Wolfram Eilenberger: ¡°La Iglesia cat¨®lica no quiere que la filosof¨ªa forme parte del curr¨ªculo acad¨¦mico¡±
El escritor alem¨¢n, autor del exitoso ¡®Tiempo de magos¡¯, profundiza en su nuevo libro en el valor de la obra de Hannah Arendt, Simone de Beauvoir, Simone Weil y Ayn Rand
¡°Pienso en la filosof¨ªa como en un arte de la vida¡±, proclama el fil¨®sofo, publicista y editor Wolfram Eilenberger (Friburgo, Alemania, 48 a?os), que defiende que las reflexiones sobre las grandes cuestiones existenciales deben aplicarse en el d¨ªa a d¨ªa cotidiano. Es lo que hicieron las pensadoras Simone Weil, Simone de Beauvoir, Hannah Arendt y Ayn Rand en los a?os treinta, cuando el auge del totalitarismo recorri¨® Europa. Las cuatro protagonizan su nuevo ensayo, El fuego de la libertad (Taurus), que aborda la compleja dial¨¦ctica entre el individuo y la sociedad en momentos de crisis. Eilenberger, que compagina la filosof¨ªa con el columnismo deportivo, repite la f¨®rmula de su exitoso ensayo anterior, Tiempo de magos, que entrelazaba la vida y obra de los pensadores Benjamin, Heidegger, Wittgenstein y Cassirer en los a?os veinte. Ahora se centra en ¡°fil¨®sofos que eran mujeres, no mujeres fil¨®sofas, que no es lo mismo¡±, dice durante la entrevista, que el fr¨ªo y el viento de principios de abril en Berl¨ªn obligan a hacer a cubierto, con distancia y ventanas abiertas. Su respuesta a la zozobra fue ¡°estar enteramente en el presente. O, en otras palabras, filosofar¡±. Los ecos de aquellas reflexiones en a?os convulsos resuenan en nuestros tiempos de proliferaci¨®n de populismos, dilemas identitarios, banalizaci¨®n de la pol¨ªtica y crisis sanitarias mundiales.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ eligi¨® a esas cuatro pensadoras?
RESPUESTA. Me interesan los fil¨®sofos que no solo proclaman sus ideas, sino que las encarnan, que hacen de la filosof¨ªa el motor de su vida. Pienso en la filosof¨ªa como en un arte de la vida. En tiempos de crisis, estamos forzados a entender lo que la filosof¨ªa puede hacer por nuestras vidas. Sus biograf¨ªas est¨¢n muy influidas por la guerra y el totalitarismo. Pero lo m¨¢s importante es que pensaban sobre el mismo problema: ?cu¨¢l es mi relaci¨®n con otros seres humanos? Est¨¢n entre las m¨¢s interesantes, subestimadas y casi olvidadas por la historia de la filosof¨ªa.
P. El libro se centra en la tensi¨®n entre individuo y colectividad, que vuelve a estar vigente con la pandemia. Perdemos libertades individuales por el bien com¨²n. ?C¨®mo equilibrar ambas necesidades?
R. No hay una respuesta clara. La pandemia es un punto de partida para que reevaluemos c¨®mo vivimos con otros seres humanos y cu¨¢les son nuestras obligaciones con ellos. Nuestra generaci¨®n vivi¨® en un tiempo de individualismo, algunos lo llaman neoliberalismo. Nos ense?aron nuestros padres, la sociedad y la pol¨ªtica que cada uno de nosotros somos lo m¨¢s importante del mundo. Y que no somos responsables de otras personas. Pero solo por el hecho de respirar vemos que nuestra existencia tiene un impacto en otros. Y eso es algo que nos cuesta reconocer, individualmente y tambi¨¦n pol¨ªticamente.
P. En tiempos de crisis como este, la ciencia aporta soluciones: vacunas, tratamientos, test. ?C¨®mo puede ayudar la filosof¨ªa?
R. Los pol¨ªticos invitan a un fil¨®sofo y esperan que les diga qu¨¦ tiene que hacer. Y eso es una cat¨¢strofe para los pol¨ªticos, para las expectativas que se generan, y para los propios fil¨®sofos. La verdad es que no sabemos qu¨¦ hay que hacer. Es una verg¨¹enza que en el campo de la ¨¦tica aplicada los fil¨®sofos asuman ese papel porque les da poder. Nunca ha sido bueno para los fil¨®sofos dar consejo a gente poderosa. Si me preguntas qu¨¦ hacer, no soy la persona adecuada, porque la filosof¨ªa no consiste en eso. Pero si nos encontramos con una experiencia que nos desconcierta o nos asusta, estas cuatro pensadoras pueden darnos ejemplos de c¨®mo pensar y vivir en tiempos de desesperaci¨®n.
P. Si las trasladamos al presente, ?c¨®mo responder¨ªan? ?Weil se ofrecer¨ªa voluntaria para probar la vacuna? ?Rand ser¨ªa una negacionista antivacunas?
R. A Weil la ver¨ªamos ahora en Lesbos en un campo de refugiados trabajando con gente sin vacunar y sin vacunar ella misma. Rand estar¨ªa en las calles con estos querdenker [el movimiento alem¨¢n de protesta contra las restricciones de la pandemia] y antivacunas que dicen que obligarnos a llevar mascarilla es el primer paso para un Estado totalitario. La persona que m¨¢s se parecer¨ªa hoy a Weil es Greta Thunberg. Tiene la misma actitud inconformista y la misma madurez.
