El nuevo intento de Ryan Phillippe por librarse de la etiqueta de ¨ªdolo juvenil que se apag¨® a la sombra de su esposa
El actor protagoniza ¡®Big sky¡¯ en la nueva plataforma de Disney que est¨¢ a punto de llegar a Espa?a. Es su oportunidad para dejar atr¨¢s la imagen de s¨ªmbolo sexual cuya promesa se marchitaba a la vez que aumentaba la fama y prestigio de Reese Witherspoon
La cara de Ryan Phillippe es una de esas que permanecen inalterables en el imaginario colectivo: la mayor¨ªa del p¨²blico no ha vuelto a verla desde que, hace 20 a?os, parec¨ªa destinado a ser la pr¨®xima superestrella de Hollywood. Dentro de unos d¨ªas estrena la serie Big sky en Disney Star, la plataforma de contenidos adultos de Disney+, donde el p¨²blico podr¨¢ descubrir que esa cara sigue exactamente igual que como la recuerda. A los 46 a?os, aunque m¨¢s curtido, m¨¢s musculoso y m¨¢s tatuado, Phillippe tiene todav¨ªa el aspecto de un ¨ªdolo adolescente. Y eso es todo lo que el p¨²blico le ha permitido ser: un fetiche nost¨¢lgico y un sex symbol generacional.
En S¨¦ lo que hicisteis el ¨²ltimo verano, Ryan Phillippe encajaba en el f¨ªsico de los ¨ªdolos adolescentes de los noventa. Como Leonardo DiCaprio, Nick Carter o Jason Priestley, ten¨ªa rasgos angelicales (es decir, femeninos y, por tanto, inofensivos) que, seg¨²n los c¨¢nones est¨¦ticos griegos, evocaban bondad y pureza de esp¨ªritu. Pero Phillippe a?ad¨ªa un factor extra: sexo.
Ninguno de sus personajes era un gal¨¢n rom¨¢ntico, un h¨¦roe aventurero o una br¨²jula moral. Pero todos eran seductores. En 54 interpretaba a un chaval tan obsesionado con ser alguien que no dudaba en utilizar su erotismo para conseguirlo. El propio Phillippe reconoci¨® en la revista FemaleFirst que sent¨ªa envidia de la vida de fama, fiestas y modelos de DiCaprio. En 54, el due?o de la legendaria discoteca neoyorquina le indicaba que si quer¨ªa entrar tendr¨ªa que quitarse la camiseta. Y as¨ª, sin camiseta, aparec¨ªa Phillippe en el p¨®ster de la pel¨ªcula. Poca gente vio 54, pero mucha vio aquella imagen de su torso desnudo.
Crueles intenciones, una adaptaci¨®n de Las amistades peligrosas con adolescentes pijos de Nueva York, era una fantas¨ªa perversa sobre lo sencillo e irrevocable que resulta arruinar la reputaci¨®n de una jovencita mediante el sexo. Sin embargo el ¨²nico miembro del reparto que sal¨ªa desnudo era Ryan Phillippe. ?l era la tentaci¨®n prohibida. ?l era la femme fatale. ?l era el objeto sexual. ?l era, de acuerdo con la tradici¨®n de Hollywood, la chica de la pel¨ªcula.
Phillippe tambi¨¦n aparec¨ªa desnudo en Tormenta blanca y en Little boy blue, ante lo cual admiti¨® sentirse inc¨®modo en la difunta edici¨®n estadounidense de la revista Premiere: ¡°No quiero ser conocido como el t¨ªo que ense?a el culo en todas sus pel¨ªculas¡±. La prensa de la ¨¦poca describ¨ªa el f¨ªsico de Ryan Phillippe como ¡°un adonis rubio con morritos de guaperas¡±, ¡°sexualmente tentador y completamente entra?able¡± o ¡°un chapero en una org¨ªa de Fellini¡±. En 54, una Sela Ward de 42 a?os le acariciaba el torso frente a un espejo susurr¨¢ndole que ten¨ªa ¡°el cuerpo del David [de Miguel ?ngel] y la cara de un Botticelli¡±. En definitiva, a Ryan Phillippe se le trataba como durante d¨¦cadas solo se hab¨ªa tratado a las actrices. La cultura del cambio de siglo estaba proponiendo un nuevo tipo de hombre, el ¡°metrosexual¡±, tan ofrecido sexualmente, tan consumible, tan cosificado y tan explotado como las mujeres. Y Ryan Phillippe fue el m¨¢ximo representante en Hollywood.
