LCD Soundsystem: auge, desaparici¨®n y regreso de los rockeros intelectuales que se hicieron adultos en Espa?a
La banda liderada por James Murphy cumple dos d¨¦cadas y celebra una trayectoria llena de baches, genialidades y casualidad con una gira que los traer¨¢ este verano al BBK Live de Bilbao
Esta historia comienza con una pastilla. La ¡°Mitsubishi¡± que le ofrecieron a James Murphy en el club Vanity de Nueva York mientras pinchaba David Holmes, alrededor de 2001. ¡°?El ¨¦xtasis result¨® ser lo mejor del mundo! Comenc¨¦ a bailar y era feliz y tuve una revelaci¨®n: este es mi verdadero yo. Era yo al cien por cien. Despu¨¦s de aquel instante, me dediqu¨¦ a bailar al ritmo de la m¨²sica que me importaba. Hab¨ªa cambiado¡±. As¨ª lo contaba el l¨ªder de LCD Soundsystem a la periodista Lizzy Goodman en e...
Esta historia comienza con una pastilla. La ¡°Mitsubishi¡± que le ofrecieron a James Murphy en el club Vanity de Nueva York mientras pinchaba David Holmes, alrededor de 2001. ¡°?El ¨¦xtasis result¨® ser lo mejor del mundo! Comenc¨¦ a bailar y era feliz y tuve una revelaci¨®n: este es mi verdadero yo. Era yo al cien por cien. Despu¨¦s de aquel instante, me dediqu¨¦ a bailar al ritmo de la m¨²sica que me importaba. Hab¨ªa cambiado¡±. As¨ª lo contaba el l¨ªder de LCD Soundsystem a la periodista Lizzy Goodman en el libro Nos vemos en el ba?o. Renacimiento y rock and roll en Nueva York, 2002-2011. ¡°Vi c¨®mo su vida se transformaba por completo en ese instante, y fue precioso¡±, afirmaba David Holmes en la misma historia oral.
En aquel momento, James Murphy ten¨ªa 31 a?os. Diez antes, le hab¨ªan ofrecido un trabajo como guionista de la teleserie Seinfeld, pero ¨¦l lo rechaz¨® porque prefer¨ªa centrarse en su carrera musical y porque no pensaba que aquella producci¨®n fuese a tener ning¨²n tipo de repercusi¨®n. Desde finales de los a?os ochenta, hab¨ªa tocado en grupos de indie rock de nulo ¨¦xito y, paralelamente, pinchaba y trabajaba como ingeniero de sonido. Era un hombre perfeccionista y ansioso cuya relaci¨®n m¨¢s duradera hab¨ªa sido con su psic¨®logo, a quien ve¨ªa tres veces por semana desde que ten¨ªa 6 a?os. El hombre que le dio la pirula era Tim Goldsworthy, un brit¨¢nico que hab¨ªa formado parte del reputado grupo de m¨²sica electr¨®nica Unkle y que se acababa de mudar a la Gran Manzana. Ambos iban a trabajar en el pr¨®ximo ¨¢lbum de Holmes y pronto revolucionar¨ªan Nueva York como d¨²o de productores y cabecillas del sello discogr¨¢fico m¨¢s distinguido de la ciudad: DFA. Su nombre era, en realidad, la abreviatura de Death From Above (algo as¨ª como ¡°muerte desde las alturas¡±), pero mantenerlo literalmente era demasiado provocador en un lugar todav¨ªa devastado f¨ªsica y an¨ªmicamente tras los atentados del 11S.
Musicalmente, la ciudad se estaba convirtiendo en el epicentro del nuevo fashion rock tras la aparici¨®n de The Strokes, pero DFA le dio una vuelta de tuerca al conseguir lo mismo que veinte a?os antes hab¨ªan hecho The Stone Roses y Happy Mondays en M¨¢nchester: poner a bailar a indies y rockeros. La movida neoyorquina estaba a punto de desplazarse de la isla de Manhattan a Brooklyn y Williamsburg, eran los tiempos en que empezaba a brotar la cultura h¨ªpster del siglo XXI, y ellos supieron ponerle banda sonora. Desde el sello lo hicieron descubriendo a futuras estrellas como The Rapture, Hot Chip y Hercules & Love Affair, o remezclando a Le Tigre, Radio 4 y Fischerspooner.
