Las mejores intenciones
Imaginemos un plan privado y altruista para fabricar y distribuir vacunas sin ataduras pol¨ªticas, ni enredos burocr¨¢ticos
Sabemos ya que, en cuesti¨®n de vacunas contra el coronavirus, algunos gobiernos lo han hecho bastante bien. Los de Estados Unidos, Israel, Reino Unido o Chile, por ejemplo. Otros muchos gobiernos, por incompetencia o falta de recursos, lo han hecho mal. Quien peor lo ha hecho es la Uni¨®n Europea, teniendo en cuenta sus enormes recursos financieros e industriales: menos del 10% de la poblaci¨®n vacunada con la doble dosis. Ay, los pol¨ªticos y los tecn¨®cratas.
?Habr¨ªa obtenido mejores resultados una gesti¨®n privada? Imaginemos que varias de las personas m¨¢s ricas del mundo, gente que ha acreditado su capacidad para crear y organizar corporaciones gigantescas, hubieran dise?ado un plan para fabricar y distribuir vacunas a un precio asequible: cuatro d¨®lares por unidad. Imaginemos una operaci¨®n sin ataduras pol¨ªticas ni enredos burocr¨¢ticos, realizada de forma altruista y con las mejores intenciones. ?Qu¨¦ tal habr¨ªa funcionado?
En realidad, no es necesario imaginar. El plan existe.
La iniciativa surgi¨® de la Fundaci¨®n Bill Gates poco despu¨¦s de que se desatara la pandemia. Bill Gates (m¨¢s de 130.000 millones de d¨®lares de patrimonio) se puso en contacto con AstraZeneca y con la fundaci¨®n de su amigo mexicano Carlos Slim (m¨¢s de 68.000 millones de patrimonio) con el fin de proporcionar vacunas al continente latinoamericano. En un formidable ejercicio filantr¨®pico, AstraZeneca acept¨® no obtener beneficios por su producto y, durante dos a?os, ofrecerlo a precio de coste.
Alguien, la Fundaci¨®n Slim o AstraZeneca (se desconocen los detalles, los acuerdos entre privados no se someten al escrutinio p¨²blico), decidi¨® que el principio activo de AstraZeneca fuera producido en el laboratorio bonaerense mAbxience del Grupo Insud (propiedad de los argentinos Hugo Sigman y Silvia Gold) y que se envasara en el laboratorio mexicano Liomont. La intenci¨®n, parece, era darle al asunto una dimensi¨®n panamericana.
El plan se anunci¨® en agosto de 2020. Hoy en d¨ªa, ocho meses despu¨¦s, sigue la espera.
El laboratorio argentino ha fabricado y enviado a M¨¦xico la materia prima equivalente a m¨¢s de 20 millones de dosis. Eso dicen los documentos aduaneros. Pero una decisi¨®n del Gobierno estadounidense, la de no exportar los filtros necesarios para el proceso de envasado, paraliz¨® la actividad del laboratorio mexicano.
En Liomont dicen que el problema ya est¨¢ resuelto. Sin embargo, a¨²n no ha salido del laboratorio ni una sola dosis en condiciones de uso. En Argentina crece la presi¨®n pol¨ªtica para que el producto fabricado por mAbxience se quede en el pa¨ªs y un diputado de la coalici¨®n macrista ha denunciado a Hugo Sigman. El diputado, Jos¨¦ Manuel Cano, acusa a la empresa de Sigman de haber cobrado 60 millones de d¨®lares del Gobierno argentino por una vacuna que se exporta a otro pa¨ªs y de la que no se sabe nada. Sigman afirma que no puede hacer otra cosa que cumplir su contrato con AstraZeneca, propietaria del producto. Los laboratorios mexicanos remiten tambi¨¦n cualquier pregunta a AstraZeneca. Y AstraZeneca calla.
La operaci¨®n privada y, seg¨²n pregonaron todas las partes implicadas, completamente filantr¨®pica est¨¢ convirti¨¦ndose en un problema p¨²blico. Y dejando sin vacunas a los gobiernos que contaban con ellas. Lo cual viene a significar que los magnates m¨¢s preclaros pueden fallar tanto como el m¨¢s obtuso bur¨®crata europeo.
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