Paolo Flores d¡¯Arcais, fil¨®sofo: ¡°Ahora una revoluci¨®n es el m¨ªnimo indispensable¡±
Este periodista y referente de la izquierda italiana, afirma que la situaci¨®n en que se afronta la crisis es fruto de 30 a?os de pol¨ªticas demenciales
Paolo Flores d¡¯Arcais (Cervignano del Friuli, Italia, 1944), fil¨®sofo y periodista, es uno de los intelectuales de referencia de la izquierda italiana. Durante un tiempo en la pol¨ªtica activa, pero sobre todo desde los ochenta al frente de la revista MicroMega, de la que es director. Atiende a EL PA?S desde su casa, en Roma, en el pa¨ªs que ha sido la primera l¨ªnea de batalla en Europa contra el coronavirus. Su ¨²ltimo libro es Questione di vita e di morte ¨C un¡¯apologia filosofica del diritto all¡¯eutanasia, (Einaudi, 2019) (Cuestiones de vida y muerte. Una apolog¨ªa filos¨®fica del derecho a la eutanasia).
PREGUNTA. ?C¨®mo cree que ha afrontado Italia la crisis?
RESPUESTA. Seg¨²n pasaba el tiempo tuve la sensaci¨®n de que todas las medidas generalmente se tomaban como m¨ªnimo con una semana de antelaci¨®n respecto a los datos que ya hab¨ªa, en documentos del instituto de sanidad, en la revista Nature. Y luego he visto que en otros pa¨ªses, en Francia, en Espa?a, no se ha aprovechado la experiencia del retraso en Italia, y han tenido retrasos a¨²n mayores.
P. ?Los Gobiernos estaban informados y no quer¨ªan actuar o no estaban bien informados?
R. No es tan simple. Ya a mitad de febrero deb¨ªa ser evidente a las autoridades que hab¨ªa un riesgo de pandemia, que la difusi¨®n mundial era casi segura. Y a finales de febrero ya hab¨ªa informes de la OMS que ped¨ªan las medidas que ahora son tomadas en todas partes.
P. ?Cree que ha pesado demasiado el miedo a parar econom¨ªa, los Gobiernos han tenido presiones en este sentido?
R. Estas presiones han existido. Basta releer declaraciones de la patronal. Pero no puedes poner en el mismo plano el problema de la salud y el de la econom¨ªa. Hay momentos en que uno de los dos debe ser sacrificado y es obvio que debe ser el econ¨®mico. Se debe cerrar todo menos lo esencial. Pero los Gobiernos tampoco han tomado medidas radicales por un motivo comprensible, que obliga a afrontar el funcionamiento de las instituciones democr¨¢ticas. Hasta que el miedo no estuviera verdaderamente extendido las medidas iban a ser impopulares. Solo cuando la situaci¨®n fue grave la sensibilidad logr¨® consenso. A mediados de febrero todo consent¨ªa tomar medidas radicales, pero el alcalde de Mil¨¢n dijo: ¡°Mil¨¢n no se para¡±. La patronal tem¨ªa perder cuotas del mercado internacional. Se jug¨® el Atalanta-Valencia. Ha existido un conflicto entre el mercado y el deber de establecer una prioridad, la vida de las personas. Y vemos que los retrasos contin¨²an.
¡°La l¨®gica ultraliberal que impera es la negaci¨®n de la democracia. Se han legalizado los privilegios¡±
P. Pero luego han llegado las medidas. ?Hay soluci¨®n?
R. Es evidente que las medidas m¨ªnimas para reducir la posibilidad de una cat¨¢strofe son la emisi¨®n de eurobonos, un aumento gigantesco de la deuda p¨²blica, EE UU ya lo ha hecho, pero en Europa debe ser compartido. Temo que Alemania, Holanda y otros pa¨ªses dir¨¢n que no. Dir¨¢n s¨ª a los ego¨ªsmos nacionales, y a que Italia, Espa?a y otros pa¨ªses sean puestos bajo tutela de los ministros de Finanzas alemanes. Algo an¨¢logo a lo que sufri¨® Grecia, y creo que hoy se debe reconocer que aquello fue una decisi¨®n criminal, recortes dr¨¢sticos al Estado de bienestar. La situaci¨®n dram¨¢tica en que se afronta el virus es el resultado de treinta a?os de pol¨ªtica demencial, pero nadie ha reconocido que se equivoc¨®. Es m¨¢s, siguen sin querer aprender. Son muchas las cosas que a¨²n tendremos que comprender, pero es que ya hay cosas clar¨ªsimas que no se quieren asumir.
P. Tras la crisis de 2008 la reacci¨®n a largo plazo fue populismo, nacionalismo. Pero quiz¨¢ ahora en lecci¨®n haya algo de positivo ?o no?
