El retorno de Roosevelt
El Plan de Rescate Am¨¦rica entrega un cheque a los desfavorecidos, el llamado dinero ¡®helic¨®ptero¡¯
En el a?o del coronavirus, EE UU ha utilizado el equivalente a m¨¢s de cuatro billones de euros, una cantidad ingente de dinero p¨²blico, para combatir la pandemia y recuperar al pa¨ªs y a sus ciudadanos. Despu¨¦s de ello queda poco m¨¢s que ret¨®rica en aquel Estado m¨ªnimo que preconizaron Reagan y sus sucesores de la revoluci¨®n conservadora desde hace 40 a?os. Ha vuelto la l¨®gica que impuso el presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR) para sacar a su pa¨ªs de la Gran Depresi¨®n de los a?os treinta y primera parte de los cuarenta del siglo pasado.
El Instituto Roosevelt, laboratorio de ideas radicado en Nueva York y surgido de la Biblioteca Presidencial de FDR, est¨¢ dedicado a impulsar el legado y los valores de aquel l¨ªder dem¨®crata, en lo referente a cumplir la promesa de que Norteam¨¦rica ofrezca oportunidad para todos. Su economista jefe es el premio Nobel de Econom¨ªa Joseph Stiglitz, que dirigi¨® el estudio titulado Nuevas normas para la econom¨ªa norteamericana, y acaba de publicar el libro Reescribir las reglas de la econom¨ªa europea (Antoni Bosch Editor). Dos mujeres acompa?aron a FDR en los cuatro mandatos presidenciales que tuvo (1933-1945): su esposa, Eleanor, activista de los derechos humanos, pol¨ªtica y escritora; y la secretaria de Trabajo en ese largo periodo, Frances Perkins, cuya acci¨®n (impulsora de la ley de Seguridad Social que cre¨® las prestaciones de desempleo para los parados y las pensiones para los ancianos, del salario m¨ªnimo, la regulaci¨®n de las horas extraordinarias o la estandarizaci¨®n de la jornada laboral semanal de 40 horas, etc¨¦tera) perme¨® la creaci¨®n del peque?o Estado de bienestar norteamericano y la pol¨ªtica del new deal, que abander¨® el propio Roosevelt. Hoy sabemos que m¨¢s all¨¢ de la inspiraci¨®n keynesiana, el new deal tuvo mucho de improvisaci¨®n y de continuas rectificaciones.
Los m¨¢s de cuatro billones inyectados en la econom¨ªa americana lo han sido en tres etapas: el primer rescate (1,9 billones de euros), en la primavera pasada; el segundo (750.000 millones), en diciembre, y el tercero (1,6 billones), a los 50 d¨ªas de llegar Joe Biden a la Casa Blanca. Entre las medidas del Plan de Rescate Am¨¦rica est¨¢ la entrega de un cheque por valor de 1.174 euros a los ciudadanos menos pudientes (dinero helic¨®ptero o en mano), complementos a la prestaci¨®n por desempleo, medidas contra la pobreza infantil (seg¨²n el presidente, ¡°este plan har¨¢ posible reducir a la mitad la pobreza infantil¡±), ayudas para la alimentaci¨®n, el alquiler de viviendas y el cuidado de los ni?os, fondos para las escuelas y para los Estados y los gobiernos locales, muletas para los sectores m¨¢s perjudicados, como el de la cultura o los viajes, etc¨¦tera.
Alguien ha dicho que desde el presidente Johnson (que sustituy¨® en 1963 al asesinado John F. Kennedy) no hab¨ªa llegado al Congreso un paquete de medidas sociales tan ambicioso. En el mandato de Johnson se pusieron en marcha el Medicare (fondos para la atenci¨®n m¨¦dica de los ancianos) y el Medicaid (seguros de salud para los pobres). La presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, declar¨® cuando el plan de rescate fue aprobado por las dos C¨¢maras: ¡°Es la ley m¨¢s transformadora que he visto en 30 a?os en el Congreso, tan relevante como la ley sobre cuidados de Obama, que dio cobertura sanitaria a 20 millones de personas m¨¢s¡±.
Es muy significativo subrayar que Biden y su equipo han tenido que sacar adelante las medidas sin el m¨¢s m¨ªnimo apoyo del Partido Republicano, consciente de que el contenido del plan de rescate significa un cambio de paradigma en EE UU. Los m¨¢s extremistas de entre los republicanos lo han calificado de caballo de Troya del socialismo, y opinan que supone un aumento desorbitado de dinero p¨²blico para el gasto social. Igualmente es significativo que el equipo gubernamental ha tenido que negociar con el ala m¨¢s moderada de los dem¨®cratas, que ha descrestado algunos de los puntos del plan inicial. Por ejemplo, la demanda de Bernie Sanders de que el salario m¨ªnimo pasase de los 6 d¨®lares la hora a 12 d¨®lares.
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