Catherine Wood, la estrella de las finanzas que cree en Dios y en s¨ª misma
La fundadora de la exitosa firma Ark Invest, con fondos que invierten en Tesla o en rob¨®tica, es una mujer profundamente religiosa
Inversores, gestores y periodistas econ¨®micos llevan meses hablando de ella. La mayor¨ªa, para alabar su olfato financiero, aunque algunas casandras hablan de la ¡°burbuja¡± burs¨¢til que esconde su ¨¦xito. Lo incuestionable es que Catherine Wood (Los ?ngeles 1955) es el ¨²ltimo fen¨®meno de Wall Street, que es tanto como decir del universo financiero. ?Razones? Haber logrado que la firma que cre¨® en 2014, Ark Invest (con fondos que invierten en los autom¨®viles Tesla, la rob¨®tica, la ciberseguridad o los sat¨¦lites), pasara en un a?o de gestionar activos por valor de 3.000 millones de euros, a superar los 50.000 millones. Un espectacular aumento que vendr¨ªa a demostrar, seg¨²n Wood, que a los expertos y a los que manejan activos ¡°les faltaba innovaci¨®n en sus carteras¡±. Su acierto, en todo caso, le ha otorgado estatus de estrella medi¨¢tica, hasta el punto de contar con una l¨ªnea de ropa con su rostro impreso sobre el lema ¡°Invierte con convicci¨®n¡±, cuyos beneficios se destinan a organizaciones caritativas.
Y es que en Wood todo parece diferente. Frente a la opacidad propia del mundillo financiero, ella hace gala de transparencia, e incluso invita a sus competidores a participar en los seminarios por internet que organiza. Su propia empresa, con sede en Manhattan (ahora vac¨ªa por la pandemia), se caracteriza por la extrema juventud de la treintena de empleados que la integran, art¨ªfices tambi¨¦n del ¨¦xito de Ark Invest, por m¨¢s que Wood, enormemente religiosa, lo atribuir¨¢ probablemente a los designios divinos. Algo natural para quien ha nacido, seg¨²n confesi¨®n propia, ¡°con el regalo de la fe¡±. En Dios pero tambi¨¦n en s¨ª misma. La web de la compa?¨ªa exhibe una amplia selecci¨®n de fotos de la fundadora y de los art¨ªculos laudatorios que le ha dedicado la prensa econ¨®mica.
La mayor de los hijos de una pareja de inmigrantes irlandeses, Wood hered¨® de su padre, ingeniero en la fuerza a¨¦rea estadounidense, la obsesi¨®n por la exactitud matem¨¢tica y el inter¨¦s por los n¨²meros. Ser la mayor represent¨® un peso adicional para ella, ha confesado m¨¢s de una vez, obligada a dejar bien alto el pabell¨®n de la familia. Toda una disciplina mental que ha forjado el car¨¢cter de esta gestora de dinero que no responde al prototipo del tibur¨®n de Wall Street consolidado por el cine. Al contrario, con su aspecto juvenil y sus grandes gafas, su sonrisa perenne, su amor por las redes sociales y su compromiso sagrado con la innovaci¨®n, esta dama divorciada y madre de tres hijos (dos chicas, una de las cu¨¢les trabaja con ella, y un chico) se presenta como la ant¨ªtesis del denostado especulador financiero. Trabaja duramente buscando el m¨¢ximo rendimiento al dinero que depositan los ahorradores, pero optando siempre por lo que ¡°mejorar¨¢ el mundo¡±. Siempre dispuesta a hablar de inversiones, Wood ha rechazado ser entrevistada para este art¨ªculo. Mientras Adam DePasquale, l¨ªder de la comunidad evang¨¦lica Walnut Hill Community Church a la que pertenece, se excusa de no poder hablar de ella por precepto organizativo.
Para Juan Luis Garc¨ªa Alejo, Director General de Andbank Wealth Management, su principal acierto, ¡°fue la elecci¨®n de la misi¨®n de su empresa: la disrupci¨®n. Podemos catalogarla como una persona reflexiva pero con el atrevimiento de quien es capaz de hacer previsiones a medio plazo desde la convicci¨®n y el conocimiento¡±. Garc¨ªa Alejo no quiere calificarla de visionaria, ¡°por las connotaciones¡± de la palabra, pero en realidad el t¨¦rmino le encaja bien a Wood una de cuyas virtudes, seg¨²n destacaba una antigua jefa suya en The Financial Times, es la paciencia.
Formada como economista en la Universidad del Sur de California, fue su profesor (y famoso economista) Arthur Laffer el que le encontr¨® el primer trabajo. Tras un duro aprendizaje, Wood comprendi¨® que ten¨ªa que trasladarse a Nueva York si quer¨ªa despuntar en el sector financiero. All¨ª trabaj¨® en diversas firmas, comprobando la dificultad de abrirse camino. ¡°Era como un perrillo buscando alg¨²n hueso que roer bajo la mesa¡±, ha contado sobre esa etapa en una entrevista a un podcast religioso. As¨ª es como poco a poco se fue interesando por productos que nadie quer¨ªa, empresas nuevas en Bolsa como Reuters o Telerate. ¡°Ese contacto me hizo apreciar la importancia de la innovaci¨®n¡±, algo que, se subestima, ¡°y que puede dar un crecimiento exponencial con el tiempo¡±.
La ca¨ªda del banco Lehman Brothers en 2008 y la subsiguiente crisis econ¨®mica representaron para Wood un punto de inflexi¨®n. Comprendi¨® que su aproximaci¨®n a los mercados financieros ten¨ªa que cambiar. Inspirada por lecturas b¨ªblicas y por su fe en la innovaci¨®n se decidi¨® a crear, con casi 59 a?os de edad, Ark Invest (por el arca donde se guardaron las Tablas de la ley). La decisi¨®n la tom¨® un d¨ªa de verano, en el que, sola en su casa, experiment¨® una especie de iluminaci¨®n espiritual: si desde estudiante le hab¨ªa interesado lo innovador, el cambio, ?por qu¨¦ no trasladar ese inter¨¦s a los mercados financieros? Dicho y hecho. Con su propio dinero puso en pie la firma, decidida a apoyar a aquellos que exploran ideas susceptibles de cambiar el mundo. Y se lanz¨®, sin desfallecer, a una suerte de proselitismo de la innovaci¨®n, como si su gran misi¨®n fuera no solo crear riqueza para los inversores sino tambi¨¦n hacerlo siguiendo el camino del progreso. El tiempo dir¨¢ si su iniciativa es solo una burbuja financiera o un ¨¦xito duradero.
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