Yascha Mounk: ¡°Espero que la gente vea el gran da?o que el populismo causa en sus vidas¡±
El joven polit¨®logo alem¨¢n cree que esta crisis quitar¨¢ la careta a los l¨ªderes que desconf¨ªan de la ciencia. M¨¢s a¨²n viendo que sus pa¨ªses encabezan el ¡®ranking¡¯ de infectados
Para Yascha Mounk (M¨²nich, 1982), la historia demuestra que nuestra vida no va a cambiar tanto a ra¨ªz de la pandemia como defienden otros analistas. Este polit¨®logo experto en sistemas democr¨¢ticos piensa tambi¨¦n que esta crisis evidenciar¨¢ que los populistas son incapaces de proteger a su poblaci¨®n y cita la propagaci¨®n del coronavirus en Estados Unidos como un ejemplo de mala gesti¨®n. Piensa que, si Donald Trump no pierde las elecciones, la democracia estadounidense peligra. Pero a la vez, Mounk, profesor de la Universidad Johns ?Hopkins (Maryland, EE?UU) y autor de El pueblo contra la democracia (Paid¨®s, 2018) no descarta que los partidos antiesta?blishment vayan a saber explotar la frustraci¨®n que previsiblemente engordar¨¢ durante la recesi¨®n econ¨®mica.
Pregunta. Trump legitima el uso de la fuerza contra manifestantes y periodistas en las protestas contra la brutalidad policial. ?Se est¨¢ desmoronando la democracia estadounidense ante nuestros ojos?
Respuesta. Estos ¨²ltimos d¨ªas hemos visto la peor cara de Trump. Animar a la polic¨ªa a no preocuparse por la seguridad de los sospechosos cuando los detienen, su determinaci¨®n en inflamar las tensiones, su absoluta incapacidad para sentir o expresar empat¨ªa. La manera en la que Trump est¨¢ fomentando la represi¨®n vil contra los manifestantes, que a veces son tambi¨¦n violentos, es inaceptable. Aun as¨ª, no me parece que este momento suponga una amenaza para la democracia diferente desde un punto de vista cualitativo comparado con otras cosas que ha hecho durante su presidencia. Sigue siendo un populista autoritario que no es capaz de tolerar la idea del desacuerdo leg¨ªtimo y que piensa que solo ¨¦l representa al pueblo, y esto lo sit¨²a en un lento proceso de colisi¨®n con la democracia. Soy optimista y pienso que habr¨¢ elecciones libres en oto?o, pero si Trump es reelegido y contin¨²a en el poder durante otros cuatro a?os, las consecuencias ser¨¢n probablemente terribles.
P. En el resto del mundo, usted defiende que nuestra vida no va a cambiar tanto como creen muchos analistas a ra¨ªz de la pandemia.
R. Es falso que nuestra vida social vaya a cambiar de forma radical, que no vaya a haber bares, restaurantes, fiestas¡ Si miramos a otras crisis y otras pandemias, no es verdad que todo haya cambiado, la gente volvi¨® a vivir de manera muy social muy r¨¢pidamente. Despu¨¦s de la gripe espa?ola tuvimos los locos a?os veinte. Y si miramos a lugares golpeados por el terrorismo, como Bagdad en los a?os dos mil, o por la violencia, como en R¨ªo de Janeiro hoy, vemos que los locales de ocio siguen estando llenos. La gente asume riesgos para conectar con otros humanos, es parte de nuestra naturaleza. La otra asunci¨®n general es que esta pandemia supondr¨¢ el fin de la globalizaci¨®n y yo creo que vamos a ver cambios peque?os, pero significativos. La globalizaci¨®n va a continuar, pero ciertos productos esenciales los vamos a producir dentro de nuestras fronteras. Por otro lado, tendencias que llevan tiempo existiendo van a acelerarse. Hace a?os que vemos que el poder de EE UU decrece y el de China aumenta. Otra tendencia que se acelerar¨¢ ser¨¢ el teletrabajo.
P. ?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ el virus sobre los sistemas pol¨ªticos?
R. La pandemia es un gran test que medir¨¢ qu¨¦ sistemas pueden proteger a sus ciudadanos y cu¨¢les no. Pero hay que ver tambi¨¦n qu¨¦ pasa dentro de las democracias, y yo observo dos tendencias opuestas. Por un lado, esta pandemia parece que confirma la narrativa de los populistas, la idea de que el mundo es muy peligroso, de que la inmigraci¨®n y la globalizaci¨®n son malas¡ Son ideas que parecen m¨¢s realistas hoy que hace unos meses. Al mismo tiempo, vemos que muchos populistas de derechas que han dicho que solo ellos son capaces de proteger a su poblaci¨®n, que dicen que son m¨¢s inteligentes que los pol¨ªticos tradicionales, que pueden servir mejor a los intereses de sus votantes, est¨¢n fallando.
