El mundo enmascarado
La m¨¢scara, de origen tan antiguo como el mundo, es una representaci¨®n de temores y traumas arraigados en el inconsciente colectivo
La m¨¢scara es una representaci¨®n de los temores y traumas arraigados en el inconsciente colectivo. Por ello, su origen es tan antiguo como el mundo. Se remonta al instante en el que el ser humano toma conciencia de su propia conciencia, al momento en el que se produce la autoconciencia. De esta manera, la m¨¢scara cumple con sus dos aspectos esenciales: ocultar mientras muestra.
El desdoblamiento saca a relucir la farsa existencial en la que el ser humano lleva inmerso desde la noche de los tiempos; una farsa que ha ido creciendo a trav¨¦s de los siglos y que llega hasta el otro d¨ªa, cuando la m¨¢scara deja de tener valor, cuando alcanza su inutilidad y el mundo nos avisa de que algo grave va a ocurrirnos. Una se?al que hay que aprender a interpretar en su totalidad.
Tal vez sea esta una de las razones por la que la vida nos ha obligado a llevar mascarilla, a ocultar parte de nuestro rostro y as¨ª volver otra vez a desdoblarnos en un juego at¨¢vico que nos lleva a recuperar nuestra autoconciencia perdida. En su obra Las m¨¢scaras de Dios (Atalanta), el mit¨®logo Joseph Campbell considera las distintas religiones como las diferentes m¨¢scaras con las que se cubren los arquetipos comunes.
Una vez despojada de su m¨¢scara, de su significante, el arquetipo pierde significado. Con estas cosas, el empleo de la mascarilla no solo nos protege de una pandemia, sino que tambi¨¦n nos ayuda a recuperar el significado perdido de los s¨ªmbolos que construyen nuestro relato racional.
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