¡°Si lo que quieres escuchar no existe, est¨¢ en nuestra naturaleza reunir a nuestros amigos y hacerlo nosotros mismos. ?bamos a difundir el evangelio de la m¨²sica dance¡±, declar¨® Goldsworthy. ¡°Busc¨¢bamos crear la Nueva York que quer¨ªamos en lugar de quejarnos de lo aburrida que era. La ciudad tiene muchos espectadores que est¨¢n esperando que ocurra algo. Si lo que haces es interesante, la gente le prestar¨¢ atenci¨®n¡±, sosten¨ªa Murphy. En aquel nuevo sonido de la nueva Nueva York, hubo un instrumento que se convirti¨® en definitorio: el cencerro.
De DFA a LCD
Esta historia comienza con una caja de ritmos, la que le regal¨® Adam Horovitz, de Beastie Boys, a James Murphy. El productor comenz¨® a trastear con ella, cre¨® una base repetitiva y machacona y se puso a recitar un largo texto por encima. Cosas del tipo: ¡°He o¨ªdo que te vas a comprar un sintetizador y tirar tu ordenador por la ventana porque quieres hacer algo real / He o¨ªdo que t¨² y tu banda vais a vender vuestras guitarras para comprar unos platos / He o¨ªdo que t¨² y tu banda vais a vender vuestros platos para comprar unas guitarras¡±. Lo complet¨® nombrando todas sus influencias musicales para ironizar consigo mismo y con los chicos j¨®venes que le iban pisando los talones en una ¨¦poca en que se volv¨ªa a poner salvajemente de moda el sonido post punk de finales de los a?os setenta y principio de los ochenta. Hab¨ªa nacido la primera canci¨®n de LCD Soundsystem, Losing My Edge.
El sencillo llam¨® la atenci¨®n de quienes lo escucharon durante el verano de 2002. ¡°Losing My Edge es el himno decisivo para definir y liderar el sonido retroactual del siglo XXI. Sosten¨ªa que no se puede inventar siempre y que hay que echar la vista hacia atr¨¢s y dotar de magnitud a las cosas que hemos o¨ªdo, y que son las generan otras cosas posibles. ?l acept¨® su papel de fan de la m¨²sica para convertirse en educador, transmitir las cosas que a ¨¦l le hab¨ªan emocionado¡±, sostiene Santi Carrillo, director de la revista Rockdelux, que jale¨® a LCD Soundsystem desde el principio. Ese tema, de hecho, encabeza su lista sobre las mejores canciones sobre m¨²sica de todos los tiempos. ¡°Era como un barrido plagado de referencias cultas pero que ¨¦l supo transformar en algo que no era pedante ni demasiado complejo, sino que lo hizo muy pop, una experiencia viva, estimulante y, al mismo tiempo, muy vigente¡±, a?ade el periodista. ¡°Losing My Edge es una canci¨®n que se desangra¡±, declaraba en el libro de Lizzy Goodman el escritor Andy Greenwald. ¡°Husmea en todas esas cosas que se supone que has de ignorar: envidia, resentimiento, sarcasmo, edad. Pero no es ofensiva como lo es la mayor parte de la m¨²sica ¡®divertida¡¯. La clave est¨¢ en que se burla de ti mientras te acosa con preguntas. La canci¨®n te llega aunque el vocalista sea un cascarrabias. Todav¨ªa no s¨¦ c¨®mo lo hizo¡±.
¡°LCD eran muy graciosos, James tiene mucho talento. Para m¨ª lo m¨¢s interesante era el uso que hac¨ªan de la m¨²sica, como si fuera periodismo. Canciones como Losing My Edge parecen describir cosas que han ocurrido¡±, dec¨ªa el m¨²sico Moby en el mismo libro. ¡°Era un himno para la ¨²ltima generaci¨®n que hab¨ªa crecido en un mundo musical delimitado por compartimentos estancos, y la s¨ªntesis perfecta entre dos mundos, el que quedaba atr¨¢s y el que estaba por venir¡±, escrib¨ªa el periodista Javier Bl¨¢nquez en su libro Loops 2. Una historia de la m¨²sica electr¨®nica en el siglo XXI.
