¡®Vaxxie¡¯, el selfi de tu vacunaci¨®n: dime c¨®mo te vacunas y te dir¨¦ qui¨¦n eres
Son muchos los que cuelgan la foto del pinchazo en las redes y lo dedican cual gol, cual Oscar. En cada pa¨ªs hay usos distintos para los selfis con el brazo en ristre
Con un 40% de la poblaci¨®n espa?ola ya completamente vacunada y otro importante porcentaje inoculado a medias, una cosa ha ido quedando clara: el d¨ªa del pinchazo es mucho m¨¢s que un tr¨¢mite m¨¦dico. En las redes, muchos se fotograf¨ªan en el trance. A la autofoto con el brazo en ristre se le llama vaxxie, de ¡°selfi¡± y ¡°vacuna¡± en ingl¨¦s, y compartirlo parece casi obligatorio, aplic¨¢ndole casi siempre otra capa de simbolismo a ese momento.
A principios de a?o, cuando los vacunados eran gente mayor o sanitarios, sol¨ªan ser los familiares quienes hac¨ªan girar en redes esas im¨¢genes, aprovechando para alabar no ya solo a la abuela o a la prima enfermera, sino a todo su colectivo de resilientes. Despu¨¦s fueron los propios protagonistas quienes iban marcando el momento por partes. Primero la cita para vacunarse, despu¨¦s el hecho en s¨ª. Hay quien la dedica, como si fuera un gol o un Oscar, y quien subraya la intencionalidad pol¨ªtica de su vaxxie, acudiendo al centro con una camiseta en defensa de la sanidad p¨²blica o d¨¢ndole un tono patri¨®tico, celebrando con emojis de rojigualdas. En la carrera por la vacunaci¨®n, algunos siguen los porcentajes de cada pa¨ªs como si fuera la Eurocopa.
Los rituales crean comunidad y nos ayudan a autoexplicarnos, han defendido desde Pascal hasta Byung Chul-Han o Hartmut Rosa, y la vacunaci¨®n de la covid se ha entendido de manera intuitiva como una gran liturgia colectiva, un paso importante que se da para superar la pesadilla colectiva, pero que cada uno resignifica a su manera. ¡°Es una performance individual, pero que contribuye a un conjunto mayor, a una performance colectiva. Es sentirse parte de la historia, mapear la progresi¨®n de la vacunaci¨®n y tomar posicionamiento en la disputa pol¨ªtica¡±, resume Marcela Fuentes, profesora en el Departamento de Estudios de Performance en la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, y autora del libro Activismos tecnopol¨ªticos (Eterna Cadencia). Fuentes cree que la creaci¨®n de un relato en torno a la vacuna se debe a que ¡°somos seres de historias y seres en espejo¡±. Ella ha podido trazar c¨®mo esas narrativas se escriben de manera distinta en cada pa¨ªs.
En Argentina, de donde procede, todo arranca con la cita para vacunarse. Eso se comparte siempre con los grupos de ¨ªntimos. ¡°Las amigas responden: ¡®Vamooo¡¯. Y tal vez decir ¡®vamooo¡¯ es decir ¡®una m¨¢s a salvo¡¯, ¡®una menos para duelar¡¯, ¡®una m¨¢s para luchar¡¯. Sirve como grito cat¨¢rtico y, ojal¨¢, como compromiso de memoria¡±. Despu¨¦s llega la foto del pinchazo, aunque muchos, incluida ella misma, han ido priv¨¢ndose de publicarla a medida que se ha constatado que el acceso a la vacuna era desigual y, por tanto, pod¨ªa traducirse en una muestra insensible de elitismo, en un ¡°yo s¨ª y t¨² no¡±. En Brasil, apunta tambi¨¦n Fuentes, los bolsonaristas jam¨¢s colgar¨¢n su vaxxie porque ellos no se vacunan y, si lo hacen, no lo cuentan. ¡°Ah¨ª jug¨® el tema de la religi¨®n y la postura c¨ªnica frente a la muerte. Hay, por un lado, una instrumentalizaci¨®n de la muerte de tono darwiniano que va de la mano de la ideolog¨ªa de supremac¨ªa blanca y patriarcal. Y, por otro, un discurso de tono pseudorreligioso fundamentalista que demanda no temer a los designios superiores¡±.
