Loco, brillante y precursor: un alegato a favor de Kanye West, el genio al que al mundo le encanta odiar
Durante todo 2020 estuvimos tan atentos a su err¨¢tica aventura pol¨ªtica y a sus exabruptos que hemos olvidado que el marido de Kim Kardashian es, tambi¨¦n, uno de los mayores talentos creativos que ha visto el siglo XXI
Seguro que usted ha escuchado hablar de Kanye West (Atlanta, 1977). Probablemente sepa que se trata de un rapero estadounidense, un tipo que mueve los brazos con exageraci¨®n mientras habla como pose¨ªdo por el mism¨ªsimo Jesucristo. Si sabe un poco m¨¢s, sabr¨¢ incluso que es dise?ador, y que su hijo, su hermano peque?o o su amigo pagan absurdas cantidades de dinero por sus zapatillas. La cuesti¨®n es que a usted Kanye West le cae mal. Pero que muy mal. Por estafador, porque grita mucho, se cree Dios y adem¨¢s es un maleducado. Y es verdad: a Kanye le encanta hacer cosas como orinar sobre sus premios Grammy y subirlo a Twitter o interrumpir en medio de una entrega de premios a Taylor Swift mientras le arrebata el micr¨®fono y proclama ¡°lo siento mucho, Taylor, pero ese premio que te han dado deber¨ªa haber sido para Beyonc¨¦¡±. As¨ª, sin ponerse ni medio colorado y con la propia Beyonc¨¦ entre el p¨²blico pensando ¡°tierra, tr¨¢game¡±.
Soy pro-Kanye. No me importa admitirlo. Y, como a todos los fans, me da exactamente lo mismo que mi ¨ªdolo grite, corra, suelte proclamas evang¨¦licas y una burrada d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n. Porque ¨¦l parece representar a la perfecci¨®n el sexto mandamiento de aquel otro se?or gru?¨®n, Aleister Crowley, ese que dice: ¡°Coge lo que es tuyo sin pedir permiso¡±. O ¡°hacer tu voluntad ser¨¢ toda tu Ley¡±. En el caso de West, coger lo que es suyo es expresarse como le viene en gana, aunque por el camino humilles a una estrella pop planetaria o sin ir m¨¢s lejos, a tu misma esposa, Kim Kardashian, cuando hace unos meses, en medio del primer y ¨²nico mitin de su carrera presidencial para los Estados Unidos, cont¨® en pleno ataque man¨ªaco (Kanye est¨¢ diagnosticado con un trastorno bipolar) intimidades sobre la pareja que dejaron a la reina de las Kardashian sin palabras.
Sin embargo, no puede ser. No puede ser que a usted Kanye le caiga mal. Y permita que le explique por qu¨¦. Aunque luego le siga cayendo igual de mal¡
Porque desaf¨ªa lo establecido
Jam¨¢s pens¨¦ mezclar en un mismo texto los apellidos West y Pantoja, pero al igual que la coplera y reina de la canci¨®n ligera, que entr¨® en la escena folcl¨®rica espa?ola a finales de los setenta sin pedirle ni medio perd¨®n a ninguna Flores, ni Jurado, ni de Triana, Kanye West irrumpi¨® en la m¨²sica estadounidense en 2004 con una soberbia y chuler¨ªa que dejaron claro que no estaba all¨ª para sentirse intimidado por los titanes que le preced¨ªan. No solo su m¨²sica era fresca y nueva: tampoco vest¨ªa como el resto de raperos, cuajados en kilos de joyas bling bling, camisetas blancas de tirantes y vaqueros XXL en los que podr¨ªa vivir c¨®modamente una familia numerosa. Kanye hizo todo lo contrario: irrumpi¨® ataviado con toda la parafernalia est¨¦tica que durante generaciones perteneci¨® al arquetipo conocido como WASP (blanco, anglosaj¨®n y protestante), el estilo que hizo famoso a Ralph Lauren: el de los estudiantes blancos y rubios de las universidades de la Ivy League ataviados con mocasines, bermudas en tonos pastel, polos de rayas y dem¨¢s c¨®digos del preppy estadounidense. En su presentaci¨®n al mundo, Kanye se apropi¨® de los c¨®digos indumentarios de la clase alta estadounidense. El mensaje era: ¡°Hola, soy negro, mis antepasados recogieron vuestro algod¨®n, mis hermanos y colegas lavan vuestros platos, pero aqu¨ª estoy, con vuestra ropa de pijo en tonos beb¨¦ puesta sobre mi piel morena¡±. Si eso no es punk¡