P. ?Y Arendt y De Beauvoir?
R. Arendt escribir¨ªa art¨ªculos diciendo ¡°Mira, entiendo que esta es una situaci¨®n cr¨ªtica pero no podemos dar al Estado este poder absoluto de decirnos cu¨¢ndo podemos salir de casa o hacer esto o aquello. Si empezamos as¨ª podemos caer por una pendiente resbaladiza¡±. De Beauvoir ir¨ªa a fiestas ilegales y tratar¨ªa de vivir la vida, y b¨¢sicamente negar¨ªa la situaci¨®n. Hablo de la ¨¦poca en la que las describo en el libro.
P. Eran todas muy j¨®venes.
R. Me interesa describir a los fil¨®sofos cuando desarrollan su pensamiento, no cuando ya han llegado a ¨¦l. Cuando ya son iconos no es tan interesante. En este libro trato de entenderlas en su desarrollo inicial para comprender qu¨¦ significa embarcarse en la filosof¨ªa y qu¨¦ supone en tu vida. Sus preguntas, sus pasiones, son las nuestras.
P. Vivimos un auge del populismo: Trump, Bolsonaro, Orb¨¢n. ?Con qu¨¦ herramientas protege la filosof¨ªa a los ciudadanos ante la simplificaci¨®n del lenguaje pol¨ªtico?
R. El populismo crea un colectivo fantasm¨¢tico, al que se le conceden ciertos derechos de los que se priva a los que no pertenecen a ¨¦l, y aparece un l¨ªder que se presenta como la encarnaci¨®n del movimiento. Hay que preguntarse: ?qu¨¦ clase de colectivo es ese? ?qu¨¦ tipo de valores representa? ?y qui¨¦n es la persona que dice representarlo? Si sigues estos pasos est¨¢s pr¨¢cticamente vacunado contra el populismo. Tienes que ser intelectualmente capaz de hacerlo, pero tambi¨¦n valiente.
P. Le damos muchas vueltas a la cuesti¨®n de la identidad y del nacionalismo. ?Cree que Espa?a tiene un problema con eso?
R. Tuve un profesor en Espa?a que me dijo: ¡°El problema alem¨¢n es la historia. El problema espa?ol es Espa?a¡±. Ante el franquismo, la gente luch¨® por mantener su lengua, su cultura, su tradici¨®n. Creo que ahora nadie niega el acceso a esas tres cosas. Todo lo dem¨¢s es secuestrar la pol¨ªtica identitaria y llevarla a una esfera dominada por la econom¨ªa y el lado oscuro del nacionalismo. Catalu?a es un caso claro. Si fuera menos poderosa econ¨®micamente no tendr¨ªamos ese problema. No se puede argumentar que la cultura catalana est¨¦ en peligro. Es un movimiento populista.
P. Suele decir que damos por supuesta la democracia. ?Cu¨¢l es la principal amenaza?
R. La cuesti¨®n ecol¨®gica. La pandemia nos muestra las restricciones que tendremos que sobrellevar si queremos abordarla con ¨¦xito. Quiz¨¢ en el futuro el individuo no tendr¨¢ tanta libertad. Quiz¨¢ podamos abordarlo con medidas democr¨¢ticas. ?Pero y si no es as¨ª? La segunda amenaza es la inteligencia artificial. Algoritmos que tomen decisiones por nosotros de forma que no tengamos responsabilidad pol¨ªtica. Si combinas ambas cosas resulta un mundo muy distinto.
P. Tres de las protagonistas del libro eran jud¨ªas. ?Qu¨¦ supuso para Europa la p¨¦rdida de la tradici¨®n jud¨ªa en los a?os treinta?
R. En t¨¦rminos de la historia intelectual de mi pa¨ªs, nunca nos recuperamos de las p¨¦rdidas de los a?os treinta. Si piensas en la historia de la filosof¨ªa, nada de lo que ocurri¨® despu¨¦s de los a?os cuarenta en EE UU ser¨ªa posible sin los pensadores jud¨ªos que emigraron y construyeron otra cultura filos¨®fica.
P. Heidegger dec¨ªa que solo se puede hacer filosof¨ªa en griego o en alem¨¢n. ?Cree que cada lengua conlleva una forma distinta de pensar?
R. S¨ª, por dos v¨ªas. Si tienes una larga tradici¨®n de filosof¨ªa en una lengua son m¨¢s naturales para ti las palabras, los conceptos. Las lenguas conceptualizan el mundo de forma diferente. No deber¨ªamos subestimar el poder de las lenguas para ver el mundo de la forma en que lo vemos, y por eso es una verg¨¹enza que un fil¨®sofo que se presente a un puesto acad¨¦mico deba hacerlo en ingl¨¦s. Es una gran p¨¦rdida no poder expresarse en el propio idioma.
P. ?Por qu¨¦ cree que la filosof¨ªa est¨¢ cada vez m¨¢s arrinconada en el sistema educativo?
R. La Iglesia cat¨®lica no quiere que la filosof¨ªa forme parte del curr¨ªculo acad¨¦mico. En Alemania es una asignatura opcional y a veces ni siquiera se ofrece. Donde hay rivalidad con la Iglesia, la filosof¨ªa siempre pierde. No tiene sentido porque no hay una oposici¨®n entre teolog¨ªa, religi¨®n y filosof¨ªa. Las tres tienen el mismo deseo: encontrarte en un mundo que es demasiado complicado de entender. La filosof¨ªa puede ser una parte de tu vida diaria. La filosof¨ªa no es una disciplina acad¨¦mica m¨¢s, responde a una necesidad de hacernos preguntas que est¨¢n en el centro de nuestra existencia.
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