Confrontaciones en el Gobierno
La reforma laboral y los alquileres, las madres de todas las batallas en el seno de la coalici¨®n
No parece inveros¨ªmil que la marcha voluntaria de Pablo Iglesias de la vicepresidencia del Gobierno tenga que ver, en alguna parte, con la dificultad de resolver dos problemas (o tres, si se incluye el de las pensiones) que dividen a las dos familias ideol¨®gicas que conforman el Ejecutivo, y que a partir de ahora va a tener que lidiar su sustituta, la ministra de Trabajo y pr¨®xima vicepresidenta tercera, Yolanda D¨ªaz: el precio de los alquileres y la supervivencia de la reforma laboral de Mariano Rajoy.
Como se ha hecho hasta ahora con Iglesias, tambi¨¦n habr¨¢ que investigar la personalidad de D¨ªaz para tratar de discernir qu¨¦ va a ocurrir con esos dos asuntos. De car¨¢cter negociador, seg¨²n todos sus interlocutores, D¨ªaz representa en el Gobierno ¡ªpor primera vez desde el comienzo de la Transici¨®n¡ª la sensibilidad del Partido Comunista, al que pertenece, y, por ende, la cercan¨ªa y simpat¨ªa al sindicato mayoritario, Comisiones Obreras, que en sus or¨ªgenes fue la correa de transmisi¨®n del primero. En el pasado, con los Gobiernos socialistas de Felipe Gonz¨¢lez y Zapatero, fue la cultura de la Uni¨®n General de Trabajadores, el ¡°sindicato hermano¡± del PSOE, la que ocupaba el Ministerio de Trabajo (Joaqu¨ªn Almunia, Manuel Chaves¡) e incluso el de Interior (Jos¨¦ Luis Corcuera).
El desarrollo del precio de los alquileres y el futuro de la reforma laboral est¨¢n embridados por el Acuerdo de coalici¨®n progresista PSOE-UP, firmado con toda solemnidad, a finales del a?o 2019, por Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias, y en este sentido se pueden considerar ¡°promesas fuertes¡± del Gobierno a sus electores. En lo que se refiere a las viviendas, se dice textualmente que ¡°frenaremos las subidas abusivas de alquileres. Para ello, se impulsar¨¢n las medidas normativas necesarias para poner techo a las subidas abusivas en determinadas zonas de mercado tensionado¡±. El ministro del ramo, el socialista Jos¨¦ Luis ?balos, ha dicho que el Gobierno no pondr¨¢ l¨ªmites al precio del alquiler, sino que establecer¨¢ beneficios fiscales a los propietarios de pisos que los alquilen por debajo del precio de mercado, mientras que Pablo Iglesias ha respondido que por sus muertos, y que no hay nada que negociar otra vez porque est¨¢ firmado el acuerdo de Gobierno, por cuatro a?os.
En cuanto a la reforma laboral, ¨¦ste es a¨²n m¨¢s expl¨ªcito: ¡°Derogaremos la reforma laboral. Recuperaremos los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012¡±. Consciente de la previsible confrontaci¨®n, Yolanda D¨ªaz ha retrasado cuanto ha podido la negociaci¨®n, pero la mesa entre los agentes sociales y el Gobierno se acaba de constituir. Se han formado inmediatamente dos bandos: el primero lo forman las centrales sindicales y la parte del Gobierno correspondiente a Unidas Podemos; en el segundo, la patronal, la sensibilidad socialista del Ejecutivo comandada por Nadia Calvi?o y Bruselas, que no quiere o¨ªr hablar de m¨¢s cambios que los que reduzcan la temporalidad de los contratos.
En 1990 tuvo lugar la primera guerra del Golfo, cuando Irak invadi¨® Kuwait. Los aliados llamaron a aquel conflicto la ¡°Tormenta del Desierto¡±, mientras que Sadam Hussein habl¨® de ¡°la madre de todas las batallas¡± y la perdi¨®. Yolanda D¨ªaz se va a encontrar ahora con la madre de todas las confrontaciones, con poco espacio para la negociaci¨®n. Los sindicatos, a los que est¨¢ tan unida, pretenden negociar en dos fases: la primera, muy r¨¢pida, derogando sus aspectos m¨¢s lesivos con bastante rapidez para reequilibrar el poder de cada parte en el seno de la empresa (prevalencia de los convenios de sector sobre los de empresa, la vigencia de un convenio mientras no se firme el siguiente, limitaci¨®n de las subcontrataciones, etc¨¦tera); la segunda, abordar por fin lo que mil veces se ha denominado el Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI.
?Aceptar¨¢ Bruselas estos cambios y este ritmo?, ?lo har¨¢n las patronales y Nadia Calvi?o, encargada de llevarlos a Europa? Y, sobre todo, ?cu¨¢l ser¨¢ la posici¨®n final de Yolanda D¨ªaz? Ello trascender¨¢ el asunto concreto y tendr¨¢ consecuencias en el devenir del propio Gobierno de coalici¨®n.
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