El rabo entre las patas o entre las piernas
A mucha gente le sonar¨¢ mal eso del rabo entre las piernas, sobre todo porque se suele aplicar a varones
Santiago Abascal, m¨¢ximo dirigente de Vox, areng¨® a sus seguidores el 9 de abril para expulsar de la pol¨ªtica a Pablo Iglesias, de modo que se vaya ¡°con el rabo entre las piernas¡±. Esta misma locuci¨®n ser¨ªa repetida por Macarena Olona, portavoz de Vox en el Congreso, el 15 de abril: Pablo Iglesias, dijo, ¡°vive con el rabo entre las piernas, obsesionado por su seguridad¡±. No hay dos sin tres: El 17 del mismo mes, Roc¨ªo Monasterio, candidata de Vox en Madrid, arrojaba esa locuci¨®n al grupo de intelectuales y artistas que, seg¨²n ella, hab¨ªan firmado un manifiesto contra el partido ultraderechista, entre los que cit¨® a Javier Bardem y Pedro Almod¨®var: ¡°Es una oportunidad maravillosa. Lo ten¨¦is ah¨ª con vuestro voto, que se vayan todos estos con el rabo entre las piernas¡±.
Imagino que a mucha gente le sonar¨¢ mal eso del rabo entre las piernas, sobre todo porque se suele aplicar a los varones. El dicho se basa en la actitud de ciertos animales que huyen atemorizados, especialmente los perros. Por tanto, me parece m¨¢s adecuada la opci¨®n ¡°con el rabo entre las patas¡±, a fin de representar la imagen de un cuadr¨²pedo que se va humillado, y evitar referencias ambiguas.
Pero, ay, la estad¨ªstica y los diccionarios contradicen mi criterio.
Para empezar, el lexic¨®n de las academias incluye ¡°con el rabo entre las piernas¡± (en la entrada ¡°rabo¡±) y no ¡°con el rabo entre las patas¡±. Primer golpe.
Para seguir, el Diccionario fraseol¨®gico documentado del espa?ol actual (Seco, Andr¨¦s y Ramos) hace lo mismo. Segundo zasca.
Busco en el libro Frases, timos y decires, de Mariano Hormigos, y sucede otro tanto: aparece solamente ¡°con el rabo entre las piernas¡±. Tercera colleja.
Y cuarto mamporro: Los bancos de datos de la Academia, con cientos de millones de registros de todas las ¨¦pocas, ofrecen estos resultados:
1. Entre el siglo XVIII y mediados del XX, 26 documentos recogen esa locuci¨®n con la variedad ¡°piernas¡±, y s¨®lo 3 con ¡°patas¡±. Y por si fuera poco, estos ¨²ltimos se refieren a animales y no a personas. La primera cita aparece en 1705, en una obra de Raimundo de Lantery, nacido en Niza pero gaditano de adopci¨®n, que usa un lenguaje muy pr¨®ximo al oral, como ha estudiado Pedro ?lvarez de Miranda (revista Critic¨®n, 103-104, 2008).
2. Estas dos locuciones se documentan con m¨¢s abundancia en el ¨²ltimo cuarto del siglo XX. Las incluyen 62 documentos con la opci¨®n ¡°entre las piernas¡±, mientras que s¨®lo 9 recogen ¡°entre las patas¡±. Pero vemos ya tres usos de ¡°entre las patas¡± relativos a personas. Y uno referido al diablo (con lo cual aqu¨ª ya queda claro de qu¨¦ rabo estamos hablando).
3. Finalmente, en el tramo de documentos del siglo XXI, 93 textos incluyen ¡°entre las piernas¡± y ¨²nicamente 28 ¡°entre las patas¡±, ahora s¨ª con abundantes referencias a personas en esta segunda opci¨®n.
La ense?anza que puedo extraer de todo esto consiste en pensar que mi opini¨®n inicial ha quedado contradicha por el uso general. Por tanto, nada que oponer a quienes elijan decir ¡°se fue con el rabo entre las piernas¡±. Ahora bien, all¨¢ cada cual con su estilo. Yo seguir¨¦ escribiendo ¡°el rabo entre las patas¡±, para no distraer al lector con un segundo sentido posible.
Pero, ojo, espero usar esas palabras en alguna ficci¨®n, en alg¨²n ejemplo, quiz¨¢s para negarlas (¡°no hay que irse con el rabo entre las patas¡±). Porque desear que alguien huya como un perro maltratado me parece un sentimiento ruin, innoble, propio de gente desalmada. No s¨¦ por qu¨¦ lo dir¨¢n tanto los de Vox.
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