De nuevo la econom¨ªa del miedo
Estamos otra vez en un estado de conmoci¨®n. Como dijo Greenspan, ¡°el edificio intelectual se ha hundido¡±
Durante las ¨²ltimas semanas hay un agravamiento constante de la econom¨ªa; es seguro que las circunstancias seguir¨¢n empeorando antes de empezar a mejorar. La inflaci¨®n ¡ªde dos d¨ªgitos¡ª va a ser m¨¢s persistente de lo que se crey¨®. Hoy en d¨ªa, la gran mayor¨ªa de los predictores, p¨²blicos y privados, opina que no se va a llegar a una situaci¨®n de recesi¨®n (decrecimiento econ¨®mico), sino que se tardar¨¢ m¨¢s tiempo del pronosticado en volver a obtener los indicadores anteriores a la pandemia de la covid.
Sin embargo, hay un peque?o reducto de economistas (calificados como los nuevos ¡°doctores cat¨¢strofe¡±) que apuesta por lo irremediable de la recesi¨®n, dados los datos con los que se cuenta; entre ellos, la pol¨¦mica los divide entre los que creen que ser¨¢ leve y corta, o profunda y duradera. Recu¨¦rdese que en el a?o 2008 los ¡°doctores cat¨¢strofe¡± (Steve Keen, Nouriel Roubini¡) atinaron. Otro debate en circulaci¨®n es si la acci¨®n de los bancos centrales desembocar¨¢ en un aterrizaje suave o brusco de las econom¨ªas, dadas las contradicciones en las que se desenvuelve la pol¨ªtica monetaria.
D¨¦cada y media. Desde 2007 hasta hoy. Una generaci¨®n de ciudadanos est¨¢ conviviendo con una gran transformaci¨®n del mundo, con tres etapas de naturaleza diferente. Probablemente as¨ª lo considerar¨¢ la historia: la Gran Recesi¨®n que se inicia en 2008, con una gran crisis inmobiliaria y financiera; el Gran Confinamiento de 2020, en el que el mundo se detuvo, y la guerra de Ucrania desde finales del pasado mes de febrero. De las dos primeras ya conocemos bastantes de sus efectos permanentes: igual que en las dos guerras mundiales o en la Gran Depresi¨®n de los a?os treinta, se super¨® el terreno de la econom¨ªa y se trascendi¨® hacia la pol¨ªtica, las ideas y la manera de pensar y de vivir de los ciudadanos. Por ello se han incorporado al selecto grupo de las crisis mayores del capitalismo. Todav¨ªa no existe la suficiente distancia temporal para valorar la ¨²ltima conflagraci¨®n en territorio europeo: va a depender, sobre todo, de su duraci¨®n y su desenlace.
La Gran Recesi¨®n ha actuado como contraejemplo. De ella sali¨® la mayor¨ªa de la poblaci¨®n m¨¢s pobre, m¨¢s desigual, m¨¢s precaria, menos protegida, m¨¢s desconfiada pol¨ªticamente (de ah¨ª la aparici¨®n de nuevas formaciones, muchas de ellas de matriz populista) y con m¨¢s ciudadanos convertidos en dem¨®cratas instrumentales: apoyan a la democracia siempre que ¨¦sta resuelva sus problemas. La austeridad expansiva fue funesta. De ah¨ª el giro en la pol¨ªtica econ¨®mica dominante a partir del a?o 2020, con la creaci¨®n de fuertes escudos sociales y la movilizaci¨®n masiva de dinero p¨²blico europeo (Next Generation) para la reactivaci¨®n. Observaremos sus resultados. Por ejemplo, no se ha destacado lo suficiente que en la reciente encuesta de condiciones de vida en Espa?a, correspondiente a 2021, ha bajado el porcentaje de ciudadanos que se encontraban en situaci¨®n de carencia material severa, posiblemente como secuela del escudo social.
Estas circunstancias conllevan que se haya entrado de nuevo, como en 2008, en una especie de econom¨ªa del miedo: los ciudadanos no creen en el mito del eterno retorno y saben que el punto de llegada de estas dificultades ser¨¢ diferente (y posiblemente peor) que el de partida. El ¨²nico pacto que consideran aceptable es el que tenga como objetivo su bienestar, un acuerdo de intereses diversos que no sujete su contenido a una ideolog¨ªa concreta. Recuperando el esp¨ªritu de los viejos Pactos de La Moncloa de 1977: exigir de cada grupo social la asunci¨®n de sus diferentes responsabilidades frente a la crisis y asumir que ning¨²n partido pol¨ªtico o agente econ¨®mico cuenta con respuestas y fuerzas suficientes para imponerlas al resto de la sociedad y superar los problemas.
Hay muchos pasajes en los que las contradicciones y recovecos remiten a aquella reflexi¨®n inolvidable del altivo presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan cuando se desnud¨® y se atrevi¨® a declarar: estamos en un ¡°estado de conmoci¨®n porque todo el edificio intelectual se ha hundido¡±.
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