En enero de 1999 David LaChapelle lo fotografi¨® para la revista Flaunt en situaciones que evocaban una sensualidad tradicionalmente femenina u homoer¨®tica: saliendo de una piscina empapado, abierto de piernas con un crop top de rejilla junto a un p¨®ster de Madonna, mostrando las axilas con una camiseta de encaje negro o tumbado en la cama con una camisa rosa abierta y una toalla enrollada a la cintura mientras un se?or (sesent¨®n, con barriga y con la cara oculta) apunta una videoc¨¢mara a su entrepierna. Ryan Phillippe jam¨¢s conseguir¨ªa librarse de esa imagen p¨²blica de utop¨ªa er¨®tica.
En 2015, una periodista lo entrevist¨® para Elle y arranc¨® el reportaje confesando que, al llegar al bar donde hab¨ªan quedado, fingi¨® no ver al actor de lo nerviosa que se puso. ¡°Lo vi con su gorra y su camiseta a rayas y empez¨® a sonar en mi cabeza Colorblind de Counting Crows [la banda sonora de Crueles intenciones]. Decid¨ª imaginarme que eso no era una entrevista, sino mi fantas¨ªa adolescente hecha realidad. Porque Ryan Phillippe fue el primer chico del que me enamor¨¦. Y, sin ¨¦l saberlo, ha influido en mi percepci¨®n de mi sexualidad femenina¡±.
Su matrimonio con Reese Witherspoon elev¨® su estatus, hasta el punto de que en 2002 Vanity Fair los describi¨® como ¡°la pareja de actores m¨¢s arrebatadora desde Paul Newman y Joanne Woodward¡±. Se conocieron en la fiesta del 21? cumplea?os de la actriz y ella sol¨ªa contar que, cuando lo vio por primera vez, le dijo: ¡°As¨ª que t¨² eres mi regalito de cumplea?os¡±. Aquella an¨¦cdota alimentaba esa percepci¨®n de que Phillippe era un hermoso objeto. Phillippe y Whiterspoon se casaron cuando ten¨ªan 24 y 23 a?os, estando ella embarazada de seis meses, y tuvieron un segundo hijo cuatro a?os despu¨¦s.
¡°Un d¨ªa Ryan se estaba despidiendo de Reese y ella se puso a llorar¡±, cont¨® la actriz de Una rubia muy legal Jennifer Coolidge. ¡°?l le dijo: ¡®?Por qu¨¦ lloras? Vas a seguir vi¨¦ndome durante el resto de mi vida¡¯. ?Qu¨¦ chica no querr¨ªa escuchar algo as¨ª?¡±. Ryan Phillippe parec¨ªa dise?ado para satisfacer todas las fantas¨ªas adolescentes femeninas y, sin duda, cumpli¨® el sue?o infantil de Witherspoon de tener una familia perfecta antes de los 25.
Mientras ¨¦l alternaba pel¨ªculas sin repercusi¨®n con papeles secundarios en dramas de prestigio como Gosford Park, Crash o Banderas de nuestros padres, ella cobraba los cheques con m¨¢s ceros de todo Hollywood gracias a Una rubia muy legal. En los Oscar de 2002 presentaron un premio juntos y, cuando lleg¨® el momento de abrir el sobre, ¨¦l dijo ¡°Venga, l¨¦elo t¨² que para eso ganas mucho m¨¢s dinero que yo¡±. Ante los rumores de que Phillippe no sab¨ªa gestionar esta disparidad, Witherspoon sinti¨® la necesidad de defenderlo, tambi¨¦n en Vanity Fair: ¡°Nunca hemos sido competitivos. Ryan tiene mucho ¨¦xito. Le llegan montones de ofertas, de mucho dinero. Enormes sumas de dinero¡±.
La misma publicaci¨®n celebr¨® aquella improvisaci¨®n como ¡°la mejor broma de la gala¡±, pero a?os despu¨¦s Witherspoon admiti¨® en la cadena CNN haberse sentido aturdida por el comentario. ¡°No estaba en el guion, no me avis¨® de que lo iba a decir¡±, aclar¨® la actriz en 2020. ¡°Pero las normas de g¨¦nero han cambiado bastante desde entonces. A mi hija le he inculcado que jam¨¢s debe sentir verg¨¹enza por ganar dinero. Hay muchas mujeres en todo el mundo que no tienen esa oportunidad, as¨ª que nunca debe sentir pudor por ganar m¨¢s dinero que su pareja¡±.
Tras la ceremonia de los Oscar de 2006, en la que ella gan¨® como mejor actriz por En la cuerda floja, un vigilante de seguridad le pidi¨® a Phillippe su entrada para una fiesta. ?l respondi¨®: ¡°Mi mujer es mi entrada¡±. Se separaron cuatro meses despu¨¦s.
Tras el divorcio, Phillippe no solo pas¨® un a?o y medio sin trabajar, sino tambi¨¦n, seg¨²n ¨¦l mismo confes¨® al semanario People, cinco meses sin salir de la cama. ¡°Me quer¨ªa morir. Estaba listo para suicidarme. No me cuidaba en absoluto. Nada m¨¢s despertarme, lloraba y vomitaba¡±.
