Sanidad Vietnam
La debilidad del sistema p¨²blico de salud no es una cat¨¢strofe natural, sino un plan. Tratan de carg¨¢rsela
Un ciudadano cualquiera es intervenido en el hospital de d¨ªa de un gran centro de salud. Al salir de la prueba, le detectan una irregularidad, lo examinan y los cardi¨®logos deciden enviarlo a urgencias. ?l piensa: ¡°?A Vietnam!¡±. Las im¨¢genes que ha visto en los medios de comunicaci¨®n son ciertas: espacios saturados, camas por los pasillos, evidente falta de intimidad de los m¨¢s d¨¦biles pese a los esfuerzos de administradores, m¨¦dicos, enfermeras, celadores y auxiliares de cl¨ªnica.
Enfermos sentados horas y horas en las inc¨®modas (mucho m¨¢s con esta temperatura) sillas de escay. Monitores que no funcionan, luces que no prenden, paredes descascarilladas¡, la realidad es peor que las im¨¢genes. La principal tabla de salvaci¨®n son los tel¨¦fonos m¨®viles. Quien tiene un cargador y un enchufe para conectarse con sus acompa?antes (muchos de ellos merodeando mientras esperan horas y horas) tiene un tesoro.
Son muy interesantes algunas de las conversaciones que escucha el ciudadano. Varios de los internados, que tienen fuerzas para hablar, pagan medicina privada y la utilizan para asuntos menores, pero cuando tienen un ¡°problema¡± acuden a la p¨²blica. En la privada no le hubieran hecho una exploraci¨®n exhaustiva, dos anal¨ªticas, Rayos X de t¨®rax o una ecocardioscopia, entre otras pruebas. A media tarde, aunque no se haya recuperado del todo, lo medican, le entregan los informes de su situaci¨®n y lo citan para tratarle en el departamento correspondiente. Y le mandan a casa (a otros, a una habitaci¨®n). Al salir, le da tiempo a ver la llegada de m¨¢s ambulancias, la repleta sala de espera de quienes aspiran a entrar en el infierno del que ¨¦l sale y el pulular de acompa?antes.
En ese ambiente sobrepasado emergen los profesionales que, agotados, hacen su labor. Algunos incluso tienen fuerzas para un aliento de humanidad o para hacer la vista gorda y dejar entrar a un joven a dar la cena a un familiar, quiz¨¢ su abuelo, con aspecto de muy enfermo. Esos profesionales semejan a los ¡°h¨¦roes de la retirada¡± de los que escribi¨® Enzensberger; el lugar del h¨¦roe cl¨¢sico lo ocupan otros protagonistas, h¨¦roes de un nuevo estilo, que no representan el triunfo, sino la renuncia, el sacrificio y a veces el dolor.
Un Centro Estatal de Salud P¨²blica. El presidente S¨¢nchez retom¨® en el debate sobre el estado de la naci¨®n la idea nacida hace un a?o, que ten¨ªa en cuenta las lecciones aprendidas de la pandemia. Su finalidad est¨¢ clara, pero al hablarse de este centro como un lugar de coordinaci¨®n de situaciones de emergencias sanitarias es inevitable recordar no s¨®lo la covid, sino la catastr¨®fica situaci¨®n de las urgencias de algunos grandes hospitales o de los centros de atenci¨®n primaria de distintas comunidades aut¨®nomas. Sus pacientes y trabajadores coinciden en calificarla de ¡°desastrosa y desalentadora¡±: al borde del colapso.
Las costuras del sistema p¨²blico de salud est¨¢n desbordadas. En el l¨ªmite de profesionales, infraestructuras e inversiones, con las primarias mermadas, las urgencias desbordadas y multiplic¨¢ndose la s¨¦ptima oleada de la pandemia. Y en verano, cuando hay menos profesionales disponibles porque han de descansar. En el mismo debate, Cuca Gamarra dijo que ¡°hoy en la mayor parte de Espa?a faltan m¨¦dicos, y este verano solo se cubrir¨¢ el 30% del personal de vacaciones. Estos son los problemas y las preocupaciones de la Espa?a real, a la que ustedes dan la espalda¡±. Efectivamente, pero se le olvid¨® a la portavoz del PP Gamarra que las competencias sanitarias son auton¨®micas, y que son algunas de las comunidades en las que gobierna el PP (por ejemplo, Madrid) en las que se desarrollan las limitaciones m¨¢s estremecedoras para la salud de los ciudadanos y en las que han despedido a miles de sanitarios. Las promesas durante el Gran Confinamiento para reformar la sanidad, las plantillas, las urgencias, las primarias, los propios hospitales, han deca¨ªdo. Con los aplausos.
La sanidad p¨²blica es el pilar central del Estado de bienestar. Est¨¢ en peligro. La han debilitado aposta para privatizarla. No es una cat¨¢strofe natural, sino un plan. Tratan de carg¨¢rsela.
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