China, EE UU y Europa compiten por liderar la nueva diplomacia verde
Pek¨ªn anunci¨® un plan para la neutralidad de carbono antes de 2060. El Washington de Biden promete revivir su pol¨ªtica medioambiental. El mundo entra en una d¨¦cada crucial para la lucha contra el cambio clim¨¢tico
Cuando lleg¨® la campanada, apenas nadie, fuera del Gobierno chino, la esperaba. En septiembre, en su intervenci¨®n ante la Asamblea General de la ONU, Xi Jinping, el presidente de la segunda econom¨ªa del mundo, anunci¨® que su pa¨ªs llegar¨ªa a la neutralidad de carbono para 2060 y alcanzar¨ªa su pico antes de 2030, en lugar del ¡°hacia 2030¡± que repet¨ªa la pol¨ªtica oficial hasta entonces.
Con esa iniciativa, el principal emisor de gases de efecto invernadero del mundo (el a?o pasado produjo el 28% de las emisiones de di¨®xido de carbono, seg¨²n el grupo internacional de cient¨ªficos Global Carbon Project) inyectaba un nuevo dinamismo en la conversaci¨®n global sobre el cambio clim¨¢tico, ralentizada desde la firma del Acuerdo de Par¨ªs ¡ªel hist¨®rico pacto al que llegaron 195 pa¨ªses en 2015¡ª y la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, en 2017. Aunque el anuncio de China fue unilateral, no condicionado a lo que otros pa¨ªses pudieran hacer, en las semanas siguientes Corea del Sur y Jap¨®n siguieron sus pasos y anunciaron objetivos similares para 2050, una d¨¦cada antes.
Xi hizo p¨²blicos m¨¢s detalles de su revoluci¨®n verde este diciembre, en la cumbre virtual para conmemorar los cinco a?os del Acuerdo de Par¨ªs: para 2030, prometi¨®, China triplicar¨¢ su capacidad de energ¨ªa e¨®lica y solar para situarla en m¨¢s de mil millones de kilovatios, aumentar¨¢ el porcentaje de combustibles no f¨®siles en su cesta energ¨¦tica (al 25%, un 5% m¨¢s que el compromiso anterior), reducir¨¢ sus emisiones por unidad de PIB m¨¢s de un 65% respecto al nivel de 2005 (el objetivo anterior era bajar entre un 60% y un 65%) y ampliar¨¢ sus bosques. Para que quede clara la seriedad con la que China toma esta promesa, a finales de diciembre la Conferencia Central de Trabajo Econ¨®mico, en la que se fijan las prioridades econ¨®micas anuales, inclu¨ªa el compromiso de desarrollar ¡°una iniciativa nacional a gran escala a favor del medioambiente¡± entre sus ocho objetivos prioritarios.
¡°Por primera vez, China ha se?alado que no solo est¨¢ dispuesta a participar en la lucha internacional contra el cambio clim¨¢tico, sino que el liderazgo clim¨¢tico ha cruzado el Rubic¨®n geopol¨ªtico a ojos de Pek¨ªn. En otras palabras, se ha convertido en una prioridad central para China, con independencia de los pasos dados por otros pa¨ªses, incluido Estados Unidos¡±, ha escrito el ex primer ministro de Australia y actual presidente de la Asia Society, Kevin Rudd, en la edici¨®n china del Financial Times.
Los pasos de China tienen no solo motivaciones geopol¨ªticas, sino tambi¨¦n econ¨®micas y de pol¨ªtica interna. ¡°Vamos a promover un desarrollo social y econ¨®mico m¨¢s verde en todos los aspectos, al tiempo que buscamos un desarrollo de gran calidad¡±, apunt¨® Xi en su discurso de diciembre. El 14? Plan Quinquenal, que regir¨¢ la econom¨ªa china entre 2021 y 2025, y el documento de objetivos para 2035 que se presentar¨¢n en la sesi¨®n legislativa anual, en marzo, prev¨¦n un giro hacia la autosuficiencia, y que la innovaci¨®n sea el reactor principal del nuevo modelo econ¨®mico del gigante asi¨¢tico. Xi, y el resto de los l¨ªderes chinos, consideran que las nuevas tecnolog¨ªas de energ¨ªas limpias ¡ªlos veh¨ªculos el¨¦ctricos, la energ¨ªa solar o la nueva generaci¨®n de infraestructura el¨¦ctrica¡ª ser¨¢n motores clave de ese modelo. China ya es el principal productor de paneles solares del mundo y fabrica un tercio de las turbinas e¨®licas del planeta. Los pasos hacia la neutralidad de carbono contribuyen, adem¨¢s, a la autosuficiencia energ¨¦tica del pa¨ªs, al reducir el uso de combustibles f¨®siles en beneficio de las energ¨ªas renovables.