Desde entonces, Phillippe ha huido de su imagen de sex symbol evitando las pel¨ªculas rom¨¢nticas e interpretando a militares, polic¨ªas, agentes de la CIA y francotiradores. En 2010 ejerci¨® de presentador de combates de lucha libre. Cuando se declara antibelicista pero dice cosas como ¡°dar¨ªa mi vida por haber combatido en la Segunda Guerra Mundial¡±, Phillippe parece estar intentando adscribir su imagen a cierta masculinidad tradicional.
En los ¨²ltimos a?os ha aparecido en pel¨ªculas de la categor¨ªa de Setup, un thriller de acci¨®n con Bruce Willis y 50 Cent que el propio Phillippe describir¨ªa como ¡°espantosa¡± y que, como la mayor¨ªa de sus ¨²ltimas pel¨ªculas, se estren¨® directamente en formato dom¨¦stico. Los paparazzi, sin embargo, siguen acord¨¢ndose de ¨¦l y lo fotograf¨ªan en cada una de sus juergas nocturnas, lo cual ha ido devaluando su imagen en Hollywood. Resulta que Ryan Phillippe no era una estrella. Era, simplemente, una celebridad.
¡°La ¨²nica raz¨®n por la que les intereso a los paparazzi es porque estuve casado con la actriz mejor pagada del mundo¡±, lamentaba el actor en 2008 en la revista de moda W. En 2011 tuvo un hijo con la modelo de 21 a?os Alexis Knapp, fruto de una relaci¨®n de un par de meses: Phillippe se enter¨® de que ella estaba embarazada cuando ya lo hab¨ªan dejado. En 2016, confes¨® que sufre depresi¨®n desde su infancia y que su lucha contra ella es diaria: entre su crecimiento personal, se muestra orgulloso de haber conseguido no mirar Instagram cada ma?ana nada m¨¢s despertarse.
En 2017 su entonces pareja, la modelo de playboy Elsie Hewitt, lo demand¨® por agresi¨®n. En la denuncia, seg¨²n inform¨® entonces EL PA?S, Hewitt achac¨® su agresividad al consumo habitual de drogas de Phillippe (coca¨ªna, ¨¦xtasis, setas y esteroides). Phillippe neg¨® los hechos, aclar¨® que la agresiva hab¨ªa sido Hewitt y que ¨¦l solo estaba defendiendo a su invitada (una chica que se hab¨ªa ligado en una fiesta tras discutir con Hewitt) y a sus dos hijos, que dorm¨ªan en la habitaci¨®n de arriba.
La contrademanda del actor inclu¨ªa observaciones como: ¡°Aquella noche Phillippe se sinti¨® escandalizado por el vestido con transparencias de Hewitt y se fue de la fiesta por temor a que sus hijos vieran fotos suyas con esa mujer semidesnuda en p¨²blico¡±. Finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo extrajudicial para evitar, entre otras cosas, que Reese Witherspoon fuese llamada a declarar, tal y como pretend¨ªa el abogado de Hewitt.
Ryan Phillippe es una promesa que nunca se hizo realidad: una estrella que no triunf¨®, una fantas¨ªa er¨®tica que el p¨²blico dej¨® atr¨¢s y una promesa de marido y padre de ensue?o que, a ojos del p¨²blico, no lleg¨® a realizarse. En los ¨²ltimos a?os ha tratado de sacar adelante una carrera como director y guionista para no pasar tanto tiempo delante de las c¨¢maras. El ¨²nico proyecto que se materializ¨® fue Catch Hell, un thriller sobre un actor de Hollywood venido a menos llamado Reagan Pearce que es secuestrado y torturado por dos aldeanos en un rancho en medio de Louisiana.
Catch Hell era una s¨¢tira sobre los medios de comunicaci¨®n (los secuestradores usurpaban la identidad del actor en Instagram y publicaban comentarios racistas y hom¨®fobos que llevaban al p¨²blico a cancelarlo) y una parodia del propio Phillippe. David Schiff, su representante en la vida real, interpretaba al representante de su personaje.
Phillippe escribi¨®, produjo, dirigi¨® y protagoniz¨® la pel¨ªcula. La trama se le ocurri¨® mientras rodaba una pel¨ªcula en Shreveport (Louisiana) y un par de operarios del rodaje lo invitaron a montar a caballo por el bosque. En pleno paseo, le entr¨® la neurosis de que en realidad no conoc¨ªa de nada a esos tipos y que podr¨ªan perfectamente estar tendi¨¦ndole una trampa. El propio Phillippe explic¨® a Los Angeles Times que el verdadero terror que le sobrevino es que esos dos tipos podr¨ªan torturarlo durante d¨ªas sin que nadie lo echase de menos: sinti¨® que era tan poco famoso que nadie lo buscar¨ªa.
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