Gran parte de la cr¨ªtica internacional adopt¨® a James Murphy como un h¨¦roe. Cay¨® en gracia por estos factores y otros igualmente importantes. Como se dec¨ªa maliciosamente en su momento de Elvis Costello, el grueso de los cr¨ªticos musicales vieron en el neoyorquino a alguien como ellos: un hombre blanco y hetero de mediana edad, con una vasta cultura musical, un discurso elaborado y locuaz, que ven¨ªa del indie y a quien una experiencia ext¨¢tica hab¨ªa cambiado su cosmovisi¨®n.
La conexi¨®n Malasa?a y el debut en Espa?a
Esta historia comienza en el madrile?o barrio de Malasa?a, calle San Vicente Ferrer, tambi¨¦n en el verano de 2002. Pablo Soler, uno de los socios de la sala Nasti, entra en una tienda de discos y el due?o le dice que le ha llegado algo que le va a encantar. Es el 12¡å de Losing My Edge. ¡°Vaya si me gust¨®. Acert¨® de pleno. Me la puse medio mill¨®n de veces¡±, recuerda Soler, tambi¨¦n codirector del Primavera Sound, un festival que, por aquel entonces, acababa de arrancar. Soler se fue durante un mes a Nueva York y all¨ª estableci¨® contacto con James Murphy. ¡°Fui a verle pinchar en un club. Al final de la sesi¨®n me acerqu¨¦ y estuvimos hablando unos minutos. Unos d¨ªas despu¨¦s coincid¨ª con 2 Many DJ¡¯s, a los que conoc¨ªa porque hab¨ªan pinchado en el Nasti alguna vez, y con ellos estaba James, con el que ten¨ªan ya una buena amistad. Nos volvimos a ver varios d¨ªas m¨¢s en diferentes fiestas¡±. Soler lo recuerda como un hombre ¡°divertido, sociable y creativo, y un buen contador de historias. Tambi¨¦n se tomaba muy en serio el proyecto. Era exigente y un perfeccionista¡±.
Al principio, LCD Soundsystem era el proyecto en solitario de Murphy, pero el impacto de Losing My Edge hizo que comenzasen a llegar las ofertas para tocar en directo. Lo que hizo fue ensamblar una banda org¨¢nica, con amigos m¨²sicos, que hizo crecer su sonido hacia una nueva dimensi¨®n, m¨¢s vibrante, completa y apabullante. Su primer concierto fue en un club llamado Trash, en Londres, el 25 de noviembre. Tocaron sus dos temas conocidos y cuatro m¨¢s (futuros singles) que a¨²n eran in¨¦ditos. En diciembre, hicieron lo propio en el festival Transmusicales de Rennes (Francia) y en el Bowery Ballroom de Nueva York. Esos tres conciertos y su ¨²nico single era el ¨²nico bagaje que ten¨ªa el grupo cuando Soler propuso a sus socios en el Primavera Sound que lo contrataran para la edici¨®n de 2003. Tocaron el 23 de mayo. El cuarto concierto de su trayectoria. ¡°Lo percib¨ªamos como algo especial, pero era una banda peque?a entonces y lo programamos en el escenario Nasti, que era la Sala Discotheque, en el Poble Espanyol, con una capacidad para unas 500 personas. Pr¨¢cticamente no hab¨ªan tocado, as¨ª que cont¨¢bamos con el riesgo de que el directo no fuese bueno¡±.