Por su buen gusto
Cuenta Hype Williams, realizador de la mayor¨ªa de videoclips que definen el estilo de la d¨¦cada de los 2000, que Kanye es una anomal¨ªa: m¨¢s que un m¨²sico, es un creativo con un talento ¨²nico para desenvolverse en lo visual. Su gusto es sofisticado: introduce m¨¢scaras de Margiela en los estilismos de sus giras; los escenarios de sus actuaciones son creaciones posnucleares (una plataforma flotante iluminada en tonos de ¨®xido, por ejemplo) y colabora con artistas de vanguardia como la hoy copiad¨ªsima Vanessa Beecroft, con la que ¨¦l lleva trabajando m¨¢s de diez a?os. Por no hablar de los discos. Intente recordar el empaque y dise?o de los discos de sus artistas favoritos. Probablemente muchos se pierdan en su memoria o se confundan entre s¨ª. Los de Kanye no, porque todos son peque?as obras de arte en s¨ª mismos. Yeezus ¨Cmezcla de su apodo, Ye, y Jes¨²s¨C iba empaquetado en una caja transparente como si fuera un simple CD virgen. O su ¨²ltimo trabajo, Jesus is King, un ¨¢lbum de g¨®spel en el que el propio disco luce un precioso y luminoso tono de azul Klein complementado por la foto de portada, una evocadora imagen de un horizonte con cielo y mar creada por el respetado fot¨®grafo ingl¨¦s Nick Knight.
Porque est¨¢ en todos nuestros armarios aunque no lo sepamos
Kanye no solo convierte en oro cualquier tirada de Yeezy, su l¨ªnea de zapatillas para Adidas: colaboraciones que se agotan en cuesti¨®n de minutos (las m¨¢s baratas cuestan doscientos d¨®lares, las m¨¢s caras en edici¨®n limitada el sueldo de una familia espa?ola con la extra de Navidad incluida). Y, aunque a usted no le interese la moda, habr¨¢ comprobado en los ¨²ltimos a?os c¨®mo muchas de las zapatillas de hoy ¨Cda igual que hablemos de Reebok o de Zara¨C, lucen un dise?o que podr¨ªamos calificar de prehist¨®rico y futurista al mismo tiempo. Algo que funcionar¨ªa igual de bien en un plat¨® de El planeta de los simios, en el planeta natal de Anakin Skywalker o en un futuro pulcro, as¨¦ptico y espacial. Me refiero a las zapatillas de formas ergon¨®micas, suela con formas org¨¢nicas, cuerpo de malla tejida y un colorido que contemple la declinaci¨®n m¨¢s grande nunca vista por el ojo humano de la gama del beis¡ ?Le suena? Pues d¨¦ las gracias a West, porque ¨¦l es el culpable de que esas zapas que descansan en su armario sean como son.
Como Tom Ford o Yves Saint Laurent, Kanye es el mejor escaparate para su propia ropa: ese nuevo uniforme contempor¨¢neo que consiste en grandes sudaderas lavadas a la piedra, pantalones de ch¨¢ndal con pu?o tobillero y zapatillas o botas de combate en marr¨®n arena, camel, caqui o taupe, la mezcla de marr¨®n y gris favorita de los que usan Santal 33 de Le Labo. Resulta curioso comprobar c¨®mo una persona que ha aportado tanto no solo a la alta moda, sino a la calle, a las tendencias y a la moda r¨¢pida ¨Cel lugar donde realmente se demuestra quien es influyente y quien no¨C apenas tiene menciones o reconocimientos dentro de la propia industria. Puede que la aristocracia del poder fashion siga percibiendo a West como un intruso. Y lamentablemente es muy injusto, porque la carrera e influjo de Kanye en la moda no necesita a estas alturas de nadie que la valide. Es por s¨ª misma un hecho.
Es que soy fan, no lo puedo remediar.
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