Mango y Boglioli buscan la chaqueta perfecta
La marca espa?ola se al¨ªa a la m¨ªtica casa italiana para presentar una colecci¨®n de chaquetas con esp¨ªritu sartorial y tejidos de calidad
Fue una sorpresa para los pocos que viajaron a Mil¨¢n, acompa?ados por Mango, sin saber muy bien qu¨¦ les iba a esperar al llegar a la ciudad del norte de Italia. Un silencio sepulcral hasta que, llegada la noche, los taxis pararon a pocos metros del Duomo en un edificio completamente en obras cuyo montacargas iba a tener ese d¨ªa una funci¨®n muy distinta a la del resto de la semana. No iba a subir a alba?iles ni a aparejadores con casco, ni siquiera materiales de construcci¨®n. Su misi¨®n iba a ser llevar a un grupo de invitados con sus mejores galas a la planta 17, altura en la que, por fin, uno pod¨ªa entender d¨®nde estaba: en lo m¨¢s alto de la famosa Torre Velasca, construida a finales de los a?os cincuenta y cuyo contundente perfil preside desde entonces el skyline milan¨¦s. El equipo de Mango Man consigui¨® que la propiedad le cediera dos pisos ¡ªcon suelos y paredes todav¨ªa por pulir¡ª antes de que el edificio, en proceso de reconvertirse en un bloque residencial de lujo, pasase a ser de uso privado. Todo, para presentar uno de los proyectos m¨¢s ambiciosos de la ense?a catalana: las ocho chaquetas que forman parte de la primera entrega de la colecci¨®n c¨¢psula Mango Designed by Boglioli, a la venta desde finales de octubre.
El nombre de la colecci¨®n no recurre a la ret¨®rica porque, en esta ocasi¨®n, no hace falta: la colaboraci¨®n con la legendaria sastrer¨ªa italiana ya es reclamo suficiente. Boglioli, que naci¨® a principios del siglo XX como un negocio familiar en la provincia de Brescia, confeccion¨® trajes para muchas de las grandes firmas del momento y, en los a?os setenta, ya lista y madura para independizarse, avanz¨® vendiendo por su cuenta chaquetas totalmente desestructuradas, ligeras y con tejidos extraordinarios. Ese es el legado t¨¦cnico y artesanal que reivindican las americanas de Mango Man. Es un primer paso en su colaboraci¨®n y tambi¨¦n una prueba de solvencia: desde siempre, la maestr¨ªa de un sastre o de una firma de moda masculina cl¨¢sica se mide por su forma de cortar y coser una chaqueta, piedra angular del gremio sartorial.
La c¨¢psula ofrece dos cortes ¡ªde cierre sencillo o de doble botonadura¡ª, siluetas cl¨¢sicas, pero de aire natural, y colores que las hacen aptas para vestir fuera y dentro del trabajo. Los tonos, en diferentes intensidades, entran en lo que uno podr¨ªa describir como fondo de armario: grises, verdes o marrones. Las chaquetas son de franela o punto de lana, materiales ligeros e italianos trabajados en talleres de Europa. Son prendas que pueden adaptarse a camisetas, jers¨¦is o cazadoras bomber, o a una camisa con corbata en el caso de que uno busque parecer serio y formal pero sin caer en lo retro. El proyecto gana en las distancias cortas: quien mejor aprecia los refinados jaspeados de tweed y la raya diplom¨¢tica es el usuario.
Las chaquetas codise?adas con Boglioli hacen honor al aire italianizante de esta c¨¢psula. ?Sus nombres? Cremona, Lodi, Milano, Mantova, Brescia, Como, Monza y Lecco. Es decir, que cada chaqueta se llama como una ciudad italiana para subrayar que entre este pa¨ªs, sin¨®nimo de arte y dolce vita, y el gigante de la moda espa?ola ahora hay un v¨ªnculo que trasciende lo circunstancial. Toca prepararse, porque todo esto tan solo es el principio de un edificio que nada m¨¢s nacer ya tiene altura y que, a diferencia de la Torre Velasca, no tiene prevista fecha de finalizaci¨®n. Menos mal.
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