El h¨ªper perfeccionista Murphy ten¨ªa las mismas dudas, y decidi¨® hacer una meticulosa prueba de sonido que retras¨® el concierto hora y media. Eran las 5 de la madrugada del ¨²ltimo d¨ªa del festival, hab¨ªa ca¨ªdo un intenso aguacero y muchos desistieron de esperar, pero los escasos testigos del concierto lo recuerdan ¨Clo recordamos, este cronista tambi¨¦n estuvo all¨ª¨C como un momento casi epif¨¢nico. ¡°Fueron 25 minutos intensos, sin descanso, sin distracciones, con un grupo muy compenetrado¡±, rememora Soler. El mito LCD Soundsystem ya solo pod¨ªa crecer.
El resto de la historia ya es bastante conocida. Tras Losing My Edge llegaron un pu?ado de singles que devolvieron prestigio a aquel formato en los ¨²ltimos a?os en que lo f¨ªsico a¨²n ten¨ªa relevancia, un primer ¨¢lbum en 2005 que no estuvo a las expectativas de sus adelantos y un segundo, Sound Of Silver en 2007, que encabez¨® muchas de las listas de lo mejor de aquel a?o. Murphy y Goldsworthy se enfrentaron hasta terminar su relaci¨®n como el rosario de la Aurora, el brit¨¢nico se fue de EE UU y de DFA dando un portazo y hablando fatal de su excompa?ero, y este contraatac¨® con una demanda judicial por apropiaci¨®n indebida de dinero. Luego lleg¨® un tercer ¨¢lbum, This Is Happening, que afianz¨® su posici¨®n pero, en 2011, se produjo un inesperado movimiento. La banda, en el momento ¨¢lgido de su carrera, anunci¨® que el del 2 de abril de ese a?o, en el Madison Square Garden, ser¨ªa su ¨²ltimo concierto.
El show, de casi cuatro horas y con invitados como Arcade Fire, fue documentado para la posteridad en un documental (Shut Up And Play The Hits) y una caja de cinco vinilos, presentada como The Last Goodbye. Podr¨ªamos estar hablando f¨¢cilmente de uno de los mejores ¨²ltimos conciertos de la historia si no fuera porque no fue el ¨²ltimo.
En 2016 anunciaron que tocar¨ªan en el festival de Coachella y, un a?o m¨¢s tarde, entregaban su cuarto ¨¢lbum. American Dream los llev¨®, por primera vez, a lo m¨¢s alto de las listas de ventas estadounidenses, su cach¨¦ se dispar¨® y se volvieron cabeza de cartel indiscutible en los festivales m¨¢s grandes del mundo. Nunca qued¨® demasiado claro por qu¨¦ anunciaron que se iban ni por qu¨¦ volv¨ªan, pero la leyenda m¨¢s bonita sobre su regreso es que se lo pidi¨® David Bowie, fan de la banda, cuando Murphy estuvo presente en las sesiones de grabaci¨®n de su ¨¢lbum final, Blackstar.
LCD Soundsystem no volvi¨® a dar se?ales de vida hasta despu¨¦s de la pandemia, pero su tercera vuelta ha sido igualmente espectacular. Comenz¨® con una residencia de 20 conciertos a final del a?o pasado en la sala neoyorquina Brooklyn Steel ¨Caunque los tres ¨²ltimos los cancelaron ante la subida de la variante Omicron¨C, sigui¨® con un delirante especial navide?o para el canal de Twitch de Amazon en forma de sitcom al estilo de 1990. Se titul¨® All My Friends ¨Ccomo una de sus m¨¢s populares canciones¨C, y en ¨¦l, los miembros de la banda eran interpretados por actores (Eric Wareheim hac¨ªa del l¨ªder, y Macaulay Culkin era el bater¨ªa), en un gui?o a la oportunidad perdida que Murphy tuvo con Seinfeld.
Tambi¨¦n aparecieron en Saturday Night Live donde, en lugar de hacer lo habitual de promocionar nuevas canciones, decidieron tocar temas de sus inicios. Ha declarado Murphy que est¨¢ preparando un nuevo disco, con fecha indefinida y, mientras tanto, ya est¨¢ celebrando este 20 aniversario con una gira en la que repasa lo mejor de su repertorio anterior. Tendr¨¢ una parada en Espa?a, el 7 de julio en el festival BBK Live de Bilbao.
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