A la espera de la publicaci¨®n del Plan Quinquenal, persisten los interrogantes sobre c¨®mo planea China exactamente cumplir con estos compromisos. Aunque adopte medidas tajantes para reducir las emisiones dentro de su territorio, es posible que contin¨²e promoviendo el calentamiento global mediante sus inversiones en el exterior. La mayor parte de las plantas el¨¦ctricas alimentadas por carb¨®n que se construyen en el mundo son financiadas por bancos chinos y construidas con tecnolog¨ªa ¡ªy compa?¨ªas¡ªde ese pa¨ªs. Aunque Xi ha asegurado que la ambiciosa iniciativa conocida como Nueva Ruta de la Seda ¡ªuna red de infraestructuras que conectar¨¢ a China con el resto del mundo¡ª ser¨¢ verde, hasta el momento no ha aportado est¨¢ndares espec¨ªficos que lo garanticen.
¡°Para hacer frente al desaf¨ªo clim¨¢tico, nadie puede permanecer distante¡±, subray¨® Xi en su declaraci¨®n en la cumbre virtual de diciembre para conmemorar los cinco a?os del Acuerdo de Par¨ªs. ¡°El unilateralismo no nos llevar¨¢ a ninguna parte. Solo mediante el multilateralismo, la unidad y la cooperaci¨®n podemos lograr beneficios compartidos para todos los pa¨ªses¡±. Un reproche a la Administraci¨®n saliente de Donald Trump en EE?UU y un envite a la de Joe Biden, que tomar¨¢ posesi¨®n el pr¨®ximo 20 de enero y que ya ha adelantado que dedicar¨¢ especial atenci¨®n a la pol¨ªtica medioambiental. Un gesto a la Uni¨®n Europea, que hab¨ªa insistido a Xi para que mostrara un compromiso claro con la lucha clim¨¢tica en momentos en los que aumentaban las discrepancias entre los dos bloques. Y un mensaje en l¨ªnea con la visi¨®n que el presidente chino tiene de su pa¨ªs para las pr¨®ximas tres d¨¦cadas, en las que aspira a convertirse en una superpotencia econ¨®mica y pol¨ªtica: Pek¨ªn est¨¢ dispuesto a liderar al resto del mundo para resolver problemas globales. Y si Washington deja huecos en el escenario global, China los ocupar¨¢.
Mientras tanto, Estados Unidos entra en el nuevo a?o recoloc¨¢ndose a toda prisa en la carrera contra el cambio clim¨¢tico tras cuatro a?os de negacionismo instaurado en la Casa Blanca. No hay tiempo que perder. Trump se retir¨® del Acuerdo de Par¨ªs apenas dos a?os despu¨¦s de la muy celebrada firma del pacto, ignorando a los cient¨ªficos que insist¨ªan en la urgencia ¡ª12 a?os de plazo¡ª de tomar medidas dr¨¢sticas contra la crisis clim¨¢tica. El republicano argument¨® que las regulaciones para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero da?aban la econom¨ªa y que el auge del fracking, un proceso de extracci¨®n de gas natural al que se oponen muchos ambientalistas, resultaba en combustible m¨¢s barato y m¨¢s y mejores empleos.
Cuatro a?os despu¨¦s del aterrizaje de Trump en la Casa Blanca, la nueva Administraci¨®n de Joe Biden que llegar¨¢ al poder el pr¨®ximo 20 de enero apuesta fuerte por una nueva diplomacia verde que devuelva a Washington a los acuerdos internacionales para intentar salvar el planeta ¡ªy la reputaci¨®n internacional de EE?UU¡ª. Con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para el a?o 2050, el presidente electo ha hecho dos nombramientos claves: John Kerry como enviado especial de EE?UU para el clima y Gina McCarthy como zar para imponer una nueva agenda interior al respecto. De esta manera, Biden deja claro que en su envite contra el cambio clim¨¢tico pretende abarcar dos frentes que est¨¢n fuertemente interrelacionados, el exterior y el interno.
