Bisexuales: no suficientemente gais, no suficientemente heteros
Las personas ¡®bi¡¯ sufren las consecuencias de una concepci¨®n binaria del mundo: enfrentan discriminaci¨®n y a menudo son borradas de la lucha LGTB
En la serie The bisexual, la protagonista, que acaba de salir de una relaci¨®n con una mujer y se acuesta por primera vez con un hombre, se queja, exasperada: ¡°Cuando oigo ¡®bisexual¡¯ pienso en una zorra pat¨¦tica. Es vulgar, es absurdo. Te hace parecer poco sincera, como si tus genitales no fueran leales. Como si no tuvieras criterio, solo una pol¨ªtica de puertas abiertas¡±.
La bisexualidad no solo provoca reacciones tan virulentas como esta, tambi¨¦n suele causar confusi¨®n respecto a su definici¨®n. El prefijo -bi significa dos, con lo que hay quien piensa que los bisexuales se sienten atra¨ªdos por hombres y por mujeres, dejando fuera, por ejemplo, a personas de g¨¦nero no binario. Por ello, en los ¨²ltimos a?os se ha extendido el uso de ¡°pansexual¡± (-pan significa ¡°todo¡±) y ¡°queer¡± (que naci¨® como insulto hom¨®fobo y hoy define a quien rechaza ser clasificado por sus pr¨¢cticas sexuales o su sexo biol¨®gico).
Quienes se identifican como bisexuales suelen insistir en que no, lo bi no divide al mundo en dos. Una de las definiciones m¨¢s extendidas de bisexualidad hoy es la ¡°capacidad de atracci¨®n rom¨¢ntica y/o sexual hacia m¨¢s de un g¨¦nero o sin importar el g¨¦nero¡±. Y ya en 1990 el Manifiesto bisexual, publicado por un grupo de escritores y artistas en EEUU, rezaba: ¡°No asumamos que la naturaleza de la bisexualidad sea binarista o duogama: que tengamos dos lados o que tengamos que estar con los dos g¨¦neros para ser humanos realizados. Es m¨¢s, no asumas que s¨®lo hay dos g¨¦neros¡±.
?D¨®nde est¨¢n los bisexuales?
El bi¨®logo y sex¨®logo Alfred Kinsey plante¨® a principios del siglo XX que heterosexualidad y homosexualidad se combinan en diferentes niveles. Tras hacer miles de cuestionarios, public¨® un revolucionario informe y una escala de la orientaci¨®n sexual que todav¨ªa es un referente hoy. La escala se divide en siete grados que van de lo exclusivamente heterosexual a lo exclusivamente homosexual, pasando por muchos espacios intermedios, donde, seg¨²n Kinsey, se encuentra la mayor¨ªa de la gente.
Las personas bisexuales representan actualmente el 54,6% de la poblaci¨®n LGTB (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) en pa¨ªses como Estados Unidos, seg¨²n datos de la consultora Gallup de este a?o. Pero a menudo no se ven representadas, o enfrentan prejuicios fuera y dentro del propio colectivo.
Los humanos ¡ªparticularmente en sociedades occidentales¡ª tendemos a categorizar al mundo en polarizaciones binarias, dice por correo electr¨®nico Meg-John Barker, especialista en psicolog¨ªa, g¨¦nero y sexualidad que public¨® en 2019 el libro de ensayos Life Isn¡¯t Binary (La vida no es binaria). ¡°No tendr¨ªa sentido dividir a las personas en est¨²pidas o inteligentes. Las ubicamos en una serie de espectros de diversas habilidades: matem¨¢tica, ling¨¹¨ªstica, espacial¡ Entonces, ?por qu¨¦ cuando se trata de sexualidad y g¨¦nero lo asumimos binario?¡±, se pregunta.
Como casi todos los aspectos de la experiencia humana, dice Barker, la sexualidad es una mezcla de contexto social, experiencias vitales y formas en las que nuestro cuerpo y cerebro funcionan. Las culturas permiten y restringen formas de expresar la sexualidad, lo que hace m¨¢s o menos probable tener determinadas experiencias. ¡°Habr¨¢ mucha m¨¢s gente que tenga encuentros sexuales con distintos g¨¦neros de la que se identifica a s¨ª misma como bisexual. E incluso habr¨¢ m¨¢s gente que sienta esa atracci¨®n aunque no act¨²e sobre ella¡±, puntualiza.
