Thomas Vinterberg: el director de ¡®Otra ronda¡¯ creci¨® en una comuna ¡®hippy¡¯
El cineasta dan¨¦s, cocreador del movimiento Dogma 95, acaba de ganar el Oscar a la mejor pel¨ªcula internacional. El ¡°drama con algunas risas¡± es su g¨¦nero predilecto
El Oscar del pasado domingo ha encumbrado a Thomas Vinterberg (Copenhague, 52 a?os) como uno de los grandes del cine europeo y el rey actual del cine dan¨¦s. Y lo del cine dan¨¦s no es una competici¨®n menor. En una naci¨®n que no llega ni a los seis millones de habitantes hay, sin embargo, al menos una decena de cineastas de fama mundial, capaces de compaginar una carrera en su pa¨ªs con rodajes internacionales (incluido Hollywood). Si les pregunt¨¢ramos a ellos, probablemente el descomunal ego de Nicolas Winding Refn acallar¨ªa al resto. Si el interrogado es un cr¨ªtico curtido en festivales, el nombre que surgir¨¢ ser¨¢ el de Lars von Trier, el director que m¨¢s ha sacudido al p¨²blico de las salas de arte y ensayo. Puede que tambi¨¦n salgan mencionados los veteranos J?rgen Leth o Bille August (doble ganador de la Palma de Oro y poseedor tambi¨¦n del Oscar). O que alguien se?ale a Susanne Bier y a Lone Scherfig. Pero ahora mismo, el jefe de todo esto (como titul¨® una pel¨ªcula su mentor Von Trier) es Vinterberg: llevarse de una tacada los premios del cine europeo, el Bafta brit¨¢nico, el C¨¦sar franc¨¦s y el Oscar a mejor pel¨ªcula internacional est¨¢ al alcance de muy pocos.
El talento de Vinterberg es innegable, pero, al contrario de otros cineastas europeos, no ha logrado los mismos resultados en sus pel¨ªculas en ingl¨¦s que en sus rodajes nacionales. ¡°A los daneses nos gusta rodar fuera, porque nuestro pa¨ªs es peque?o¡±, contaba a EL PA?S hace un mes. En cambio, en sus trabajos locales ha encontrado la posibilidad de desarrollar temas muy espinosos con su habitual cuidado formal; Vinterberg nunca ha sido, salvo en sus inicios en el movimiento Dogma 95, un director experimental: prefiere el pu?o de hierro h¨¢bilmente envuelto en el guante de seda. Curioso final para alguien que se educ¨® en una comuna en Christiania, el barrio hippy de Copenhague. ¡°Las mujeres fumaban en pipa¡± y mandaban. Disfrutaban de relaciones abiertas, algo que marc¨® a aquel chaval, que en su vida adulta nunca ha cre¨ªdo en ellas. A cambio siempre ha declarado su admiraci¨®n por ellos, porque ¡°quer¨ªan escapar de la mediocridad de la vida; luchando por no caer en las trampas diarias; y hoy me parecen valientes¡±. De aquellos hippies echa de menos su capacidad de compartir, y su mera existencia de grupo, una uni¨®n que intent¨® repetir entre cineastas con el movimiento Dogma. ¡°Viv¨ª sin l¨ªmites, y yo mismo acab¨¦ autorregul¨¢ndome. Como cualquier adolescente de mi pa¨ªs, beb¨ªa los fines de semana. Aqu¨ª el consumo de alcohol no est¨¢ mal visto. A ver, que descendemos de los vikingos¡±, cuenta.
En Dinamarca se estudia cine en el instituto con un ambicioso programa que mezcla inclusi¨®n ¨¦tnica e igualdad de g¨¦nero en las pel¨ªculas con clases pr¨¢cticas. Ah¨ª naci¨® la pasi¨®n de Vinterberg, que se licenci¨® en la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca y que llam¨® la atenci¨®n en festivales de cortos estudiantiles con su Sidste omgang (1993). En 1995, sin haber debutado en el largo, fund¨® junto a Lars von Trier el movimiento Dogma 95, que presentaron en Par¨ªs ese a?o.
