Italia: probar algo nuevo
Meloni no crea expectativas, el votante tiene la convicci¨®n, tal vez la ¨²nica certeza, de que es un pa¨ªs que no tiene arreglo. Para los que se horroricen, hay que confiar en el talento italiano de empantanar todo intento de gobierno, sea bueno o malo
Durante unos a?os tuve el privilegio de ver a veces a Giovanni Sartori en el bar, esas cosas que pasan en Roma. Italia produce estos sabios ajenos a la solemnidad ¨D¨¦l, Montanelli, Eco¨D, que explican todo clarito y desdramatizan para esconder una preocupaci¨®n insondable. Le preguntabas c¨®mo ve¨ªa la ¨²ltima diatriba pol¨ªtica y siempre le quitaba importancia. Luego segu¨ªa con su caf¨¦. Con todo, creo que este enorme polit¨®logo fue al primero a quien o¨ª decir que la democracia siempre est¨¢ en peligro, porque es ¡°una gran generosidad¡± que depende de unos ciudadanos a menudo desinteresados y mal informados. Y no cabe duda de que esto ha ido a m¨¢s.
En su libro Homo videns, de 1997, hace 25 a?os, ya est¨¢ todo, y ni pod¨ªa imaginar lo que es Tik Tok. Lo que ha cambiado todo, dec¨ªa, es ¡°informarse viendo¡±. Sosten¨ªa que la hegemon¨ªa del lenguaje visual, la ca¨ªda de la lectura, hab¨ªan creado un nuevo tipo de ser humano. Eran los a?os de Berlusconi, pero fue solo el principio. Italia muestra a d¨®nde lleva la desaparici¨®n de una derecha seria, que empieza a hacer el payaso o apuesta por l¨ªderes sin escr¨²pulos que van solo a lo suyo, mientras los dem¨¢s esperan que a ellos les vaya bien tambi¨¦n. Abre un camino por el que luego llegan los m¨¢s graciosos de todos, y les bastan cuatro ideas retr¨®gradas. Y ya operan en un medio extraordinariamente propicio. Cito a Sartori: ¡°El homo sapiens debe todo su progreso a la capacidad de abstracci¨®n. A las palabras que representan conceptos invisibles: democracia, justicia, libertad¡ El homo videns suplanta el lenguaje abstracto por un lenguaje perceptivo infinitamente m¨¢s pobre, en el n¨²mero de palabras y en la riqueza de su significado¡±. Ah¨ª tenemos a Giorgia Meloni gritando que se llama Giorgia, que es una mujer, es italiana, cristiana, y que no se lo van a quitar. Y ya.
Lo que har¨¢ la derecha italiana, si gana este domingo, se oculta en una vaga nube de conceptos, con la ¨²nica br¨²jula de una tradici¨®n. Italia, pa¨ªs bastante amoral, tiene su mayor ideolog¨ªa en la tradici¨®n, a derecha e izquierda. He visto a muchos italianos huir al extranjero de la falta de futuro y de esa tradici¨®n que puede ser asfixiante si, por ejemplo, eres homosexual y vives en provincias. Dec¨ªa Sartori que la derecha, a diferencia de la izquierda, ¡°como no apela a ninguna moralidad, no se expone al fracaso moral¡±. Da igual lo que haga mientras ponga orden, los negocios vayan bien y mantenga las formas (en ese caso interviene la Iglesia). Naturalmente, en estas d¨¦cadas hay una responsabilidad de la izquierda, que ha ido perdiendo su identidad. Con la corrupci¨®n del partido socialista en los noventa, la crisis existencial del partido comunista tras la ca¨ªda del Muro y l¨ªderes sosos: Prodi, Veltroni, Bersani, y ahora Letta. Se agarran a su seriedad, no a su capacidad de acci¨®n. Es el desinter¨¦s sobre el que alertaba Sartori, el italiano hace d¨¦cadas que vota sin esperanza. Berlusconi fue el ¨²ltimo en suscitar una ilusi¨®n de algo distinto, y gener¨® en la izquierda la meta vital de echarle, dio sentido a sus vidas. Meloni no crea ninguna expectativa, es por probar algo nuevo. Para los que se horroricen, hay que confiar en el talento italiano de empantanar todo intento de gobierno, sea bueno o malo. Al votante le acompa?a la convicci¨®n, tal vez la ¨²nica certeza, de que es un pa¨ªs que no tiene arreglo. Aunque siempre aguarda un milagro, un hombre nuevo (t¨ªtulo oficioso de Mussolini). De momento, puede haber una mujer nueva. Por primera vez una mujer, s¨ª, pero de un sitio viej¨ªsimo.
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