no sucumbir a la sobreexposici¨®n del ojo p¨²blico y a las tentaciones del estrellato rock. Afirma Maite D¨ªez que, la primera vez que los escuch¨®, sinti¨® que ¡°su voz penetrante estremec¨ªa a un muerto¡±. Al conocerlo, descubri¨® que ¡°Eddie pod¨ªa parecer t¨ªmido, pero esa timidez era quiz¨¢s una manera de esconderse. Es un hombre de indudable atractivo, y no quer¨ªa entrar en el juego de convertirse en un sex symbol. El s¨®lo quer¨ªa ser un m¨²sico de prestigio. Ese deseo de anonimato se fue radicalizando con el tiempo, pero s¨ª, tiene mucho carisma, es de trato muy agradable y es extremadamente educado¡±. Bruno Galindo lo conoci¨® un poco antes, cuando acudi¨® junto al desaparecido periodista Joaqu¨ªn Luqui a un show para prensa en el m¨ªtico CBGB neoyorquino, el 8 de noviembre de 1991. Recuerda que ya vio en el vocalista ese carisma y esa proximidad, pero, sobre todo, vio a un fan de la m¨²sica abrumado por tocar en un lugar en el que siempre hab¨ªa so?ado estar.
La interacci¨®n entre su sonido y sus letras
Aunque antes dijimos que su sonido no incomodaba, Pearl Jam eran lo suficientemente inteligentes como para que s¨ª lo hicieran las letras, pero no se notara. En Ten, Eddie Vedder cantaba sobre traumas familiares, enfermedad mental, gente sin hogar y adolescentes que se convierten en asesinos sin masa y, sin embargo, no solo no contagiaba todo ese mal rollo, sino que lo convert¨ªa en una fuerza arrolladora de ¨¦pica y liberaci¨®n. A lo largo del resto de su carrera, han seguido tratando de modo personal temas muy complejos, que ofrec¨ªan otra visi¨®n de la juventud y presentaban, con gran empat¨ªa emocional, sin caer en el ombliguismo cortavenas, el diagn¨®stico de una sociedad enferma. Como si luchase por disimular su propia fragilidad, Vedder parece autorretratarse en sus canciones como un hombre que se hace preguntas continuamente sobre el mundo que le rodea. Sin pretenderlo, fueron la voz de una generaci¨®n, pero nunca se acomodaron con ello.
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