Existe una necesidad social de que los bisexuales demuestren su orientaci¨®n manteniendo relaciones con m¨¢s de un g¨¦nero, se?ala la activista Elisa Coll en su libro Resistencia bisexual: mapas para una disidencia habitable. Incluso dentro del colectivo LGTB hay quien opina que los bisexuales est¨¢n, de alguna manera, ¡°contaminados¡± de heterosexualidad y deben ¡°decidirse¡± para ser tomados en serio, apunta esta activista. Este binarismo conduce muchas veces a asumir la orientaci¨®n de una persona por la relaci¨®n en la que est¨¢ en ese momento como parte de un colectivo dominante (heterosexual, gay o lesbiana). Se llama passing y es una expresi¨®n de bifobia relacionada al borrado bisexual, que se da de distintas maneras: bien afirmando que esta orientaci¨®n no existe ¡ªque es indecisi¨®n o que se trata de una fase¡ª, bien afirmando que todos somos bisexuales. ¡°Decir que todo el mundo es bisexual es igual a decir que nadie lo es, o que la bifobia no existe¡±, advierte Coll.
El n¨²mero o tipo de encuentros sexuales o rom¨¢nticos no definen necesariamente una orientaci¨®n, defienden los expertos consultados, aunque constantemente se lanza el mensaje de que si alguien no ha tenido relaciones sexoafectivas con m¨¢s de un g¨¦nero, no se puede considerar bisexual. ¡°Me parece curioso que las personas heterosexuales afirmen su sexualidad antes de haber tenido relaciones de ning¨²n tipo¡±, reflexiona Elisa Coll. ¡°Ojal¨¢ yo hubiera sabido que no hac¨ªa falta m¨¢s comprobaci¨®n que mis propias sensaciones y vivencias. Habr¨ªa salido del armario much¨ªsimo antes¡±.
La importancia de las etiquetas
?Tiene sentido seguir usando la palabra ¡°bisexual¡± en un mundo que parece caminar hacia el fin de las etiquetas? Existen argumentos a favor y en contra, se?ala Meg-John Barker. ¡°Para las comunidades marginadas, las etiquetas pueden proporcionar una red de apoyo, pero a la vez vienen con una serie de expectativas que pueden ser limitantes y r¨ªgidas. Sin embargo, estamos culturalmente en un lugar donde la ¨²nica forma aceptada de luchar por la igualdad de derechos humanos es sobre la base de etiquetas de identidad¡±. Esa batalla por los derechos LGTB ha estado precisamente vinculada a la idea de que la sexualidad era binaria y de que los homosexuales eran el grupo marginado y oprimido, explica Barker. Por esta raz¨®n, una persona cuya sexualidad no se ajustara a ese modelo parec¨ªa poner en peligro la lucha. Adem¨¢s, a causa de la deslegitimaci¨®n social de la bisexualidad, muchas personas bis que hacen activismo se unen a causas m¨¢s visibles, como movimientos l¨¦sbicos.
Una de las consecuencias de estos prejuicios es el borrado de la historia bi: Brenda Howard, que coordin¨® la primera marcha del orgullo LGTB en 1970, era bisexual, pero este hecho apenas se recuerda. Otra consecuencia es la violencia. ¡°Las tasas de violencias machistas, y en concreto de violencia sexual, que alcanzamos las mujeres y personas no binarias bisexuales son escandalosas. Somos vistas como un fetiche, se nos hipersexualiza¡±, se?ala la activista Elisa Coll por correo electr¨®nico.
Muchas personas encuentran amenazante la idea de la bisexualidad por el estereotipo de que la persona bisexual es promiscua, asegura Barker. Esto puede llevar a que haya bifobia en la relaci¨®n de pareja, alentando a la persona a que oculte su orientaci¨®n y que sea tratada de forma controladora, subraya. Coll recuerda haber pasado por una relaci¨®n de ese tipo. ¡°Ocurre que intentas salirte del estereotipo de la bisexual haciendo todo lo contrario, pero entonces no eres t¨²: eres una versi¨®n de ti para hacer sentir menos amenazada a la otra persona. Y esa nunca es la soluci¨®n. No es nuestra responsabilidad hacernos cargo de los prejuicios del resto de las personas, menos a¨²n de las que se supone que nos quieren¡±.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.