As¨ª es la serie que muestra las m¨²ltiples formas en las que las empresas destrozan nuestras vidas
¡®Industry¡¯ profundiza en las terribles contradicciones del ¨¦xito en una sociedad dominada por el sexo, las drogas y el capitalismo salvaje
Industry puede verse como una serie de j¨®venes que luchan por salir adelante como Suits o Anatom¨ªa de Grey, pero tambi¨¦n funciona como una cr¨ªtica social en contra del sistema financiero y empresarial imperante, el causante de la crisis de 2008, del empobrecimiento de millones de personas en todo el mundo y, no lo olvidemos, del enriquecimiento de unos pocos a niveles nunca vistos en la historia de la humanidad.
La cr¨ªtica de la serie funciona a tres niveles, los tres en los que el sistema aliena a sus protagonistas (y por extensi¨®n a todos nosotros). El primero es el personal, ya que muestra un retrato realista de la clase corporativa de nuestras sociedades (aquellas personas que trabajan en grandes consultoras, bancos o multinacionales de gran consumo). Los personajes se mueven en un mundo de relaciones ultrat¨®xicas tanto dentro como fuera del trabajo, hipersexualizadas y en el que la mezcla de drogas, trabajo y vida social est¨¢ normalizada a un nivel similar al de tomar un caf¨¦. El trabajo se filtra en absolutamente todas las facetas de la vida de los protagonistas hasta el punto de que es lo ¨²nico que da sentido a sus vidas.
¡°A veces este sitio te hace olvidarte de qui¨¦n eres¡±, le dice Yasmin, una de las protagonistas, a Harper, el personaje que act¨²a como hilo conductor de la historia, una chica negra, procedente de una familia de clase trabajadora de Nueva York. Y eso es exactamente lo que ocurre: todos han hipotecado su vida para tener una supuesta vida mejor en el futuro. Pero, ?llegar¨¢ en alg¨²n momento esa nueva vida feliz? ?Alcanzar¨¢n alguna vez ese ¡°¨¦xito¡± que tan dif¨ªcil es de definir?
Para la psic¨®loga Laura Esquinas, perseguir ese tipo de ¨¦xito es un error muy com¨²n. ¡°Pero nunca es suficiente. Con el paso del tiempo, un ¨¦xito puntual termina siendo un hecho normalizado. El reconocimiento social es algo que obtenemos de una forma puntual y es ef¨ªmero. Basar nuestra vida en ese tipo de objetivos es poner nuestro bienestar en manos de los otros. Y la b¨²squeda que hacemos de ese ¨¦xito est¨¢ centrada hacia fuera en lugar de hacia dentro. El ¨¦xito que deber¨ªamos buscar es aquel que dependa de nosotros y est¨¦ en nuestras manos¡±, nos cuenta. ¡°Es m¨¢s positivo centrarnos en disfrutar del proceso de conseguir algo, que en el objetivo final¡±.
Hay un momento al final del primer cap¨ªtulo, que por cierto fue dirigido por Lena Dunham, que resulta especialmente revelador en torno a la cuesti¨®n de qu¨¦ es el ¨¦xito Cuando Harper consigue su primera venta importante, decide irse a pasar la noche a una suite de un hotel de lujo desde cuyas enormes ventanas se divisa toda la ciudad. La vemos frente al skyline londinense comi¨¦ndose una hamburguesa que ha pedido al servicio de habitaciones. Se hace un selfie y lo sube a Instagram. Est¨¢ totalmente sola.
El segundo de los niveles de cr¨ªtica es el profesional. Los directivos de Pierpoint & Co., quienes deciden el destino de los protagonistas de la serie, basculan entre varias personalidades seg¨²n con qui¨¦n se relacionen. Con los reci¨¦n llegados son una especie de l¨ªderes de una secta destructiva, en la que los novatos son los fieles seguidores. A ratos son distantes, a ratos severos, a ratos exigentes, a ratos generosos¡ Un duro proceso durante el cual sus disc¨ªpulos orbitan como locos a su alrededor en busca de una aprobaci¨®n que suele llegar a trav¨¦s de una frase como: ¡°Me recuerdas a m¨ª cuando entr¨¦ aqu¨ª¡±.
Estos mismos jefes son serviles y complacientes con los clientes, haciendo lo que sea, literalmente lo que sea, por satisfacerlos y conseguir que sigan confi¨¢ndoles su dinero.
Siendo todas estas relaciones t¨®xicas y complejas de por s¨ª, lo peor de todo es que el objetivo de los protagonistas es convertirse precisamente en uno de estos exc¨¦ntricos ejecutivos para un d¨ªa ser ellos quienes puedan desplegar sus propias excentricidades y crear su propia leyenda de locura en la empresa.
¡°Las empresas que utilizan procesos de selecci¨®n tan duros y basados en la competitividad, que incluso nos pueden parecer inhumanos, lo hacen por una raz¨®n muy concreta¡±, nos explica Esquinas. ¡°Buscan personas con un perfil parecido al suyo: obsesionados por la consecuci¨®n de objetivos, logros y ¨¦xito por encima de otros valores como la cooperaci¨®n, el respeto o el cuidado. Tiene mucho sentido que sea tan duro porque necesitan a personas as¨ª. Eso hace que cuando en una de estas organizaciones entra una persona que no comparte esos valores, viva su trabajo con mucha ansiedad, vi¨¦ndose obligada a adoptar esos valores ajenos por encima de los suyos o a abandonar el trabajo¡±.
Y llegamos al tercer y ¨²ltimo nivel, el que podr¨ªamos decir que es el m¨¢s universal y el m¨¢s terror¨ªfico, debido a que nos afecta aunque nunca en nuestra vida hayamos estado cerca de pisar los pulidos suelos de un banco de inversi¨®n. Al mostrarnos las tripas de esa ¡°industria¡± que da t¨ªtulo a la serie, de esas compa?¨ªas que deciden nuestros destinos directa o indirectamente, los espectadores no podemos evitar sentirnos aterrorizados al ver, por ejemplo, c¨®mo se gestionan operaciones que a corto o medio plazo, pueden afectar a muchas personas.
Es inquietante, por ejemplo, no entender de qu¨¦ est¨¢n hablando los personajes cuando tratan cuestiones financieras. ¡°Hab¨ªa pensado cotizar en Standard & Poors ligados a una opci¨®n sobre el oro pero algo m¨¢s espec¨ªfico del sector inmobiliario. El producto que he estudiado incluye una opci¨®n de venta en el ¨ªndice de constructoras, una opci¨®n de compra sobre el oro y una permuta de incumplimiento crediticio para las constructoras¡±, dice Harper en un momento dado ante una sala llena de ejecutivos que ponen cara de estar impresionados con su an¨¢lisis. Al espectador promedio le tiembla el suelo bajo los pies, primero por no comprender nada y segundo al pensar que depende de personas as¨ª y de productos financieros incomprensibles, el futuro de su trabajo, sus ahorros y su hipoteca.
Quiz¨¢ la mayor virtud de Industry es que, al menos en los seis cap¨ªtulos emitidos hasta ahora, no trata de adoctrinar al espectador utilizando recursos f¨¢ciles como el cl¨¢sico personaje estilo Pepito Grillo que se?ala todas las cosas que est¨¢n mal. Simplemente nos las muestra y eso ya es m¨¢s que suficiente.
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