Tambi¨¦n en Estados Unidos vacunarse, y contarlo, est¨¢ politizado. All¨ª fueron Joe Biden, Kamala Harris y todos los expresidentes vivos ¡ªmenos Donald Trump¡ª quienes se pincharon primero en p¨²blico, siguiendo una tradici¨®n de vacunaci¨®n ejemplarizante que ya se vio con Gerald Ford en 1976 y Barack Obama en 2009. Incluso Elvis Presley se inocul¨® en 1956 contra la polio ante las c¨¢maras. ¡°Las fotos de l¨ªderes vacun¨¢ndose se consideran una buena pr¨¢ctica¡±, explicaba David Broniatowski, profesor de Ciencia Aplicada en la Universidad George Washington, en un art¨ªculo de The New York Times. ¡°Si ves a un cargo electo haciendo de conejillo de indias voluntariamente, en tu subconsciente empiezas a pensar: ¡®Oh, quiz¨¢ deber¨ªa hacerlo yo tambi¨¦n¡±.
All¨ª la inmunizaci¨®n, como el uso de la mascarilla, divide al pa¨ªs en dos mitades que son tambi¨¦n geogr¨¢ficas (los Estados de Misisipi, Luisiana y Alabama, sure?os, rurales y religiosos, encabezan el ranking de menos vacunados). ¡°En un mundo ideal, la exhortaci¨®n a la vacuna ser¨ªa un asunto de salud p¨²blica no partidista, pero lo es¡±, confirma Deen Freelon, investigador de teor¨ªa comunicativa y experto en ¡°clictivismo¡± o activismo en redes. Freelon cree que el vaxxie cuenta como pronunciamiento pol¨ªtico, incluso si quien lo cuelga no lo entiende as¨ª. ¡°Al final, el objetivo es animar a otros a vacunarse a trav¨¦s de la presi¨®n de grupo, bajo la asunci¨®n de que los otros har¨¢n algo si ven que su familia y amigos lo hacen¡±.
No solo en Misuri o en Brasil se encuentran antivacunas. En Espa?a, la semana pasada, la diputada de Vox Macarena Olona colg¨® su foto correspondiente en el Hospital Zendal de Madrid. Decenas de sus seguidores se sintieron traicionados: ¡°Cumpliendo con el globalismo, la Agenda 2030 y obedeciendo a S¨¢nchez¡±, le escribi¨® uno. ¡°Qu¨¦ decepci¨®n tan may¨²scula¡±. ¡°Cu¨¦ntame cu¨¢nto te pagan por hacerte esta foto¡±, le afearon.
Adem¨¢s del s¨ªmbolo del renacer y del posicionamiento pol¨ªtico, al momento en el que se recibe la Pfizer, la Janssen, la Moderna o la AstraZeneca ¡ªhay, por cierto, productos disponibles de todas las farmac¨¦uticas, casi siempre ap¨®crifos, y se cotizan bien en sitios de venta como eBay y Etsy¡ª tambi¨¦n se le ha concedido un sentido m¨¢s er¨®tico-festivo. Es el que trat¨® de invocar el organismo de sanidad de Provence-Alpes-C?te-d¡¯Azur (PACA), en Francia, en una campa?a institucional estrenada este verano. El cartel muestra a una pareja bes¨¢ndose con el lema: ¡°S¨ª, la vacuna tambi¨¦n puede tener efectos deseables¡±. En la prensa anglosajona se ha acu?ado el t¨¦rmino hot vaxx summer, el verano caliente de la vacuna, para referirse al frenes¨ª, tanto sexual como econ¨®mico, que se esperaba para estos meses. Shar Dubey, el consejero delegado de Match.com, una de las principales p¨¢ginas de b¨²squeda de pareja, comunic¨® a sus inversores recientemente que tiene sensaciones inmejorables para la temporada: calcula un crecimiento en este trimestre de entre el 22% y el 24% de uso de sus servicios, lo que se traducir¨ªa en beneficios de unos 260 millones de d¨®lares.
Pero de momento, la variante delta y el alarmante avance de los contagios entre los menores de 35 a?os est¨¢n enfriando estas expectativas. El verano caliente tendr¨¢ que esperar a que los centennials, los nacidos en los dos mil, se puedan hacer su vaxxie.
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