Kerry y McCarthy, bostonianos, amigos, trabajaron juntos en la Administraci¨®n de Obama. McCarthy dio forma a logros como la regulaci¨®n de la contaminaci¨®n de plantas de energ¨ªa. Kerry se dedic¨® a promover las pol¨ªticas interiores de EE?UU en el exterior para que otros pa¨ªses las adoptaran. Ambos han visto c¨®mo Trump desmantelaba su legado.
Kerry, antiguo senador y aspirante a la presidencia de EE?UU, critica que se hayan malgastado tres a?os y medio de esos 12 que impon¨ªa como l¨ªmite la ciencia. ¡°Si cre¨ªmos que la inmigraci¨®n era un reto para Europa o para nuestras fronteras en los ¨²ltimos a?os¡±, declar¨® en la Radio P¨²blica Nacional (NPR, por sus siglas en ingl¨¦s), ¡°esperen a ver lo que sucede cuando muchos lugares se vuelvan inhabitables y no seamos capaces de producir alimento suficiente para esas poblaciones. La gente luchar¨¢ por un lugar en el que la vida sea posible¡±.
No es catastrofismo. Son las palabras de un veterano pol¨ªtico que firm¨® el Acuerdo de Par¨ªs con su nieta sentada en el regazo como s¨ªmbolo de la necesidad de dejar un planeta habitable a las futuras generaciones. Un dem¨®crata que comparte la preocupaci¨®n de Biden tras ver c¨®mo los incendios devastaban la costa Oeste estadounidense el a?o pasado y c¨®mo, de tantos huracanes como ha habido en el Atl¨¢ntico, los meteor¨®logos se han quedado sin nombres que ponerles.
El objetivo inmediato de Kerry, que ocup¨® el cargo de secretario de Estado con Barack Obama, es reactivar a Estados Unidos en la diplomacia clim¨¢tica internacional que Washington ha despreciado durante los ¨²ltimos cuatro a?os. No ser¨¢ sencillo. ¡°Biden no puede retomar las cosas donde Obama las dej¨®¡±, apunta Paul Bodnar, director de la ONG Rocky Mountain Institute y exasesor de Obama. ¡°La crisis clim¨¢tica se ha agudizado. La presencia internacional de EE?UU ha disminuido. Y, pese a gestos de liderazgo por parte de China y la Uni¨®n Europea, la diplomacia clim¨¢tica est¨¢ atascada en una forma antigua de hacer las cosas (las negociaciones para el Acuerdo de Par¨ªs duraron 25 a?os). Hay que pasar de la mentalidad de negociaci¨®n a las acciones concretas¡±, se?ala.
Convencer a los l¨ªderes extranjeros de que EE?UU tiene la credibilidad necesaria para impulsar la acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico va a requerir muchas dotes de persuasi¨®n y grandes dosis de humildad. El ¨¦xito o el fracaso de la agenda clim¨¢tica de Biden reside en la fuerza e influencia que consigan Kerry y McCarthy, el primero frente al rencor internacional que EE?UU ha acumulado en los ¨²ltimos a?os y la segunda frente a un Tribunal Supremo poco amigo de aceptar desaf¨ªos legales para cambiar la agenda medioambiental del trumpismo. La nueva Administraci¨®n, al menos, tendr¨¢ durante los pr¨®ximos dos a?os bajo control al Congreso, tras ganar ambas C¨¢maras, y con ello un mejor manejo de la feroz oposici¨®n que ejercen algunos republicanos y los productores de energ¨ªas f¨®siles. Y un escenario te?ido de rivalidad con China. Con su ambicioso plan, Xi Jinping busca ¡°anotarse puntos y dejar a EE?UU a contrapi¨¦ antes de que Biden jure su cargo¡±, seg¨²n la consultora Eurasia, que predice que Washington contraatacar¨¢ con grandes inversiones en energ¨ªa limpia y llamadas a sus aliados para presionar a Pek¨ªn en cuestiones de clima.
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