R. Depender¨¢ de las decisiones de los Gobiernos. Si no se invierte el rumbo de las pol¨ªticas de los ¨²ltimos 30 a?os las previsiones son catastr¨®ficas. Solo la igualdad nos puede salvar. Los Gobiernos que parecen m¨¢s conscientes solo est¨¢n diciendo que habr¨¢ que gastar m¨¢s en sanidad. Si fueran conscientes dir¨ªan: hemos cometido un error clamoroso cuando fuimos a Grecia y les dijimos que si quer¨ªan dinero deb¨ªan recortar el estado del bienestar. Deb¨ªan buscarlo en la evasi¨®n fiscal de los grandes patrimonios. Holanda, el pa¨ªs que m¨¢s se opone a los bonos, es el pa¨ªs donde van las multinacionales para pagar menos impuestos. Si queremos afrontar un futuro que ser¨¢ de todos modos dram¨¢tico Europa no puede tener como objetivo el equilibrio de balances, sino una redistribuci¨®n gigantesca de la riqueza. Esa riqueza existe, en evasi¨®n fiscal y corrupci¨®n. Si no la situaci¨®n social ser¨¢ incontrolable en algunos pa¨ªses. Y es ah¨ª donde la derecha subversiva arrasa.
¡°Holanda, el pa¨ªs que m¨¢s se opone a los bonos, es el pa¨ªs donde van las multinacionales para pagar menos impuestos¡±
P. Pero el shock de lo que estamos viviendo, una situaci¨®n hist¨®rica, quiz¨¢ cause un cambio de conciencia, algo positivo.
R. Por desgracia el elector no se comporta de forma l¨®gica. Trump, que tiene ante la epidemia la actitud m¨¢s demente, crece en los sondeos. No podemos decir si la gente se har¨¢ mejor. Quien tiene el poder debe cambiar las pol¨ªticas. Quien tenga un m¨ªnimo de influencia p¨²blica debe empujar en esta direcci¨®n. Necesitaremos transparencia, es otra cuesti¨®n crucial. Si queremos afrontar los costes econ¨®micos, necesitaremos transparencia de la riqueza. Si no pagar¨¢n las clases medias, que no pueden ocultar sus riquezas. Ya se han empobrecido, y son atra¨ªdas por las sirenas demag¨®gicas de la extrema derecha. Una de las primeras medidas que la UE ya deber¨ªa haber tomado es la transparencia de las riquezas. Es intolerable que pueda haber cuentas cifradas, sociedades ocultas, blanqueo de dinero.
P. Habr¨¢ resistencias.
R. Claro. Esto es una revoluci¨®n respecto a la l¨®gica de los mercados financieros, de su peso en la econom¨ªa, los intereses del establishment¡ Las finanzas como juego de azar y la deslocalizaci¨®n se hacen intolerables. Esto implica poner en discusi¨®n los privilegios, pero una revoluci¨®n es el m¨ªnimo indispensable para decir que el futuro no ser¨¢ dram¨¢tico, si comenzamos ya. Si no, solo tendremos la duda de que tipo de cat¨¢strofe ser¨¢. Si tenemos la tecnolog¨ªa para detectar los contagios, la hay para detectar las riquezas.
P. Es muy interesante ver c¨®mo China, origen de la crisis, tambi¨¦n la est¨¢ aprovechando como una gran campa?a de imagen.
R. La fascinaci¨®n que tendr¨¢n los reg¨ªmenes autoritarios en la gente ser¨¢ inevitable si las democracias no renacen, no cambian de comportamiento. Porque la democracia nace sobre tres palabras: libertad, igualdad, hermandad. Y cada una debe ser interpretada a la luz de la palabra sucesiva. La libertad, a la luz de la igualdad, si no, se convierte en privilegio. Y la igualdad, si no es interpretada a la luz de la hermandad, un destino com¨²n, puede convertirse en una simple igualdad jur¨ªdica y abstracta. Por tanto las democracias que en la posguerra parec¨ªan encaminarse en esta direcci¨®n, de m¨¢s igualdad, luego se han traicionado a s¨ª mismas, porque la l¨®gica ultraliberal que impera es la negaci¨®n de la democracia. Hemos vivido la explosi¨®n, la legalizaci¨®n, la santificaci¨®n de los privilegios. No hay nada peor que decir: estamos todos en el mismo barco. No, no es as¨ª. Estamos todos en el Titanic, pero los de tercera clase murieron m¨¢s, porque los botes se los cogieron los de primera clase. Hace falta que los Gobiernos se den cuenta de que es necesario volver a empezar en el estado de bienestar. Y sin esto de aqu¨ª no saldremos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.