A grandes rasgos, el Dogma abogaba por un cine m¨¢s sencillo, alejado de la tecnolog¨ªa y con unas reglas de hierro en las que se dilu¨ªa la autor¨ªa. Como maestro del marketing, Von Trier no ha tenido igual en el cine europeo en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. Pero la mejor obra surgida de aquel dec¨¢logo fue la primera, y esa corri¨® a cargo de Vinterberg (que en 1996 se hab¨ªa fogueado en un telefilme). Con Celebraci¨®n (1998) ¡ªen donde ya estaba Thomas Bo Larsen, el mayor del cuarteto de actores de Otra ronda¡ª el cineasta encontr¨® su voz, su g¨¦nero (¡°El drama con algunas risas¡±) y su tema: la familia y los amigos. ¡°Mis primeros trabajos buscaban la provocaci¨®n. En los noventa ¨¦ramos una hermandad algo salvaje, y aquellos chavales hubieran considerado Otra ronda una obra decadente¡±, confiesa. De paso entr¨® en Zentropa, la todopoderosa productora danesa, actualmente con ramificaciones por toda Europa, y que en 1992 hab¨ªa creado, entre otros, Von Trier. Desde entonces, Vinterberg ha trabajado bajo ese paraguas.
Sus siguientes trabajos fueron en ingl¨¦s: el drama sentimental (envuelto en una atm¨®sfera apocal¨ªptica) Todo es por amor (2033), y Querida Wendy (2005), que reflexionaba sobre el amor a las armas de EE UU. Su retorno al cine dan¨¦s dio como resultado una comedia mediocre (Cuando un hombre vuelve a casa, que supuso el debut en la interpretaci¨®n de su segunda y actual esposa, la actriz y ministra luterana Helene Reingaard Neumann) y un soberbio drama, Submarino, acerca de dos hermanos lastrados por la violencia de su pasado. Era el anticipo de su mejor pel¨ªcula, La caza (2012), su primer trabajo con Mads Mikkelsen, que describe la vida de un profesor de guarder¨ªa al que una peque?a mentira arruinar¨¢ la vida. Logr¨® su primera candidatura al Oscar, y no gan¨® Cannes porque aquel a?o concursaba tambi¨¦n Amor, de Michael Haneke. Tras su olvidable versi¨®n de un cl¨¢sico de la literatura, Lejos del mundanal ruido, estren¨® otro ¨¦xito, La comuna (2016), inspirada en sus recuerdos de infancia. Despu¨¦s lleg¨® la coproducci¨®n europea Kursk (2018), nuevo trabajo regular en ingl¨¦s, centrado en el hundimiento del submarino ruso. Y, por fin, Otra ronda.
En febrero de 2019, su hija Ida recibi¨® en ?frica un correo de su padre con el guion de Otra ronda. ¡°Le entusiasm¨®, me envi¨® una respuesta preciosa¡±, recordaba para EL PA?S el cineasta. Ida iba a encarnar a la hija mayor de Mikkelsen y se rodar¨ªa en su instituto, con sus compa?eros como extras. Otra ronda es un grandes ¨¦xitos del director: los cuatro protagonistas han trabajado con ¨¦l previamente, act¨²a su esposa, el guionista es su colaborador habitual Tobias Lindholm, e indaga en el alcoholismo, adicci¨®n contra la que lucha Lars von Trier, con el que Vinterberg reconoce habla muy de vez en cuando. El 4 de mayo de 2019, en una autov¨ªa cerca de Bruselas, fallec¨ªa en accidente de tr¨¢fico Ida Vinterberg, que iba de copiloto en el coche de su madre. Quedaban cuatro d¨ªas para el rodaje. El cineasta dud¨®. Pero, rodeado de su equipo, sigui¨® adelante. ¡°Los d¨ªas en que me derrot¨® el dolor me sustituy¨® Tobias; por suerte, trabajaba entre amigos. Yo escrib¨ª para ellos, ellos conf¨ªan en m¨ª. Son parte de m¨ª¡±.
Mientras prepara una serie de televisi¨®n, una distop¨ªa ambientada en una Dinamarca devorada por el mar, Vintenberg ha entrado telem¨¢ticamente en galas de medio mundo. Y en cada entrevista, en cada discurso de entrega de premios, como el que hizo presencialmente en Los ?ngeles el domingo en los Oscar, recuerda a Ida. El ¨²ltimo d¨ªa de rodaje de Otra ronda filmaron en su clase. ¡°Consid¨¦ralo un monumento a mi hija¡±.
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