Foucault y Bourdieu: la batalla de dos pensadores contra el neoliberalismo radical
Los dos intelectuales franceses quisieron reinventar la izquierda; una misi¨®n que sigue vigente, seg¨²n cuenta en su ¨²ltimo libro el soci¨®logo Christian Laval
Foucault y Bourdieu, es cierto, se ignoraron el uno al otro. Esto se debe en parte a la vida intelectual francesa. Es como si hubiera funcionado a pleno rendimiento el ¡°efecto silo¡±, es decir, cierto funcionamiento del campo intelectual en el que los ¡°maestros¡± no se discuten, no se citan, prosiguen sus respectivos trabajos con una indiferencia fingida o real, pero en todo caso efectiva, respecto de las investigaciones de sus contempor¨¢neos. Esta ignorancia rec¨ªproca es manifiesta en lo que al neoliberalismo se refiere. Bourdieu, cuando empieza a hacer de ¨¦l su objeto y su diana, a finales de los a?os 1980 y a comienzos de los 1990, no se refiere, al menos en sus escritos publicados, a los cursos en el Coll¨¨ge de France de Foucault. Tampoco menciona trabajos que se desarrollan en Italia, en Inglaterra o en los Estados Unidos en el campo de los estudios sobre la gubernamentalidad (governmental studies).
Sin embargo, hay un nivel en el que se encuentran repetidamente: el de la historicidad del hombre econ¨®mico. Seg¨²n ambos autores, que han llegado al mismo an¨¢lisis por v¨ªas diferentes, una ¡°realizaci¨®n¡± del hombre econ¨®mico est¨¢ en curso. El neoliberalismo presenta, tanto para el uno como para el otro, una aceleraci¨®n de la construcci¨®n pol¨ªtica de los hombres econ¨®micos. El lugar te¨®rico de un encuentro posible reside, m¨¢s ampliamente, en la ¡°construcci¨®n de la econom¨ªa capitalista¡±, que supone no s¨®lo la destrucci¨®n de los frenos, las trabas y las reglas, sino tambi¨¦n la construcci¨®n de instituciones, de normas, de leyes y de subjetividades. Si al fin y al cabo son contempor¨¢neos es porque, extrayendo uno y otro lecciones de los l¨ªmites del marxismo, abandonan la idea de que el capitalismo ser¨ªa el movimiento aut¨®nomo a partir del cual se edificar¨ªan superestructuras que reflejan la base econ¨®mica. La racionalidad capitalista no se impone ¨²nicamente por el movimiento expandido del capital que colonizar¨ªa mediante la mercantilizaci¨®n la totalidad del espacio social. Es necesaria una palanca pol¨ªtica, un plan institucional, una acci¨®n normativa y simb¨®lica.
Pero hay tambi¨¦n otro encuentro logrado que es pol¨ªtico. Ambos ¡ªy ¨¦ste es el motivo de nuestra investigaci¨®n¡ª consideraron el neoliberalismo como una forma pol¨ªtica que desaf¨ªa a la ¡°izquierda¡± e impone repensar por entero la cr¨ªtica del orden existente. Y esto se basa en un acuerdo entre ellos m¨¢s fundamental acerca del papel, al mismo tiempo cr¨ªtico y prospectivo, del intelectual. Foucault precis¨® los t¨¦rminos de este acuerdo: ¡°Creo que su papel [del intelectual] es precisamente mostrar constantemente c¨®mo aquello que parece evidente en lo que es nuestra vida cotidiana es de hecho arbitrario y fr¨¢gil, y que siempre podemos sublevarnos. Y que siempre y en todas partes hay razones para no aceptarla, esa realidad, tal como no es dada y se nos propone. No s¨¦ c¨®mo cierto n¨²mero de comentaristas y cr¨ªticos, m¨¢s cr¨ªticos que comentaristas si ustedes quieren, han llegado a formarse la idea de que para m¨ª, siendo las cosas como son, no es posible moverlas. Cuando yo he hecho todo lo contrario¡±. He aqu¨ª una reflexi¨®n que hubiera podido firmar Bourdieu sin reservas.
