Volver a empezar

Especial: El nuevo contrato social

Espa?a tiene una elevada tasa de paro desde hace 40 a?os. Adem¨¢s, el empleo temporal tiene un gran protagonismo. El Gobierno lleva en su agenda el cambio de la ¨²ltima reforma laboral. Adem¨¢s, quiere individualizar la atenci¨®n a los parados para facilitar que encuentren trabajo y preparar el mercado a la revoluci¨®n tecnol¨®gica

La pandemia ha pillado al mercado laboral en Espa?a en un cruce de caminos. Por un lado, las disfuncionalidades del pasado, por otro la megatendencias del futuro. Entre las primeras, el problema sempiterno: dualidad y baja productividad, producto de la especializaci¨®n en sectores con escaso valor a?adido como motores de la econom¨ªa. Pese a la necesaria aparici¨®n en escena de los ERTE, el ajuste en esta fase no difiere del que tuvo lugar en la Gran Recesi¨®n: destrucci¨®n masiva de empleos temporales (un 70% de los 1,3 millones destruidos desde el segundo trimestre de 2019) y aumento del paro juvenil (un 40%). Entre las segundas, el avance de la automatizaci¨®n y el auge de la inteligencia artificial que, junto al envejecimiento de la poblaci¨®n, son fen¨®menos imparables.

Pese a algunas deficiencias en su implementaci¨®n, las medidas adoptadas hasta ahora (ERTE, ingreso m¨ªnimo vital, l¨ªneas de cr¨¦dito a las empresas, bonificaciones en las cotizaciones, etc¨¦tera) han resultado acertadas ante el car¨¢cter transitorio de la crisis y la necesidad de sostener el consumo y proteger a empresas y trabajadores. Ahora bien, las regulaciones del mercado laboral no han variado sustancialmente desde la reforma de 2012 en plena Gran Recesi¨®n, con sus aciertos y sus errores. En concreto, no est¨¢n preparadas para la ¡°gran reasignaci¨®n que seguir¨¢ al ¡®gran contagio¡±. Sin duda habr¨¢ sectores pujantes, y otros inviables, irremediablemente afectados por los cambios de comportamiento producto de la covid-19 y su interacci¨®n con las tendencias seculares en marcha. Resulta perentorio abordar esta transici¨®n con urgencia, al tiempo que se cambian de una vez por todas aquellas regulaciones que nos han llevado a convertirnos en un pa¨ªs cuya tasa de paro trimestral ha superado 23 veces el 20% desde 2002.

Ello requiere medidas transversales. La dualidad podr¨ªa reducirse reclasificando los contratos de obra y eventuales de la producci¨®n (60% de los temporales y 15,5% del total de asalariados en tiempos normales) a la categor¨ªa de contratos indefinidos. Dados estos pesos, una indemnizaci¨®n de entre 18 y 19 d¨ªas de salario por a?o de servicio, frente a los 20 actuales, ser¨ªa neutral, reduciendo la amplia tipolog¨ªa de contratos a tres: indefinido, temporal limitado a sustituciones, y formativo.

En la negociaci¨®n colectiva, reforzada durante el fruct¨ªfero dialogo social durante estos meses, deber¨ªa eliminarse la cl¨¢usula sectorial de eficacia general (erga omnes), singularidad espa?ola en la UE, aumentando los requisitos de representatividad, especialmente de los empresarios. Respecto a lo primero, corregir¨ªa el persistente declive en la afiliaci¨®n sindical acercando los intereses de los agentes sociales en la empresa. En cuanto al segundo, el actual sistema de umbral de un 15% en la ocupaci¨®n y el reconocimiento mutuo de las partes negociadoras, otorga excesivo peso a las grandes empresas en los convenios y acuerdos colectivos, lo que perjudica a las pymes. A ello se une que la creciente demanda de tareas en vez de personas en un mundo cada vez m¨¢s digitalizado necesariamente requerir¨¢ una reconfiguraci¨®n de estos acuerdos, empezando por corregir la ineficiente regulaci¨®n de los trabajadores aut¨®nomos dependientes (trade) y fomentar la negociaci¨®n colectiva entre los aut¨®nomos dentro del respeto a las leyes de competencia.

Los trabajadores en el futuro han de tener unas competencias que aquellos que desgraciadamente han perdido o van a perder sus empleos no poseen. Con tasas de paro como las actuales, la financiaci¨®n y eficacia de las pol¨ªticas activas es muy limitada: las prestaciones y subsidios lo absorben casi todo. La innovaci¨®n se resentir¨¢ por el envejecimiento progresivo. Las soluciones son lograr reformar las regulaciones laborales ineficientes, aumentar las cotizaciones empresariales en los ERTE para descubrir su viabilidad, la inmigraci¨®n y aprovechar correctamente los fondos europeos.

Juan J. Dolado es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad Carlos III de Madrid.