P. Si nos fijamos en el ranking de pa¨ªses con mayores infecciones de la Universidad Johns Hopkins, en los primeros lugares aparecen Estados Unidos, Brasil y Rusia.
R. Exacto. La pandemia va a cambiar la manera en la que la poblaci¨®n percibe a los populistas. Desde hace a?os advertimos de que el problema del populismo es que, si no conf¨ªas en los expertos, no toleras las instituciones independientes y politizas todo, al final eso tendr¨¢ un efecto muy negativo en la vida de los ciudadanos. Hace tres meses, la mayor¨ªa de la gente de EE UU pod¨ªa decir que su vida no era tan diferente que antes de Trump, que los pron¨®sticos negativos sobre Trump no se hab¨ªan cumplido, pero tr¨¢gicamente esto ha cambiado. Ahora, la vida de cada americano est¨¢ afectada por el hecho de que el Gobierno federal no es capaz de organizar una acci¨®n coordinada en esta pandemia. Tengo la esperanza de que muchas personas vean el gran da?o que el populismo hace a las vidas de cada uno.
P. Pero si miramos la econom¨ªa y a la frustraci¨®n que desatar¨¢ esta recesi¨®n, es evidente que es tambi¨¦n un caldo de cultivo ideal para el populismo.
R. En ciencia pol¨ªtica sabemos que mucha gente se forma un juicio pol¨ªtico mirando a la econom¨ªa, aunque no sea de manera racional. Hay un estudio que demuestra c¨®mo en New Jersey sufrieron un ataque de un tibur¨®n en 1918 y no votaron a Wilson como presidente una segunda vez porque su econom¨ªa sufri¨® por la bajada del turismo. Gobiernos en todo el mundo van a sufrir este fen¨®meno. Cuando la econom¨ªa no vaya bien, la gente va a votar a la oposici¨®n.
Trump no tolera la idea del desacuerdo leg¨ªtimo y esto lo sit¨²a en un lento proceso de colisi¨®n con la democracia
P. Los cient¨ªficos se est¨¢n convirtiendo en blanco del odio populista. En Alemania, al reputado vir¨®logo Christian Drosten lo comparan con Josef Mengele y en Espa?a atacan a Fernando Sim¨®n. ?Son los cient¨ªficos el nuevo caballo de Troya populista?
R. Siempre va a haber muchas personas que no se f¨ªan del Gobierno y de quienes toman decisiones importantes. Hace un a?o, los cient¨ªficos no eran tan importantes en la toma de decisiones, pero ahora los cient¨ªficos tienen una gran importancia pol¨ªtica y no es una sorpresa que este odio y estas teor¨ªas locas sobre el establishment se les apliquen tambi¨¦n a ellos. Pero tengo la esperanza de que esta pandemia va a moderar un poco las teor¨ªas m¨¢s absurdas como el rechazo a las vacunas. En parte porque en nuestra vida no hemos tenido la experiencia de ninguna gran enfermedad que dejara de ser peligrosa por una vacuna. Esa una experiencia que tuvieron nuestros abuelos, pero nosotros no. Si encontramos una buena vacuna contra covid-19, eso va a cambiar y va a generar m¨¢s confianza en la ciencia.
P. ?C¨®mo interpreta las protestas que vemos estos d¨ªas? En Espa?a proceden de la extrema derecha y la ¨¦lite econ¨®mica. En Alemania hay un sector ultra y otro esot¨¦rico.
R. Son protestas que van contra la evidencia cient¨ªfica, pero es tambi¨¦n importante ver que nuestros Gobiernos en este momento tienen un poder mayor que en los ¨²ltimos 60 a?os y que la gente est¨¢ sufriendo. No es sorprendente que haya una contrarreacci¨®n pol¨ªtica. Son protestas muy espectaculares, pero lo importante es fijarse en los sondeos, y por el momento, la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n acepta las limitaciones a su vida porque saben que es una reacci¨®n necesaria a una crisis extraordinaria y no es una excusa de Gobiernos democr¨¢ticos que quieren convertirse en dictaduras.
P. Sosten¨ªa en su libro que no debemos dar la democracia por hecho. ?El peligro es ahora mayor?
R. Era un peligro muy grande y serio. Hungr¨ªa ya no es una democracia y en pa¨ªses como India o Brasil la democracia est¨¢ en peligro y esta pandemia da una oportunidad a estos populistas autoritarios de hacerse con m¨¢s poder.
P. Usted afirma que la mejor arma es el voto.
R. A los populistas se les combate en las urnas. Puede que las alternativas no sean muy convincentes ni inspiradoras. Muchos en EE UU no quisieron votar a Hillary Clinton. Eligieron a Trump no porque les gustara, sino como alternativa. Se preguntaban qu¨¦ pod¨ªan perder. Este nuevo virus les ha dado una respuesta bastante clara.
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