Pero la convergencia entre ambos autores supera la intenci¨®n cr¨ªtica de sus respectivos trabajos. Y esta convergencia se lee entre l¨ªneas en sus trabajos sobre el neoliberalismo. Reside en la conciencia que tienen del cambio de ¨¦poca que vivimos. No basta con decir, como muchos marxistas, que ¡°el capitalismo siempre ser¨¢ capitalismo¡± y que, en consecuencia, nunca hay que alejarse mucho de los escritos de Marx. Esta reverencia ante el texto conduce al inmovilismo te¨®rico y a la impotencia pr¨¢ctica. Es preciso, por el contrario, dar todo su lugar en el an¨¢lisis a la renovaci¨®n de las formas del poder. Tanto para Bourdieu como para Foucault, el ¡°neoliberalismo¡± es el nombre de esta novedad hist¨®rica que hay que pensar como tal. No lo plantean tan s¨®lo por motivos de exactitud intelectual, sino tambi¨¦n de eficacia pr¨¢ctica. La esperanza que comparten, el objetivo que comparten, a m¨¢s de una d¨¦cada de distancia, es la reinvenci¨®n de la izquierda. Entend¨¢moslo bien: el problema no es para ellos ser ¡°intelectuales de izquierda¡±, incluso dominar la intelligentsia de izquierda, sino hacer avanzar el pensamiento y modificar la acci¨®n de quienes se oponen al orden existente. Esta ambici¨®n es expl¨ªcita en Bourdieu. ?Lo es tanto en Foucault?
La necesidad de reinventar la esperanza
En realidad, Foucault ¡°no quer¨ªa hacer pol¨ªtica¡±, pero jam¨¢s abandon¨® la tarea de pensar la pol¨ªtica. ?Acaso no concibi¨®, en 1983, un proyecto de libro blanco sobre la pol¨ªtica socialista, prueba de que el tema le importa mucho? Pero, sobre todo, se preocupa constantemente por la necesidad de reinventar la esperanza, sin la cual la cr¨ªtica del presente es imposible. Esta reinvenci¨®n es el horizonte de su trabajo: ¡°Ya no hay en la tierra un solo punto de donde pueda brotar la luz de una esperanza. Ya no hay orientaci¨®n. [...] Tenemos que empezar todo de nuevo desde el comienzo y preguntarnos a partir de qu¨¦ se puede llevar a cabo esta cr¨ªtica, en una palabra, la importante tradici¨®n del socialismo debe ser fundamentalmente cuestionada, porque todo lo que esta tradici¨®n socialista ha producido en la historia debe ser condenado¡±.
Como ya no hay br¨²jula, estamos obligados a inventar. La tarea no consiste en permanecer fieles a la tradici¨®n, menos todav¨ªa en cultivar la nostalgia, sino en crear un nuevo arte de gobernar y gobernarse.
Bourdieu tiene la misma preocupaci¨®n cuando trata de repensar las formas del movimiento social y las articulaciones entre investigadores y actores. Sin duda, los conceptos no son los mismos, ni lo son, por otra parte, las v¨ªas que proponen explorar. Seg¨²n ¨¦l, la lucha debe dirigirse ante todo al plano te¨®rico y simb¨®lico, mientras que Foucault apuesta por nuevos modos de subjetivaci¨®n capaces de engendrar esta ?reinvenci¨®n de nosotros mismos?. (¡)
Ni Bourdieu ni Foucault dijeron la ¨²ltima palabra sobre el neoliberalismo, que no cesa de metamorfosearse mientras se extiende y se radicaliza. No s¨®lo no pueden haberlo dicho todo sobre una historia que prosigui¨® e incluso se agrav¨® considerablemente tras su muerte, sino que sus an¨¢lisis son hoy en d¨ªa insuficientes. Tienen en com¨²n, por decirlo de alg¨²n modo, su aislamiento respecto a otras formas de cr¨ªtica social y pol¨ªtica. Este aislamiento ya no es sostenible cuando se est¨¢n produciendo tantos desarrollos importantes, desde los nuevos marxismos y las heterodoxias econ¨®micas, pero tambi¨¦n desde otros sectores del pensamiento cr¨ªtico.Foucault, Bourdieu y la cuesti¨®n neoliberal
A fin de cuentas, no basta con preguntarse lo que uno y otro han legado a la posteridad de la investigaci¨®n. Hay que inspirarse en sus an¨¢lisis sin tratarlos como cuerpos te¨®ricos cerrados sobre s¨ª mismos que deban ser tomados en bloque para repetirlos como dogmas, al modo de la escol¨¢stica marxista de ayer. Y la relaci¨®n necesariamente libre con estos dos autores no debe hacernos olvidar otra obligaci¨®n que tenemos hacia ellos: dar cuenta de la coherencia te¨®rica de su pensamiento y de su fuerza cr¨ªtica.
Christian Laval (Francia, 1953) es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad de Par¨ªs X Nanterre y director del programa en el Coll¨¨ge International de Philosophie. Este texto es un extracto de su libro ¡®Foucault, Bourdieu y la cuesti¨®n neoliberal¡¯, de editorial Gedisa, disponible en e-book.
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